Entre en la habitación. Chaerin estaba acostada con un brazo cubriéndose el rostro… ella lloraba…

-Chae… lo siento. No quise decir todas esas cosas… yo solo… perdóname.

Sus sollozos hacían que el alma me doliera. Nunca la había visto llorar… ni por Teddy.

-Pensé que al recordarla… ya no… ya no lloraría.

Me acerqué a ella y la abracé.

-Es normal que aun la extrañes mi amor… pero ahora está en lugar mejor…

Le acariciaba la espalda para tranquilizarla. ¡Qué idiota fui! Como pude decir esas cosas sobre Jessica. Sus manos rodearon mi cintura.

-Lo sé. –Podía sentir su respiración sobre mi cuello.

**

Sentir a Dara entre mis brazos siempre me relajaba.

-Chae te amo… más de lo que te imaginas. –La escuché susurrar. -No voy a dejarte.

-Es que Dara siento que duele… me duele tanto… No me dejes.

-No lo haré mi amor. –

Ella acariciaba mi espalda por debajo de mi playera y acercó su rostro al mío besándome suavemente.

-Te amo y quiero demostrártelo… -Dara me susurró al oído y comenzó a besarme de nuevo.

Olvidé por un momento lo que era respirar. Nos mirábamos con intensidad. No quería detenerme y estaba segura que ella tampoco quería que lo hiciera. Deslicé mi mano por debajo de su playera… su piel era tan suave… justo en ese momento el mundo desapareció. Con cuidado la acomode en la cama.

Tenía miedo de continuar… ¿Y si ella no quería? Mis manos se detuvieron, temerosas de cometer algún error.

-Te amo.

Se dio cuenta de mi indecisión. Tomó una de mis manos y las guio hacia su cuerpo. La besé de nuevo. Ella jadeaba. Yo cerré los ojos. Quería disfrutar el momento. Sus manos subían y bajan sobre mi espalda.

-Chaerin… por favor… necesito sentir tu piel sobre la mía…

Sonreí. Con rapidez me quite la ropa y la ayude a quitarse la suya. Coloqué mi cuerpo sobre el suyo y ella nos cubrió con la manta.

-Te amo tanto…

Comencé a besarla de nuevo, dejando que una de mis manos vagara por su cuerpo. Fui bajando hasta llegar a su centro, ella soltó un gemido. Dara tenía los ojos cerrados, con cuidado moví mis dedos de arriba abajo sobre su centro.

-Yo igual te amo mucho Dara.

Colocó una mano detrás de mi nuca. Sus ojos brillaban. Con cuidado le introduje un dedo. Jaló con fuerza mi rostro hacia ella. Aproveché a besarle el cuello mientras movía mi dedo con cuidado, mientras que con el pulgar le acariciaba el clítoris. Sus caderas se movían con desesperación así que introduje otro aumentando el ritmo. Pude sentir como estaba cerca.

-Chae… -Tomó mi rostro entre sus manos y me besó tratando de contener sus gemidos. Poco a poco se fue calmando, separé mi rostro para mirarla. Tenía una mirada rendida y entregada. Me acerque para depositar besos en su cuello.

-Te amo… nunca me cansaré de decírtelo. –Noté que una de sus manos se deslizaba sobre mi clítoris. Se sentía tan bien… Me levanté un poco para darle más acceso. Empezó a moverse hacia adentro, lo único que pude hacer fue enterrar mi rostro en su cuello. Estaba tan cerca. La besé para ahogar mis gemidos.

Ella sonrió. Yo me acomode de nuevo colocando mis manos a cada lado de su cabeza, acerqué una de mis piernas a su centro y comencé a moverme lentamente. Dara supo lo que quería así que alzó su pierna para encajar conmigo. La abracé y comenzamos a movernos al mismo tiempo. Nos besamos y movimos hasta que sentimos que el o nos llegaba al mismo tiempo. Me dejé caer sobre ella y cerré los ojos, aspirando su aroma.

-Cariño. –La escuche susurrar bajito. Pensó que me quedé dormida.

-Sí. -Respondí sonriendo. Amaba cuando me llamaba de esa manera.

-¿Me perdonas? –Me moví para mirarla.

-No hay nada que perdonarte Dara. –Me acosté de espaldas y ella acomodó su rostro sobre mi pecho. Yo acaricié el dorso de su mano que descansaba sobre mi estómago.

-Descansa. –Le di un beso en la frente y cerré los ojos.

**

Los rayos de sol que entraban por la ventana interrumpieron mi sueño, abrí los ojos, Dara aún seguía durmiendo, solo que ya se había acomodado al otro extremo de la cama.

-Dormilona. –Le dije tocando su hombro. –Tenemos un camino muy largo por recorrer. -Ella soltó un gruñido y se cubrió más con la manta.

-Cinco minutos más. –Me dijo aun con los ojos cerrados.

-Está bien, mientras me daré un baño. –Le di un pequeño beso y me dirigí al baño.

Estaba empezando a caer unas gotas de agua sobre mi cabeza cuando sentí unos brazos entrelazándose en mi estómago.

-¿Por qué no me esperaste? –Dijo Dara mientras colocaba su rostro sobre mi espalda.

-Creí que querías dormir unos minutos más.–Respondí con los ojos cerrados dejándome llevar por la calidez del cuerpo de Dara.

-Solo bromeaba. –Dara tomó el jabón con sus manos frotándolo para crear espuma.

-Date vuelta cariño. –Me susurró al oído, sin dudarlo ni un segundo más, me di la vuelta y la tomé por la cintura.

Ella comenzó a untarme la espuma por el cuello deslizando sus manos hacia mis pechos, respiré hondo cuando los masajea suavemente, sus manos bajaron por mi vientre, dejé escapar un gemido cuando sentí sus dedos moverse de arriba y abajo sobre mi centro.

-Te amo Dara. –Le susurró al oído, rozando mis labios con su lóbulo, bajando mis besos por su cuello.

-Tú aun no estas limpia. –Le dije mientras frotaba el jabón con mis manos creando espuma.

Guie mis manos con espuma alrededor de su cuello y hombros descendiendo hasta sus pechos, los masajeé con mucha delicadeza, Dara tenía los ojos cerrados y la boca entreabierta. La besé con desesperación mientras deslicé mis dedos arriba y abajo sobre su centro, ella gimió en mi boca.

Le di la vuelta colocándola de espaldas e introduje un dedo en su o ya húmedo, con la otra mano la sostuve por la cintura. Ella apoyó las palmas de las  manos sobre los húmedos azulejos cuando introduzco otro dedo acelerando el ritmo y embistiendo con más fuerza.

-Oh… Dara... –Dije entre gemidos mientras le beso y muerdo los hombros.

Noté sus paredes internas estrecharse, Dara arqueó la espalda.

-¡Oh! ¡Chaerin! –Se corrió sobre mi mano.

Ella apoyó la frente en los azulejos mientras yo besé su nuca. Se dio la vuelta para capturar mis labios.

-Te amo. –Dara me dijo entre besos.

Después del relajante baño nos alistamos y dirigimos con Jiyong.

-Espero hayan descansado. –Dijo Jiyong. –Aquí tienen, en este mapa está marcado donde se ubica la universidad, ahí se localiza el laboratorio de las luciérnagas.

-Está bastante lejos, nos llevará días llegar ahí. –Guardé el mapa en mi mochila.

-Les daré un caballo para que lleguen más rápido. -Jiyong  nos acompañó a la salida donde nos esperaban Minzy y Bom.

-Cuídense y regresen pronto. –Bom nos abrazó.

-Ten Chae. –Minzy me entregó una escopeta calibre 12, un revolver, una 9mm y un arco con bastantes flechas. –El arco te servirá para matar con sigilo a esos cazadores.

-Gr