capitulo 9

la esposa del vecino

Cenar en casa de Wendy y Seulgi era algo que taeyeon esperaba a cada momento.

 

Seulgi era una maga absoluta en la cocina, cocinando delicias culinarias que eran saludables y deliciosas al mismo tiempo.

 

Eso era algo que taeyeon calificaba como imposible, al menos en su cocina.

 

El manejo en la cocina no era una de sus mejores cualidades, ni era aficionada a ella. Prefería ser alimentada por amigas como Seulgi, personas que realmente conocían su camino alrededor de una cocina, y se compadecían de ella.

 

Sólo cuando había cumplido los treinta, taeyeon había empezado a darse cuenta de ello.

 

Nadie le dijo, cuando era joven ni cuando se hizo mayor, que no debía permitir que sus relaciones importantes se fueran a la deriva porque había estado demasiado absorta en cosas como el trabajo.

 

Su amistad con Wendy significaba demasiado para dejar que eso sucediera.

 

Cuando las cosas habían vuelto caóticas en sus vidas, las dos mujeres hicieron un pacto para garantizar que se mantendrían en contacto, incluso cuando la vida las volviera locas.

 

Cenar juntas era una manera regular de ayudar a cumplir con esa promesa.

 

Así, una vez a la semana o dos, taeyeon cenaba con la familia de su mejor amiga.

 

Mientras conducía, pensó en cómo pasar el tiempo con yuka, era otro de los beneficios de sus cenas.

 

Aunque taeyeon era la madrina de la niña y podría verla en cualquier momento que quisiera, nunca le parecía suficiente.

 

Sabía que los niños crecían rápido, que si ella parpadeaba, la podría perder.

 

En un minutos, ella tiene dos años… y yo soy la persona más cool que conoce, aparte de sus mamás. Al siguiente, tiene diez… y no me deja abrazarla delante de sus amigos.

 

Taeyeon se prometió a sí misma que, mientras pudiera, pasaría cada segundo con yuka, cuando aún fuera lo suficientemente cría para ser vista.

 

Temía que algún día Beth elegiría a sus amigos sobre ella.

 

Wendy y Seulgi tenían un hogar modesto, pero hermoso, en Victor, entre Canandaigua y Rochester.

 

Sólo le llevó unos quince minutos llegar ahí, en lugar de los cuarenta y cinco que tardaba desde la ciudad, por lo que tener una cena, con ellas, una noche en la semana era factible.

 

Se detuvo en la entrada, observando, con aprobación y un poco de celos, que Seulgi había estado trabajando en el jardín... Apenas eran junio, pero sus perennes mostraban en una amplia variedad de colores brillantes, por lo que su vida hogareña en ese sector, era mucho más atractiva.

 

—Dame de comer—taeyeon ordenó al entrar en la casa de sus queridas amigas.

 

La cocina olía divino, con el delicioso aroma de ajo flotando en el aire.

 

—No te preocupes, cariño. Que te alimentaré—Seulgi besó a taeyeon en los labios mientras hábilmente quitaba la botella de merlot de sus manos—Hola, amor.

 

—Hola, preciosa—dijo taeyeon.

 

Wendy había elegido muy bien, y a taeyeon le gustaba recordarle, cada vez que podía, que Seulgi era impresionante, y si taeyeon no hubiera pensado en ella, como una hermana, muy bien podría haber tenido una o dos fantasías sobre ella.

 

Su aspecto era el clásico, ojos oscuros seductores y y.

 

Sus oscuros rizos naturales, le llegaban más allá de los hombros, pero con el nacimiento de yuka, se había encontrado con que no tenía tiempo para arreglárselo y había sido más fácil cortarlo un poco. Aun así, era grueso y se deslizaba a lo largo de sus hombros, con su color marrón cacao.

 

Tenía una maravillosa figura, plenamente femenina, y no había perdido un ápice de su atractivo, después de yuka. Incluso durante su embarazo, había permanecido muy hermosa y y.

 

—Hey, ¿qué te dije acerca de andar comiéndote con los ojos a mi esposa?— preguntó Wendy desde la puerta.

 

—Lo siento. No puedo evitarlo. Lo he intentado. Pero es imposible no echar una ojeada. Si te atropella un autobús mañana, ella es mía.

 

Seulgi negó con la cabeza y puso los ojos en blanco, sonriendo con sólo el menor atisbo de vergüenza.

 

—Toma esto y ve a sentarte. Necesito otra media hora más o menos. Vaya par—Seulgi la echó fuera de la cocina, entregándole a taeyeon la botella de vino que había tomado de su mano hacia tres minutos antes.

 

Wendy cogió un sacacorchos y dos copas de la encimera, y las dos amigas se dirigieron a la sala de estar, donde yuka estaba sentada en el suelo, absorta en un vídeo.

 

Taeyeon le entregó la botella a Wendy, luego se arrastró detrás de la niña y la envolvió en sus brazos, provocando esa risa adorable de la niña.

 

—Que estamos viendo—preguntó, sentada al estilo indio al lado de ella.

 

—Koos de Boo—yuka respondió, sus ojos negros clavados en la pantalla.

 

El chico de la serie llevaba camisa con rayas de rugby verde, y se enfrentaba horriblemente con el fondo azul brillante en la pantalla, pero él no pareció darse cuenta, tampoco yuka, y se puso a cantar alegremente, ayudando a los perros azules, a encontrar el elemento que estaba insinuando.

 

Yuka se unió a ellos sin perder el ritmo, cantando un poco fuera de tono.

 

Wendy dio a taeyeon un vaso de vino.

 

— ¿Qué hay de nuevo?

 

—No mucho, la verdad. Taeyeon me ayudó a poner una cerca para Ginger.

 

— ¿Una cerca?

 

—Sí, una especie de perrera. Como un gran parque infantil, en el rincón cerca del garaje. Para mantenerlo fuera de problemas.

 

— ¿Le gustó?

 

—Lo odia.

 

Wendy se rio.

 

—Ese perro es peor que un niño.

 

Taeyeon le acarició el pelo cafe y sedoso a yuka.

 

—Sí, pero es casi tan suave.

 

— ¿Qué tal la escritura?

 

—Se trata de un libro, Wendy—sonrió—Dilo. Puedes decir 'libro'.

 

Wendy puso los ojos en blanco.

 

—Libro. ¿De acuerdo? ¿Cómo está la cosa del libro?

 

Wendy sabía lo importante que era para su amiga escribir y le gustaba comprobar su progreso, de vez en cuando, para asegurarse de que estaba desalentada sin escribir.

 

—Es bueno. Se mueve a lo largo. Realmente no estoy segura de lo que esté pasando todavía, pero la semana pasada he podido avanzar mucho. He estado totalmente sumergida. Me sentí tan bien. Estuve perdida en la historia, por más de cuatro horas. Increíble.

 

—Bueno, seulgi se muerde las uñas para verlo, así que muévete.

 

—Pronto—taeyeon sonrió.

 

Seulgi había demostrado ser una excelente prueba, como lectora para ella, en el pasado.

 

Era inteligente, le encantaba una buena historia, era genial, con la ortografía y la puntuación, y no tenía miedo de señalar cuando algo no funciona o no fluía.

 

Taeyeon le había pedido a principios de año, si haría pruebas en el libro para ella. Seulgi había sido increíblemente amable y halagada, y taeyeon se sintió muy confiada de dejar en manos de Seulgi su escritura.

 

—Entonces, ¿qué hay de nuevo con ustedes?

 

Wendy tomó un sorbo de vino, y taeyeon estaba segura que vio algo parecido a una sombra sobre el rostro de su amiga.

 

—No mucho. Lo mismo de siempre.

 

Fue sólo un parpadeo, pero taeyeon lo descubrió y preguntó con un movimiento de cejas.

 

— ¿Quieres intentarlo de nuevo?

 

— ¿Qué?

 

— ¿Qué te preocupa?

 

— ¿Qué quieres decir?

 

— ¿Qué, vamos a jugar de nuevo a este juego?

 

Wendy odiaba cuando su amiga jugaba al no puedo quedarme callada sin preguntar.

 

—Wendy. ¿Crees que no te conozco como un libro?

 

Ante la repentina expresión de nerviosismo de su amiga, taeyeon miró hacia la cocina y bajó la voz.

 

— ¿Qué te pasa?

 

Wendy suspiró, estudió el contenido de su copa de vino, nublando sus ojos negros, y empujó su pelo rubio detrás de la oreja. Lanzando una mirada a su hija, para asegurarse de que estaba suficientemente absorta en su programa, su mirada finalmente se encontró en su amiga.

 

—Seulgi está lista para otro bebé—dijo en voz baja.

 

— ¡Eso es genial!—taeyeon sonrió con entusiasmo.

 

Ante la completa falta de tal entusiasmo, en la cara de su mejor amiga, se corrigió.

 

— ¿No es genial?

 

Wendy suspiró de nuevo, echando una mano en el aire.

 

—No lo sé, tae. Quiero decir, me encanta ser mamá. De verdad. Y quiero tener más niños. Pero... —bajó la voz aún más, muy consciente de la proximidad de su hija.

 

Taeyeon se deslizó lejos de la niña, y más cerca de Wendy.

 

—Apenas tengo a Seulgi para mí y eso va a empeorar si tenemos otro bebé. Yuka es finalmente lo suficientemente mayor, para que se entretenga viendo un video y mantenerla ocupada por un corto tiempo, para que nosotras realmente podamos hablar la una con la otra como adultas. He echado tanto de menos eso… y ahora que lo tenemos, lo quiere tirar todo por la borda y volver al punto de partida.

 

—Wendy...

 

—Lo sé. Sé que estoy siendo totalmente egoísta. Y soy consciente de no poder evitarlo—se dejó caer en la esquina del sillón—Apenas tenemos o, tae. Dios, solíamos hacerlos un par de veces a la semana. Ahora, si tenemos la energía suficiente para una vez al mes, tenemos suerte.

 

Se sentí miserable y su mejor amiga sonrió cálidamente.

 

Taeyeon era una de las únicas personas que sabían, que el mayor temor de Wendy era el legendario lecho de muerte de las lesbianas.

 

La idea de que ella lo sufriera la asustaba.

 

— ¿Has hablado con Seulgi sobre esto?—le preguntó con suavidad.

 

— ¿Sobre el o?

 

Taeyeon contuvo una risita.

 

—Bueno, sí, eso. Pero quiero decir todo. De cómo te sientes acerca de otro bebé.

 

—Otro bebé, en este momento—corrigió Wendy —Hemos tocado muy poco el tema.

 

Taeyeon arqueó una ceja y miró hacia otro lado.

 

—Muy poco… Creo que tienes que tocar de nuevo. Y pronto.

 

Wendy asintió a sabiendas e hizo una mueca.

 

—Soy mala para eso.

 

—Lo sé. Pero, cariño, Seulgi tiene casi treinta y cinco años. No va a querer que esperar mucho más tiempo para otro niño. Necesitas hablar de esto. Ahora. Si no lo haces, te vas a pudrir y sólo te quedara resentimiento. Y no quieres que el resentimiento esté en tu relación. Las dos lo sabemos. Habla con ella.

 

Wendy apoyó la cabeza en el respaldo de la silla y dio un gran trago de su vino.

 

—Tienes razón. Voy a hablar con ella.

 

—Bien.

 

—Oh que sabía mujer.

 

Taeyeon soltó un bufido.

 

—Sí, esa soy yo. Puedes decírselo al amor de mi vida, cuando este de pie a mi lado.

 

—Sucederá, cariño. Aparecerá aparecer tarde o temprano.

 

—Bueno, será mejor que se dé prisa de una puta vez. Una no se está tan joven, ya sabes—tomó un sorbo de vino, y miró hacia la televisión durante unos segundos, mientras la niña cantaba.

 

Wendy se levantó para volver a llenar los vasos.

 

—Así que hiciste un corralito para Ginger hoy.

 

—Así es.

 

—Y Tiffany ayudó.

 

—Así es. Se acercó cuando estaba empezando a poner las cosas y me ofreció sus servicios, así que nos mantuvimos ocupadas. Trabajamos muy, muy bien juntas. Oye, ¿qué es eso que cuenta?

 

—Ofreció sus servicios, ¿eh?—Wendy movió las cejas burlonamente.

 

—Desafortunadamente, no esos servicios.

 

—Tal vez la Sra. De tu vida está más cerca de lo que crees, ¿eh? ¿Tal vez en la puerta de al lado?

 

Taeyeon soltó un bufido.

 

—Sí, claro. Obviamente estás olvidando una cosa muy importante. ¿Cuál es la palabra? Déjame… mmm… creo... Oh, sí. Un marido.

 

—Es una pena.

 

—Y que lo digas. Aunque hoy ha pasado una cosa extraña, mientras estábamos en la tienda.

 

Le contó el encuentro con Bora, y cómo extrañamente Tiffany se había comportado.

 

—Su cara me suena. Creo es de alguna jugadora de alguno de los equipos de voleibol contra los que hemos jugado o algo así. Estoy segura de que la he visto antes.

 

— ¿Familia?

 

—Por supuesto. Su novia vino a buscarla después de que Tiffany se escapara.

 

— ¿Dijo algo después?

 

— ¿Tiff? No. Se quedó muy intranquila y estaba como un poco cortada. Traté de conseguir que se abriera, pero no hablo. La situación con Bora la asustó totalmente.

 

—Eh. Sí que es extraño.

 

Estuvieron en silencio durante un minuto antes de que Wendy sonriera.

 

—Tenerla a tu lado debe vencer a la mierda de la vieja Lady Cavanaugh, ¿eh?

 

Taeyeon se echó a reír.

 

—Tienes toda la razón.

 

—Y es más divertido de ver.

 

—Mucho. Mucho más divertido de ver.

 

—Ella tiene un gran culo.

 

—Dios mío, sí.

 

Se quedaron en silencio por un minuto, hasta que se miraron fijamente y empezaron a reírse, como en su época nostálgica de la universidad.

 

Entonces Seulgi anunció que la cena estaba lista, y las dos amigas tuvieron que crecer de nuevo.

Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!

Comments

You must be logged in to comment
Thiabel2128
#1
Chapter 19: bonita historiaaa, me encanto!! aunque al principio parecía tener pasos de tortuga xd
gabriela021
#2
Chapter 19: Muy buena tu historia, solo una cosa, asegúrate de hacer bien la adaptación por que no cambiaste algunos nombres y me confundía, supongo que ''santana'' era taeyeon, así como al principio dice que jessica esta con yuri y luego es diane. Pero muy buena historia aun yo no soy fan del taeny ni del taengsic pero espero tu próxima historia
LlamaAmerica #3
Chapter 19: Ahhhh tus historia son lo mejor sabes porque!??? Por que son TaeNy *-* <3!!!
Enssei #4
Chapter 19: Wow, sí fue cortita, estaba acostumbrada a tus historias largas jaja. Pero aún así estuvo buena <3
Gracias por estar siempre compartiendo tus adaptaciones, se agradece de cora <3
2597611 #5
Chapter 19: Awww...Me gusto mucho la historia , gracias por adaptarla !!! ...
KazKaz18 #6
Chapter 19: Nooooo Taeny.... :(
Skyth06
#7
Chapter 19: Ohh siii
skincrisday #8
Chapter 19: Gracias por compartir esta adaptacion con tod@s, en verdad estuvo interesante.
Itaenylove
#9
Chapter 18: Que hermoso final ^.^
Gracias por la historia