II.

Amor Fati

 Yongguk no puede creer que está atrasado un minuto y medio cuando llegó con más de una hora de adelanto. Pero al menos ya no se siente como un perro abandonado a su suerte, ya le han dado todas las instrucciones, incluso un papel impreso con los primeros horarios de los pacientes y los otros guardias, aunque es demasiado pequeño y no cree que nadie lo entienda en realidad. De todas formas lo guarda en el bolsillo de atrás del pantalón, quizás más tarde, en su casa (y con una lupa) lo analice bien. Ahora está apurado, las luces se han apagado porque, la cena se sirve en otro comedor, uno del segundo piso, que es donde empiezan las habitaciones de los pacientes.

 Hoy, en el resumen de la charla, le han aclarado que la actividad en el primer piso queda exenta de pacientes cinco minutos antes de la cena, aunque en el resto del edificio la cosa no para hasta cerca de la media noche, por lo que solo tendrá un colega hasta entonces; el encargado del patio de atrás.

 De pronto la oscuridad es más pesada y… ¿qué hacía el chico de ayer en el primer piso tan temprano? Después de todo, por lo que tiene entendido los pacientes pasan por un chequeo en las mañanas antes de bajar.

 Yongguk no sigue pensando en eso, no porque no quiera, es porque algo lo interrumpe.

—Señor nuevo guardia, ¿no me vas a responder?

 La voz ya se le hace reconocible, lo cual le parece ridículo cuando apenas la ha oído tres veces, contando esta.

—¿No puedes hablar?, ¿es parte de la imagen de guardia malo?

 Yongguk no responde de nuevo, aprieta los labios incluso, inclina la cabeza en forma de despedida y se apresura a seguir su camino.

—El último guardia era más amable que tú —Gruñe el otro chico comenzando a seguirlo. Yongguk solo recuerda que al primer intento de agresión puede disparar, lo repite en su cabeza hasta sentirse más seguro —, hay apenas dos nuevos guardias, es injusto que coincidentemente hayan sacado al que no me caía mal… ¿no sabes por qué lo sacaron?

 El chico camina a su lado ahora, mirando el piso mientras le confiesa que en realidad el guardia anterior renunció porque le ofrecieron completar sus estudios en el campo de biología, el chico no era más que eso: un chico, así que no había dudado en dejar su carta de renuncia en la recepción tras la misma llamada de su hermano mayor.

—¿No deberías estar durmiendo?

—¡Lo sabía!, si hablas. Creí que estaba empezando a volverme loco —El paciente se ríe, como si fuera una broma graciosa cuando ambos están dentro de una institución mental —, sin intenciones de hacer un juego de palabras, lo juro.

 La voz del paciente es todo lo que llena el vacío de la noche después, porque el chico no deja de hablar durante al menos tres horas seguidas, apenas alcanzan a haber algunos espacios en medio para preguntar algo a lo que el guardia no piensa responder antes que el paciente se dé cuenta que eso no es más que un monólogo.

—Me cansaste, ah, ¿no puedes responder siquiera cuando me estoy despidiendo?

 Yongguk responde entonces con un “adiós”, porque ni siquiera sabe muy bien de qué están hablando (o de qué está hablando), el paciente lo mira a los ojos por más de un segundo y casi pareciera que va a sonreír.

 Cuando Yongguk vuelve a quedar solo son casi las cuatro de la mañana, tras las instrucciones de hoy ya sabe que debe estar en la entrada a las cinco con cuarentaicinco dejando su uniforme colgado, esa es la misma hora en que los chequeos comienzan, pero no son más que unos minutos así que la posibilidad de pacientes en el primer piso es bastante alta solo unos momentos después. Como en el centro de salud mental la mayoría de los pacientes no tienen enfermedades que representen una amenaza, poseen bastante libertad dentro de lo posible.

—¿No me dirás tu nombre?

 Yongguk no puede evitar sobresaltarse un poco, sin embargo no lo deja notar, no le entrenaron para verse débil ante el enemigo (o lo que sea el delgaducho ese), así que el guardia se vuelve a poner rígido, tose un poco para disimular el pequeño sonido de sorpresa que había escapado de sus labios y pasa del chico. De forma tan literal cómo es posible, simplemente caminando a su lado hasta atravesar el pasillo y llegar a la puerta que el recluso no puede traspasar.

 Ni siquiera se detiene cuando el viento lleva hasta su oído un agudo “escucha mi nombre al menos, ¡guardia! Mi nombr…”.

 No. A Yongguk no le interesa su nombre.

 Cuatro minutos después el doctor Wu le pregunta que tal la segunda noche y Yongguk se odia por no haber escuchado el nombre del paciente.

—¿Le puedo preguntar algo? —El doctor asiente mientras llena unos papeles, como si ya supiera que la pregunta de Yongguk no va a valer la pena —Está este chico, no es que me interese, pero me habla, es extraño, no sé si es real o me estoy volviendo loco… —El guardia tartamudea porque su elección de palabras de pronto no parece la más indicada, pero prosigue de todos modos —Es solo que está despierto demasiado temprano, ayer estuvo conmigo un rato en la noche, pero por lo que entiendo no está permitido que eso pase, sinceramente no sé por qué no hice nada antes pero…

—Está bien. Es Himchan, ¿cierto?... ¿Delgado, barbilla puntiaguda, ojos pequeñitos? —Inquiere el doctor cuando el nombre parece no tener efecto en Yongguk —No te preocupes, está aquí como medida de prevención porque y tuvo un intento suicida hace unos meses, ya sabes, lo típico.

 Yongguk dice “ah, claro” aunque no entiende qué es lo típico o por qué un intento de suicidio cabría en esa categoría.

 ¡Oh, pero por supuesto! Esto es un hospital mental.

—Llego pésimo, pero ha mostrado increíbles mejorías.

 El guardia se retira, otra vez, cansado como desde siempre.

 Quizás pensando en Kim Himchan. Quizás no.

 

 Es recién en el tercer día que Yongguk conoce al otro guardia, su nombre es Daehyun y es más joven por un par de años, cuando Yongguk le pregunta por qué está trabajando en algo como la seguridad, Daehyun simplemente levanta los hombros y dice “necesito dinero y mi tío trabaja en la empresa, así que ¿por qué no?, además, mi madre no pagará mi carrera de cantante, ¿sabes?”. A Yongguk le comienza a gustar. Hay algo en el chico que le recuerda a sí mismo hace unos años atrás, solo que este niño Daehyun hace lo que él no se atrevió a hacer.

—Y tú, ¿por qué eres guardia?

—¡Porque me encanta! —Responde Yongguk calzándose los zapatos con una sonrisa que le demuestra a Daehyun que todo es una maldita mentira —, porque me encanta.

 Es un poco incómodo, Yongguk lo siente en la sonrisa forzada del otro guardia cuando le recuerda que ya deben salir.

 El primer piso está oscuro, las ventanas selladas, las puertas de la recepción y el laboratorio con llave, todo el resto simplemente cerrado. Se escuchan voces, pasos, llanto y un grito súbito desde el segundo piso, deben estar en la cena, así que Yongguk intenta recordar la letra de la canción que cantaba en sus años de ejército cuando le tocaba guardia, pero no puede recordarla bien, está seguro que habla de arreglar un corazón roto y de luz, pero no encuentra la melodía en ninguna esquina de su cerebro y deja de buscar cuando comienza a descubrir otras cosas que no recordaba.

—¿Hambre?

 Sin darse cuenta Yongguk lleva la mano hasta un extremo de su cadera, a un centímetro de tomar el arma que allí descansa.

—No te quiero hacer nada, guardia. Tranquilo.

 Himchan, piensa Yongguk, algo extrañado de decir el nombre, incluso en su cabeza. El paciente ni siquiera lo mira a la cara, parece diferente a ayer, y al día antes, tal vez es que antes parecía que dominaba el lugar mientras ahora parece que acaba de salir de la suela de un zapato que lo aplastó.

—Deberías estar en la cena.

—¿Seguro que no quieres comer? Nunca entendí muy bien cómo no se desmayan sin comer durante tanto tiempo.

—¿Debo llamar al doctor?

—Solo quiero hablar contigo, ¿vale?

—Tengo una ronda que hacer.

—¿Puedo saber tu nombre, al menos?

—Puedes seguir llamándome guardia en lo que me concierne.

—Esto será tan difícil… —Comenta Himchan entre un suspiro cansado —Pero bueno.

 Yongguk por su parte no se molesta en preguntar qué será tan difícil. No hace falta cuando comienza a caminar de nuevo y los pasos de Himchan hacen eco tras él. Esta noche es en silenciosa, comparada con las charlas previas de Himchan al menos, así que el guardia deja de prestarle atención cuando dobla en una de las salas de entrevista.

 Deben ser algo así como las tres de la mañana cuando Yongguk voltea para encontrar nada más que una ventana que da al patio.

—¿Himchan? —Inquiere el guardia algo temeroso de decir su nombre.

No hay respuesta, así que Yongguk termina por acelerar la guardia hasta volver a la puerta principal. Lo que va a hacer no es algo por lo que sus superiores le felicitarían, pero es algo que cualquier humano haría después de estar con un chico que desapareció:

—¿Dae-ah?

 La noche no tiene luna y apenas unas estrellas, así que no es hasta que Daehyun le apunta con la linterna que Yongguk alcanza a distinguir otra figura.

—¿Himchan?

 Daehyun no parece ni siquiera sorprenderse porque ambos chicos se conozcan, simplemente sonríe y guarda su linterna.

—¿Qué pasó? —Yongguk incluso tartamudea un poco cuando responde “nada”, pero Daehyun tiene la decencia de no hacerlo notar— Oh, Himchan-hyung me estaba hablando de un nuevo psiquiatra, ¿no te quieres quedar?

 Cuando Yongguk acepta es porque cree que ya ha sido lo suficientemente patético escapar una vez. Himchan comienza a hablar otra vez, igual a como Yongguk le oyó el primer día, como animado, como si no perteneciera a ese cuadro negro y gris que es el hospital, sin embargo Daehyun frunce el ceño.

—Himchan, ¿estás bien?

—Claro, pero creo que tengo sueño.

 Himchan se levanta entonces, con una pequeña sonrisa que Daehyun queda mirando por un instante más de lo que es convencionalmente aceptable, el paciente se despide de Daehyun con un movimiento de mano y de Yongguk sumando su “adiós, nuevo guardia” que Yongguk no encuentra tan asombroso ya.

—¿Por qué le preguntaste si estaba raro?

—¿En serio? —Daehyun se arregla un poco la gorra mientras levanta una ceja —Incluso si Himchan-hyung es uno de los más normales por aquí, está bajo custodia por algo. Ha intentado quitarse la vida al menos tres veces, aunque sus crisis suelen ser por nada más que el momento y por lo general es… era bastante centrado. Iba en mi universidad antes —Dice el más pequeño de golpe, como excusando su conocimiento del paciente—, ya sabes, antes que yo congelara contaduría y que él se tirara de un quinto piso… era uno de los populares al menos veinte días al mes, los once restantes estaba solo, en una esquina del casino con las piernas contra el pecho escribiendo algo. Desde su último intento su madre le ordenó entrar a un psiquiátrico o lo-que-fuera, desde entonces ha sido como un alma en pena, creo que no hace mucho comenzó a mostrar mejorías… pero deben ser cosas técnicas, porque yo lo notaba igual de muerto que hace tiempo y ni siquiera sé porque te acabo de revelar su vida entera. Supongo que porque ya se conocieron o algo.

—Sí… tengo que volver a la guardia.

 Daehyun le mira con cara de “no entrarán a robar, no te vayas”, pero Yongguk no se detiene, tiene la oculta esperanza de que Himchan esté en la escalera para despedirle.

 No está.

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Thank you!
blueous
No volveré a escribir algo así de enfermo...

Comments

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AphroditeLetter
#1
Chapter 12: Entonces...lo del decimotercer piso no era una metáfora de Yongguk sino que Himchan realmente se tiró o no entendí? El caso es que esta historia es genial. Aunque esta página es principalmente de historias en inglés, esta historia es mejor que muchas de las que he leído acá, te felicito, lo transmites increible, una excelente historia y de mis FF favoritos hasta el momento, buen trabajo♡
erickkbaj_tipa #2
Chapter 12: Hasta que me animo a crear una cuenta aquí, hahaha es lo primero que he hecho al crear y es buscar esta historia, casi me da algo cuando olvidé el nombre, pero en fin, es una de mis favoritas, me acuerdo que la leí por primera vez en la escuela :v hahahaha me gusta mucha la historia, ya no hay muchos de estos u.u
GukkieKookie
#3
En espanolllll ~!
Bachelorette
#4
Chapter 10: Great story!
JusticeWillPrevail-L
#5
Chapter 6: Asdfghjklasdfghjkl, la tensiónnnnn *O* Jajaja, sentí el momento tan real, que tenía ganas de agarrar una tijera y cortar el aire xD Celos...~
Pero pobres Himchan y Yongguk, que cuanto más vamos conociendo de sus historias, más quiero abrazarlos y decirles que todo está bien ;w;
¡El final fue épico! En Argentina diríamos: "¡Hay onda...!" (Como que hay química entre los dos >///<). Me gustó mucho como va avanzando todo. Y creo que si te parece necesario explotar más, y bueno, que lo hagas, a mí por lo menos no me molesta :D
JusticeWillPrevail-L
#6
Chapter 5: ¡¡Woooow!! Lo leí todo recién, y me gustó mucho... Aún si sé que no habrá romance, siempre me interesan los psiquiátricos y las enfermedades mentales, etc. Me atrapó bastante la personalidad de Yongguk...
Es el primer fic en español que leo en AFF. ¡Lo seguiré leyendo! Buen trabajo, me gusta tu forma de escribir n.n