Capítulo 14
Esposa en la Sombra“No me pasa nada” protestó Jessica. “No debería estar en la enfermería. Sólo he sufrido un shock, y por eso me he desmayado. No estoy enferma”
“No, no” la madre BoA le acarició la mano. “La hermana Sooyoung me ha asegurado que los primeros síntomas de embarazo suelen ser desagradables, pero no graves”
Jessica no habría experimentado un horror mayor si hubiera explotado una bomba en la enfermería.
“¿Un hijo? ¿Voy a tener un hijo? No puede ser”
“La hermana trabajaba en ginecología antes de ven ir al convento. Me ha dicho que ya lo sospechó hace una semana. Y sucediese lo que sucediese en el pasado, se lo debes decir a tu marido”
“No” Jessica se incorporó en la cama, alarmada. “No puedo hacerlo”
“Pero llevas en tu vientre el heredero de un importante apellido. No puedes guardarlo en secreto. El conde Kim debe saber que va a ser padre”
“Sería lo último que querría oír” susurró Jessica. “Créame, se lo suplico, madre, y no me pida explicaciones” y comenzó a llorar en silencio.
Exhausta emocionalmente, durmió mejor aquella noche y se levantó más tranquila y llena de determinación. Se olvidaría del pasado y emplearía el dinero que Taeyeon había pagado por Casa Bianca para empezar una nueva vida en Estados Unidos.
Él ya lo tenía todo: su orgullo, sus recuerdos, su casa y su amor, a pesar de que ella tratara desesperadamente de negarlo.
A la hora de la comida, tomó un tazón de sopa y un poco de pasta y fue a sentarse bajo la morera. Era una tarde calurosa en la que ni los pájaros cantaban.
Al oír los ladridos emocionados de un perro, pensó que estaba soñando. Pero allí estaba, corriendo hacia ella mientras movía la cola y cambiaba los ladridos por gemidos. Ella se levantó de un salto.
“¡Ginger!” susurró. “¿Qué haces aquí?”
Y luego se percató de que alguien lo seguía, un hombre no muy alto y esbelto, vestido con jeans y una camisa polo negra, que la miraba.
‘Oh, no’ gimió para sí. ‘No es verdad. Esto no puede estar pasándome’ Sabiendo que su aspecto dejaba mucho que desear, cruzó los brazos en actitud defensiva.
Taeyeon se detuvo con expresión resignada al ver el gesto. “Buenas tardes, Jessica. ¿Cómo estás?”
“Hasta que has llegado, muy bien” dijo con frialdad. Pero observó que estaba más delgado, que se le marcaban más los rasgos de la cara y que tenía los ojos sombríos. Pero no debía fijarse en esas cosas ni consentir que le dieran pena.
“Me han dicho que has comprado Casa Bianca” dijo con voz tensa. “Si quieres regalársela a Tiffany, has malgastado el dinero porque nunca le ha gustado estar en Busan, ni siquiera de niña”
“La he comprado para mí. ¿Quieres saber por qué?”
“Supongo que porque es una forma de darme dinero que no puedo rechazar. Pero da igual. La casa ya no es mía y pronto me marcharé” hizo una pausa. “¿Cómo me has encontrado? ¿Te ha puesto en contacto contigo la madre BoA a pesar de que me prometió que…?”
“No, nadie se ha puesto en contacto conmigo. Vi unas cartas en la agencia inmobiliaria dirigidas al convento y recordé que te había visto hablar con la madre BoA en la última recepción a la que fuimos juntos. De pronto, después de semanas de búsqueda infructuosa, todo encajaba. He venido a preguntar por ti, y la madre me ha mandado aquí”
Jessica se inclinó a acariciar a Ginger. Se había ruborizado. “¿Me estabas buscando? ¿Por qué? Nos habíamos despedido”
“Dijimos muchas cosas” contestó él con brusquedad, “pero no sé cuántas eran verdad”
“Pues yo ahora sé la verdad” no lo miró, sino que siguió con la vista clavada en Ginger.
“Si te refieres a la carta que te mandé, la escribí porque estaba dolido y enfadado. Lo lamenté inmediatamente e intenté que no la recibieras, pero era demasiado tarde. Y cuando pude volver a Busan, habías desaparecido”
“¿Con qué derecho estabas dolido y enfadado?” alzó la vista para mirarlo acusadoramente. “¿O vas a negarme que volviste a Seúl por mi prima Tiffany?”
“No niego nada. Contesté a una petición de ayuda de mi abuela” Taeyeon se aproximó a ella. “Tiffany se había presentado en casa de la abuela Taehee. Estaba histérica y gritaba que yo había destruido su matrimonio y que el honor exigía que le ofreciera mi apellido a ella y al hijo que esperaba. Era una emergencia y tuve que marcharme” sonrió levemente.
“¿Te resulta divertido?”
“La mayor parte de las cosas absurdas lo son”
Please log in to read the full chapter
Comments