Al día siguiente, un sábado por la mañana, Jihyun se despertó bastante tarde. Se había hecho de rogar cada vez que sonaba el despertador y lo atrasaba una media hora más, así hasta que se levantó de la cama a las doce y media. Arrastró sus pies hasta la cocina y dada la hora que era, más cercana a la hora de comer que la de desayunar, se sirvió un simple café de sobre en un vaso de leche. Se lo bebió mientras encendía su teléfono, el cual siempre apagaba por las noches. Sonrió al encontrar una ingente cantidad de llamadas de su mejor amiga, que seguramente ya debía saber, a esas alturas, que había ido a su restaurante a cenar con una estrella del teatro. Miró los mensajes del kakaotalk, que rondaban los cuarenta y siete mensajes, todos ellos de Soyeon.

Sso: Has venido a mi restaurante con una jodida actriz de teatro de éxito y has cenado con ella.

Sso: APROVECHÁNDOTE DE QUE YO TENGO LA ESPALDA MAL, EH? QUÉ MAL ME PARECE.

Rió ante los mensajes, que seguían la misma línea argumental, hasta que llegó a uno enviado hace tan sólo media hora, en la que adjuntaba una fotografía, una simple captura de pantalla.

Sso: HA PUBLICADO UNA FOTO EN SU INSTAGRAM CONTIGO. TE ODIO TE ODIO TE ODIO TE ODIO.

Jihyun echó un vistazo a la foto y no pudo evitar sonreír. Entró a su cuenta de instagram sólo para seguirla y darle like a la foto en cuestión, descubriendo gracias a su perfil que la actriz era también una aficionada a la fotografía. La descripción de la foto rezaba: Una gran noche que acabó en mejor compañía. Gracias. Acompañaba esas palabras con unos cuantos emojis con forma de corazón. Se enterneció, pues pese a que sabía que esa foto que se tomaron en el camerino iba a acabar en el instagram pues ella le había dado su permiso, no se esperaba que lo fuera acompañar de tan simples pero bonitas palabras.

Le entró una llamada de su mejor amiga y no tardó en responder al teléfono.

- ¿Diga?

- ¡He visto que has leído mis mensajes, mala pecora! - gritó la mujer al otro lado de la línea.

- Yo también me alegro de oír tu melódica voz, mi amor - rió la rubia, pasando una mano por su despeinado cabello.

- Cuéntame ahora mismo qué hacías con Park Sunyoung, la actriz del momento, en su camerino y en MI restaurante mientras YO no estaba - le pidió, remarcando esas palabras clave alzando su voz.

- Cómo contártelo... - tentó, sonriendo maliciosa, imaginando a su mejor amiga girando sus ojos-. ¿Recuerdas que tenía que reunirme con una madre este lunes?

- Oh dios, no me hables de tus alumnos ahora mismo, quiero que me cuentes lo jugoso y tú vas y... - la mujer tardó en asimilar por dónde iban los tiros, pero cuando lo hizo no tardó en preguntar-. ¿Es la madre de la niña hiperactiva?

- Se llama Jiyeon, pero sí, es su madre - aclaró.

- Así que la actriz más famosa de la ciudad te invita a su obra de teatro porque...

- Porque cree que estoy haciendo un gran trabajo con su hija y quiere agradecérmelo - explicó, aunque sentía que en parte era mentira. No sabía si llamar a lo que había pasado ayer una cita, aunque al despedirse había parecido algo así. 

- Oh, venga ya. Has salido con una jodida actriz. Espera, no con cualquier actriz, sino con LA actriz que se desnuda para Key en Romeo y Julieta, que hoy lo he visto en una fancam. No me hagas creer que simplemente ha sido una reunión madre-profesora. Ni tú que eres un muermo tendría una simple reunión con una mujer así.

- Gracias por lo de muermo, mi amor - rodó los ojos ante ese comentario y la otra rió al otro lado de la línea.

- Venga ya, Jihyun. Cuéntame los detalles jugosos.

Tomó aire, deseando con expectación escuchar la reacción de su amiga, porque verdaderamente se iba a llevar una sorpresa cuando le contara lo siguiente.

- ¿Te acuerdas de Hyomin?

- ¿La de las citas exprés? - preguntó, y casi podía sentir su ceño fruncido a través del teléfono.

- Sí, ella.

- ¿Qué pasa con ella?

Guardó silencio esperando a que tal vez la mujer se diera cuenta de lo que intentaba decirle. Se quedaron tanto tiempo en silencio que pensó que sería mejor contárselo, pero entonces su amiga soltó un gritito.

- No.

- Sí - le confirmó la profesora, sonriendo para sí misma.

- No, no, no, no.

- Sí - repitió, riendo por lo bajo ante la reacción de su amiga.

- Me caigo muerta, Jihyun. No, no. ¿De verdad?

- De verdad de la buena.

- ¡Ay por dios! Que te has follado a una famosa y ahora os vais de citas. Con razón no me contestabas, ¿la tienes en tu cama aún?

- No ha pasado nada de eso esta noche.

- Oh, porque ha pasado por la mañana. ¿Me equivoco?

- Claro que te equivocas. Nadie ha pasado la noche en mi casa, estoy absolutamente sola. Bueno, sola no, está Luna, pero es un conejo, no hace gran cosa - contestó, encogiéndose de hombros.

- Entonces me estás diciendo que has tenido una cita con Park Sunyoung, la mujer con la que has hecho toda serie de guarradas y conoce tu cuerpo como la palma de tu mano y no habéis hecho nada.

- No todo es o en esta vida, Soyeon. A veces las personas hablan entre ellas - la picó, causando que la otra suspirara de frustración.

- Entonces ¿fue una cita? - la pregunta hizo que tuviera que pensárselo, pues no sabía cómo definirlo. Durante partes de la noche, parecían dos amigas, mientras que en otros momentos, parecía que estaban coqueteando la una con la otra. Tal vez eran dos amigas que coqueteaban. 

- Algo así - respondió finalmente, tratando de restarle importancia. Tal vez cuando se volvieran a ver se aclaraban más las cosas.

- ¿A ti te gusta? - preguntó sin rodeos, como era usual en su mejor amiga.

- Algo así - contestó de nuevo.

- ¿Algo así? Anda ya, Jihyun. Ya puedes ir pensando a qué me vas a invitar hoy para compensar que hayas llevado a una actriz a mi restaurante en mi ausencia. Tienes para elegir entre pizza y comida de Mcdonalds. Me apetece engordar ahora que paso tumbada gran parte del tiempo. Me aburro como una ostra, quiero volver al trabajo.

- Tienes que cuidar tu espalda - le señaló, deseando que su amiga no hiciera excesos para que su lesión de espalda no fuera a peor-. Te mando un mensaje luego, ¿de acuerdo? 

- Más te vale - rió la mujer al otro lado del teléfono-. Un beso, guapa.

- Cuídate, Sso - le mandó un beso sonoro a través del teléfono y colgó.

Al terminarse la llamada, la pantalla volvió a proyectar el perfil de instagram de Hyomin. No tardó en darle a like a la fotografía dando dos clicks sobre la foto y mordió sus labios, pensando en si sería adecuado responder. Tras meditarlo unos segundos, puso unos cuantos corazones a modo de respuesta, añadiendo un "Yo también me lo pasé bien. Gracias por todo."

Mucho más temprano de lo que se había despertado Jihyun, Sunyoung se levantó de la cama para preparar el desayuno para su adorada hija. A sus ojos, Jiyeon era su princesa, su reina. Era más adorable que los personajes Disney. Sus ojitos saltones tan adorables brillaban con una luz única. Que tuviera hiperactividad era, para ella, algo alejado a los problemas. Utilizaba el conductismo con efusividad, cosa que había aprendido gracias a su profesora de teatro. Los refuerzos positivos ayudaban a Jiyeon a entender cuándo hacía mal las cosas, mientras que los castigos, aunque fueran en ocasiones insoportables para ambas, le ayudaban a ver las cosas que había hecho mal. También la ayudaba a hacer tareas y mantener su atención, diciéndole en voz alta los pasos que había que seguir. Como su pequeña la admiraba tanto, tendía a hacerle caso, aunque en ocasiones se distrajera. 

Hasta el momento, los profesores habían sido un problema y habían causado que tuviera que ir de reunión escolar en reunión escolar porque Jiyeon no se comportaba de manera adecuada, pero gracias a Jihyun todo había cambiado. La imagen de la profesora siendo amable con su hija le llenaba el corazón de dulzura, deseando poder agradecerle que le estuviera tratando tan bien, que estuviera esforzándose tanto por ella. Tras la conversación de la noche anterior, sabía perfectamente que las intenciones de la rubia eran buenas, por lo que sentía que no había nada que temer.

Tenía preparadas unas diez tortitas cuando Boram entró en la habitación, aún envuelta en la manta con la que la actriz la había cubierto al llegar a casa y encontrarla en el sofá.

- Buenos días dormilona - sonrió la castaña. Boram se acercó y dejó un beso en su mejilla antes de tomar un plato y servirse unas cuatro tortitas con la mano-. Ey, ¿te he dicho que sean para ti acaso?

- No, pero no puedes ponerme comida delante y esperar que no me la coma - razonó, con la voz algo ronca por haberse despertado hace poco. Se aclaró la voz tosiendo y comenzó a lanzar preguntas-. ¿A qué hora llegaste ayer?

- A las doce y cuarto.

- Oh, ¿no se te deshizo el vestido?

- Soy Julieta, Rambo, no Cenicienta - rió la actriz, dándole la vuelta a otra tortita y apretándola con la espátula a la mantequilla. La de menor estatura se sentó a un lado de la mesa, tomando una de las sillas-. Y a todo esto, cuando llegué Jiyeon estaba despierta y viendo Frozen mientras tú roncabas como una hiena.

- Ah, eso explica que soñara que Nicole Kidman quería hacerme un muñeco de nieve - el comentario de su mejor amiga hizo que volviera la vista para mirarla, alzando una ceja ante sus gustos con las mujeres-. ¿Qué? Hay occidentales a las que les gustan las asiáticas. A mí me gustan las occidentales. Tiene sentido, ¿no?

- Lo tiene, lo tiene, pero ¿Nicole Kidman?

- Como actriz deberías entenderme - señaló, y a eso la castaña no se pudo negar, ya que la americana era muy buena actriz. Volvió la vista a las tortitas y le dio la vuelta de nuevo para dorarla un poco-. Entonces ¿cómo te fue con la y profesora?

- Ya sabes que la parte y se quedó en el lugar de citas - le indicó, a lo que la otra asintió pese a que no la viera-, pero lo pasamos muy bien. Es muy diferente a lo que me esperaba. Es tierna, divertida; no le importó pasar entre los fans y la prensa que nos acosaron al salir. Fue encantadora. Ah, y le gusta el Donkey Kong, aunque intentó hacerse la desinteresada para que no me diera cuenta.

- Oh dios, Sun, suena a que te estás enamorando - comentó Boram, llevando sus manos a su boca con entusiasmo.

- No sé si llamarlo amor, pero sí que me gusta. Tiene la cabeza bien amueblada y trata de maravilla a mi hija. 

- Vamos, que tiene todas las papeletas para convertirse en tu pareja.

- Bueno, no diría tanto, pero no está lejos de conseguirlas - contestó, sonriendo ampliamente. Dejó la tortita sobre el resto y como aún le quedaba algo de masa, decidió meterlo en un biberón para intentar hacer formas. La arquitecta observó esto en silencio, saboreando sus tortitas que comía con las manos.

- ¿Entonces hubo algo de acción?

- Nada más allá de un beso en la mejilla. Si estás esperando detalles jugosos, no los vas a tener hoy. Bastante es que te conté después de que me insistieras lo que hicimos en el hotel aquella vez - se dio la vuelta y señaló a la mujer con la espátula. La mayor alzó sus manos en el aire, indicando su falsa inocencia. Volvió a su tarea y comenzó a dibujar un corazón, sabiendo que si salía bien esa sería la tortita que le daría a su hija.

- ¿Y se lo diste tú o te lo dio ella?

- Me lo dio ella para despedirse.

- Ay, eso es que vais en serio.

- No, eso es que al menos habrá una segunda cita - la corrigió, pues no quería hacerse demasiadas ilusiones. Nunca había tenido relaciones serias, pero le gustaba esa sensación que estaba experimentando por primera vez. Se sentía como una adolescente que estaba pendiente de su teléfono, deseando que volvieran a llamarla para quedar. 

- Love is in the air - canturreó antes de meter la última tortita en su boca. La castaña estaba haciendo bien al preparar tantas tortitas, porque su amiga era verdaderamente un pozo sin fondo cuando se trataba de comer.

- ¡Buenos días! - exclamó Jiyeon, entrando en la cocina con su pijama de dinosaurios. No tardó en correr hasta su madre, abrazándose a ella.

- Buenos días, mi reina - la saludó, dejando un beso en su cabeza y revolviéndole el pelo-. Ve con la tía Boram, mi amor, que yo estoy cocinando y te puedes quemar.

- ¿Estás haciendo tortitas? - preguntó, alzando su cabeza para mirar a su madre con sus ojos enormemente abiertos, mirándola con admiración.

- Sí, mi amor - dejó un besito en la punta de su nariz, cosa que siempre hacía que la pequeña se riera-. Ahora ve con Boram. No quiero que te quemes, cielo.

La niña obedeció y la que respondía al nombre de tía Boram pese a no ser familia de sangre la acogió sobre sus piernas en el taburete, abrazándola por los hombros y apoyando su mejilla en la suya con cariño. Jiyeon, como era normal en ella, no dejaba de balancear sus piernas, incapaz de quedarse totalmente quieta en su lugar.

- Mamá, el miércoles es mi obra de teatro - anunció de nuevo, cosa que la madre sabía perfectamente porque ya había pedido excusarse de los ensayos de ese día para acudir al evento.

- Lo sé, mi vida. Cuéntale a tía Boram qué papel haces en la obra - le pidió, volviéndose a mirarlas con una sonrisa antes de volver la vista a su tortita, a la que dio la vuelta y apretó. 

- Soy el príncipe, ¡y también hago de árbol! - exclamó. Parecía que su segundo papel le hacía mucha más ilusión que el primero, lo cual divirtió a la arquitecta.

- Muy bien, grandullona. ¿Qué obra es? 

- Glancanieves y los siete enanitos - sonrió la niña, mostrando los huequitos que le habían quedado por los caídos dientes de leche. 

- Blancanieves, mi amor - le corrigió su madre, a lo que la niña hizo un puchero de molestia.

- Es lo que he dicho - se defendió malamente, a lo que ambas mujeres rieron-. ¡Y Eunjung es Blancanieves, tía Boram!

- Anda, qué bien - la mujer no conocía en persona a la amiga de la pequeña, pero por lo que le había contado durante las noches que había hecho las veces de canguro, debía ser una amiga muy cercana para la niña.

- Es muuuuuy guapa - señaló, llevando su mano al diente que se le movía en ese momento, balandeándolo suavemente-. Y yo soy su príncipe, tía Boram.

- ¿Y tienes muchas frases que aprenderte? - preguntó, acariciando suavemente la espalda de la pequeña. La niña lo pensó dramáticamente, haciendo un sonido con la garganta mientras lo pensaba.

- Sólo tengo una frase - se aclaró la voz tosiendo, cubriendo su boca con el dorso de su mano-. "Te quiero, Blancanieves."

- ¿Y tienes que besarla para que despierte? - sonrió, haciéndole cosquillas en los costados, causando que la madre, que estaba terminando con la última tortita, sonriera por la ternura del sonido de la risa de su hija.

- ¡Tía Boram, soy sólo una niña! - exclamó, golpeando a la mujer de menor estatura, quien rió en respuesta.

- Lo que ha dicho tía Boram no es adecuado, te doy la razón, pero ya sabes lo que te tengo dicho de golpear a la gente - dijo la madre sin darse la vuelta. Sólo por el sonido había podido saber lo que había hecho y la niña se disculpó, mirando con pena el punto en el que le había golpeado a la mayor.

- Lo siento, tía Boram.

- No pasa nada, pequeña, pero tu madre tiene razón. No debes pegar a las personas - señaló, cumpliendo su labor de tía al educarla de esa manera-. Entonces, si no besas a Blancanieves, ¿cómo despertará del hechizo que le puso la bruja malvada?

- Sólo la voy a abrazar - contestó, abrazándose a sí misma con los brazos. 

- Oh, así que tus abrazos son mágicos - dijo Boram, exagerando su sorpresa. 

- Claro que lo son - respondió por ella la madre, poniendo la última tortita sobre el resto antes de volverse a Jiyeon, que ya se relamía sólo con el dulce aroma de la comida-. A mí desde luego, me encantan tus abrazos.

- ¿Ves, Boram? Así podré despertar a Blancanieves del encanto de la malvada bruja - le confirmó, asintiendo con orgullo. Bajó de un salto de las piernas de Boram y tomó asiento junto a su madre, soltando un sonido de sorpresa ante las tortitas que sirvio para ella al ver la forma de corazón. Sin duda, para la pequeña, no había una reina mayor que su madre ni nadie que admirara más en el mundo. Las tres se sentaron para comer y disfrutaron de un agradable momento en familia.

Jihyun tenía un claro sonrojo en sus mejillas mientras miraba las fancams de la obra de teatro de ayer, haciendo especial incapie en el desnudo de la actriz en el segundo acto. Sin duda, en el momento la había pillado por sorpresa y hasta había evitado mirarla directamente, centrando su atención en Kibum, que permanecía en la otra punta del escenario durante ese encuentro en el jardín de Julieta, pero ahora que podía volver a verlo con tanto detalle gracias a las profesionales cámaras que utilizaban las fans se quedó sin aliento. Agradeció infinitamente tener un Mac y poder verlo en una pantalla tan grande con una calida tan exquisita.

Por otra parte, no dejaba de sentirse sucia. Había tenido una cita encantadora con esa mujer. No sabía si era una cita del todo, pero se acercaba bastante a una. Era sucio que estuviera viéndola de esa manera de nuevo, acercándose más a la figura de Hyomin que a la de Sunyoung, la encantadora mujer con la que había salido esa noche.

Decidiendo que ya era demasiado, cerró la pestaña y se dio una ducha fría. Al salir preparó una simple comida con verduras salteadas y la comió viendo la televisión. Aún tenía que mandarle un mensaje a Soyeon para decirle que comieran pizza esa noche, por lo que distraidamente, mientras prestaba la mitad de su atención a un reporte sobre la obra de teatro de anoche, mandó el mensaje y devolvió el teléfono a la mesa.

Terminó de comer y llevó el cuenco a la fregadera. Le echó agua, lo frotó un poco para quitar las marcas de salsa y lo metió al fregaplatos junto a los cubiertos y el vaso que había utilizado para servirse un refresco de melón. Se sentó en el sofá de nuevo y miró el teléfono. Se quedó de piedra al ver que tenía un mensaje de Sunyoung, quien horas antes la había comenzado a seguir en el Instagram. Tomo aire profundamente y abrió el mensaje en el kakaotalk.

Sun: Un poco pronto para una segunda cita, ¿no? Esta noche no puedo porque tengo otra función, pero me atrae mucho la idea de comer pizza contigo. ¿Qué te parece si vienes mañana a mi apartamento? No puedo dejar a Jiyeon sola, por lo que podríamos cenar las tres. ¿Te parece bien?

Al principio no sabía de qué le estaba hablando, pero luego se hizo consciente de que le había mandado el mensaje a ella en lugar de a Soyeon. Hace poco habían abierto una conversación en la que Sunyoung le había mandado una foto de unas tortitas que había preparado para su hija, a lo que ella respondió mandándole una selca haciendo un gesto cargado de adorabilidad, en palabras de la actriz quien sólo pudo mandar un montón de corazones y emojis que imitaban el grito de Edvard Munch. 

El mensaje la hizo sonreír de sobremanera, ya que confirmaba veía que la otra mujer veía el encuentro de anoche como una cita y por otro lado, le gustaba que la otra quisiera verla sin dejarlo para más tarde, queriendo compartir con ella lo que más quería en el mundo: su familia. Tomó aire y comenzó a teclear su respuesta.

< Me parece bien. Dime tu dirección y estaré allí cargada de tres pizzas familiares a la hora que me digas.

Sun: ¿Ahora trabajas repartiendo pizzas? Qué adorable. Llévate un pijama por si se nos hace tarde.

Sus mejillas se sonrojaron ante la idea de quedarse a dormir en su casa, pero no descartó la opción, mandándole un icono de un pulgar alzado. A continuación ella añadió su dirección. Compartieron una breve conversación con indicaciones sobre cómo llegar, ya que la profesora no disponía de vehículo propio. Le indicó hasta dónde podía comprar las pizzas, mandándole el enlace para el pedido online de la pizzería más cercana.

Sun: Acabo de decirle a Jiyeon que vienes a cenar mañana.

Sun: Su respuesta ha sido: "¿Me he portado mal?" 

La profesora no pudo evitar reírse ante eso, imaginándose la expresión de su alumna, con esos expresivos ojos marrones. Tecleó su respuesta sin pensarlo demasiado, escribiendo lo que más natural le salía.

< Tu hija es tan adorable como tú.

Al ver que tardaba en responder, se asustó por si había dicho algo que no debía. Estuvo por escribir una disculpa por si sus palabras habían quedado fuera de lugar, pero entonces le llegó una selca de la madre junto a su hija, haciendo expresiones parecidas, ambas con las mejillas hinchadas y poniendo morritos para la cámara.

Sun: ¿Tú crees? Yo creo que ella es más adorable. Mírala, es como un sol.

< Voy a hacer esa foto mi fondo de pantalla. Dios, demasiada adorabilidad en una foto.

Antes de leer la respuesta se encargó de hacer lo que había dicho, poniendo la foto como fondo de su iPhone sin pensárselo dos veces. Se sentía extraña actuando con tanta naturalidad con ella por mensaje, pero parecía que era lo más normal del mundo. Volvió a abrir la conversación para ver que Hyomin había puesto unos cuandos iconos de risa.

Sun: Eso no es justo, yo también quiero una foto que poner en mi fondo de pantalla.

< Antes te he mandado una.

Sun: PD: Esta foto es mejor.

Le adjuntó otra foto con Jiyeon, en la que ambas estaban riendo de forma adorable. Se dio cuenta de que ambas arrugaban su nariz de la misma manera al reírse, lo cual le pareció tierno. 

< ¿Quieres dejar de atentar a mi corazón con tanta adorabilidad?

Sun: ¿Quieres tú dejar de hacer eso mismo?

< Meeeec. He hecho una pregunta, Park Sunyoung. No se puede responder a una profesora con una pregunta.

Sun: Entonces diré que no. No pienso dejar de hacerlo.

Añadió un icono que sonreía con tranquilidad, causando que Jihyun se riera ante lo casual que estaba siendo esa conversación. Abrió la cámara y ajustó el ángulo, estándo sentada en el sofá como estaba. Guiño un ojo para la cámara y sacó la foto. Tomó unas cuantas hasta quedarse con la que le gustaba, que le mandó a Hyomin.

< La foto que pedías. ¿Soy digna de tu fondo?

La castaña tardó en responderle, ya que le mandó una captura de pantalla. 

Sun: En realidad, lo eres desde ayer.

Abrió la foto en cuestión y vio la foto que se sacaron en el camerino, muy cerca la una de la otra para entrar en el encuadre. Hyomin hacía el símbolo de la paz mientras sonreía, su cabeza de medio perfil, mientras la rubia sonreía con tranquilidad, mostrando sus dientes. Era extraño que en la foto pareciera tan tranquila para lo nerviosa que estaba de tener a la castaña cerca. Se dio cuenta de que había iconos de aplicaciones sobre la foto y se dio cuenta de que realmente era su fondo de pantalla. Volvio a abrir la conversación y se encontró con otro mensaje suyo.

Sun: Pero gracias por la foto. Me va a animar mucho con el ensayo general de hoy.

< Mucho ánimo. Seguro que todo sale bien.

Sun: Gracias, cielo. Que tengas un buen día.

Añadió un icono que mandaba un beso y con eso dieron por finalizada la conversación por el momento. Jihyun volvió su atención a la televisión y se dio cuenta de que no le interesaba en absoluto lo que estaban dando. No podía dejar de sonreír por la adorable conversación que había tenido con la actriz. Decidió que, para evitar futuras equivocaciones, cambiar su nombre por Hyomin, para no volver a mandarle un mensaje a ella en lugar de a Soyeon o viceversa. 

Al ver de nuevo la foto de madre e hija en su fondo de pantalla, no pudo evitar desear que llegara ya la noche del día de mañana.