ALGUIEN MAS
TRAS LA PARED (Versión TaeNy)Tiffany pasó dos semanas maravillosas, aunque agotadoras, con Taeyeon en París. Habían paseado tomadas de la mano por el Sena; se habían internado por las callejuelas del barrio latino; Tiffany se había empeñado en que un artista de la Place du Tertre las inmortalizara con sus pinceles; habían cenado en Au pied de cochon, en Les Halles, junto a la impresionante iglesia de Saint-Eustache, así como en otros restaurantes igualmente románticos; habían visto espectáculos de cabaret y habían hecho el amor sin freno.
Tiffany volvió a París con la intención de despedirse de su trabajo y de sus amigos, y tenía que prepararlo todo para que su sustituto tomara el relevo en la dirección de la empresa. Taeyeon, en los ratos en que Tiffany se ocupaba de los asuntos de trabajo, se quedaba en el apartamento con su ordenador portátil, que llevaba consigo a todas partes, y continuaba escribiendo su última novela.
Poco antes de su regreso a Corea, los antiguos compañeros de Tiffany le organizaron una fiesta por todo lo alto. Le desearon mucha suerte y la felicitaron por su valentía al emprender la dirección de su propio negocio, la editorial que había pertenecido a sus padres.
Aquellos quince días habían sido realmente intensos.
A su vuelta a Seúl, Tiffany tenía que afrontar dos grandes desafíos: empezar una nueva vida al lado de Taeyeon y tomar el relevo de su madre, JungEum, al frente de la editorial a la que ésta había dedicado la mayor parte de su existencia. Ella estaba decidida a no fracasar en ninguna de las dos empresas. Sabía perfectamente que mantener una relación con Taeyeon, amiga de su madre y quince años mayor que Tiffany, era un reto importante, aunque ya había superado lo peor: la oposición inicial de JungEum y los miedos de la propia Taeyeon a enamorarse de ella. Por otra parte, no pensaba defraudar a su madre en cuanto a temas de trabajo. Iba a llevar la empresa adelante con empuje, ahora que ella había resuelto por fin retirarse y disfrutar durante el resto de su vida con YoungDon, su gran amor chino.
Tiffany se encontraba inmersa en estos pensamientos, disfrutando de la sensación de que todo empezaba a encajar a su alrededor, cuando una imagen similar a un fogonazo perforó su mente, plantada como estaba ante el armario abierto del cuarto de baño. Aquella visión la golpeó como una bofetada y provocó que le entrara el pánico. Tiffany había atribuido aquello al estrés de los últimos meses, a la marea de emociones y cambios radicales que se habían producido en su vida, pero la realidad estaba allí, como un enorme signo de interrogación frente a ella. Fue hasta la habitación, abrió su agenda electrónica y lo com
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