(III)
Mi Gran AmigaLa amistad con el pasar de los años abarca cierto nivel de complicidad y aunque solo sean unos niñas sabes que le gusta a la otra, sus manías y hasta las formas de hacer las cosas para o por ese amigo.
Era jueves por la mañana y una pequeña niña llegaba a la que ella consideraba su segundo hogar, se había despertado temprano, como todos los días, se arregló y desayuno para luego salir de su casa en busca de su mejor amiga.
-“Buenos días”- saludo entrando a la casa por la puerta trasera
-“Buenos días, Stephanie”- saludo la mujer que preparaba el desayuno
Un hombre llegaba a la cocina –“Oh! Stephanie, buenos días”- beso su cabeza
-“Buenos días, tío”- mostro su ojo sonrisa sacándole una sonrisa al hombre –“¿Aun duerme?”- pregunto la chica
-“Como todos los días”- escucho la risita traviesa de la chica –“Trata de que no grite mucho esta vez, Soojung no tiene clases hoy”-
-“De acuerdo”- asintió y comenzó a caminar a las escaleras
-“Dile que se apure y bajan a desayunar”- la niña volvió a asentir –“Creo que Soojung no podrá dormir hasta tarde”- suspiro la mujer haciendo reír a su marido
La pequeña Stephanie llegaba hasta la habitación de su mejor amiga, toco la puerta en un intento de ver si la otra chica estaba despierta, pero como era de esperarse no recibió respuesta por lo que decidió entrar; la encontró dormida de esa forma particular que ellas dos dormían, un brazo sobre la cabeza.
-“Jessi”- llamo mientras se acercaba a la cama –“Jessi”- pincho su mejilla, pero no hubo reacción por lo que soltó una risa
Jessica ya estaba despierta, se había despertado con los golpes en la puerta solo que decidió dejar que su amiga la despertara, le gustaba cuando la otra lo hacía.
Stephanie se subió a la cama y se acurruco a su lado para darle muchos besos en la mejilla –“Despierta, Jessi”- aun sin respuesta
La pelinegra soltó un suspiro de frustración, ella no quería llegar a esta parte porque Krystal aun dormía, pero Jessica no le dejaba más remedio que hacerlo. Se sentó en la cama de forma que tuviera acceso al cuerpo de la otra niña, respiro profundo y comenzó el ataque de cosquillas, las risitas no se hicieron esperar y con ella algunos gritos.
Comments