En el caluroso verana las personas siempre utilizan su tiempo para pasear y convivir con su familia, sus amigos, su pareja; incluso los niños aman esta fecha del año ya que sus juegos se vuelven un eterno disfrute. Sin tener que atender de responsabilidades la pequeña Kim Taeyeon acompaño a su tía Ae Ri de compras al centro de la ciudad, desde que cumplió los cuatro años la ha acompañado a diversos lugares de la ciudad. El trabajo de su tía era ser cocinera para una familia pero cada fin de semana llevaba a Taeyeon en busca de nuevos trastos para su trabajo, algunas pinturas ya que ella pintaba que poco después Tae amo ver e intento hacer; también realizaba diversas cosas con telas, como vestidos para Hyoyeon hermana menor de Tae y HyunA una prima de Taeyeon.

 

El día más caluroso del verano Ae Ri tomo a su sobrina y la llevo al centro de la ciudad en busca de telas y algunas pinturas, debido a una fiesta que se acercaba para la cual Ae Ri haría los recuerdos de dicho evento. Como era costumbre de Taeyeon tomo su videojuego y su gorra, se vistió con ropa ligera para el día tan largo que tendría, aunque la idea de pasar tiempo bajo el sol no era de su agrado, se sentía muy feliz ya que siempre ha disfrutado salir con su tía. Durante dos horas viajaron en autobús hasta llegar a su destino, una calle repleta de tiendas donde solo vendían telas de diversos colores, diseños, tipos de texturas, tamaños, unas eran delgadas y otras tan gruesas como un foco.

 

-Vamos Tae, debemos darnos prisa antes de que la gente empiece a llegar.- Decía Ae Ri caminando con Tae de la mano.

-Sí tía.- la pequeña daba los pasos más rápido y largos para poder ir rápido y no sentir que la jalan.

 

Durante varias horas Taeyeon veía a su tía ver tantas telas como tiendas que simplemente se aburría, no entendía como es que eran tan diferentes, su tía decía que unas eran demasiado delgadas, otras muy gruesas, unas muy delicadas, incluso que eran feas porque su color era muy opaco. A Tae no le interesaba eso ya que solo esperaba llegar a la calle donde vendían muchas pinturas así como poder disfrutar de un helado en el único local donde no había ninguna tela que no fuera para limpiar las mesas o el piso.

 

-Tía Ae Ri, tengo hambre.- La pequeña dijo mostrando un gesto tierno mientras tocaba su pansa dando a entender que realmente deseaba comer algo.

-Aun no es hora de comer, pero te comprare un helado mientras da la hora y termino de comprar.-

-¡SÍ HELADO!- Aquella niña salto de felicidad al recibir esa noticia.  Ambas se dirigieron al puesto de helados el cual estaba casi vacío a pesar del clima y que ya eran las doce del día.

-¿De qué vas a querer tu helado?-

-De vainilla, no mejor de chocolate, no quiero de fresa.-

-Tae decídete.-

-Pequeña, tenemos un helado de vainilla con chocolate y trozos de fresa ¿te gustaría probarlo?- La mujer de mediana edad que atendía le dijo a una indecisa Taeyeon, quien al escuchar la propuesta asintió con entusiasmo ante esas palabras. -¿Sera en cono o en vaso?-

-Quiero cono tía Ae Ri.-

-En cono por favor.-

-¿Algo más?-

-No, seria todo.- Después de recibir y pagar por el postre de Taeyeon las dos salieron del lugar para ir a la siguiente tienda, mientras que Tae esperaba fuera del lugar para no ensuciar algo, su tía seguía en busca de la tela ideal para esos recuerdo.

-Hola.- Una niña de la edad de Taeyeon apareció frente a ella, aunque Tae era una niña que le encantaba jugar la presencia de aquella pequeña de rosa le incomodaba. -¿Me das de tu helado?- La petición sorprendió demás a Tae quien solo negó con la cabeza. -¿Por qué?-

-Porque es mío, mi tía Ae Ri me lo ha comprado.-

-Pero solo quiero probarlo.-

-No te daré, si tú quieres uno dile a tu mamá que te lo compre, lo vende en ese lugar.- Dijo Taeyeon mientras señalaba el local donde lo compro.

-Pero mi mami no está.-

-Entonces que tu papá lo compre.-

-Él está ocupado.- El tono de aquella niña se volvía cada vez más triste y lleno de ternura, cosa que empezó a incomodar mucho a Taeyeon.

-Espera que termine y le dices.-

-Tardara mucho, por favor dame de tu helado.- Aquella niña parecía querer llorar, incluso algunas lágrimas empezaban a verse pero Tae seguía negando a darle. Sin más la pequeña de rosa empezó a llorar.

-¿Por qué lloras?-

-Porque quiero helado.-

-Pero no llores.-

-Tú no me quieres dar, eres mala.- Decía entre llantos cosa que a Taeyeon le desagradaba, nunca le gusto que Hyoyeon y HyunA hicieran eso para conseguir lo que querían igual que este niña pero por más que trataba de calmarla seguía llorando.

-Bien te daré pero deja de llorar.- Sus palabras parecían magia ya que el llanto ceso.

-¿En verdad?-

-Sí, ten.- Le extendió su brazo izquierdo donde tenía aquel delicioso helado, al tomarlo los ojos de la pequeña rosa se iluminaron, pero lo que sorprendió a Taeyeon fue ver sus ojos volverse un par de medias lunas y sus dientes blancos aparecer. En ese instante el corazón de una niña vestida de azul dio un vuelco como nunca antes le dio, esa sonrisa le gusto tanto que no dejaba de ver como aquella niña comía su helado para después volver a mostrar ese gesto.

 

Así fue como los minutos consumieron su helado en cada una de las bocanadas que aquella pequeña niña de rosa deba a ese helado, hasta que este desapareció, cosa que ha Taeyeon no le importa hasta que se dio cuenta que esa niña se había ido.

 

-Ni siquiera me dijo gracias.- Soltó molesta de que esa niña se terminara su helado y no deja que lo probara.

-Tae vamos, iremos por las pinturas, ahí te comprare unas y después comeremos.- Escucho decir su tía quien salía con una bolsa enorme llena de tela blanca y suave ya que un pedazo salía y este rozo el brazo derecho de Tae.

-Sí tía.- la pequeña siguió contenta a su mayor sin dejar de ver cada uno de los lugares donde vendían diversas pinturas y diversos materiales para hacer cuadros u alguna cosa más.

 

Como era costumbre de Ae Ri dejo a Taeyeon fuera del local mientras buscaba lo que necesitaba, esto a la pequeña de azul no le sorprendía, así que tomo su videojuego, lo encendió y comenzó a jugar Mario Bross, desde los cuatro años su primo Jin Ho le enseño a jugar diversos videojuegos, después en su cumpleaños número seis sus tíos le regalaron un videojuego portátil con el cual juega casi todo el tiempo.

 

-Hola ¿qué haces?- La voz de una niña que había escuchado con anterioridad la distrajo de su juego.

-Juego Mario Bross.-

-Increíble, mi primo también lo juega ¿puedo ver?-

-No.- Dijo sin dejar de ver su juego, hasta que recordó que aquella niña llora cuando le dicen no, cuando coloco la pausa y volteo a verla se dio cuenta de que nuevamente las lágrimas querían salir. -¿Sabes jugar?-

-No, mi hermano y mi primo no me dejan jugar.- Comento algo triste.

-Ten, te enseño.- Así como había hecho con su helado le entrego el juego, provocando nuevamente esa sonrisa que volvió a traer esa sensación a Taeyeon.

 

Durante media hora le enseño a jugar hasta que al fin le entendió, pero después de cuarenta minutos donde la niña de rosa jugaba la batería se terminó dejando a una Taeyeon muy enojada y triste.

 

-No, mi juego.- Tomo el juego para ver que realmente ya no encendía. –Me quede sin helado y ahora sin mi juego.- Su tono molesto era muy evidente, tanto que asusto a la niña de rosa, quien salió corriendo temiendo que Tae le hiciera algo. –Esa niña se va y nuevamente no dijo gracias.-

-¿Todo bien Tae?-

-Tía Ae Ri mi juego ya no prende.-

-Deja ver.- Le entrego el juego y efectivamente, ya no encendía, abrió la compuerta y se dio cuenta que era necesario conectarlo a un toma corriente con el cable del juego. –Lo siento Tae pero tendrás que esperar hasta la casa.- Le regreso el juego, mientras veía a una Tae llena de decepción.

-Está bien tía.- Guardo su pequeño aparato en su bolsa de pantalón y camino a un lado de su tía, quien iba en dirección a comprar las pinturas para su sobrina. Tae al ver las pinturas se olvidó por completo de su helado y videojuego, así como de aquella niña que la hizo enojar y que era muy llorona.

 

Al término de sus compras y con el reloj mostrando ya las tres de la tarde Ae Ri llevo a su sobrina a comprar algo de comer y a petición de la niña comerían pizza. Ambas se dirigieron a la pizzería más cercana donde pidieron su pizza hawaiana y unos refrescos de naranja, comían tranquilamente hasta que una voz que recordó la molestia que tenía Tae apareció.

 

-Hola.- Dijo nuevamente esa niña de rosa.

-Hola.- Dijo Tae molesta.

-Tae ¿quién es tu amiga?-

-No es mi ami…- Antes de terminar su frase vio que esa niña de rosa llevaba con ella un helado. -¿Te compraron un helado?-

-No, es tuyo.- Decía mientras le entregaba un helado del mismo sabor que aquella pequeña de rosa se había comido. –Le dije a mi papá que una amiga me dio su helado y que quería comprarle uno.-

-Gracias.- Toma el helado mostrando felicidad de que aquella niña realmente le diera algo tan delicioso.

-Bueno adiós.- Nuevamente salió corriendo pero esta vez dejo a Taeyeon con una sonrisa y una sensación muy agradable dentro de ella.

-¿Cómo se llama tu amiga?-

-No lo sé, no le pregunte su nombre.-

-Hay Taeyeon, come tenemos que irnos.- Asintió con tranquilidad mientras terminaba de comer aquella pizza, así como su bebida y su helado, todo a la vez, esa acción hizo reír a Ae Ri.