Jeonju, Corea 1985

 

Dentro de una plaza con una iglesia, algunos salones y una casa pequeña, un grupo de veinte adolescentes platicaban con el sacerdote de aquel lugar, todos ellos disfrutaban de su vida, así como de poder difundir sus creencias e ideologías a todos en ese pueblo donde todos ellos crecieron.

 

-¡Sacerdote, ¿usted cree que todo salga bien?!- Algunos de los chicos rodeaban a aquel señor mayor, en cuanto a otros terminaban de hacer sus carteles.

-Por supuesto Sun Yeon, hija todo saldrá bien.- la chica mencionada muestra una sonrisa que contagia a cada uno de sus compañeros. Los minutos seguían al igual que sus avances para su evento cultural.

 

Durante varios años estos jóvenes se conocieron, dando por resultado no solo una gran amistad entre ellos, sino también algunas relaciones amorosas, entre ellos un chico de nombre Kim Chul  Moo y una chica, Park Sun Yeon, se conocieron dentro aquel grupo cultural religioso, al inicio solo se trataban como un par de compañeros, después como amigos, pero dentro de ellos algo creció terminando en ser un noviazgo que culmino con una boda.

 

Seúl, Corea invierno del 1987.

 

Los jardines de una casa en medio del campo se encontraba llena de gente donde cada uno de ellos vestía con ropas elegantes; las mujeres de vestidos, al menos la mayoría; los hombres de traje, los niños jugando mientras ensuciaban sus hermosas ropas compradas para ese día.

 

En una mesa una señora mayor acompañada de su esposo, veían feliz a su hija la menor casada con aquel joven, junto a ese matrimonio ya mayor, una señora de la misma edad sentía tanto orgullo de que su hijo menor se casara con una chica tan hermosa y de educación impecable.

 

-Señora Ji Yoon, ya nos hemos vuelto familia.-

-Así es señor Seo In.-

 

La boda de los jóvenes de tan solo 22 y 20, se veía tan llenos de deseos para que su matrimonio sea uno de los más felices.

 

El tiempo seguía su curso hasta que ambos cumplieron un año de casados, y poco después naciera su primera hija.

 

Hospital principal de Seúl, Corea 9 de marzo de 1989.

 

Dentro de una de las habitaciones de espera un joven de 23 años de edad se sentía demasiado nervioso ya que su esposa tendría a su bebe, los nervios lo comían por dentro pero no era el único ya que la madre de aquella chica se veía de la misma manera.

 

-Hijo calmate, todo saldré bien.- Decía su suegro, quien veía solo caminar al chico de un lado a otro.

-Seo In, ¿Cómo quiere que se calme? Nuestra hija tendrá su primer bebe.-

-Sun Young, también calmate. Sun Yeon estará bien igual que él bebe.-

 

El tiempo seguía su curso y aun no recibían noticias sobre la joven mujer y el recién nacido. La sala de espera comenzaba a llenarse de los hermanos y hermanas de Chul Moo y de Sun Yeon, todos a la espera de noticias.

 

-¿Familiares de Park Sun Yeon?- En la sala aparece un médico quien aún llevaba consigo su traje que uso para realizar su deber de asistir el parto.

-Soy su esposo.- Rápidamente Chul Moo al acercarse.

-Felicidades señor, es padre de una niña.-

 

Todos celebraba la llegada de la hija mayor de Kim Chul Moo, al ser el hijo varón más joven su madre, hermanos y hermanas no podían dejar de felicitar al chico. En cuanto al matrimonio ya de gran edad no contenía las lágrimas de felicidad por la llega de aquella niña, hija de la menor de los Park.

 

 

San Francisco, California 1984

 

Las familias son algo exigentes con sus miembros pero los Hwang eran aún más debido a cierto tipo de reglas y costumbres. El hijo mayor de Anthony Hwang y Amanda Im, fue comprometido desde que cumplió diez años con la hija mayor de los Ok. Este matrimonio era una de las cosas que ambos chicos aun no entendían, a pesar de ello los dos crecieron juntos como hermanos, después se convirtieron en una pareja ya que su amor creció. Los padres de Richard Hwang y de Kate Ok, sentían tanto orgullo de ver a ambos juntos, no solo por su compromiso arreglado sino también porque en ambos realmente existía amor. Al año de su relación ambos chicos contrajeron nupcias, volviéndose el matrimonio perfecto ante los ojos de cualquiera que los viera.

 

Hospital principal de San Francisco, California Agosto de 1989.

 

Aquel amor de hermanos transformado en amor de amantes dio como fruto un par de niños, Leonard Hwang y Stephanie Hwang. Ambos bebes de gran parecido a su madre y padre, quienes no dejaban de sentir su vida completa y llena de felicidad.

 

Los Ángeles, California enero de 1993

 

Al año de nacimiento, la familia Hwang decidió mudarse, crear su propio destino y rumbo cuidando de ambos pequeños. Las cosas dentro de la vida profesional del joven matrimonio iba a la perfección, los dos eran abogados reconocidos por todo el país a su corta edad de tan solo 25 y 26, su fama era tan grande que todos querían a uno de los Hwang como su defensor.

 

-Kate amor, ¿Cómo has estado?- Richard quien recién llega de una junta sobre su último caso no puede dejar de sentir emoción de ver a su esposa con sus hijos.

-Richard, bien ¿Cómo te ha ido?-

-Increíble, hemos ganado el caso.- Su esposa no contuvo la emoción ya que aquel caso les traería una gran suerte, debido a un ascenso. –Me han dado el puesto, pero tengo que decirte que es en el bufete principal, debemos mudarnos a Corea.-

 

 

Seúl, Corea 1993

 

A la edad de cuatro años la hija mayor de los Kim ingresaba a su primer nivel escolar, la madre se veía muy contenta mientras cargaba en brazos a una bebe de tan solo un año de edad, en cuanto la niña sentía una enorme adrenalina y euforia de poder convivir con tantos niños de su edad.

 

-Mami, ¿Por qué Hyoyeon no puede ir conmigo?-

-Taeyeon, cariño ella aún es muy pequeña así que ahora entre y disfruta tu primer día, haz mucho amigos.-

-Sí mami, adiós Hyo.- la bebe asintió de manera tierna mientras movía su mano diciendo adiós a su hermana mayor.

 

Ese mismo día pero en otro parte de Seúl, una mujer joven y su esposo sentía tantos nervios de ver a sus niños tener la edad para ingresar a la escuela. El mayor de ellos Leo sentía orgullo de poder asistir, en cuanto a la menor Steph no dejaba de llorar pidiendo no entrar ya que deseaba quedarse con su madre y padre.

 

-Vamos Fanny, entremos.-

-No quiero ir.- Dijo en pleno llanto.

-Cariño ve con tu hermano y jueguen con todos esos niños.- Dice su padre.

-No quiero, me quiero quedar con mi mami.- Con demasiadas dificultades el joven matrimonio logro que sus hijos entraran, pero la menor de ellos no dejaba de llorar, solo decía entre llantos y gritos. -¡QUIERO IRME! ¡NO QUIERO ESTAR AQUÍ!-

 

Así fue como un par de chicos, conocieron a un par de chicas y se enamoraron, al poco tiempo de sus vidas matrimoniales apareció la noticia de una niña para los Kim, y, de un niño y una niña para los Hwang.

 

Los años seguían pasando y los tres ya tenían seis años. Taeyeon se encontraba con su tía Ae Ri visitando el centro de la ciudad, vestía de un pantalón de mezclilla azul, una playera del mismo color, tenis color blanco y una gorra azul cielo, su cabello negro se encontraba suelto, en su mano izquierda llevaba un videojuego, mientras sostenía con su otra mano, un helado de chocolate con vainilla y trozos de fresa.

 

-Tae quedate aquí come tu helado, en lo que compro las telas que necesito.-

-Claro tía.- dijo la pequeña mientras se sentaba en la entrada de una tienda de diversos tipos de tela. Tranquilamente Taeyeon disfrutaba de aquel helado mientras pasaban los minutos y veía a su tía ir de una tienda a otra.

-Hola.- La voz de una niña vestida con un vestido rosa, zapatos negros, un suéter delgado de color blando, con un par de coletas que sujetaban su cabello largo y negro apareció frente a Taeyeon, dejando la en un estado de shock, ya que aquella niña la incomodaba de una forma que le agradaba. -¿Me das de tu helado?-