capitulo 15

la esposa del vecino

Habían pasado ya tres días desde que taeyeon había sido testigo de la discusión en el patio trasero, de la casa Choi-Hwang.

 

También habían pasado tres días desde que había visto a Tiffany.

 

Al principio, se había preocupado terriblemente.

 

La pelea había sido muy desagradable, por no hablar de ruidosa, y Siwon había estado tan cerca de golpear a Tiffany, momento en el que taeyeon había estado a punto de explotar de horror, desgarrada de pie en su terraza.

 

Hasta cuando ella miró a los ojos de Tiffany, llenos de una combinación de miedo y humillación, su piel había perdido color.

 

No tenía ni idea de qué decir o hacer y antes de que pudiera tomar una decisión, Tiffany dio media vuelta y huyó al interior de la casa.

 

Tres días habían pasado.

 

Había dejado una docena de mensajes en el contestador de Tiffany, también había ido a su casa, tres veces, a golpear la puerta y justo cuando estaba a punto de llamar a la policía, porque su preocupación era que Tiffany podría haberse hecho daño a sí misma, llegó el alivio.

 

Vio luz, en la cocina, y se dio cuenta del movimiento de las cortinas de tela, sobre las enormes ventanas de la habitación del fondo.

 

Sabía que Siwon no había sido.

 

Había estado vigilando la casa, sin quitar los ojos de encima, así que dejó escapar un suspiro de alivio, ante la sombra que se movía detrás de los paneles transparentes.

 

Seguía observado cuidadosamente hasta que se hizo evidente que la sombra iba a hacer algo de comer. Sólo entonces, sintió que unos cincuenta kilos de estrés despejaban sus hombros.

 

La había resultado difícil dormir.

 

Estaba tan agotada de su vigilancia y preocupación constante, que al parecer estaba también demasiado cansada como para ir a enfrentarse con la realidad.

 

Se había pasado las últimas horas dando vueltas sin cesar, sintiendo un calor sofocante, propio de esa parte del estado de Nueva York en pleno verano.

 

No había brisa, nada salía del lago.

 

El aire era denso y pesado, por lo que conseguir poder dormir era casi imposible.

 

A pesar de que estaba convencida de que Tiffany estaba bien, su mente continuó girando en torno a la situación, finalmente llegando al punto de estar a punto de gritar de locura por todo.

 

Ginger gimió molesto mientras lanzaba fuera las sábanas y balanceaba sus pies sobre el borde de la cama.

 

—Oh, cállate—le espetó mientras alcanzaba su bata.

 

Las sencillas bragas de algodón blanco, a juego y su camiseta de tirantes, que llevaba para dormir, parecían mucho más tela de lo que realmente podía soportar con tanto calor.

 

Echando un vistazo al reloj y dándose cuenta de la hora tardía, decidió no ponerse nada más.

 

—A la mierda—murmuró—Si el barrio consigue su espectáculo, que así sea.

 

Ginger bostezó y volvió a su casi constante jadeo.

 

La casa tenía aire acondicionado central, pero taeyeon siempre se mostraba reacia a utilizarlo.

 

Odiaba la forma en que sus senos se secaban, y se creaba una atmósfera que se volvía rancia.

 

Odiaba cerrar las ventanas durante el verano.

 

La brisa entrando desde el agua siempre le resultaba pacífica y relajante. Aunque la falta de aire para Ginger le hacía pensar seriamente en la posibilidad de encenderlo.

 

—Vamos, amigo—dijo, rascándole la cabeza con cariño—Necesito un poco de leche y te pondré un poco de agua fría, ¿de acuerdo?

 

Él parpadeó varias veces, luego se deslizó lánguidamente de la cama para seguirla.

 

—Y no te hagas ilusiones—advirtió—Son la una y media de la mañana. No vas a salir.

 

La luna estaba brillante, lo que hacía que no necesitara encender las luces, mientras se paseaban por la cocina, su mente seguía en Tiffany.

 

No podía recordar la última vez que una mujer le había afectado tan intensamente... y en contra de su voluntad.

 

Nunca quiso sentir nada más que amistad, por su vecina, y constantemente se reprendió por enamorarse, tan rápida y completamente, de una persona inalcanzable.

 

Wendy siempre le decía que todo sucede por una razón, y en muchas ocasiones, taeyeon se había inclinado a estar de acuerdo. En este caso, sin embargo, no podía entender la razón por la que Tiffany había entrado en su vida, haciendo que se enamorada.

 

Supuso que si la razón era romper su alma o hacerla sentir miserable, entonces lo estaba consiguiendo. De lo contrario, simplemente no lo entendía.

 

Nunca había querido tanto algo, algo que simplemente no podía tener.

 

Era insoportable.

 

Volvió a llenar el tazón de agua de Ginger y dejó caer un par de cubos de hielo dentro. El perro los olió, y luego procedió a empujarlos con su pata delantera.

 

Estaba haciendo un poco de lío, pero era tan lindo, que a taeyeon no le importó.

 

Se sirvió un vaso de leche y se apoyó en el mostrador, sonriéndole.

 

El golpecito en la puerta corredera de cristal era tan suave, que incluso Ginger no estaba muy seguro de haberlo oído. Él y taeyeon volvieron la cabeza sorprendidos en la misma dirección. Su cola empezó a menearse inmediatamente.

 

Una oleada de alivio se apoderó de taeyeon, cuando se encontró con ojos cafés de Tiffany a través del cristal. Casi voló a la puerta para dejarla entrar.

 

—Sé que es tarde—espetó mientras entraba—Lo siento. Vi la luz del frigorífico y yo solo...tenía de verte.

 

Llevaba un par de pantalones cortos azul claro de algodón, con la marca de Victoria Secret bordado sutilmente en la cintura. Una camiseta rosada, que le cubría la parte superior, destacando su intenso bronceado a la luz de la luna.

 

Su pelo castaño, atado en una coleta muy floja, dejaba ver el vello rizado en la nuca y cuello húmedo.

 

Sus pies estaban desnudos.

 

Taeyeon espera ver algunos signos físicos de la agitación emocional, dadas las circunstancias en las que la había visto, la última vez, con los ojos rojos e hinchados, las mejillas enrojecidas, algo.

 

En cambio, Tiffany parecía tranquila, fuerte, segura, e increíblemente y.

 

Taeyeon parpadeó sorprendida, más que un poco curiosa.

 

—No, no te disculpes—la reprendió con suavidad—No me importa lo tarde que es. Me alegro de que estés aquí. Estaba preocupada por ti.

 

—Lo sé. Lo siento. Escuché tus mensajes, simplemente, no podía enfrentarte. No podía enfrentarme a nadie. Tenía mucho en qué pensar.

 

—Me lo puedo imaginar—estudió el rostro de Tiffany bajo el claro de la luna— ¿Estás bien?

 

Tiffany contempló esta cuestión, a fondo antes, de contestar

 

—Si—asintió con confianza—Por primera vez en mi vida, lo estoy—sostuvo la mirada de taeyeon—Es increíble cómo las cosas que alguna vez estuvieron tan borrosas, pueden aclararse con el tiempo. De repente, todo se vuelve muy claro.

 

Sus ojos se alejaron de taeyeon y se deslizaron por su cuello para descansar momentáneamente en sus pechos. Pasó lentamente su lengua por su labio superior, y taeyeon sintió una sacudida a través de su cuerpo.

 

Sólo entonces pudo tomar conciencia de lo que llevaba puesto o más exactamente, lo que no llevaba puesto.

 

Toda la humedad de la boca de taeyeon voló al sur y terminó en sus bragas.

 

La mirada de Tiffany era inquebrantable, mientras la miraba una vez más a los ojos, y ella se dio cuenta de que nunca había visto la mirada de la mujer tan atractiva, de pie en la cocina, bañada por la luz azul de la luna.

 

Su voluntad de permanecer lejos de Tiffany fue disminuyendo a una alarmante velocidad.

 

Parecía que el momento de audacia de Tiffany era directamente proporcional al nerviosismo de taeyeon.

 

Cuando Tiffany dio un paso hacia ella, taeyeon dio un paso atrás hasta que, muy a su pesar, se encontró contra el mostrador, atrapada.

 

Los ojos de Tiffany nunca dejaron los de la coreana.

 

Estaban demasiado cerca, la una de la otra.

 

De repente, taeyeon quería más que simplemente pasar el rato y ver de qué iba esto. Quería saber a dónde la llevaba Tiffany.

 

Se obligó a relajarse y a calmar el pánico que amenazaba por salir a la superficie. En vez de disculparse y salir corriendo a buscar algo más de ropa, se echó hacia atrás y se apoyó, con una mano, sobre el borde de la encimera, plenamente consciente de que su camiseta se estaba subiendo dejando poco a la imaginación.

 

—Atrapada en el enfoque, ¿eh?—dijo en voz baja.

 

— ¿De qué estamos hablando?

 

Tuvo el gran placer de ver a Tiffany tragar saliva mientras sus ojos cafés se deslizaban de nuevo.

 

Esta vez no se pararon en los pechos de taeyeon, sino que su mirada continuó viajando por la totalidad de su cuerpo.

 

Taeyeon estaba sudando y temblando, al mismo tiempo. Se agarró el mostrador con tanta fuerza que sus nudillos se volvieron blancos.

 

—Cosas de la vida. Decisiones. Expectativas. Felicidad—dijo Tiffany con voz ronca, mientras daba un nuevo paso hacia taeyeon, y luego otro—Necesidades. Deseos.

 

Era el turno de taeyeon de tragar saliva.

 

La otra mujer estaba tan cerca, que podía oler su aroma.

 

—Tiff...

 

Se suponía que sonaría como una advertencia pero en su lugar, salió como una súplica susurrada.

 

Se sintió como si estuviera colgada, al borde del sentido común.

 

Los dedos de Tiffany, estaban moviéndose peligrosamente como la brisa.

 

—He tomado algunas decisiones, tae—su voz fue muy suave.

 

Cerró el espacio que queda entre ellas, y puso su mano izquierda en la cintura de taeyeon. Esta estaba segura de que si se soltaba del mostrador, podía ser arrasada a olvidarse de todo, por lo que se agarró lo más fuerte que pudo.

 

Sintió los dedos de la otra mano de Tiffany, en su muñeca y luego deslizándose por su brazo.

 

— ¿Decisiones?—apenas pudo ahogar la palabra, su cuerpo estaba a punto de traicionarla.

 

Tiffany asintió.

 

—Mi matrimonio ha terminado, solo que me llevó un poco de tiempo darme cuenta.

 

Taeyeon miró la mano en su cintura, sorprendida al no ver ninguna señal de su anillo de matrimonio, salvo por la línea que se destacaba por su bronceado.

 

—Es hora de dejar de hacer lo que se espera de mí. Es hora de dejar de hacer lo que se supone que debo hacer—sus dedos rozaron el hombro de taeyeon, poniéndole la piel de gallina, por todo el cuerpo, a pesar del calor de la noche—Con el tiempo he entendido que está bien querer lo que quiero.

 

Taeyeon se humedeció los labios secos, como en el desierto de Sahara, con la lengua y apenas fue capaz de encontrar su propia voz.

 

— ¿Y qué es lo que quieres, Tiff?

 

— ¿Hmm?

 

— ¿Qué quieres?

 

—A ti, tae. A Ti.

 

Sin decir una palabra más, deslizó su mano por la parte trasera del cuello de taeyeon y tiró la cabeza hacia abajo, besándola con tal certeza y con tanta confianza, que hizo que a taeyeon le temblaran las rodillas de tal manera que estuvieron a punto de perder el equilibrio.

 

Tiffany la había empujado contra el mostrador, su lengua era profunda en la boca de taeyeon, mientras su mano derecha agarraba un puñado de pelo oscuro, y su mano izquierda hábilmente se dirigía hasta la parte superior, para tomar posesión del pecho derecho de teyeon.

 

No había absolutamente ninguna duda, en la mente de taeyeon, que la otra mujer estaba llevando el control de la situación.

 

¡Dios mío, un poco de dulce feminidad con una racha butch!, pensó.

 

¿Quién lo hubiera pensado?

 

Era todo lo que podía hacer para aferrarse a salvar su vida.

 

Se sentía como perdida dentro de una fantasía, el tipo de fantasía que solía tener en la universidad, cuando estaba empezando a entender su ualidad.

 

Todas fueron muy similares: a mitad de la noche, bajo la luz de la luna por la ventana, teniendo una hermosa mujer frente a ella. En algún lugar profundo de su cabeza, había una vocecita tratando de llamar su atención.

 

Sólo podía distinguir algunas palabras aquí y allá... parar... lamento... pero en ese momento, las manos de Tiffany se deslizaban ágilmente por sus bragas, por sus muslos desnudos y la voz fue completamente ahogada por el sonido de su propio corazón latiendo con fuerza en su pecho.

 

Después de bajar la ropa interior de taeyeon hasta alrededor de sus tobillos, Tiffany se enderezo y la besó otra vez.

 

—Dios, tus labios son tan suaves—deslizó sus dedos entre las piernas de taeyeon y ambas gimieron ante la humedad que descubrió ahí.

 

—He estado soñando con esto durante mucho tiempo—susurró contra la boca de taeyeon—Sólo se puso peor después del primer beso. Quería más, mucho más—entonces se puso de rodillas, provocando que la mujer coreana saltara ligeramente ante tal movimiento repentino. Mirando hacia arriba, los ojos de Tiffany casi pedían disculpa—Tengo que saber. Quiero saber cuál es tu sabor.

 

Con algo parecido a la desesperación, empujó los muslos de taeyeon, apartándolos lo suficiente para deslizar la parte plana de su lengua a lo largo de la piel hinchada.

 

—Oh, Dios mío.

 

Las palabras se vieron obligadas a quedarse en su garganta, mientras continuaba aferrándose, con más fuerza, a la encimera, de lo contrario estaba segura de que se habría deslizado hasta el suelo.

 

Se dio de pronto, sorprendentemente para taeyeon, que Tiffany había hecho esto mismo antes. Su boca era mágica, y cuando usó los pulgares para separar los empapados pliegues, permitió un mejor acceso con su lengua.

 

Pasó las manos hacia arriba, por la parte posterior de los muslos de taeyeon hasta su trasero, y tiró con más fuerza contra su boca. Al mismo tiempo, gruñía de placer.

 

Era evidente que la estaba disfrutando a fondo.

 

Taeyeon logró soltar una mano de la encimera, y la puso cuidadosamente en la parte superior de la cabeza de la otra mujer, tratando de mantener sus propios gemidos de satisfacción bajo control, para que no despertar a todo el vecindario.

 

Podía sentir acercarse su clímax. Al mismo tiempo, sus piernas se estaban debilitando sin control.

 

—Tiff—jadeó—Yo no... No creo que pueda soportarlo más.

 

Tiffany simplemente colocó la palma de su mano contra el vientre sudado, debajo de su parte superior de taeyeon, sosteniéndola ahí.

 

—Sí, sí que puedes, tae.

 

Era una orden, suave pero firme.

 

Taeyeon tragó saliva, sabiendo que se quedaría de pie, mientras con la lengua, Tiffany aumentaba tanto la presión como el ritmo de sus movimientos.

 

Apenas tenía más tiempo para prepararse para su inminente o.

 

A pesar de que sabía que no tardaría en llegar, la tomó por sorpresa, golpeándola con fuerza antes de que estuviera lista.

 

Su cabeza cayó hacia atrás, con los ojos fuertemente cerrados. Apretó los dientes, gruñendo a través de ellos. Se aferró a la cabeza de Tiffany con fuerza, a la vez que se aferraba a la encimera con la otra mano.

 

Tiffany es quedó abrazada a su estómago, ayudándola a mantenerse de pie.

 

Taeyeon se las arregló para mantener la compostura mientras se deslizaba hasta el suelo, con los ojos cerrados, para terminar sentada con Tiffany de rodillas.

 

Cuando finalmente abrió los ojos, Tiffany sonrió un poco avergonzada. Por primera vez, en la noche, vio a una Tiffany tímida e ingenua. Le devolvió la sonrisa, extendiendo sus brazos y atrayéndola hacia ella.

 

—Hola—dijo taeyeon mientras la abrazaba fuertemente.

 

—Hola.

 

—Eso fue...—taeyeon suspiró mientras su voz se apagaba—No tengo palabras.

 

—Te lo dije.

 

— ¿Me dijiste qué?

 

—Que podrías mantenerte de pie.

 

Taeyeon sintió que se sonrojaba en la oscuridad.

 

—Tenías razón.

 

—No lo olvides—se acurrucó en el pecho de taeyeon.

 

—No, señorita. No lo haré.

 

Permanecieron así durante lo que pareció una eternidad.

 

Taeyeon tenía tantas preguntas que hacer a su nueva amante, tantas preocupaciones.

 

Era simuladamente éxtasis y terror.

 

Sabía que debía dar voz a sus pensamientos, pero la cercanía del cuerpo de Tiffany, la escasa cantidad de ropa, el olor de su sudor y de la propia excitación de Tiffany en la cara... toda esa combinación era demasiado.

 

Se inclinó, acarició el rostro de Tiffany con los dedos, y cubrió la boca con la suya.

 

No quería lidiar con los detalles de sus vidas o lo que sentía por esta mujer.

 

Sólo quería perderse en ella y así lo hizo.

 

¿Había sido un sueño?

 

Tiffany tenía miedo de abrir los ojos.

 

Tenía miedo de que no fuera verdad, pensaba que iba a ver las hojas de color púrpura en un entorno familiar, y que estaría tumbada en su cama sola, relajada con la sensación maravillosa en su cuerpo simplemente después de un sueño muy vívido.

 

Estaba en su estómago y estaba desnuda, dos hechos que comprobaba que no eran un sueño. Estaba húmeda y su pierna derecha acurrucada alrededor.

 

Respiró profundamente, inmediatamente consciente de que las sábanas no olían a detergente para ropa, sino a que había otro distintivo olor en la habitación.

 

Sonrió, con los ojos todavía cerrados, y respiro hondo oliendo el olor a o.

 

¿Puede haber un olor más embriagador?, pensó.

 

Se desperezó lentamente, haciendo una mueca al notar un cierto dolor en varios de sus músculos.

 

Movió sus brazos deslizados debajo de las almohadas, y luego se estiró por todo el resto del colchón, dándose cuenta de que estaba sola. Al instante, escuchó el ruido del traqueteo de los platos en la cocina.

 

El sonido fue extrañamente reconfortante.

 

Rodó sobre su espalda y por fin abrió los ojos. Parpadeando al techo desconocido, recordó la anterior noche.

 

El recuerdo del calor, los sonidos, olores y toques de taeyeon hizo que su piel se sonrojara.

 

No podía precisar el momento, en que sentada sola en su casa, por tercer día consecutivo, se había dado cuenta de que esto era lo que quería.

 

Taeyeon era lo que quería desde el principio, y la aceptación de ese hecho fue repentina e inequívocamente correcta.

 

No le había importado que fueran más de la una de la madrugada.

 

Se había puesto algo de ropa y dirigió, a través del patio, para reclamar lo que sentía que era legítimamente suyo. Fue la primera cosa, realmente egoísta, que recordaba haber hecho jamás y se sentía fantástica.

 

El sol asomaba entre las rendijas de las persianas y Tiffany se dio cuenta de que nunca antes había estado en la habitación de taeyeon.

 

No había visto mucho de ella la noche anterior, así que aprovechó la oportunidad para ver nada más. Estaba decorada con muy buen gusto, de color caqui y azules oscuros, pero con gran variedad de acentos florales, manteniendo los colores terrosos de aparente masculinidad.

 

La sábana que cubría el cuerpo de Tiffany era azul marino.

 

El caqui de la colcha estaba amontonado al pie de la cama, cerca de la rejilla de tablero de pies. El suelo de madera estaba cubierto por una media docena almohadones en varias combinaciones de colores beige y azules.

 

A los pies, dos aparadores juntos y un armario independiente, con un espejo de cuerpo entero, con igual acabado en un roble claro. Había dos gorras de béisbol que colgaban de cada lado del espejo. Una era del Hard Rock Café en Toronto y la otra bordada con el logotipo de X-Files.

 

Sonrió al pensar en taeyeon como fan de un espectáculo peculiar.

 

A la izquierda, montado en la pared, había una gran pieza con tres estantes.

 

Los tres estaban llenos de objetos de adorno.

 

Los estantes eran seis cuadros, tres a cada lado. Tiffany se levantó y cruzó la habitación para tener una mejor vista, observando con placer el dolor en sus músculos del muslo.

 

Las chucherías eran de varios tamaños y colores, y pero todos tenía el mismo tema.

 

Todos eran sobre enseñanza, y eran obviamente regalos de antiguos alumnos de Santana.

 

Había una miniatura de un Pitufo escribiendo en una pizarra. Una pequeña cerámica con pila de libros. Una hermosa pluma en una caja transparente. Una pequeña, máquina de escribir de hierro fundido.

 

Cada estante estaba lleno de esos tesoros.

 

Pasó su mirada a los marcos.

 

Cada uno de ellos era un certificado de algún tipo. Algunos eran de los estudiantes, algunos eran del personal de la escuela donde enseñaba taeyeon.

 

Todos eran favorecedores e impresionantes.

 

No estaba sorprendida por la capacidad de enseñanza de taeyeon, o por el hecho de que sus alumnos, obviamente, la adoraban.

 

El que mantuviera todos los regalos, era como un testimonio de lo mucho que los amaba.

 

Se llenó de orgullo.

 

Sonriendo, decidió que estaba hambrienta y que quería ver el rostro de taeyeon de nuevo.

 

Los olores mezclados de café y tocino, flotaban en la casa, por lo que Tiffany tragó salivar. Mientras se movía, vio su cuerpo desnudo reflejado en el espejo y se quedó sin aliento ante lo que vio.

 

Apenas se reconoció a sí misma.

 

La mujer que le devolvía la mirada, parecía totalmente diferente a la que estaba acostumbrada.

 

Ésta estaba sonriendo como un idiota.

 

Su piel estaba enrojecida y su pelo castaño alborotado. Sus ojos brillaban, con un secreto, y tenía varias marcas rojas furiosas, a lo largo de su cuerpo; uno en el hombro, uno en la cadera y otro en el interior de su muslo derecho.

 

Ahogó una risita y señaló al espejo.

 

—Te han jodido, ¿no?—preguntó en voz baja—Al parecer, bastante bien.

 

En vez de una respuesta, su cerebro le dio un flash back-rápido, de cuerpos sudorosos desnudos, lenguas, dedos, labios, dientes; sonidos que no había escuchado o hecho en mucho tiempo.

 

Tragó saliva, ante el ataque de los recuerdos, emocionada y avergonzada a la vez por su propia audacia insólita.

 

Una vez más, recordó haber tomado la iniciativa por primera vez en su vida.

 

La conmoción y la expresión inequívoca de la excitación, en el rostro de taeyeon, había valido la pena.

 

Miró a su alrededor para ver si encontraba su ropa.

 

Tenía el vago recuerdo de sus pantalones cortos, en algún lugar de la sala de estar y no tenía ni idea del paradero de su camiseta. Vio una bata en un gancho, la agarró y se la ató alrededor de su cuerpo.

 

Era demasiado grande, y realmente era demasiado caliente para ella, pero Tiffany se imaginó que sería simplemente como si pidiera prestado algo de ropa.

 

En ese momento, sólo quería ver a taeyeon.

 

Tenía que poner los ojos en ella, saber que la noche anterior había sido real.

 

Hizo una breve parada en el baño, y luego se dirigió a la cocina. Llegó hasta la zona de comedor.

 

Taeyeon trabajaba afanosamente, tarareando en voz baja para sí misma mientras cocinaba.

 

Llevaba el pelo recogido en una cola de caballo. Llevaba puesto un desgastado pantalón rojo y una camiseta blanca, con un paño de cocina sobre su hombro.

 

Tiffany no podía verla desde la parte de atrás, pero fue suficiente para hacer que se detuviera en seco. Fue un placer indescriptible, ver a su nueva amante, mientras ella, no estaba al tanto del examen.

 

Taeyeon estaba sacando el tocino de la sartén y apagó la cocina. Luego tomó uno huevos de la nevera y metió un poco de pan en la tostadora.

 

Tiffany se apoyó en la mesa, cruzó los brazos sobre su pecho, y disfrutando de la vista, durante todo el tiempo que pudo, se quedó completamente tomada con el resplandor de la piel de taeyeon, y las curvas de su cuerpo.

 

Una vez y otra vez, se sintió gratamente asaltada por los retrocesos periódicos de la noche anterior, y se preguntó cuánto tiempo su cuerpo se podía mantener en ese estado de excitación perpetua, con la que parecía estar afligida.

 

No estaba preparada para el temblor que se disparó a través de todo su cuerpo, cuando taeyeon finalmente se volvió y sus ojos se encontraron.

 

Taeyeon se limpió las manos en el trapo de cocina y lo lanzó a ciegas en el mostrador. Luego lentamente cruzó el espacio entre ellas, sin apartar sus ojos de los de Tiffany.

 

Se detuvo a escasos centímetros de ella. Mirándola y sonrió dulcemente, deslizando sus dedos por el castaño y alborotado cabello de Tiffany.

 

Antes de que pudiera pronunciar una palabra, la boca de taeyeon bajó duro sobre ella y se besaron profundamente, como si nunca se hubiera ido a la cama, la noche anterior.

 

La diferencia de altura entre ellas era insignificante, y Tiffany se encontró rodeada por taeyeon.

 

Lejos de sentirse encerrada o sofocada, se sentía segura y amada.

 

Deslizó sus manos hasta el pecho de taeyeon, y alrededor de su cuello, tirando de la cabeza abajo con más fuerza.

 

Taeyeon la empojó, dirigiendo su espalda a la sala, hasta que el borde de la mesa del comedor golpeó en su trasero. Al instante siguiente, estaba de espaldas sobre la mesa del comedor, con la bata totalmente abierta, su cuerpo completamente expuesto a taeyeon.

 

Sus piernas se abrieron, donde fueron enterrados los dedos de taeyeon. Gimió el nombre de la coreana en jadeos, y se corrió con fuerza, como había hecho, una y otra vez, la noche anterior.

 

Le faltaba aire, con el pecho agitado y sus músculos tensos como rocas.

 

Tuvo que desenredar literalmente sus dedos del cabello de taeyeon, mientras ambas sonreían con diversión.

 

Taeyeon le acarició el rostro con el cuello, y la besó suavemente, luego la empujó para arriba en sus manos para poder inclinarse sobre su amante.

 

Dejó las palmas de las manos contra la mesa. Las piernas de Tiffany colgaban a cada lado de sus muslos.

 

—Buenos días—Tiffany sonrió.

 

—Lo es, ¿no es así?

 

—Esta es una manera absolutamente hermosa de empezar el día.

 

—De eso se trata, ¿no?—taeyeon parecía que quería decir más, pero en cambio, se puso de pie, le tendió la mano, y la ayudó a ponerse de pie—¿Tienes hambre?

 

Tiffany cerró la bata, ató el cinturón y trató de controlarse, a pesar de continuar pensando en lo que acababan de hacer.

 

—Estoy hambrienta.

 

—Sígueme—taeyeon se dirigió a la cocina y cogió a los platos donde se había quedado— ¿Cómo te gustan los huevos?—preguntó, mirando a Tiffany. Luego se volvió, presa del pánico—Te gustan los huevos, ¿verdad?

 

—Revueltos, por favor. ¿Puedo ayudarte en algo?

 

Taeyeon se acercó a ella y le besó la parte superior de la cabeza.

 

—No. Sólo siéntate ahí y ponte y.

 

Tiffany se sonrojó.

 

—Sí, señora—la observó, en silencio, durante unos pocos minutos— ¿A qué hora te levantas?

 

—Ginger me levantaba a las seis y media, que es cuando lo saco afuera. Cuando volví a la habitación, se veía...—se volvió a Tiffany con una tímida sonrisa—Quería que pudieras dormir un poco, pero no puedo decirte lo mucho que quería despertarte.

 

Tiffany se sonrojó un poco más, mientras sonreía.

 

—Al final he pensado que era mejor si me marchaba de la habitación. Sería menor la tentación—apagó la cafetera en marcha, y sirvió una taza—Así que estuve leyendo el periódico y tomando un poco de café—dejó la taza enfrente de Tiffany—Necesitaba que mis hormonas en ebullición se enfriaran un poco, ¿sabes? Aunque tengo que decir que el cinturón de la bata me está dando ideas muy traviesas—le guiñó un ojo, la besó a la boca rápidamente, y luego regresó a su trabajo.

 

Tiffany tragó, cuando una sacudida erótica cayó sobre la parte baja de su cuerpo.

 

Cada vez era más evidente, para Tiffany, que taeyeon no estaba dispuesta a hablar de nada más sobre su orientación ual y su conexión en ese punto.

 

Tal vez tenía razón, después de toda la conexión las había llevado al punto en el que estaban.

 

Tiffany quería hablar de ello, sabía que era necesario hablarlo, pero había pasado mucho tiempo desde que se sintió deseada por alguien, alguien a quien ella deseara, y todo lo que quería hacer en ese momento era sentarse y tomar el sol... Podía entender que taeyeon evitara el tema.

 

Siempre podrían hablarlo más tarde.

 

Tendrían que hablarlo más tarde.

 

Bebió un sorbo de café.

 

 

 

 

 

Taeyeon y Tiffany pasaron todo el día en diferentes etapas para desnudarse.

 

Como dos niñas, con un nuevo juguete, no podían tener sus manos fuera la una de la otra.

 

Taeyeon estaba encantada de la resistencia de Tiffany.

 

En las relaciones del pasado, siempre había sido la que mayor impulso ual había tenido, y sus parejas inevitablemente acababan rechazándola, en algún momento, murmurando, "no más" cuando el agotamiento se hizo cargable.

 

No era así con Tiffany.

 

Ella correspondía a taeyeon, sensible para el tacto, bastaba un movimiento por accidente para tener un o durante el o, y siempre estaba lista para más.

 

Cuando la oscuridad se hizo presente, optaron por regresar al dormitorio, en lugar del sofá, los mostradores de la cocina o el baño.

 

La cruda e intensa pasión fue reemplazada por ternura.

 

Hicieron el amor lentamente, deliberadamente, manteniendo los ojos en contacto y la emoción, aunque evitando las palabras que harían las cosas que fueran muy reales.

 

Tiffany no estaba acostumbrada a este nuevo lado de ella, la audacia, la agresión.

 

La única vez que perdió ventaja fue cuando taeyeon se la quitó, por su diferencia de tamaño era más ágil.

 

Ella revertió su posición, para mover de un tirón a Tiffany, colocándola abajo de ella y fijando sus brazos sobre su cabeza. Tiffany luchó débilmente siguiéndole el juego.

 

—Ten cuidado—taeyeon advirtió contra su boca—No querrás que tenga que sacar el cinturón de la bata y atarte a la cama.

 

Tiffany se quedó sin aliento al oír aquellas palabras, sintiendo la intensidad de subir a otra categoría, cuando la lengua de taeyeon se hundió posesivamente en su boca.

 

Se besaron con avidez.

 

La ternura se transformó de nuevo en una pasión animal como la de antes.

 

Taeyeon usaba su boca para recorrer la longitud del cuerpo de Tiffany. Se colocó entre las piernas que se abrían para ella espontáneamente.

 

Tiffany estaba ya muy cerca del clímax, y casi de inmediato, su o la golpeó sin previo aviso.

 

Cuando por fin llegó a la cabeza de taeyeon, para empujarla suavemente, ésta la tomó de ambas muñecas y las mantuvo sin soltar, evitando que Tiffany escara la lengua, y sus labios aún pudieran explorar su piel hipersensible, obligándola a sobrellevar la sensación de "demasiado".

Sus gemidos de protesta cambiaron rápidamente a exclamaciones de choque, eróticamente placenteros, cuando una segunda oleada recorrió su cuerpo, provocando la explosión en un nuevo o. Dejó de acariciarla, y esperó a que su amante se relajara, sin soltar sus muñecas más pequeñas, deleitándose con los gemidos, jadeos y más gemidos mientras sentía a Tiffany recobrar el aliento lentamente.

 

 

—Dios—Tiffany murmuró con asombro—Yo nunca he hecho esto antes... no de esta manera. Nadie jamás... Jesús.

 

—Bien—respondió taeyeon, feliz de tener una memorable sensación de pertenencia sólo a ella.

 

Lentamente se arrastró por el cuerpo de Tiffany, con una ducha de besos. Recogió y organizó el cuerpo de Tiffany en una posición cómoda.

 

—Eres como una muñeca de trapo—se rio cuando los miembros de la mujer castaña se dejaron caer inútilmente.

 

—No me puedo mover. Me siento como uffff.

 

—Me lo tomaré como un cumplido.

 

Se quedaron abrazadas juntas por mucho tiempo, escuchando el chapoteo del agua contra la orilla, como el sonido que deriva en el dormitorio una brisa suave, haciendo cosquillas en las persianas.

 

Tiffany con la cabeza escondida bajo la barbilla de taeyeon, apoyada en su pecho.

 

—Me encanta el sonido de los latidos de tu corazón—dijo en voz baja.

 

Taeyeon besó la parte superior de su cabeza y se apretó con más fuerza.

 

Ginger saltó sobre la cama y se sentó con un suspiro, con la cabeza descansando en el tobillo de su ama.

 

Estaba ahí, repitiendo el verano, sorprendida por la forma en que las cosas habían terminado.

 

Su mente se detuvo en el momento en que había presenciado la discusión entre Tiffany y Siwon, la imagen de siwon levantando la mano para golpear a su esposa todavía estaba grabada en su cerebro.

 

— ¿Tiff?—murmuró, preguntándose si su amante se había dormido.

 

— ¿Hmm?—sorprendió a taeyeon respondiendo.

 

— ¿Lo que pasó esa noche? ¿En el patio trasero con Siwon?

 

Tiffany se quedó en silencio durante tanto tiempo, que se preguntó si había estado fuera de lugar hacer esa pregunta, tal vez no querría responder.

 

Finalmente, Tiffany respiró hondo y habló en voz baja.

 

—No estoy totalmente segura, no realmente, pero tengo mis propias ideas. Creo que él probablemente acaba de tener un día pésimo.

 

— ¿Por qué?

 

—Por todo. Siwon y yo somos muy parecidos. Ha estado tan estresado, tratando de hacer lo que se espera de él, hacerse cargo de la empresa familiar, estar felizmente casado con su novia de la secundaria, tener los vehículos adecuados, la casa justo en el barrio correcto. Él ha estado trabajando muy duro para mantener esa imagen, la imagen del buen hijo. Honestamente pensé que le estaba haciendo un favor. Mi intención era buena, te lo juro.

 

— ¿Qué quieres decir?—le preguntó, señalando el tono de culpa que se había deslizado en su voz.

 

— ¿Recuerdas cuando el padre de Siwon vino a verme? ¿El día que salimos con la moto de agua?—vio que taeyeon asentía—Parecía muy preocupado sobre el nivel de estrés de su hijo. Dijo que estaba preocupada por él. Francamente, yo estaba muy emocionada de que alguien, por fin, acudiera a mí. Cuando me preguntó si yo pensaba que Siwon quería hacerse cargo de la empresa, le di mi pensamiento con honestidad, creí que era lo mejor—suspiró—Le dije que no.

 

—Oooooh—taeyeon arrastró las palabras, haciendo una mueca de comprensión.

 

—Si. Probablemente no es mi mejor maniobra.

 

—Y Siwon lo descubrió.

 

—Si—Tiffany se apoyó sobre un codo para poder mirar a la otra mujer—Mira, tae, sé cómo te sientes acerca de él.

 

Taeyeon la miró, pero no dijo nada.

 

—Él no me habría golpeado. Él no es así.

 

Taeyeon se enfadó ante la idea de que estuviera defendiendo a su marido, no le gustaba esa sensación.

 

No sabía si estaba de acuerdo con Tiffany sobre la evaluación de sus acciones, pero sentía que no era el momento ni el lugar para discutirlo.

 

En cambio, se limitó a asentir.

 

—Está bien.

 

—Él es un buen hombre. Los dos hemos acabado tomado algunas malas decisiones en nuestras vidas.

 

Taeyeon se tensó aún más, esperando que Tiffany no se diera cuenta.

 

No quiera hablar de Siwon, pero sabía que era un tema que no iba a desaparecer.

 

—Está bien—repitió.

 

Tiffany retomó su lugar anterior en el hombro de taeyeon apoyando su cabeza.

 

No había vuelto a su casa desde que había aparecido en la puerta de taeyeon, hacía ya más de veinticuatro horas antes.

 

No había hecho ningún intento de localizar a su marido, y no tenía idea de si había estado tratando de ponerse en contacto con ella o no.

 

Por mucho que le hubiera gustado refugiarse en casa de su amiga, y olvidarse del resto del mundo, sabía que eso nunca iba a suceder... que no podía suceder.

 

Permanecieron en silencio durante varios minutos antes de que taeyeon volviera a hablar, suavemente.

 

—Vas a tener que volver y enfrentarte a él tarde o temprano—esperaba no sonar tan aterrada, como se sentía.

 

Pensar en la posibilidad de que Tiffany y siwon volvieran a estar juntos le hizo sentir náuseas.

 

—Lo sé—respondió Tiffany, con su voz casi en un susurro.

 

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Comments

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Thiabel2128
#1
Chapter 19: bonita historiaaa, me encanto!! aunque al principio parecía tener pasos de tortuga xd
gabriela021
#2
Chapter 19: Muy buena tu historia, solo una cosa, asegúrate de hacer bien la adaptación por que no cambiaste algunos nombres y me confundía, supongo que ''santana'' era taeyeon, así como al principio dice que jessica esta con yuri y luego es diane. Pero muy buena historia aun yo no soy fan del taeny ni del taengsic pero espero tu próxima historia
LlamaAmerica #3
Chapter 19: Ahhhh tus historia son lo mejor sabes porque!??? Por que son TaeNy *-* <3!!!
Enssei #4
Chapter 19: Wow, sí fue cortita, estaba acostumbrada a tus historias largas jaja. Pero aún así estuvo buena <3
Gracias por estar siempre compartiendo tus adaptaciones, se agradece de cora <3
2597611 #5
Chapter 19: Awww...Me gusto mucho la historia , gracias por adaptarla !!! ...
KazKaz18 #6
Chapter 19: Nooooo Taeny.... :(
Skyth06
#7
Chapter 19: Ohh siii
skincrisday #8
Chapter 19: Gracias por compartir esta adaptacion con tod@s, en verdad estuvo interesante.
Itaenylove
#9
Chapter 18: Que hermoso final ^.^
Gracias por la historia