se supone debería estar actualizando mis otras historias, pero me siento falta de inspiración y me resulto mas relajante trabajar en está. Así que aquí los dejo con este capitulo y les agradesco por sus suscribsiones y votos.

Jessica no estaba segura de lo que la había despertado. ¿Por qué se movían las cortinas si no hacía viento aquella noche? Descubrió, aterrorizada, que no estaba sola. Había una sombra alta y oscura al lado de la cama y una voz masculina le susurró:

“¿Dormías? Espero que estuvieras soñando conmigo”

Antes de que ella pudiera gritar, el colchón se hundió con el peso de aquel hombre y unos fuertes brazos la atrajeron hacia su cuerpo excitado mientras su cálida boca se apoyaba en la de ella y la besaba profunda y sensualmente, de una forma que Jessica no había experimentado.

Durante unos segundos, su cuerpo respondió de manera instintiva y vergonzosa y se enarcó contra el de él.

Recuperando la cordura, ella retiró la boca y trató de apartarlo arañándole el torso. Él lanzó una maldición y aflojó el abrazo, lo que Jessica aprovechó para alcanzar el otro extremo de la cama mientras buscaba desesperadamente el interruptor de la lámpara.

Cuando la luz iluminó la habitación, ella miró, horrorizada, al asaltante.

Taeyeon fue el primero en hablar. “¿Tú? Pero no entiendo…”

“Fuera de aquí” Se había sonrojado de la cabeza a los pies, le ardía la cara de vergüenza mientras tiraba de la sábana para ocultar sus senos desnudos. “¡Váyase, por Dios!” pidió, pero ya era tarde. Llamaron a la puerta y se oyó la voz de su madrina.

“¿Estás bien, Jessica? Han visto a un intruso en el jardín”

Taeyeon masculló alguna maldición y se cubrió con la sábana. Y antes de que Jessica pudiera contestar, se abrió la puerta y entró la madam Seo, seguida de la condesa Kim, Choi Siwon y Shindong.

Seo Yoona se detuvo y se llevó la mano a la boca. Los miró sorprendida y consternada.

Se produjo un largo silencio, que rompió la condesa al pedir al señor Choi y al mayordomo que salieran. Después cerró la puerta.

“¿Qué pasa aquí, Taeyeon? ¿Te has vuelto loco o has perdido todo sentido del honor?” la condesa Kim entonces miró a Jessica. “¿Está mi nieto aquí porque lo ha invitado? Dígame la verdad, por favor”

Taeyeon contestó por ella. “No, abuela, ha sido idea mía” se miró los arañazos del pecho. “Pero es evidente que tenía que haberlo pensado mejor”

“¿Me estás diciendo que has deshonrado el apellido familiar, que has forzado a una chica por un capricho?” la condesa cerró los ojos. “¡Dios mío, me resulta increíble!” exclamó desilusionada.

Jessica entonces se dio cuenta de que no estaba teniendo una pesadilla de la que pudiera despertar. Y que tampoco le iba a servir desear la muerte en aquel preciso instante.

“Condesa, madrina… Sé lo que parece, pero… no ha pasado nada”

“Su pongo que porque lo hemos interrumpido” dijo Yoona en tono frío mientras señalaba el camisón de Jessica en el suelo.

‘No, es porque ha descubierto que estaba en la habitación equivocada y con la mujer equivocada’ pensó Jessica. Lo pensó, pero no lo dijo porque al hacerlo las cosas empeorarían aún más.

Taeyeon señaló su ropa. “Tal vez, antes de añadir nada más, se me permita vestirme”

“Dentro de un momento. Mi ahijada es lo primero” Yoona agarró la bata de Jessica que estaba en una silla y se acercó a la cama. “Póntela, hija mía, y ven con nosotras al salón” después añadió. “Haga el favor de reunirse allí con nosotras cuando esté listo, conde Kim”

Sentada de espaldas a él en el borde de la cama, Jessica se puso la bata y se ató el cinturón con dedos torpes. Estaba temblando y a punto de echarse a llorar. Pensó que era una situación ridícula, como la de una farsa teatral, salvo porque no habría explicaciones en el último acto, ya que ello supondría implicar a Tiffany.

Mientras seguía a las dos ancianas, trató de comprender lo que había sucedido. Era evidente que Kim Taeyeon esperaba encontrar a su prima esperándolo, pero la habitación de Tiffany estaba en el otro extremo de la casa. Entonces, ¿por qué había creído el conde que dormía en la torre? ¿Y qué era aquello del intruso en el jardín? ¿Quién lo había visto?

Shindong salía del salón cuando entraron ellas. Aunque su cara carecía de expresión, Jessica, que lo conocía desde siempre, evitó su mirada.

Él había encendido las luces y llevado café. Yoona le sirvió una copa de coñac a Jessica.

“Le he dicho a Shindong que te prepare otra habitación. No querrás volver a la torre” dijo Yoona.

‘Jamás’ pensó Jessica. “Gracias” le dijo a su madrina y bebió un trago. “Pero te juro, les juro que no ha pasado nada”

“¿Le parece, señorita, que no es nada la vergonzosa conducta de mi nieto, el ultraje a la hospitalidad de su madrina?” preguntó la condesa con frialdad. “¿Me está diciendo que está acostumbrada a compartir la cama con desconocidos? ¿Qué hay que tomar a broma este insulto imperdonable? Si es así, dudo que el ilustre Juhyun esté de acuerdo.

Jessica se ruborizó. “No” dijo con voz ahogada, “por supuesto que no. ¿Tiene que saberlo?” preguntó temerosa.

“Creo que sí” afirmó la condesa. “Antes de que le llegue la historia por otras vías” hizo una pausa. “Es una desgracia que Choi Siwon haya sido testigo de lo sucedido porque se lo dirá a su mujer y ésta se lo contará inmediatamente a todo el mundo”

“Seguro que no” dijo Jessica.

“Es inevitable” insistió la condesa.

Yoona se sentó al lado de Jessica y le tomó la mano. “Suponemos que el conde Kim dio alguna señal, tal vez durante la cena, de que te encontraba atractiva, hija mía, y que te sentiste halagada y le diste motivos para creer que sería bien recibido después. ¿Fue eso lo que pasó?”

Jessica se mordió los labios. Era imposible decir la verdad, así que tendría que mentir. “Si lo hice, fue sin querer” dijo en voz baja.

“Pero creo que debemos aceptar que eso fue lo que pasó y actuar en consecuencia” su madrina habló con firmeza mirando hacia la puerta. “Y estoy segura de que el conde Kim estará de acuerdo”

Jessica pensó con amargura que entrar en una habitación sin hacer ruido debía de ser una de las habilidades del conde, porque tampoco entonces se había dado cuenta de su llegada.

Apoyado en el marco de la puerta, parecía relajado. Pero ella percibía la ira del hombre.

‘Pero ¿por qué?’ se preguntó. ‘Soy totalmente inocente y él lo sabe’.

Taeyeon entró caminando lentamente. “Lamento profundamente, señorita Jung, haber malinterpretado la invitación que creí haber recibido. Ha sido un error imperdonable por el que espero compensarla como se me indique”

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