Epílogo

Lecciones para amar.

El dulce aroma de los fogones encendidos podía olerse desde cualquier punto de la casa y fue precisamente eso lo que despertó a Hyomin aquella mañana. Se frotó los ojos con los dorsos de sus manos y sonrió para sí misma, notando cómo la sábana acariciaba su cuerpo desnudo. Se levantó de la cama y se puso su pijama que estaba tirado por el suelo, la fogosidad de la noche anterior recorriendo su mente, trayendo además de una sonrisa un claro sonrojo. Metió sus pies en unas ridiculamente adorables zapatillas de oso panda, a juego con su pijama de cuadros con una camiseta de un panda comiendo bambú serigrafiado y caminó siguiendo el aroma hacia la cocina.

Desde el marco de la puerta pudo ver a su novia, su melena rubia extendida por su espalda, tarareando alguna canción aleatoria que sonaba en la radio aquellos días, revolviendo con una cuchara de madera el fondo de verduras para una sopa. Estaba totalmente vestida de calle, llevando un delantal. La actriz lo recordó en ese momento: hoy tenían una comida familiar en casa. Se maldijo por haberlo olvidado, pero ¿quién podía culparla? Pasar tiempo con su chica le hacía perder la noción del tiempo.

Caminó lentamente hacia ella, procurando hacer el menor ruido posible y al llegar a ella pasó sus manos por su cintura, apoyando su barbilla en el hombro de la mayor.

- Buenos días, Romeo - susurró dulcemente, apartando su cabello para poder dejar un beso en su cuello. La otra rió suavemente, girando su cabeza para besar su mejilla.

- Hacía tiempo que no usabas lo de Romeo. Qué recuerdos - comentó, lanzando luego un soñador suspiro. La castaña apretó un poco más su abrazo, disfrutando del olor de lo que cocinaba mezclando con el champú herbal del cabello de su chica. Era el mismo que utilizaba ella, pero se sentía diferente en ella.

- Éramos jóvenes y alocadas - bromeó la otra, poniendo un tono dramático sólo para hacer reír a su novia, quien usó su mano libre para darle un golpe en un brazo que la rodeaba.

- Aún somos alocadas - lanzó de vuelta, haciendo que la otra abriera la boca con falsa indignación.

- Vale, tendré treinta y siete años, pero sigo siendo joven. Estoy en la flor de la vida.

- Siempre lo has estado, mi amor - razonó, deseando que no se lo hubiera tomado en serio. Sin embargo, sabía que no. Tenían tal confianza entre ellas que podían bromear de cualquier cosa sabiendo que no se herían, siempre y cuando el tono se mantuviera en broma. La castaña la hizo girar el rostro para darle un beso que al principio pretendía que fuera casto, pero poco a poco fue intensificando. Qri se separó por su propio bien-. Cariño, no. 

- Kyul - sacó los labios, haciendo un puchero demasiado adorable para tener treinta y siete años, pero no consiguió ningún efecto en la rubia que tan acostumbrada estaba a aquello.

- Hyomin - respondió imitando su tono de ruego, imitando luego también el gesto, cosa que hizo reír a la actriz-. Llevamos todo el fin de semana de maratón ual, ¿quieres descansar un poco por tu propio bien?

- No es mi culpa que tú seas irresistible.

- Me disculpo por ello entonces. Empezaré a engordar para que no me desees - hizo rodar sus ojos, divertida por las cosas que decía su novia de ella.

- Te seguiría deseando.

- Oh, vamos, Hyomin, para - le pidió de nuevo, notando como las manos de la castaña se movían por su abdomen, buscando el final de su camisa debajo del delantal-. La niña llegará pronto. No sé si te has dado cuenta, pero es casi la una.

La castaña miró hacia el reloj y, efectivamente, era casi la una. Pronto su hija estaría por allí y ella estaba allí, apestando a o, con un pijama cochambroso y totalmente despeinada. Dándose por vencida en empezar otra partida, lanzó un resignado suspiro y apartó sus brazos de la cintura de su novia.

- Iré a ducharme.

- Más te vale. Hueles a tigre, amor - rió con una pizca de malicia, mirando cómo la otra se volvía a dedicarle una mirada de fingido odio, a lo que ella respondió lanzándole un beso, que como siempre, ella capturó y puso sobre su pecho. Podían haber pasado diez años, pero ese gesto seguía siendo irremplazable entre las dos.

Hyomin se fue directa a la ducha mientras que la mayor se quedó en la cocina, sonriendo para sí misma por todas las aventuras que había sido capaz de vivir al lado de su novia y su nueva familia. Aún recordaba, con cierta alegría, el día en el que Jiyeon le dijo que quería poder llamarla su madre. Todo había empezado con una inesperada visita al hospital.


La castaña apretaba sus manos entre sí con fuerza, dando golpes breves en el suelo con la punta de su pie. Las salas de espera siempre la habian puesto nerviosa. Temía por el bienestar de su compañera y no sabía qué podría pasar. Su rostro se iluminó cuando la rubia entró por la puerta, acompañada de cerca de la arquitecta que había ido a buscarla al colegio en coche.

- Estáis aquí - dijo Hyomin con alivio, levantándose para recibir a su novia en sus brazos, abrazándola brevemente antes de abrazar también a su mejor amiga. 

- Nos llamaste alarmadísima, ¿qué íbamos a hacer? - respondió la de menor estatura. Qri tomó una de las manos de la castaña, deseando darle apoyo en esos difíciles momentos.

- ¿Qué ha pasado exactamente? - preguntó, sus cejas curvándose con preocupación.

- Gyuri... Gyuri ha tenido un accidente en la obra hoy.

Las dos mujeres se quedaron de piedra al oír aquello, con la boca abierta de sorpresa. Las tres habían comentado hace unas noches con emoción lo genial que era que dos viejas compañeras de la escuela de teatro estuvieran trabajando juntas. Habían pasado por unas cuantas penurias tras la salida del armario de Hyomin, tan accidental como problemática para la carrera de ambas, ya que para la profesora había significado cambiar de colegio y para la actriz había significado dejar la obra en la que trabajaba, pero gracias a la ayuda de su manager y de Gyuri fue consiguiendo nuevos papeles.

- Dios santo, ¿y está bien?

- Estoy bien, Boram.

Las tres se dieron la vuelta al escuchar la voz de la otra actriz que en ese momento estaba siendo llevada en una silla de ruedas. Tenía un vendaje provisional en la cabeza por la quemadura que le había producido el foco al caer sobre su cabeza. A ojos de la castaña, que su amiga siguiera viva era un milagro.

- ¡Gyuri! - exclamó, lanzándose a sus rodillas, quedando a un lado de la silla de ruedas-. ¿Cómo estás? ¿Qué tienes? - preguntó, luego dirigiéndose al doctor-. ¿Qué tiene? ¿Se pondrá bien? - y de vuelta a mirar a Gyuri-. ¿Te sientes bien? ¿Te pondrás bien pronto?

- Tranquilícese, señorita Park. Su amiga sólo se ha llevado un buen susto, unas quemaduras y unas cuantas grapas en la cabeza, que dentro de un mes le podremos extraer.

- Sí, amiga. Ahora si tengo que tomar un vuelo, voy a pitar hasta desnuda en el detector de metales - bromeó con una sonrisa la actriz. A las tres les pareció impresionante que pese al dolor que podría tener siguiera sonriendo de esa manera tan encantadoramente suya.

- Eres tan idiota, ¡me has dado un susto de muerte! - exclamó la castaña, abrazándose a ella cuidadosamente. La otra la sorprendió abrazándola con más fuerza, riendo suavemente.

- Lo siento, chiquitina. Sé que te he asustado mucho.

- La vamos a dejar en observación esta noche por si algo sucediera - le informó el doctor, a lo que la actriz asintió, apartándose del camino para dejar que maniobrara y fuera de camino a la habitación. 

Qri posó su mano sobre el hombro de la castaña para darle apoyo. Hyomin no tardó en abrazarla, notándose a sí misma un poco temblorosa en su agarre. Había pasado verdadero miedo tras el accidente. Había sido todo muy rápido. Estaban ensayando una parte de la obra en la que su personaje y el de la actriz herida tenían que conversar lejos la una de la otra. No pudo hacer nada cuando el foco cayó hacia ella, cosa de la que se había culpado una y otra vez mientras estaba en la ambulancia. 

Pero en ese mismo momento, mirando a los ojos a su novia, nacía en ella una nueva preocupación. Viendo lo frágil que podía ser la vida y lo arriesgada que podía ser en ocasiones su profesión, empezó a temblar sólo al pensar la posibilidad de que algo malo le pasara a ella misma. Hasta ese momento, Hyomin no había temido a la muerte, pero ahora lo hacía. ¿Qué sería de Jiyeon si ella muriese antes de que cumpliera la mayoría de edad? Las leyes de su país estaban en su contra. Qri no podría adoptar a su hija por mucho que quisieran y tampoco sabía si la profesora estaría dispuesta. Llevaban dos años juntas, pero Jiyeon seguía llamándola por su nombre o ticher, por mucho que hubiera dejado de serlo para ella.

No fue hasta que volvieron a casa esa misma noche que la castaña no puso en palabras el miedo que estaba experimentando.

- ¿Qué pasará si yo me muero, Kyul?

La rubia, que se había quedado esa noche a dormir en casa de Hyomin para consolarla del miedo que habían pasado, terminó de quitarse las lentillas y se puso sin vacilar las gafas. Se acostó junto a la castaña y la abrazó, dejando un beso en su frente antes de mirarla a los ojos.

- ¿Por qué piensas en eso? - preguntó, ladeando su cabeza hacia un lado.

- Estuve pensando en qué pasaría si en lugar de Gyuri hubiera sido yo y... bueno, si me hubiera muerto hoy.

- No pienses esas cosas - murmuró, su gesto tensándose ante la idea, su voz saliendo de manera bastante seca. Hyomin mordió su labio inferior.

- No quiero pensar en que hubiera pasado pero, ¿y si, Kyul?

Pensar en algo así tensaba a Jihyun, quien no era capaz de imaginar su vida sin Hyomin. Sin embargo, pronto vio el punto al que la actriz quería llegar y soltó un "oh" de comprensión. 

- Lo dices porque yo no podría ser legalmente la madre de Jiyeon.

La castaña asintió en respuesta, acurrucandose en el pecho de la mayor, quien comenzó a acariciarle en cabello lentamente.

- Estas jodidas leyes injustas - murmuró con rabia, las palabras que rondaban su mente saliendo de su boca con desprecio hacia la que debía ser su patria-. Luego Corea del Sur es un lugar progresista, ¿verdad? Es una mierda. Es una basura disfrazada de brillo.

- Lo sé, cariño - trató de tranquilizarla, acariciando su espalda lentamente, su voz saliendo de manera suave para consolarla-. Tal vez algún día los colectivos...

- Los colectivos son ignorados como si fueran una mosca pesada. Daría exactamente igual si me encadeno al parlamento para conseguirlo - interrumpió, escupiendo su rabia hacia el sistema homófobo que reinaba en su país. Luego soltó un suspiro, dándose cuenta de que lo estaba pagando con quien no debía y no tardó en disculparse-. Lo siento, no debería estar así. Ni siquiera hemos hablado sobre si tú quieres a Jiyeon como hija y...

- Yo sí quiero ser la madre de Jiyeon - le aclaró, a lo que la madre no tardó en reaccionar, alzando su cabeza para poder mirar a la mayor a los ojos. Los ojos de la rubia brillaban tras sus gafas, las lágrimas a punto de salir-. Quiero mucho a tu hija, Hyomin. Si yo no te lo he dicho es porque no quiero imponerme sobre ella. Quiero que ella lo decida por sí misma si quiere llamarme así o no. Tú has sido su madre todo este tiempo, ¿qué derecho tendría yo de llegar y decirle que yo también soy su madre?

- El derecho que su otra madre te otorga.

Ante eso, la profesora no pudo evitar echarse a llorar de alegría. Había pasado real angustia pensando en eso de vez en cuando, pensando en que nunca sería una madre para Jiyeon por mucho que la quisiera y ella la quisiera de vuelta. Llevaban dos años de relación y eran muy unidas, pero aún vivían en casas separadas, disfrutando de pasar tiempo en casa de la una o de la otra, generalmente más en casa de Hyomin que en otro lugar por lo mucho que les gustaba estar en compañía de sus mejores amigas y la pequeña. Sabía que en algún punto daría el paso de irse a vivir con ella, pero no se había atrevido a pedírselo por no causar más problemas de los que a veces ya causaba cuando la prensa rosa las pillaba saliendo de casa juntas. 

- ¿Tú quieres que sea la madre de Jiyeon?

La madre asintió sin dudarlo ni un segundo, llevando sus manos a las mejillas de la rubia. Le quitó las gafas que se habían empañado un poco y las dejó en su mesilla.

- Aunque la ley no lo quiera, yo sí lo quiero. Lo único que te falta para serlo es el nombre igualmente, porque es gracias a ti que Jiyeon se está aceptando a sí misma, que está llevando mejor su hiperactividad.

- Hice lo que cualquier profesor competente habría hecho - razonó, no deseando darse tanto mérito porque la madre biológica era la que había puesto más esfuerzo en eso. La castaña sin embargo no estaba dispuesta a llevarse el mérito.

- Hiciste más que un simple profesor. Le enseñaste sobre amor, sobre familia, sobre no creer en las apariencias. Yo quiero que seas la madre de mi hija, Kyul. 

Qri tragó pesadamente su saliba y asintió, llevando su mano al rostro de Hyomin, acariciándolo con cariño y admiración. 

- Sólo si ella acepta serlo.

- Lo hará. No sé si le llevará tiempo o si lo hará al momento, pero sé que lo hará. 


Al de un rato, Hyomin volvió a la cocina, vestida para la ocasión de manera informalmente encantadora y no tardó en volver a rodear a su novia con sus brazos. 

- La respuesta sigue siendo no - sonrió con cierta malicia al oír gruñir a la castaña-. En serio, cielo. Sé que hemos pasado dos meses sin o, pero Jiyeon se fue el viernes y estamos a domingo y no hemos parado ni un poco. Tienes que plantearte que igual tienes un problema.

- No es mi culpa ser una Kyulófila - rió en respuesta, haciendo reír también a su compañera-, pero no quiero o, tranquila. Sólo me gusta estar abrazada a ti mientras cocinas.

A lo largo de los ocho años de convivencia, habían desarrollado una serie de costumbres y que Hyomin se abrazara a ella mientras hacía algunas tareas del hogar eran unas. Habían decidido los lados de la cama, habían puesto elegido un color para sus cepillos de dientes para poder distinguirlos. 

- ¿Sabes? Antes estuve limpiando la estantería y al ver el premio de Tokyo me di cuenta de la de tiempo que ha pasado realmente desde que empezamos a salir.

- Unos diez años, ¿verdad? - preguntó por asegurarse. Ninguna de las dos eran buenas para recordar fechas, por lo que no les disgustaba si se olvidaban los aniversarios. Tendían a acordarse porque Soyeon o Boram se lo recordaban, pero no les daban real importancia. Preferían celebrar cada día. El único aniversario que celebraron con entusiasmo fue el quinto, pero porque Boram insistió en pagarles, con el dinero de la promoción inmobiliaria que había conseguido, un viaje a Egipto. Las tres se fueron allí como quien iba de aventura, deseando descubrir las pirámides y todos los tesoros de los faraones. La dulce Jiyeon de trece años llevaba una mochila en su hombro que era casi más grande que ella y vestía como una aventurera de safari.

La rubia asintió en respuesta y justo en ese momento la puerta principal se abrió con una llave. La castaña se volvió a mirar en dirección a la puerta de la cocina, escuchando cómo alguien dejaba las llaves en el cuenco de la entrada.

- ¡Ya estoy en casa! - exclamó la joven de dieciocho años, portando dificultosamente una bolsa de deporte que había hecho las veces de maleta en aquel improvisado viaje a Busan.

- ¡Hola, pequeña! - la saludó Hyomin, lanzándose a sus brazos. La pequeña que se había teñido recientemente su cabello de un castaño claro rió sonoramente, abrazando a su madre de vuelta-. ¿Cómo te ha ido por Busan? ¿Has comido bien? ¿Te has cambiado de ropa interior todos los días?

- Mamá, que Eunjung está aquí y me estás avergonzando.

Tras el murmuro, la madre se volvió a mirar tras la espalda de su hija y, efectivamente, ahí estaba la pelinegra, con una expresión divertida por lo que acababa de decir, tímida como siempre que venía a casa. No importaba que hubieran pasado diez años y que conociera el hogar como si fuera su casa.

- Hola, señora Park. Gracias por invitarme a comer hoy - saludó con la mano. La mujer rió suavemente y atrajo a Eunjung hacia sí, envolviéndola en un abrazo. 

- Te tengo dicho que puedes llamarme Hyomin - le volvió a recordar, a lo que la otra asintió pese a que sabía que le iba a costar decirlo.

- ¿Dónde está mom? - preguntó, aunque luego no tuvo más que olfatear para reconocer la clásica cocina de su otra madre, siguiendo el aroma hacia donde estaba la rubia-. Hi, mom! 

Lo bueno de que Jiyeon hubiera crecido con su profesora como madre era que había crecido siendo bilingüe en coreano e inglés. Prácticamente la dominaba como si fuera su idioma natal, cosa de la que Jihyun se sentía especialmente orgullosa, pues cuando conoció a la niña su pronunciación era bastante cuadriculada y forzada. Ahora hablaba naturalmente y sin flaquear.

Qri se volvió a su hija con una enorme sonrisa y dejó la cuchara de madera para envolverla en un abrazo.

- Hi, honey! How was the beach? - le preguntó dulcemente, acariciando su mejilla al separarse, como si quisiera asegurarse de que su hija estaba realmente bien. Era hasta un poco embarazoso lo alta que era ya. La había pasado en altura y hasta le daba la impresión de que iba a crecer unos cuantos centímetros más.

- It was fine. Eunjung is here, by the way - indicó, para que no se repitiera la escena vergonzosa que había vivido en la entrada con su otra madre.

- ¿Y cuándo no lo está? - bromeó al ver a Eunjung en el marco de la puerta, sonriendo tímidamente como siempre-. Bienvenidas de vuelta, chicas.

- Hola, señora Lee - saludó, a lo que Hyomin le dio un codazo-, quiero decir, Jihyun.

- ¿Sobre qué hora llegarán las tías SsoRam? - preguntó Jiyeon, usando el coreano ahora que las cuatro estaban en la cocina. Qri miró hacia el reloj y calculó rápidamente el tiempo.

- En una hora aproximadamente - respondió, ladeando el rostro hacia un lado con curiosidad, puesto que su hija parecía nerviosa por alguna razón, tanto como lo estaba Eunjung aunque la pelinegra siempre estaba nerviosa siempre que estaba en casa.

- Vale, entonces tenemos tiempo para esto. Sentaos, por favor.

La pareja compartió una mirada de extrañeza, ambas ciertamente preocupadas porque su hija estuviera actuando de esa manera. Su hija no era del tipo de "sentémonos, vamos a hablar", era del tipo que escupe lo que tiene que decir, pillando traspuesto y dejando sin equilibrio a quien le toque escucharla. Tal vez era que su hija estaba madurando, pero al ver a Eunjung tomar asiento junto a ella, una bombilla se encendió rápidamente en la cabeza de la profesora y pronto también en la de la actriz. Intentaba hacer las cosas bien porque estaba en presencia de ella.

Toman asiento alrededor de la mesa, las madres en un lado y las dos jóvenes en el otro.

- Eunjung y yo tenemos algo que contaros.

Otra mirada cómplice entre las madres que empiezan a oler de qué va a ser esa conversación y Hyomin decide hablar por las dos.

- Claro - comenzó, inclinándose sobre la mesa y poniendo sus manos cerca de las de su hija, que están apoyadas y entrelazadas entre sí sobre la mesa-, somos todo oídos.

- Veréis... - susurró, soltando un suspiro, pues parece que hablarlo es más complicado de lo que parecía en un momento. Busca la mirada de Eunjung para encontrar apoyo y las palabras parecen llegar mágicamente a ella-. Eunjung y yo estamos saliendo. Somos pareja.

No hubo ni siquiera reacción de sorpresa entre las dos madres que hacía meses, o tal vez años que sabían que ellas dos estaban enamoradas. Simplememente sonrieron, se miraron entre sí y Hyomin lanzó una carcajada victoriosa, dejando confusas a las dos adolescentes.

- Te lo dije ¿verdad? Dieciocho años, eso es antes de los veinte - rió la castaña, extendiendo su mano frente a su novia, quien gruñó con frustración antes de sacar su cartera.

- Has jugado bien, Julieta - le dio la razón la profesora, sacando un billete de su cartera y dándoselo a Hyomin, quien seguía con una sonrisa victoriosa.

- Espera, ¿habéis apostado cuándo empezaríamos a salir? - preguntó Jiyeon, señalándose a sí misma y a Eunjung, a lo que ambas asintieron.

- Yo decía que nos lo confesarías a los veinte, mientras que tu madre mantenía que sería antes de los veinte. Hija, si hubieras esperado un poco más habría ganado - la rubia hizo un puchero, mostrándose juguetona en la situación que las dos jóvenes creyeron que iba a ser tensa.

- ¿Y os parece bien? - habló con timidez la pelinegra. Las dos no tardaron ni un segundo en responder a la vez.

- ¡Por supuesto! 

- Por favor, Eunjung, ¡tú eres la mejor opción que puede existir para nuestra hija! - exclamó Hyomin, haciendo contundentes gestos con sus manos para señalarla, para que le quedara bien claro que a ellas les gustaba como pareja de su hija.

- Además, ¿por qué lo tratas como si fuera algo nuevo? - preguntó Qri a su antigua alumna-. Cuando tenías ocho años me decías que querías pedirle matrimonio.

- Hombre, Eunjung siempre ha sido mi princesa, mi Blancanieves, pero de ahí a ser pareja... - comentó, haciendo una mueca de vergüenza porque su madre hubiera confesado algo así frente a una sonriente de medio lado Eunjung.

- Y seguro que no acabáis de empezar ahora - dejó caer la actriz, intentando que fuera sutil. Jiyeon asintió en respuesta.

- Llevamos juntas desde los dieciséis.

- ¡Ja! - volvió a extender su mano hacia su novia, a lo que esta rodó los ojos.

- Vamos, hoy es mi día de suerte - ironizó, dándole otro billete. Miró hacia las alucinadas adolescentes y lo razonó-. Ella también dijo que empezaríais a salir a los dieciseis y yo aposté a los dieciocho. 

- ¿Podéis ser como unas madres normales que interrogan a la pareja de su hija en lugar de alegrarse? - se medio quejó la menor, cruzándose de brazos de manera que ambas encontraron adorable porque podían ver a la pequeña que comenzaba rabietas.

- Oh, ¿es como quieres que actuemos? - preguntó con una sonrisa que intentaba ser inocente, antes de volverse a Qri para guiñarle un ojo y después dirigirse a Eunjung-. Espero que tomes precauciones, señorita.

- Sí, señorita Ham, no queremos que haya ninguna sorpresa.

- Como bebés imaginarios.

- Sí, nadie quiere un bebé imaginario.

- Salvo que estés en una obra de teatro de bebés imaginarios - razonó, a lo que la otra madre le dio la razón, recordando la hilarante obra que hizo con Gyuri, poco después de que la actriz se recuperara del accidente.

- Sí, nadie salvo un actor de reparto quiere un bebé imaginario.

- Vale, ¡corten! Hasta aquí la fantástica comedia de mamá y mom, ¡un aplauso! - las cortó la hija, riendo a carcajadas por la cara de intimidada que tenía su novia. Extendió su brazo y acarició el cabello de la joven.

- No, ahora en serio. Sabemos que va a ser un camino muy difícil, sobretodo considerando lo que vais a estudiar a partir del año que viene, pero estamos muy orgullosas de vosotras - comenzó Hyomin, a lo que la rubia le dio la razón.

- Vais a tener que enfrentaros al mundo que hay ahí fuera y es más duro que la reacción que podamos tener nosotras. Poco os tiene que importar, pero dado que estudiaréis artes escénicas, sabemos de primera mano que va a ser complicado.

- Y como al final entréis en el programa de entrenamiento de MBK, lo va a ser todavía más - les aclaró la actriz, basándose en las horripilantes experiencias que vivió su amigo actor para dar esos consejos. Las dos jóvenes parecían asustadas, pero se aseguró de que lo comprendieran y luego se volvió a Qri, deseando que ella pusiera el tono suave a esa conversación. La otra lo comprendió al momento y comenzó a hablar.

- Pero lo bueno es que os tenéis la una a la otra. Os tenéis que apoyar y sé que lo haréis bien. Eunjung es una buena chica, Jiyeon. Siempre ha pensado en lo mejor para ti y eso nos encanta - se aseguró de dejarle claro a su hija lo que opinaba de su novia antes de dirigirse a Eunjung-. Y a ti, aunque no necesitas nuestro permiso, te damos lo más preciado para nosotras y sabemos que la vas a cuidar bien. No tengas miedo, pero al mismo tiempo, sé cauta. Jiyeon era pequeña cuando la prensa rosa tiró a su madre para salir del armario, pero creo que recuerda aunque sea vagamente lo que era aquello.

Al ver la mueca de la pequeña, Eunjung intuyó que no debió ser sencillo. Se habían hecho una idea de que salir del armario totalmente no era una opción, pero en sus románticos corazones guardaban la esperanza de vivir como dos enamoradas normales. Al menos se podían dar la mano al caminar por la calle, pues las amigas solían hacerlo también.

La pelinegra se acomodó en su asiento, soltando un suspiro de alivio. 

- ¿Ves? Te dije que no había nada que temer con mis madres. 

- Es que la señora Park, digo, Hyomin, siempre me ha impuesto mucho respeto por alguna razón - confesó Eunjung con timidez, mirando de reojo a la actriz.

- Oh, venga ya, Jungie. Para mamá siempre has sido como una hija más.

- Más bien como un apéndice de mi hija, pero sí, siempre has sido como mi segunda hija - sonrió la madre, asintiendo a lo que Jiyeon había dicho con un toque de broma al principio. Eunjung rió ante aquello, sintiéndose notablemente más relajada.

- ¿Puedo haceros una pregunta? 

- Claro, Jung, dispara - la animó Hyomin, incorporándose y apoyándose en la mesa, gesto que imitió su novia.

- ¿Cómo os conocistéis? 

Las dos se miraron cómplices entre sí, pensando en si era adecuado contarle la verdadera versión ahora que Jiyeon era mayor. Qri asintió y pronto la otra imitó el gesto, viendo que era un momento adecuado para hacerlo. Durante el tiempo que tardaron en llegar Boram, Soyeon y Kibum a casa, las dos mujeres le explicaron a las dos jóvenes su historia, desde el verdadero principio. Jiyeon hizo un gesto de asco y de querer limpiarse los ojos con lejía cuando se enteró de que se habían conocido en un club de solteros de la zona gay de la ciudad. Después su encuentro en el despacho de la profesora, sus citas, sus videollamadas por la noche. Sin duda, habían tenio un inicio curioso, pero no había mejor manera de empezar una historia de amor que la suya.

Horas después, al llegar la noche, Hyomin se dejó caer en su lado de la cama y se puso una crema de manos, antes de pasar a una crema para sus codos y luego una última para sus talones. A su lado estaba Qri, inmersa en su lectura, esta vez devorando un libro de Stephen King, El resplandor. No podía dejar de pensar en el buen día que habían tenido con su hija y su nueva novia, con las tías SsoRam haciendo de sus travesuras de su estilo Tom y Jerry y con el regreso de Kibum de la armada, contándonos todas sus batallitas del ejército. No dejaba de ser el chico juguetón de siempre.

Tras terminar su cremosa tarea, la actriz no pudo evitar lanzarse al cuello descubierto de su amante, haciendo que la otra se riera por las cosquillas que eso le produjo por lo repentino que era. 

- Mañana todo empieza de nuevo - comentó, haciendo referencia a que al día siguiente la actriz comenzaba los ensayos previos para una nueva obra ella comenzaba un nuevo curso académico. La castaña asintió lentamente. 

- En realidad, poco importa lo que haya por delante - susurró, pasando dedo a lo largo de su nariz hasta llegar a su lunar-, porque sé que estás conmigo.

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Comments

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gogixx
#1
Chapter 8: this is so nice ^^
greenjade21 #2
Chapter 11: I know I already reserved this for reading, sorry that I was able to finish it only now. But, I'm glad I was able to have time and read it! Love your MinKyul story. I liked how they started and shock they were upon knowing their identity and loved it how they grew to eventually love each other. And Jiyeon and Eunjung's character, so cute! Seriously, as the story progresses, it grows with you too ... simple but, meaningful. Awesome one! Thanks for sharing this. :)
Hedle19
#3
Chapter 11: decidí comentar al final.. la verdad es que la historia me encantó de principio a fin, fue curioso imaginar a una Jiyeon y una Eunjung de 8 años me encantó, y toda la historia de amor pintada para el MinKyul fue tan jsnzudjjs... realmente me fascinó
Fengxian
#4
Chapter 11: This was a really sweet story and I enjoyed reading it 'til the very end. I liked the way they met and how the relationship developed as the story went on. Qri was just all kinds of perfect for Hyomin and her daughter. Jiyeon as Hyomin's daughter was cute and her blossoming romance with Eunjung since childhood was adorable. Boram and Soyeon were hilarious in their own right and their friendships which their respective main character mimicked each other in some way. You write so well that I'm enjoying all of your Minkyul stories thus far.

I apologize for commenting in English to this story but it is easier for me to express how I felt about it in my second language than my first haha.
Ajumma29
#5
Hasta ahora no había podido comentar esta obra de arte, pero no sabes lo que llegué a amarla ;////; Me la leí entera en una de estas tardes de lluvia que no tienes ganas de hacer nada y no me arrepiento de haberme quedado con la mantita y las golosinas mientras leía esto; es mejor que una película, tan bonetu~
La imagen tierna de Hyomin y Jiyeon me llegó al kokoro ;; Y el gran empeño que pone Qri con sus alumnos da la imagen de esa profesora que cualquiera querría tener para pasárselo bien y aprender. ¡Quiero una Qri en mi vida! Ok ya, pero realmente el FanFic fue hermoso, bonito y muy sincero, te felicito por esto <33

Y ah, el final fue tan bonito too, Eunjung y Jiyeon como pareja y ay, hermoso todo ;/////; -Huye a llorar-

PD: Hwa Young te lovea~
MisskimHyun
#6
Chapter 11: ¡¡OWWWWWWWS!! Aunque faltó la escena de la boda de Jiyeon al estilo Frozen xD
Lo amé, me encantó... ansio que escribas más historias Minkyul (son mi perdición).

No encuentro palabras para expresar todos los bellos detalles que me enamoraron. Desde las palabras dulces, los hermosos momentos. Es todo lo que me gusta en un fic. *se levanta y aplaude por horas* me encanto en verdad :'3
MisskimHyun
#7
Chapter 10: ¡Jajaja! Que si he amado este capítulo.
o es igual a juego de maquinitas para ellas xD. Curioso que hayas elegido la canción de y Love para esa escena, siempre tuve vagas imaginaciones de escenitas lindas sobre y love pero nada como esta. <3 Waah lloraré, ya se acaba TmT
MisskimHyun
#8
Chapter 9: Waaah no ya casi el final dios mio no puede ser. Jajaja pues a mi me ha encantado leerla creeme esta matavillosamente hermosa y me parto de risa xD.
Por otra parte... la filosofía que usaste para referirte al lunar de Qri. Wow, mis respetos, eso fue muy bello.

Eres una romántica. ;D jaja me agrada eso, asi los fics son romanticones *O*
MisskimHyun
#9
Chapter 8: Jajajajaja que hermoso y triste es ver que me quedan pocos capitulos para que termine TmT
MisskimHyun
#10
Chapter 7: *----* no hubiera pensado en una mejor manera para la pedida de novia <3
Jajajaja esa Kyup como novia obsesiva xD pues termuno ganona y siendo su novia