(II)
Mi Gran AmigaUna pequeña niña entraba al aula empujada por su madre, la pequeña estaba realmente molesta debido a que la habían parado temprano para ir a la escuela, después de mucho llorar y patalear sus padres lograron vestirla y subirla al auto, aunque ella siguió quejándose todo el camino a su nueva escuela.
-“Que tengas un buen día, cariño”- le hablo su madre antes de darle un beso en la cabeza y alejarse
La niña solo la miro alejarse de brazos cruzados y guiada por su maestra se sentó en una silla que rodeaba una pequeña mesa redonda y había otros niños que ella decidió ignorar, aún estaba molesta.
-“Hola”- saludaron
Supuso que era una niña por su voz, pero la pequeña ni siquiera se molestó en voltear a verla, estaba demasiado concentrada en su enojo, pensando en lo mucho que extrañaba su cama cómoda y caliente.
-“Tu camiseta es rosada y tiene un gatito”- señalo. La pequeña rodo los ojos y volteo a verla –“Es mía”- afirmo muy convencida sin darle tiempo a decir algo
La pequeña se le quedo viendo un momento y negó -“Es mi camiseta, me la compro mi papa”-
-“Todo lo rosado me pertenece”- dijo viendo la camiseta fijamente
-“No es cierto”-
-“Lo es”-
-“No”-
-“Si”-
-“¡No!”-
-“¡Sí!”-
-“¿Todo bien?”- se acercó la maestra cuando escucho los gritos de las niñas –“Mucha tensión aquí”- trato de hacerlas reír pero las niñas se miraban desafiantes
-“Ella dice que mi camiseta le pertenece, pero no es cierto”- se cruzó de brazos
-“Todo lo rosado es mío”- volvió a decir muy convencida
La maestra se reía por la tonta discusión –“Stephanie, no todo lo rosado te pertenece”- la niña la miro como si le hubiesen quitado su oso de peluche para dormir y le hubieran arrancado la cabeza –“Todo lo que tus padres te den es tuyo, pero en este caso el padre de Jessica le obsequio esa camiseta rosada por lo tanto es de ella”-
Stephanie asintió y se quedó en silencio. Jessica la miraba esperando que siguiera discutiendo, fue divertido ver como la maestra le daba la razón y esperaba que volviera a suceder, pero la niña simplemente se volteo y se alejó.
La clase comenzó y los pusieron a dibujar lo que quisieran, los creyones estaban sobre la mesa; Stephanie había agarrado el creyón rosa para pintar un lindo sol rosado que iluminaba a los lindos cachorros rosados que jugaban entre el pasto rosado junto a un lago con agua rosa.
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