-Junio del año anterior-

Le habían tendido una emboscada. Se percató al entrar en el salón y ver que su abuela, la condesa Kim, no estaba sola como había creído. Su hija, la madam Gyuri, estaba sentada a su lado.

“Abuela querida” se acercó a ella y le besó la mano. “Y tía Gyuri” inclinó cortésmente la cabeza. “Qué agradable sorpresa”

En cierto sentido, era verdad. No esperaba encontrar allí a la hermana mayor de su difunto padre, la imponente matriarca que gobernaba a su numerosa familia como una déspota. Pero dudaba que a ninguno de los dos le resultara placentero aquel encuentro.

“Querido Taeyeon” Kim Taehee le indicó que se sentará en el sofá frente a ella. “Tienes muy buen aspecto”

“Gracias. Gozo de excelente salud, probablemente debido más a la buena suerte que a mi buen juicio, como estoy seguro de que tía Gyuri querrá aclarar”

“No creo que participar en una carrera de caballos privada cuando te estás recuperando de la dislocación del hombro que sufriste en el partido de polo demuestre que tienes algún tipo de juicio, querido Taeyeon” dijo la madam.

“Pero habían apostado mucho dinero para que ganara. Incluso tú habías apostado tía, según mi primo Onew. Así que hubiera sido una descortesía defraudar a la gente” Sonrió engreído. La expresión de la madam manifestó claramente que Onew pagaría por su indiscreción.

“Corriste un gran riesgo, querido” añadió su abuela.

“Un riesgo calculado, abuela”

“De todos modos, querido, hay un asunto que debes considerar seriamente”

Taeyeon apretó los labios. “Su pongo que te refieres de nuevo al matrimonio”

“Tengo que hacerlo” Taehee se inclinó hacia delante con ojos suplicantes. “No deseo inmiscuirme en tu vida, ni que te enfades, pero ya hace dos años que tu amado padre murió y que eres conde. Necesitas un heredero para el título”

“Conozco mis obligaciones, abuela, pero no me atraen mucho”

“No” dijo su tía. “Prefieres jugar con las esposas de otros en vez de buscarte una. No lo defiendas, mamá” dijo su tía. “Es la verdad y lo sabe” añadió con brusquedad cuando la condesa trató de hablar.

“Está muy bien que te tomes tanto interés en mi vida privada” masculló él.

“Como si fuera privada” respondió ella. “Me temo que será cuestión de tiempo que una de tus aventuras se convierta en un escándalo público. Y no podrás culpar a nadie salvo a ti mismo si la marca Blanc&Eclare sufre las consecuencias”

“Hacemos ropa para la industria de la moda, tía, no sotanas. Dudo que lo que se diga de mí como presidente de la compañía influyan en que una chica compre una falda de nuestra marca o de otra. Puede que incluso las ventas aumenten”

“Eres increíble” disgustada su tía agarró el bolso y se levantó. “No tengo paciencia para hablar contigo”

“Y a mí se me está agotando para seguir escuchándote. Mejor ocúpate de encontrar una esposa para Onew” Taeyeon le contestó despectivo. Ella no dijo nada y solo le dirigió una mirada furiosa antes de salir de la habitación.

“No has sido muy amable” observó su abuela.

“Sin embargo, es la verdad, algo que ella afirma admirar tanto. Le mandaré flores para hacer las paces” se calló durante unos segundos y luego suspiró irritado. “Estoy seguro de que no has venido para sermonearme por mis pecados. Es indudable que tiene una candidata para que sea mi esposa”

“En efecto, Gyuri me ha hablado de… alguien”

La expresión de Taeyeon se relajó un poco. “Por supuesto. ¿Y no vas a decirme su nombre?”

“Se llama Jessica”

“¿Una chica americana?” no ocultó su sorpresa.

“Con sangre coreana. Su abuela, Yoon Eunhye fue muy buena amiga mía, y Gyuri también le tenía afecto. Ella se casó con un coreano-americano y una de sus hijas se casó con otro llamado Jung. Ellos vivían en San Francisco, pero, por desgracia, se mataron en un accidente de automóvil. Jessica, su única hija, regreso a vivir a Seúl y trabaja de traductora en una empresa de publicidad” Explicó bien informada.

“¿Trabaja?” Taeyeon arqueó las cejas. “Así que no es sólo una cara bonita, como dicen”

“Eso lo juzgarás tú mejor que yo. Me parece que la conoces”

“¿Ah, sí? No la recuerdo”

“Estaba en una cena a la que acudiste en casa de Tiffany Hwang-Horvejkul, un nombre que te resultará conocido. Y ciertamente, una cara bonita” Dijo su abuela mirándolo con severidad.

Taeyeon maldijo en silencio a su tía Gyuri al tiempo que se preguntaba cómo había conseguido la información. Pensó que debería ser más cuidadoso en el futuro.

Tiffany, casada con el rico pero soso presidente de una empresa de contabilidad, era joven, guapa y se aburría. Cuando se conocieron, Taeyeon notó que estaba dispuesta a hacer travesuras. Posteriores encuentros íntimos le demostraron que era tan ardiente y tenía tanta