De hecho esto más que un capítulo diez podría ser llamado epílogo. Lo siento por el desenlace

Ambos están sentados en uno de los café que quedan cerca de la nueva casa de Himchan y  no importa que Yongguk necesite recuperar sueño porque comenzar a estudiar música sea más absorbente que el trabajo como guardia que tenía antes, no importa porque esto es exactamente lo que tiene que estar pasando y él no se levantaría de allí ni aunque el cielo se callera a pedazos.

—Me pudiste haber dicho antes —Comenta Yongguk recordando el día que le dieron de alta al menor del psiquiátrico.

—Nop, te quería dar una sorpresa.

 Resulta que a Himchan en serio le gusta el café; mucho, y en la media hora llevan allí ha pedido relleno a su vaso dos veces.

—¿Estás bien?

La conversación ha bordeado esa pregunta desde que ambos se sentaron y Himchan no quiere parecer ofendido, pero toma de su vaso y Yongguk sabe que lo ha ofendido.

—¿Lo dices porque soy un convaleciente mental sin importar que haya sido hace años?

—Lo digo porque quiero saber si estás bien.

—No volveré a casa, no quiero arreglar las cosas con las personas que creyeron sería mejor entregarme a unos desconocidos y descuida, lo hice bien en el seminario de grado, digamos que estoy asegurado por un año al menos con el dinero me paga la universidad por ser asistente.

 Yongguk sonríe, aún algo desconfiado de toda esa tranquilidad, pero prefiere no seguir cavando.

—Cuando pienso en esos días solo puedo recordar que estaba tan cansado de sentirme atrapado, ah. ¿Te puedo contar algo? —No es hasta que Yongguk asiente que la cara de Himchan se muestra tal como es, tal como Yongguk la espera, con miedo, con rabia, con resentimiento, con inseguridad, con un poco de sueño y con ganas de volar lejos. Himchan toma otro sorbo de su café y solo le queda uno en la taza cuando retoma la palabra —; te quería ver, ¿sabes?, no solo en las noches como si fuera un ladrón, me harté de estar allí, me harté de no ser más que un folio que quieren dar de alta para llenarse la boca con el éxito del programa, me cansé de ser la excusa de idiotas que quieren sentir que ayudan a alguien a salir de su mierda de vida, me cansé de darles en el gusto a ellos, me cansé de oírlos decir que para salir de allí tenía que estar bien, ¿qué es estar bien?, por Dios. Fácil, bien es cuando uno les hace creer que “lo asumió”, que no está totalmente feliz al punto de pasar por una fase, pero que tampoco está triste, que es normal, que se amolda a los otros pobres diablos que están sueltos en la calle, porque esos igual están mal, pero no tan mal y con no tan mal les basta. Fue cosa de pasar entrevistas, de cambiar las respuestas que quería decir por las que querían escuchar. Bastó con que el doctor se cansara de no conseguir respuestas depresivas para que firmara mis documentos y lo único que realmente lamento es que Yixing; el chico que compartía cuarto conmigo, realmente era buen tipo, pero está tan jodido como yo. Lo que realmente lamento es seguir haciendo creer a Daehyun que retomaré mi vida algún día. Lo que realmente lamento es haberme enamorado de ti.

 La risa de Himchan se esparce por el local e incluso algunas personas se voltean a mirarlo. Es una risa fuerte, que rompe con sus pensamientos y Yongguk solo puede compararlo con el sonido de un cuerpo impactando el piso después de caer de un decimotercer piso.