Capítulo 7
Esposa en la SombraHoy ando de buenas y haré una doble actualización, así que asegurence de revisar el capítulo anterior.
Jessica estaba de pie en la habitación que tendría que aprender a considerar suya, lo cual no la hacía menos imponente. Además, era la única de la casa en la que se seguía sintiendo una intrusa.
Se llevó la mano a los labios, todavía ligeramente hinchados por el beso de Taeyeon. Reconocía que había sido una estupidez provocarlo, pero su prepotencia agotaría la paciencia de un santo.
Se había sentido aliviada porque él no la había vuelto a mirar hasta llegar a la casa, cuando la escoltó hasta la puerta entre las dos filas de trabajadores que aplaudían, la tomó en brazos y atravesó con ella el umbral. Ella se había visto obligada a sonreír como si fuera una novia de verdad y aquel ritual fuera a traer buena suerte a la pareja.
Los últimos días habían sido de gran tensión y en aquel momento, en medio de su habitación, se sentía exhausta y al borde de las lágrimas. Después de tomarse un café en el salón, Taeyeon se había ido a consultar el correo electrónico y Shinyong la había acompañado hasta allí. Comprobó, sorprendida, que ya le habían deshecho el equipaje y que Luna, su doncella, había ordenado y guardado todo. Y volvería después para ayudarla a bañarse y a vestirse.
“Pero no quiero tener doncella” protestó. “No sé qué hacer con ella”
“Ella lo sabe” afirmó Shinyong. “Además, la esposa del conde Kim necesita tener doncella. Y ahora, condesa, descanse hasta la hora de la cena”
Jessica tuvo que reconocer que la idea de descansar la atraía, aunque no en aquella cama enorme. Había un sofá-cama al lado de la ventana que le serviría para su propósito.
Se quitó los zapatos y se quedó en ropa interior. Las prendas eran de exquisita seda azul y formaban parte del ajuar que la madam Seo Yoona había insistido en regalarle.
Se tumbó mientras pensaba que eran prendas que ella no hubiera elegido y que, dadas las circunstancias, había sido malgastar el dinero. Al igual que lo era el sueldo de esa doncella que habían contratado para ella. Pero pensó que cedería en ese aspecto, en aras de la armonía matrimonial.
‘Al fin y al cabo, no puedo pelearme con él por todo’ se dijo. ‘Guardaré la munición para cosas realmente importantes’
Taeyeon examinó la información de la pantalla del ordenador con satisfacción y cierto alivio. Le habían confirmado el crédito.
‘Parece que el León es hombre de palabra’ pensó con cinismo.
Se puso de pie. En algún momento tendría que volver a Seúl a firmar los documentos necesarios, pero eso no sería un problema. Su esposa no lamentaría su ausencia, sino que, tras haber acondicionado, como él ya había comprobado, una habitación, en otro tiempo muy bonita, como un espacio de trabajo impersonal, la celebraría.
Se preguntó por qué le molestaba tanto la idea de que ella siguiera trabajando cuando debería aceptar todo aquello que la mantuviera ocupada y lejos de él. Y no debería haber consentido que su enfado por la obstinada resistencia de ella a sus deseos lo hubiera llevado a besarla de aquella manera. Eso era lo último que pretendía. Había decidido ser amable y cortés, hacer que se sintiera cómoda en aquellas difíciles circunstancias y, en vez de ello, había sido un grosero.
Su conducta era inadmisible y debía enmendarla antes de que se convirtiera en imperdonable. Tenían que compartir el mismo techo y sería mejor que lo hicieran con cierto grado de acuerdo entre ellos, al menos en público.
Le enseñaría la carta de confirmación del crédito, que tomó de la impresora, para demostrarle que el sacrificio que los dos habían hecho estaba parcialmente justificado. Pero no estaba seguro de poder convencerla, ya que la había juzgado mal: tenía voluntad propia, pensaba por sí misma y era evidente que no tenía una elevada opinión de él. Así que tal vez era hora de corregirse y de establecer una relación que funcionara. Suponiendo que fuera posible.
Jessica estaba medio dormida cuando oyó que llamaban a la puerta y que la abrían. Se incorporó apoyándose en un codo pensando que sería la doncella. Pero fue Taeyeon el que entró.
“¿Qué haces aquí?” Jessica se dio cuenta de que estaba en ropa interior y trató en vano de encontrar algo con que cubrirse. “¿Qué quieres?”
Él también parecía sorprendido y se le enrojecieron levemente las mejillas cuando la miró. Después se apresuró a mirar el papel que llevaba en la mano.
“He venido a darte una noticia”
“¿No podía esperar?” preguntó ella con sequedad.
“Si, pero creí que te gustaría saber que el ilustre Juhyun ha accedido a llegar a un acuerdo con Blanc&Eclare, por lo que nuestros días juntos están contados”
“Entiendo. Eso está muy bien”
“Suponía que dirías eso. Pero hay otro asunto del que deberíamos hablar. Me acaban de decir que el personal de servicio ha preparado una cena en nuestro honor esta noche. Han decorado el comedor con flores y han sacado el cáliz de la familia. En un momento dado de la noche, se llenara de vino y diversas hierbas y beberemos de él mientras el personal aplaude”
“¿Y qué problema hay?” preguntó ella con el ceño fruncido.
“Ninguno, pero compartir el cáliz significa que esperamos que la noche de bodas sea dichosa y que tengamos muchos hijos” la miró con expresión irónica. “Eso implica que no esperan que durmamos separados en tan importante ocasión”
Jessica se sentó olvidándose de la vergüenza. “Pues se van a llevar una desilusión”
“Me has dicho en el coche que tenías que ganarte su respeto” le recordó con suavidad. “Debo decirte, Jessica, que no lo conseguirás mostrándote tan pronto como una esposa que no lo es en absoluto. De hecho, puede que tenga el efecto opuesto”
“Es un riesgo que tendré que correr”
“¿Cuando se puede evitar fácilmente?”
“¿Dejándote dormir conmigo?” negó con la cabeza y añadió con voz ahogada. “Eso nunca. Sabía que no eras de fiar”
“No, pasando yo la noche en tu habitación en vez de en la mía” dijo él con frialdad. “Como ves, aquí caben media docena de personas. Hazme caso, Jessica, tu vida aquí será mucho más fácil si creen que somos verdaderamente marido y mujer y que al menos nos tenemos afecto”
“¿Y qué te quedes aquí esta noche bastará para convencerlos?”
“Probablemente tendré que hacerte más visitas. Pero serán pocas y breves. No volveré a quedarme toda la noche. Si espero a que te duermas, ni siquiera te darás cuenta de mi presencia”
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