(VI)
Mi Gran Amiga¿Te has planteado cuantas veces al día reprimes tus emociones o sentimientos? Hay personas que empiezan a sentir que se ponen nerviosos, se encierran en sí mismos y hacen como si nada; no demuestran lo que sienten, prefieren interiorizar todas las preocupaciones para intentar olvidar y pasar a otra cosa; son maestros es mantener la sangre fría.
Las personas que reprimen sus emociones son en general muy serviciales, muy atentas a los demás. ¿El origen de eso? Miedo al abandono, lo que prohíbe que expresen sus sentimientos, pero en todo hay un riesgo y existen momentos en los que reprimir tantas emociones comienza a pesar y explotan.
Stephanie llegaba a su casa de mal humor, Michelle, su hermana mayor se encontraba en la cocina cuando la escucho murmurar cosas y tirar su mochila en la entrada.
-“¿Steph?”-
-“Soy Tiffany”- respondió de mal humor
-“Tiffany”- corrigió, solo a Jessica le permitía que la llamara Stephanie –“¿Qué pasa?”- se acercó hasta el salón y la vio sentada en el sofá de brazos cruzados
-“Nada”-
-“¿Dónde está Jessica?”-
-“No se”- respondió sin interés
-“No sabes…”-
-“Tal vez con su novio por ahí”- se encogió de hombros –“No me importa”-
Michelle frunció el ceño –“¿Estas molesta con Jessica porque prefirió estar con su novio que contigo?”-
-“NO”-
-“¿De acuerdo?”-
-“No está bien”- la escucho murmurar y morder su labio inferior
El móvil de Stephanie que estaba sobre la mesa se ilumino mostrando la imagen de Jessica, la pelinegra no pudo resistir más negó con la cabeza y se fue corriendo a su habitación mientras lloraba dejando más que sorprendida y preocupada a su hermana.
Michelle no dudo y agarro el móvil de la adolescente y contesto –“¿Jess?”-
-“Unnie”- dijo algo alterada –“¿Dónde está Steph?”-
-“Acaba de subir a su habitación”- respondió mirando las escaleras –“¿Todo bien entre ustedes?”-
-“No lo sé”- suspiro –“Steph tiene días evitándome”-
-“¿Días?”- ahora si comenzaba a preocuparse
-“Le dije que un chico me invito a salir, se fue a su clase y no quiere hablarme”- respondió y en ese momento Michelle se dio cuenta que la voz de la chica se estaba rompiendo –“No sé qué hacer, unnie”- ahorra sollozaba
-“Jess, no llores. Hablare con ella”- la escucho afirmar –“Si quieres venir…”- el timbre sonó “No puede ser” pensó Michelle cuando se acercó a abrir la puerta y se encontró con la otra adolescente con su móvil aun en la oreja y sus ojos llorosos –“¿Desde cuándo estas ahí?”-
-“Acabo de llegar”- respiraba tratando de calmar su llanto
-“Siéntate, iré a hablar con ella”- la menor asintió e hizo lo que se le ordeno
Michelle le dio una última mirada y subió a la habitación de su hermana, toco la puerta antes de entrar y la encontró abrazando su almohada mientras lloraba, su hermana casi no lloraba, la última vez que la vio hacerlo fue cuando su madre murió y algunos días después de eso.
-“Stephanie”- corrió hacia ella muy preocupada –“¿Qué pasa?”-
-“Ya no puedo más, unnie”-
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