capitulo 14

la esposa del vecino

 

— ¡Tae!

 

Un pequeño cuerpo corrió hacia taeyeon y ella la recogió.

 

Besó el rostro de yuka, olió su pelo, cerrando los ojos y disfrutando del dulce, aroma del champú de bebé Johnson.

 

A veces, sólo la abrazar a yuka era todo lo que necesitaba para hacer para que el mundo no pareciera tan malo, después de todo.

 

—Hey, Tae. ¿Cómo va la vida?—preguntó Wendy, entregándole a su amiga una copa de Merlot.

 

—Ahí—taeyeon respondió, tomando un sorbo demasiado largo del vino, bajando a yuka al suelo—A veces es sólo ahí… eso es todo.

 

Wendy la miró un poco rara, como si quisiera explorar el comentario. En cambio, asintió con la cabeza.

 

La cocina de Rachel era luminosa y soleada, llena de amarillos y diseños florales.

 

Taeyeon siempre pensó en ella como "la cocina de Seulgi", porque Wendy despreciaba absolutamente cocinar y rara vez pasaba tiempo en ella, yendo a buscar para sí misma una cerveza de la nevera.

Taeyeon miró, con una mezcla de asombro y envidia, a su mejor amiga cuando abrazó a Seulgi por detrás, mientras la mujer morena removía el contenido de una olla en la cocina.

 

Se quedaron así, balanceándose juntas lentamente, haciendo un contraste llamativo.

 

Wendy era alta y rubia, Seulgi era pequeña y morena.

 

No podía dejar de pensar cómo ella y Tiffany crearían una dicotomía similar.

 

El amor de sus amigas era tan evidente, que en realidad podía sentirse en el aire.

 

Eso le hizo a la vez feliz por ellas y triste consigno misma.

 

— ¿Puedo poner la mesa?—preguntó de repente, sin poder casi respirar.

 

—Por supuesto.

 

Sabía dónde estaba todo, así que lo cogió y lo llevó al comedor, lejos del aura enfermiza de amor que amenazaba con asfixiarla.

 

 

 

 

 

 

Más tarde, ella se recostó en su silla y dio unas palmaditas en su vientre lleno.

 

—La cena fue deliciosa, como siempre, aunque sólo esperaba las bebidas—dejó escapar un gran suspiro—Honestamente, no sé cómo las dos no pesan 300 kilos.

 

Wendy se levantó y recogió los platos.

 

—Encontramos maneras creativas de quemar calorías—sonrió, besó la mejilla sonrojada de Seulgi, y se dirigió a la cocina.

 

Muchacha, obviamente, las cosas han cambiado en el área de relaciones uales por aquí, pensó taeyeon, sorprendida de encontrarse a sí misma con esa sensación amarga.

 

—Me he comido todo—dijo Beth desde su asiento junto a taeyeon.

 

—Eso está muy bien—le contestó.

 

—Sí.

 

Su plato estaba casi vacío y taeyeon se preguntó, no por primera vez, cómo Seulgi tenía la suerte de haber dado a luz a una niña que se comía casi todo.

 

—Muy bien.

 

Obteniendo el visto bueno de aprobación de Seulgi, taeyeon limpió a la niña, desabrochó la correa de su babero y de seguridad, y la bajó al suelo.

 

—Ve y asegúrate que tú mamá esté lavando bien los platos—le ordenó, juguetonamente palmeando su trasero.

 

—Así que—empezó Seulgi, bebiendo su vino—Vamos a hablar acerca de tu libro.

 

El corazón de taeyeon saltó.

 

—Está bien.

 

Debe haber sido su frágil ego de escritora que siempre la ponía tan nerviosa, cuando estaba a punto de recibir comentarios de su amiga.

 

Siempre estaba aterrorizada de que alguna vez, Seulgi se convertiría en alguna criatura vestida de negro, como las brujas que se pasan por encima de ella con palabrería, riendo y apuntando, acusando a taeyeon de no tener absolutamente ningún talento para escribir en absoluto.

 

La imagen le provocaba un escalofrío, que se estremecía a lo largo de su espina dorsal de vez en cuando y tomó otro sorbo de vino, con la esperanza de calentar su sangre.

 

—En primer lugar, estás desarrollando la historia muy bien—comenzó con una sonrisa—Me gustan los personajes, mucho, especialmente Paul. Siento como si lo conociera.

 

Taeyeon asintió.

 

—Bueno. Así es como quiero que lo sientas.

 

— ¿Y Kristen? Ella parece muy familiar.

 

— ¿Ella?

 

Seulgi tomó un sorbo de su copa de vino y estudió su contenido.

 

—Mm, hmm. ¿Está basado en alguien que conocemos?

 

La pregunta fue planteada en un tono de voz perfectamente inocente, pero taeyeon sabía que la pregunta de su amiga tenía algo oculto.

 

Taeyeon se encogió de hombros.

 

—Podría ser. A veces, ni siquiera soy consciente de eso.

 

Seulgi asintió, mirándola a los ojos. Taeyeon, por supuesto, miró hacia otro lado, no era buena con el contacto directo, cuando estaba mintiendo.

 

Seulgi parecía estar buscando las palabras adecuadas.

 

—Estamos muy preocupadas por ti, tae.

 

Los ojos de taeyeon se abrieron de golpe.

 

— ¿Nosotras? ¿Qué quieres decir?

 

—Tú eres la que siempre me decía que un escritor escribe desde sus propias experiencias, ya sea intencionadamente o no.

 

Intentó disimular lo que sentía, optando por tomar otro sorbo de vino, en vez de una respuesta verbal.

 

—He visto algunas similitudes evidentes entre tu libro y tu vida. Me preocupa. Y Wendy me lo ha aclarado un poco. Ambas estamos acuerdo.

 

No podía decidir cómo se sentía acerca de la participación de su mejor amiga, en este tipo de cosas.

 

Aunque claro está que Seulgi, por su parte se había reservado el derecho para hacerlo.

 

El corazón le latía con fuerza, pero trató de mantener la calma. Estaba aterrorizada de lo que Seulgi podría ver a través de ella.

 

— ¿Qué? ¿De qué hablas?

 

—Vamos, tae—la voz de Seulgi era suave y gentil—Tu historia trata de un hombre, de treinta años, que se ha enamorado, sin mencionar, que se ha vuelto peligrosamente obsesionado con el marido de la vecina de al lado... la vecina de al lado, que es alta, rubia, que se acaba de mudar ¿de qué crees que estoy hablando?

 

Wendy entró en la habitación lentamente, estaba claro que había estado escuchando.

 

Taeyeon pensó que las dos probablemente habían ensayado la conversación entera.

 

— ¿Cuál es el problema con Tiffany y contigo?

 

— ¿Tiffany y yo? ¿De qué estás hablando? No está pasando nada—trató de sonar inocente, pero no estaba segura de que si lo había logrado.

 

—Estoy preocupada por ti, tae. No quiero verte mal por esto. Ella es hetero y está casada.

 

Puso su mejor rostro tranquilizador.

 

—No hay nada. Tiffany y yo somos amigas. Eso es todo.

 

Podía sentir los ojos de Wendy sobre ella, y sentía como su amiga podía ver dentro de su cerebro, sabiendo exactamente lo que estaba pensando.

 

— ¿Sientes algo por ella?

 

— ¿Qué?—sintió que su paciencia se acababa.

 

—Te conozco, tae. Sé lo fácil que es enamorarse para ti. Has pasado mucho tiempo con ella. Ella es una mujer, una mujer casada, casada, una mujer con un marido rico y exitoso. Es sólo que no quiero que quedes atrapada en una situación, que no resultará ser nada más que malas noticias y dolor, eso es todo—sonrió para aliviar la tensión de las circunstancias—Es mi trabajo como tu mejor amiga cuidar de ti.

 

Taeyeon sonrió, decidiendo tranquilizar a sus amigas, y no dejarlas entrar en el hecho de que estaban mucho más cerca de la verdad de lo que incluso sospechaba.

 

—Tú me conoces, Wendy. Probablemente tengo una fascinación fuerte por ella. Quiero decir, ¿la has visto? ¿Puedes culparme?—esperaba que su sonrisa fuera lo suficientemente divertida—Tomé la situación y la utilice como inspiración para mi libro. Va a pasar. Siempre lo hace.

 

Tanto Wendy como Seulgi la miraron, buscando la verdad.

 

Taeyeon tuvo la suficiente fuerza de voluntad para no desplazar la vista hacia abajo.

 

Mientras volvía a beber otro sorbo de vino.

 

—No estarás pensando en matar a Siwon, ¿verdad?—preguntó Wendy suavemente.

 

La pregunta la tomó completamente por sorpresa, provocando que tosiera el trago de vino. Recuperando la compostura, miró con incredulidad a su amiga.

 

— ¿Qué?

 

—Sólo me estoy asegurando—dijo, dándose cuenta de lo tonta que había sido su pregunta.

 

—Te dije que no preguntaras eso—Seulgi la fulminó con la mirada.

 

—Wendy....-taeyeon tomó un momento, limpiándose la barbilla y tratando de no estallar en carcajadas—Por favor. Les agradezco su preocupación. Pero, no, no estoy pensando en matar a Siwon. ¿Es eso realmente lo que pensaban?

 

—Por supuesto que no—dijo Seulgi, de pie—Te queremos y no queremos verte sufrir. ¿De acuerdo?

 

—Está bien—terminó su vino.

 

La conversación había terminado en ese punto, pero tenía la sospecha de que no le habían creído del todo, tal y como esperaba.

 

Como siempre, estaba segura de que sus mejores amigas podían ver a través de ella, como si fuera un libro abierto.

 

Si ese fuera el caso, tendrían sin duda que ver el nombre de Tiffany en su corazón.

 

 

 

 

 

 

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Cada vez que Tiffany estaba confundida, no había una sola persona a la que podía acudir.

 

Sólo una persona que podría ayudar a poner las cosas en perspectiva, ayudarla a mirar a su situación desde otro punto de vista, por lo general un ángulo que nunca se había dado cuenta de que existía.

 

Si yo hubiera ido a él unos años antes, pensó con tristeza mientras conducía, podría haber evitado la situación en la que estaba ahora.

 

Si hubiera ido a él, cuando Siwon le había propuesto matrimonio, tal vez su vida desde ese momento habría sido más satisfactoria y menos decepcionante.

 

Tal vez, ahora no tendría ningún problema en ordenar el revoltijo de emociones que llenaban su corazón y su mente, respecto a todo lo que sentía sobre taeyeon.

 

El hecho de que tenía que ir a un cementerio a ver a esa persona, sólo la hizo suspirar con tristeza mientras maniobraba el Volvo en el estacionamiento familiar.

 

El día era hermoso, ventoso y soleado, así que, en vez de seguir el camino empedrado y sinuoso, en torno a la tumba de padre, optó por aparcar simplemente en el aparcamiento y caminar.

 

Sentir el aire fresco, a veces, la ayudar a despejar la cabeza. Puso sus llaves en el bolsillo de sus pantalones cortos, y comenzó la caminata.

 

White Haven era tranquilo como pocos lugares.

 

No habías más personas a la vista, y encontró la soledad increíblemente tranquila.

 

Llego a la lápida de su padre con facilidad y se sentó en la hierba.

 

—Hola, papá. Tus margaritas están en las últimas.

 

Recogió las flores caídas en el suelo y las puso a un lado, deseando tener algo con qué cambiarlas.

 

Suspiró, se recostó sobre sus manos y miró a las nubes flotando.

 

—Hoy no hay alpiste, papá. Esta es una especie de visita improvisada. Tengo que hablar contigo.

 

— ¿Qué pasa, cariño?

 

Podía oír su voz llegar con la brisa suave.

 

— ¿Qué te preocupa?

 

—Tengo un problema. En realidad, no es un problema nuevo. Es un viejo problema. Es algo que ha estado dando vueltas, durante unos cuantos años, y que debería haber tratado con él hace mucho tiempo. Temo que dejé que mamá se hiciera cargo en su momento. No hice caso a mis sentimientos, simplemente deje que desaparecieran. Al parecer no desaparecieron del todo—se echó a reír amargamente—Bueno, funcionó para mí, durante un tiempo. Pero ahora han vuelto.

 

Recogió algunas briznas de hierba, para jugar con ellas, hasta que se dio cuenta de su propia técnica de estancamiento y puso los ojos en blanco.

 

Estoy perdiendo el tiempo, así que no tengo que explicar las cosas en un punto muerto.

 

Brillante.

 

—Probablemente no te va a gustar—continuó—Pero no creo que tampoco te sorprenda—respiró hondo— ¿Recuerdas a Bora de la universidad? ¿Niña bonita, cabello rubio, ojos cafés? Solías llamarla “Bora sonrisa” cada vez que la veías y la hacías sonrojar. Mamá la odiaba.

 

Hizo una pausa, recordando el desprecio inmediato de su mamá hacia Bora, probablemente su madre se había dado cuenta de la ualidad de Bora, y de su vinculación, antes incluso, de que ella misma se diera cuenta.

 

—Bueno, ella no la odiaría sin una razón. Bora se convirtió en mi novia. Quiero decir amante, tuvimos una aventura.

 

Trató de imaginarse la expresión su papá y tropezó con sus palabras.

 

—Sé que debería habértelo dicho, haber acudido a ti, pero estaba muy asustada y sólo traté de hacerlo frente, por mi cuenta. Y entonces Bora me dejó—hizo una mueca, casi en voz alta, mientras recordaba el dolor de su corazón roto por primera vez—Mira, fue mi primer amante femenina, como si fuera mía. Me mostró la posibilidad de una alternativa de estilo de vida. Aquello me atraía. Quería explorar ese tipo de vida, pero no lo hice. Estaba poco menos que aterrorizada y quería esconderme literalmente en un armario. Le di la espalda, ahora lo sé. La idea de que me vieran con ella era asfixiante. No puedo culparla por haberme dejado. Empecé a hundirme en una depresión. No quería salir. Apenas iba a clase. Lo pasé muy mal, papá. La pobre Kayla estaba tan preocupada por mí, que no sabía qué más hacer, así que llamó a mamá.

 

Le había llevado mucho tiempo perdonar su amiga de toda la vida, pero por fin había comprendido que Kayla solo quería lo mejor para ella.

 

—Mamá estaba completamente asustada. Dijo que sólo había sido una fase, que era una cosa que pasaba en la universidad, y ahora que todo había terminado que era mejor que no perdiera a Siwon para siempre. No paraba de hablar acerca de lo que la gente podría pensar si se enteraban, de lo embarazoso que sería para ella. Sé que ella te lo ocultó todo. Dijo que estarías decepcionado, y la creía como una idiota.

 

Sacudió la cabeza con disgusto consigo misma y con la mirada hacia el cielo, de nuevo recordó las intimidaciones, sin fin, que había soportado de su madre por culpa de sus perjuicios.

 

—De todos modos, en pocas palabras, lo empujé hacia un pequeño y oscuro rincón, cerré la puerta, y pensé que nunca tendría que lidiar con eso otra vez—resopló.

 

—Debería haber sabido más.

 

Su expresión era clara en su mente, esta vez, con los ojos rasgados y su atención fija en ella, haciéndola sentir como la única persona en el mundo.

 

— ¿Qué ha pasado?—le preguntaría con preocupación.

 

—taeyeon llegó, eso es lo que pasó. Dios, papá, ella sólo... ella consigue eso de mí, ¿sabes? Es cálida y amable. Es talentosa, hermosa. Cuando estoy con ella, me siento como que puedo ser quien quiero ser. No hay papeles que jugar, no hay imágenes que sostener. Sólo puedo ser yo misma. Es tan...—buscó la palabra correcta—Es liberador, papá. Ojalá lo hubieras tenido con mamá o con alguien, porque es el sentimiento más increíble del mundo.

 

—Y ¿qué pasa con Siwon?

 

Decía sin acusación, pero cuestionando seriamente el punto.

 

No tenía respuesta para eso.

 

Suspiró profundamente y se sentó en silencio, disfrutando del aire fresco y del calor del sol.

 

Los pájaros cantaban cerca y las hojas de los árboles crujían suavemente, pero los sonidos pacíficos no hicieron nada para relajar su mente.

 

—No sé qué hacer, papá—su voz era pequeña, apenas audible.

 

Era evidente que no esperaba una respuesta de su papá muerto, pero se encontró esforzándose por escuchar su voz de todos modos.

 

 

 

 

Después de un largo rato, respiró hondo y se levantó para irse, agradeciendo a su papá por escuchar y prometiendo volver de nuevo pronto.

 

Estaba casi llegando a su coche, cuando revisó su bolsillo para sacar las llaves y se dio cuenta de que no estaban.

 

—Maldita sea—murmuró en voz baja, mientras volvía sobre sus pasos.

 

Cuando se acercó a la lápida de su papá, se dio cuenta de que había una mujer morena y delgada, en cuclillas cerca de él.

 

Estaba poniendo margaritas frescas en el soporte.

 

El corazón de Tiffany se aceleró, estaba segura de no haber visto nunca antes a esa mujer.

 

Se acercó lentamente, sin querer entrometerse en la privacidad de la mujer, a pesar de que la curiosidad, de quien podría ser, la estaba matando.

 

La mujer se enjugó una lágrima errante de su cara, y sus hombros se convulsionaron en lo que sólo podría haber sido un sollozo silencioso.

 

Tiffany se detuvo, avergonzada por estar espiando a la pobre mujer.

 

Ella bajó la mirada al suelo. Sus llaves estaban sobre el césped a sus pies. Se agachó para recogerlas cuando la mujer besó sus dedos con los labios y los llevó sobre la lápida.

 

El hecho de que ella había amado a su papá era tan dolorosamente obvio, que le dio qué pensar a Tiffany.

 

Se quedó clavada en el lugar, mientras la mujer se levantaba y se dirigía hacia Tiffany Là miró por un corto segundo, luego bajó los ojos enrojecidos como disculpándose, limpiando sus humedecidas mejillas.

 

Tiffany sonrió y, para su sorpresa, habló a la mujer.

 

—Lo siento. Obviamente él le importaba mucho.

 

La mujer se detuvo y asintió con la cabeza, nada sorprendida de que una perfecta desconocida le hubiera hablado. Estudió a Tiffany cuidadosamente como si le preguntara que fuera a reconocerla.

 

—Mucho. Era un hombre maravilloso.

 

Incluso de cerca, era desconocida para Tiffany.

 

Era una mujer sin características espectaculares, excepto la bondad notable en sus ojos color avellana.

 

— ¿Era su marido?

 

No podía creer estar preguntándoselo, pero por alguna razón, sentía la necesidad de obtener más información sobre la relación de aquella mujer con su papá.

 

La mujer sonrió con tristeza.

 

—Oh no. Sólo en mis sueños—desvió la mirada, con nostalgia, hacia atrás en la tumba—Yo nunca logré hacer que siguiera a su corazón.

 

Tiffany la miró parpadeando.

 

La falta de respuesta no pareció perturbar a la mujer.

 

Suspiró con tristeza, y siguió su camino, dejando a Tiffany de pie en el cementerio, absorbiendo el hecho de que su papá había tenido una amante y ella no había sabido nada.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Esa noche de voleibol, el partido fue un desastre.

 

Fue la primera vez, que taeyeon y Tiffany, habían estado juntas desde el fiasco en la terraza de taeyeon, hacia algunas noches.

 

Aparte de un movimiento de cabeza, la una a la otra, y un tranquilo hola, fueron las únicas palabras que intercambiaron entre las dos.

 

Wendy lo notó de inmediato, y entrecerró los ojos con recelo, pero no dijo nada.

 

Taeyeon no jugó bien, estaba distraída o frustrada y esa noche, no era capaz de golpear o picar la pelota limpiamente para salvar su puesto.

 

Sus saques fueron disparados fuera de pista.

 

Sus bloqueos malos.

 

Sus rebotes directamente a la red o fuera de límites, el equipo contrario tenía que correr evitar que la pelota rebotara en el agua.

 

Su nivel pésimo de juego, sólo sirvió para frustrarse más y lo pagó con sus compañeros de equipo, cuando intentaban animarla.

 

Tiffany también jugó mal.

 

Sus dedos estaban rígidos y no conseguía tomar altura.

 

Sus piernas parecían no querer cooperar y sus movimientos, en la cancha, parecían débiles y lentos.

 

Cada vez que intentaba pasarle la pelota a taeyeon, y no llegaba, ésta lanzaba un bufido de fastidio, que sólo amortiguaba en Tiffany y la hacía jugar peor.

 

Sus oponentes no eran tan grandes.

 

La victoria no debería haber sido difícil, sino fuera porque a mitad del segundo juego, los seis jugadores estaban empapados en sudor y completamente estresados.

 

Wendy estaba frustrada por su equipo.

 

Mientras miraba a su mejor amiga, y a la más reciente miembro del equipo, se apresuró a sumar dos más dos, y supo de inmediato lo que estaba sucediendo entre la pareja, era más complejo de lo que taeyeon les había hecho creer, a ella y a Seulgi.

 

Tiffany nunca había jugado tan mal con ellos, algo obviamente le estaba molestando.

 

Taeyeon tenía sus estados de ánimo, pero por lo general era capaz de dejarlos fuera, con la ayuda de sus compañeros de equipo.

 

Ahora, parecía estar provocando a los demás, en lugar de tratar de ayudar a solucionarlo.

 

Es más, Wendy pensó en ello, en el hecho de que taeyeon les había mentido, y eso la hacía sentir más enojada.

 

 

Flashback

 

 

Leeteuk hizo un hermoso saque.

 

El otro grupo recibió limpio, y luego lo hicieron picar.

 

Mientras taeyeon se acercaba para bloquear, Tiffany se agacho detrás de ella para cubrirla. Tal como había sido a lo largo del partido, el movimiento de taeyeon fue un poco lento.

 

La pelota pegó en sus manos y luego dribló por sus brazos. Tiffany estaba cerca de los pies de taeyeon para guardar el punto, pero cuando lo hizo, taeyeon dio un paso hacia atrás, agitando también la pelota. Se dejó caer sobre Tiffany y las dos acabaron tumbadas en la arena, jadeando y molestas, con las piernas enredadas como espaguetis.

 

—Deberías quedarte en tu lugar de la cancha, ya sabes—taeyeon murmuró.

 

—Sí, bueno, si no fuera que tus bloqueos, obviamente, necesitaríamos toda la ayuda que pudiéramos—Tiffany replicó.

 

Wendy se acercó a ellas, y se puso de cuclillas. Sus ojos brillaban de ira y cuando habló, su voz no fue más que un silbido indignado.

 

—No sé qué demonios está pasando con ustedes dos, pero les sugiero que dejen sus problemas fuera, porque están haciendo que nos enfademos todos. Dejar fuera su mierda y poneos a jugar como miembros de este equipo, maldita sea.

 

Taeyeon y Tiffany se miraron avergonzadas y se pararon, limpiándose la arena de sí mismas, buscando adecuadamente sus lugares.

 

El juego continuó.

 

Fin Flashback

 

 

 

Las malas hierbas no perdían oportunidad, mientras el estado de Tiffany era pésimo.

 

Había llegado directamente a casa desde la playa, cubierta de arena, sudor y llena de energía nerviosa de su frustración con taeyeon en la cancha.

 

Todavía había luz y necesitaba hacer algo o estaba segura de que simplemente iba a explotar.

 

Había descubierto que la jardinería le resultaba muy terapéutica y divertida, además podría aprender a hacer algo ella misma, en lugar de contratar a un tercero para hacerlo en su lugar.

 

Como lo hacía su familia cuando ella era pequeña.

 

Siempre habían contratado jardineros.

 

Hacer algún tipo de trabajo manual, sin duda no era algo en lo que se había interesado su madre, por su parte, ella había pasado este verano dándose cuenta de que clavando los dedos en la tierra, oler el rico olor del suelo, y ayudando a la belleza de la naturaleza era una de las actividades más relajantes en las que alguna vez había participado.

 

Así que se sentó en su cama de flores, tirando de las malezas y aflojando el suelo alrededor de las flores prósperas, tratando de tranquilizar su cerebro.

 

Entre la mujer del cementerio, su dilema sobre taeyeon, y el desastroso partido de voleibol, su cabeza estaba a tope, apunto de gritar en voz alta, y lo único que deseaba era un interruptor para su mente de encendido / apagado.

 

Tenía tantas preguntas que sólo podían ser contestadas por la mujer con las margaritas.

 

¿Cuánto tiempo había sido la amante de su papá?

 

¿Estaba enamorado de ella?

 

¿Lo sabría su mamá?

 

Dios, ¿y si habían tenido hijos?

 

Tiró violentamente a un diente de león confiado, sin saber cómo sentirse.

 

Por un lado, estaba furiosa con su padre, por engañar a su mamá.

 

Siempre había pensado en él como un hombre honorable y noble.

 

Esto hizo una gran grieta en su armadura.

 

Por otro lado, sabía que sus padres no tenían una cálida y difusa relación.

 

Sabía que su mamá podía ser fría y distante, con sus emociones, así que había una parte de Tiffany que en realidad aplaudía a su papá por encontrar a alguien que se merecía y eso le encantaba.

 

Levantó la mirada y respiró hondo para calmar sus nervios.

 

Fue entonces cuando se dio cuenta de Santana estaba en su terraza.

 

Ella, obviamente, tampoco había decidido salir con el equipo.

 

Sus ojos hicieron contacto, durante apenas una fracción de segundo, ambas desviando sus miradas en la distancia, al mismo tiempo.

 

Otra hierba fue víctima de la ira de Tiffany.

 

Antes de que tuviera tiempo de profundizar en el cuadrante de su cerebro etiquetado como "taeyeon", Tiffany fue interrumpida por la voz de su marido.

 

—Tiff-él estaba casa y no parecía feliz.

 

—Genial—murmuró ella.

 

No tenía ningún deseo de verlo.

 

Continuó con las malezas.

 

—Tiff—gritó otra vez cuando salió a la terraza y vio a su esposa.

 

Sus pasos eran firmes mientras se acercaba. Ella vio el ceño fruncido en su rostro, e hizo que los pelos de sus brazos se erizaran. Se puso de pie, sintiendo que tendría una mejor oportunidad de manejar su enojo evidente si estaba de pie.

 

—Hey—saludó.

 

—No ni 'hey'—le espetó, lo que la hizo estremecerse— ¿Hablaste con mi papá?—sus ojos brillaban de furia y su rostro estaba enrojecido.

 

Oh, mierda, pensó Tiffany.

 

Aquí vamos.

 

—Um... —se detuvo, tratando de averiguar cómo iba a obtener gracia a través de éste.

 

— ¿Has hablado con mi papá recientemente?—pronunció cada palabra lenta y cuidadosamente con los dientes apretados.

 

Nunca antes había tenido miedo de su marido, pero su enojo era tan intenso que provocó una pequeña chispa de miedo en la boca del estómago.

 

Tragó saliva.

 

—Sí.

 

— ¿Y le dijiste que no quería hacerme cargo de la firma?

 

Ella hizo una mueca.

 

—Sí.

 

— ¡Jesucristo, Tiffany!—levantó las manos en exasperación— ¿Qué diablos estabas pensando? ¿Qué estás tratando de hacer conmigo?

 

—Siwon, yo…

 

— ¿Estás tratando de destruirme? ¿De destruir mi futuro?

 

Le estaba gritando, su ira estaba alimentando el volumen de la parte superior de sus pulmones.

 

—No, por supuesto que no.

 

La chispa de miedo se había convertido en un completo soplo de fuego en ese momento, e intento tomar sutilmente un paso atrás de él.

 

La expresión de mirada salvaje, en su rostro, correspondía con el nivel máximo de su voz, y ella se debatía entre ser avergonzada por el barrio que estaba escuchando y se asustó de él.

 

—Mi papá piensa que tienes razón. Está de acuerdo contigo, Dios te maldiga. Ahora está explorando otras alternativas—la miró y se sintió inferior, traicionado—No tenías derecho, Tiff. No tenías derecho.

 

—Solo estaba tratando de ser honesta con él, Siwon. Estaba preocupado por ti. Pensó que estabas demasiado estresado. Temía que fuera demasiada carga para ti—su voz fue suplicante, pero Siwon no la miraba—No has sido feliz desde que empezó todo esto, desde que empezó a entrenarte para que te hicieras cargo de todo. Sólo quiero que seas feliz.

 

— ¿Quieres que yo sea feliz? ¿Estás segura de que esto no tiene nada que ver contigo? ¿Que no tienes segundas intenciones?—su voz destilaba acusación.

 

— ¿Qué?

 

—No soy tonto, tiff. Yo veo las cosas. Sé cosas.

 

El estómago de Tiffany se revolvió.

 

La sensación de temor que sentía era casi demasiado para soportar.

 

— ¿De qué estás hablando?

 

Estaba de espaldas a la casa de taeyeon, pero señaló con el dedo pulgar en esa dirección.

 

— ¿Crees que soy consciente de tu noviecita ahí? Conozco su historia. No te olvides de eso.

 

Los ojos de Tiffany endurecieron.

 

— ¿De verdad quieres hacer esto? ¿Tú realmente quieres entrar en el tema de la infidelidad, Siwon? Porque yo tampoco soy estúpida.

 

Su rostro mostró sorpresa, entonces apareció la culpa, que sólo parecía alimentar su ira y rápidamente dirigió la conversación hacia su tema original.

 

—Me has arruinado. Has arruinado mi carrera.

 

—No, Siwon. Eso no es cierto.

 

Tenía que conseguir poder explicarle por qué le había dicho a Daniel la verdad.

 

— ¡Me has arruinado!—gritó.

 

—No, hablemos de esto.

 

—Ahora soy el hazmerreír de la empresa. Todo el mundo piensa que no puedo con el cargo, que me rompí por la presión del puesto.

 

Él la miró.

 

La rabia en sus ojos ardía en un agujero de su corazón.

 

— ¡Tú me hiciste esto! ¿Por qué no has mantenido la boca cerrada? ¡Es tu culpa!

 

Se dio la vuelta para marcharse, pero Tiffany lo agarró del brazo.

 

—Siwon, por favor. No te vayas. Vamos a hablar de esto. Por favor...

 

Con un gruñido, tiró violentamente, soltando el agarre y la golpeó en la cara.

 

Ella se quedó sin aliento por el miedo, apretando los ojos, esperando un nuevo golpe.

 

Cuando no llegó, abrió un ojo para ver por qué.

 

Siwon seguía ahí, pero estaba mirando a su propia mano con horror, con los ojos llenos de incredulidad y odio a sí mismo.

 

—Oh, Dios—murmuró—Oh, Dios mío—sus ojos se llenaron de lágrimas y parpadeó varias veces, bajando el brazo—Lo siento—le susurró a la pared, en voz tan baja que Tiffany apenas podía oírle—Lo siento, Tiff.

 

Luego se volvió y corrió lejos como un niño de diez años.

 

Tiffany escuchó el golpe la puerta del coche y el motor del coche. Luego desapareció.

 

 

No tenía idea de cuánto tiempo estuvo de pie en su patio, parpadeando en el césped, temblando, incapaz de asimilar lo que acababa de suceder.

 

Todo lo que sabía era que estaba a punto de convertirse en un día muy importante en su vida.

 

Cuando por fin levantó la mirada, sus ojos se encontraron con los de taeyeon, en su propia terraza, con las manos en la barandilla, mirando completamente alarmada y sin saber qué hacer.

 

Tiffany sintió el primer sollozo llegar, y puso una mano sobre su boca. Se dio la vuelta y corrió hacia el interior de la casa.

 

Las voces estaban tan lejos.

 

Estaban apagadas y distantes, como si les estuviera escuchando desde debajo del agua.

 

Había perdido la pista de cuánto tiempo había estado tumbada en la cama, entrando y saliendo de un intermitente sueño.

 

No parecía tener la energía para moverse, ni siquiera para levantar la cabeza.

 

En cambio, sólo estaba ahí, tratando de distinguir las palabras procedentes del contestador automático, de la cocina, sin cambiar la posición de la cabeza en la almohada.

 

Beep.

 

—Tiffany, soy Daniel. Escucha, me preguntaba si habías visto esta noche a Siwon. Me temo que se fue de aquí un poco molesto. He probado a localizarlo en su teléfono móvil, pero sigue saltando su buzón de voz. Estoy preocupado por él.

 

Beep.

 

—Tiffany, ¿te morirías por llamar a tu madre de vez en cuando? Una invitación a tu casa en el lago sería un bonito gesto, ya sabes.

 

Beep.

 

—Hey, Tiffany. Um, soy taeyeon. Escucha, sé que hemos tenido nuestra cuota de problemas, pero quería ponerlos a un lado y comprobar que tú... En cierto modo... escuché tu discusión con Siwon. Fue bastante intensa y quería asegurarme de que estás bien...

 

Eso había sido interesante, pero Tiffany todavía se encontraba ahí mirando a la pared.

 

La noche había caído.

 

Rodó para mirar a la pared de enfrente.

 

El teléfono volvió a sonar a las 10:00en punto.

 

Beep.

 

—Tiffany, soy taeyeon de nuevo. ¿Estás ahí? Contesta. Por favor.

 

A las 10:15, sonó el timbre de la puerta.

 

Sabía que era TaeYeon y estaba casi decepcionada consigo misma por haber bloqueado todas las puertas.

 

Por razones que no era capaz de captar en su momento, los brazos de taeyeon parecían ser el único lugar seguro para ella.

 

Puso la almohada sobre su cabeza para bloquear el sonido insistente.

 

 

 

 

Al mediodía, se las arregló para levantarse y caminar los cinco pasos para ir al baño, a hacer sus necesidades.

 

Después de eso, se quedó en la cama, su nivel de energía era tan bajo que estaba sorprendida de estar respirando.

 

Suspiró, mirando al techo, incapaz de mantener todo bajo control.

 

Dejó que su cerebro abriera la puerta a todos los sentimientos confusos que había tratado de encerrar o ignorar.

 

Siwon, Bora, taeyeon, la mujer de las margaritas.

 

Uno por uno, examinó a cada uno, dejando que su mente entendiera a su corazón y viceversa.

 

Tardó más de veinte y cuatro horas.

 

Mientras el teléfono seguía sonando.

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Comments

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Thiabel2128
#1
Chapter 19: bonita historiaaa, me encanto!! aunque al principio parecía tener pasos de tortuga xd
gabriela021
#2
Chapter 19: Muy buena tu historia, solo una cosa, asegúrate de hacer bien la adaptación por que no cambiaste algunos nombres y me confundía, supongo que ''santana'' era taeyeon, así como al principio dice que jessica esta con yuri y luego es diane. Pero muy buena historia aun yo no soy fan del taeny ni del taengsic pero espero tu próxima historia
LlamaAmerica #3
Chapter 19: Ahhhh tus historia son lo mejor sabes porque!??? Por que son TaeNy *-* <3!!!
Enssei #4
Chapter 19: Wow, sí fue cortita, estaba acostumbrada a tus historias largas jaja. Pero aún así estuvo buena <3
Gracias por estar siempre compartiendo tus adaptaciones, se agradece de cora <3
2597611 #5
Chapter 19: Awww...Me gusto mucho la historia , gracias por adaptarla !!! ...
KazKaz18 #6
Chapter 19: Nooooo Taeny.... :(
Skyth06
#7
Chapter 19: Ohh siii
skincrisday #8
Chapter 19: Gracias por compartir esta adaptacion con tod@s, en verdad estuvo interesante.
Itaenylove
#9
Chapter 18: Que hermoso final ^.^
Gracias por la historia