Buenos días!!! Primero antes de que lean el capítulo hay algunas cosas que quería decirles.

Disculpen! sé que antes dije que iba a actualizar antes pero estoy en época de exámenes en la universidad y eso me toma mucho tiempo. Además la vida en general, trabajo, familia, amigos etc., me ocupan mucho tiempo que podría usar escribiendo pero al fin y al cabo ¿hay que vivir no? así que gracias por esperar y desear el capítulo y en serio lo siento, no quería tardar tanto. Con esto no estoy diciendo que parte de mi vida no sea escribir estos fics porque lo son! descubrí gracias a mi anterior fic que me gusta escribir , contar una historia y ver que hay gente a la que le interesa leer. Así que en fin muchas gracias por leerme, comentar, esperar el capítulo y mil disculpas por tardar tanto.

Otra cosa que les agrego y ya los dejo leer en paz, es que con este nuevo fic quiero superarme un poco respecto a "Lo que nunca dijimos", entonces también tardo más en idear bien que quiero contar en cada capítulo y como quiero hacerlo. Por ello también espero no aburrirlos con el paso del tiempo. Muchas gracias! y espero les guste el capítulo.

:) <3

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-Ah, este día ha sido increíble.- dijo Jiyeon dejándose caer sobre el oso de felpa tamaño humano que tenía a un lado de su cama, regalo de uno de sus tantos admiradores.

- ¿Qué ha tenido de bueno? Esa productora se la ha pasado gritándote, hasta te llevo a su oficina para gritarte un poco más.- contesto Hyomin, torciendo el gesto contrariada por la felicidad de su hermana menor.

La joven no contesto, estaba ajena a las palabras de Hyomin, su mente ya volaba en su propio mundo, un mundo en el cual le confesaba a aquella mujer de cabellos rojo fuego su amor, frente a todo el país y no solo esta le correspondía alzándola en sus brazos, sino que también todos los presentes aplaudían y vitoreaban, al coro de “Besoo!!Besoo!!”. Horas atrás le habían dolido las palabras de su amor, pero ahora eso ya era cosa del pasado. La había vuelto a ver a la salida de la grabación, mientras esta corría detrás de su jefa, una mujer algo más baja que Eunjung, pero visiblemente mayor y con el cabello rubio platinado, sus tacos aguja resonaban sobre las baldosas al ritmo de su chillona voz.

-Recuerda que mañana tengo la entrevista con los nuevos sponsors del canal y con los de cadenas Lotte, tenemos que reveer las condiciones del contrato para el próximo semestre, si no se ajustan a nuestras peticiones, deberán buscar otra emisora que los apoye tanto como nosotros y eso no creo que sea posible, estamos casi al borde de infringir la ley en cuanto a cantidad de horas de publicidad de una misma marca al aire.- decía ante ella, quien asentía con lo que Jiyeon pensó, era fingido interés en las palabras de la rubia.-¿Dónde se encuentra Chaeyeon?- pregunto mirando hacia los lados y deteniéndose unos segundos en ella, Jiyeon desvío la mirada algo avergonzada de haber sido descubierta observando tan descaradamente.

-La envié a recursos humanos para que le asignaran un nuevo puesto, ya que no la necesito más- dijo Eunjung – es un pena, es una buena chica y tiene deseos de aprender.

-Entonces podrá con cualquier tarea que se le asigne no te preocupes por ella.

-Espero que tengas razón, me sentiría culpable si la despiden por mi causa. ¿Por su causa? ¿Acaso Eunjung había hecho algo para perjudicar a la tal Chaeyeon? Jiyeon pensaba cuando sintió algo tirar de su brazo. Era su mánager quien la obligaba a subir a la van de la compañía, resignada lo siguió, no sin antes ver como Eunjung se dirigía hacia el estacionamiento con aquella mujer sin molestarse en ningún momento en girarse a mirarla.

Recordando aquella escena Jiyeon no pude evitar sentirse algo acongojada, algo de todo lo que había visto y oído la ponía inquieta pero no estaba segura de que era. Una vez más se vio interrumpida de sus pensamientos cuando Hyomin le lanzo una sudadera al rostro.

-¿Qué es esto?!- resoplo molesta apartando la prenda de su rostro y mirando a su hermana con fastidio.

- póntela, debemos ensayar en cinco minutos-

- pero acabamos de grabar ¿porque ensayar de nuevo?

- ¿acaso no escuchaste al mánager durante el viaje de vuelta?- Hyomin la observaba visiblemente exasperada

-yo...- no, claro que no lo había escuchado, solo se había limitado a asentir como autómata mientras su mente divagaba en cierta mujer de cabellos rojos.

- de acuerdo, mira en dos días tendremos un show sorpresa en Hongdae, debemos prepararnos bien pues lo organiza QNTV y si no queremos tener más problemas con ellos es mejor que lo hagamos perfecto.

- ¿lo organiza QNTV? Entonces ¿quién produce...?

- ¿quieres saber si Ham Eunjung es la productora? - Jiyeon asintió

- ¿tanto miedo le tienes?- pregunto Hyomin cruzándose de brazos y mirando algo divertida a su hermana, la menor no contesto solo esquivo la mirada- pues no lo sé, no es algo de lo que tengamos control, lo único que podemos hacer es ensayar hasta desfallecer para que enmiendes todos los errores que has estado cometiendo de un tiempo hacia aquí.- su expresión había pasado de la diversión al reproche en cuestión de segundos.

- lo sé...- bajo la cabeza avergonzada, su hermana estaba en lo cierto, había descuidado su trabajo por culpa de su enamoramiento unilateral.

El día de la presentación había llegado y Jiyeon se había prometido a sí misma no equivocarse y no distraerse observando a Eunjung. Pero al llegar a Hongdae no pudo evitarlo y comenzó a buscarla por entre las decenas de personas de staff que corrían de un lado hacia otro, algunos con micrófonos en las manos, otros llevando trajes, maquillaje o simplemente dando órdenes a su paso. Parecía que todos tenían un día duro, incluso su hermana estaba nerviosa, había amanecido con demasiadas ojeras y esas serian difíciles de tapar aun con capas y capas de maquillaje. No había cosa que Park Hyomin odiara más que no verse absolutamente perfecta y deslumbrante en todo momento pero especialmente en el escenario.

-¿qué haces Jiyeon? Vamos, pali pali- su hermana la tomo de la muñeca y la dirigió hacia las carpas que hacían de camerinos y vestuarios a la vez. En el camino miraba con atención esperando verla pero no apareció. En ningún momento se cruzó con Eunjung, ni parecía que esta fuera la encargada del evento, resignada dejo que la maquillaran y peinaran como quisieran, total ¿que importaba?, si no estaba Eunjung para verla bailar y cantar.

-¿alguien tendría la amabilidad de explicarme porque aún no han salido al escenario?!!- irrumpió en el camerino una mujer rubia, de menor estatura que Jiyeon, pero que esta reconoció al instante como la jefa de Eunjung.

-lo...lo siento jefa Lee. Aún no hemos terminado de colocarle los micrófonos y el vestuario.- se disculpó haciendo una marcada reverencia una de las estilistas. JI Hyun la ignoro y camino directamente hacia Hyomin que se encontraba mirándose al espejo y renegando de las ojeras que el maquillaje no había podido cubrir por completo. La tomo del hombro y la giro bruscamente, quedando frente a ella. Hyomin abrió los ojos sorprendida, no había prestado atención a la aparición de la mujer y no entendía que sucedía.

Ji Hyun la tomo de la barbilla y la observo atentamente con el reproche y disgusto plasmados en su rostro. Chasqueo la lengua y la soltó bruscamente.

-¿acaso crees que te dejare salir con esas ojeras? Pareces un mapache, no permitiré que lo hagas, creerán que te estamos explotando. Min Jae!- se dirigió hacia la estilista que previamente se había disculpado- si llego a ver un solo rastro de cansancio en ese rostro, te juro que tu nombre y tu número de seguro social serán lo primero que ver a la mujer de recursos humanos mañana a primera hora!

- si jefa Lee, ya...- tartamudeo, visiblemente nerviosa- ya, lo arreglo.

- en cinco minutos las quiero fuera bailando!- exclamo dándose la vuelta para marcharse pero algo la detuvo.

- Jefa Lee!- la llamo Jiyeon ,provocando que todos la observaran como si estuviera loca- ¿dónde se encuentra la productora Ham? Aun no la he visto por aquí.- Ji Hyun se giró despacio y sin pestañear observo a Jiyeon de arriba a abajo.

- eso no es de su incumbencia señorita Park- contesto sonriendo de lado, lo que desconcertó aún más a los presentes.

- sé que no lo es, pero aun así ¿ella no está a cargo de este show?- volvió a preguntar Jiyeon ignorando las miradas de advertencia de uno de los estilistas tras Ji Hyun y la mirada asesina que podía sentir sobre su nuca proveniente seguramente de su hermana.

- hay más productores en la empresa además de la señorita Ham, además según tengo entendido usted ha tenido algunos inconvenientes con ella ¿no es así?- Ji Hyun alzo una ceja.

-bueno, han sido solo cosas sin importancia- dijo Jiyeon sintiendo que de algún modo aquella mujer la estaba desafiando, como si quisiera decirle algo más.

-entonces no tiene de que preocuparse, la señorita Ham está cumpliendo otras tareas más importantes que estar aquí, usted no debería siquiera preguntarme por asuntos que no le conciernen- su teléfono comenzó a sonar, la pantalla mostraba “Eunjung” haciendo que Ji Hyun se sonriera con suficiencia, alzo la vista y noto que también Jiyeon había visto el nombre y la miraba expectante a que atendiera la llamada, pero en cambio observo la hora y se giró nuevamente hacia la salida- ¡gracias a la señorita Park solo tienen un minuto!- exclamo al irse. Sonriendo con suficiencia al imaginase la cara de fastidio de todos dentro y la decepción en el de Jiyeon.

Era tarde por la noche y la congresista Park Soyeon sentía que su cabeza iba a explotar por segunda vez en el día, hacía ya una semana había contratado a aquella mujer de baja estatura y rostro de niña, que solo le había ocasionado trastornos. Desde perder su agenda personal a ponerle sal al café en vez de edulcorante, incluso un día había olvidado el teléfono móvil que se le dio en la oficina ocasionando que ella misma tuviera que acudir a altas horas de la madrugada al edificio y buscar un viejo expediente de una ley no aprobada por el congreso.

Se había dicho a si misma que esta vez seria más tolerante con su nueva asistente, las demás le habían durado poco más de algunas semanas y ya estaba cansada del tedioso proceso de búsqueda y adaptación que implicaba contratar a alguien nuevo, así que por esta vez y solo hasta que tuviera la imperiosa necesidad de despedirla, la soportaría. Boram era abogada, no era posible que no pudiera ser un poco organizada y lo que era más, era mayor que ella. Eso la hacía sentir algo extraña al momento de darle órdenes o regañarla así que no estaba siendo tan dura como con las anteriores mujeres u hombres.

Su móvil comenzó a sonar, era un mensaje, su marido le avisaba que esa noche tampoco iría a cenar, que debía atender asuntos importantes del buffet de abogados y sus clientes, Soyeon se rió por lo bajo pero eso no impidió que su amargada risa resonara en el despacho. ¿Acaso su marido pensaba que aun ella creía en esas reuniones? ¿Tan idiota se veía a los ojos del hombre con el que había decidido casarse hace poco más de cinco años? No era tanto tiempo, pero ya parecía una eternidad ante sus ojos, ni siquiera sentía que compartía la cama con alguien cuando él estaba, así que ¿qué diferencia había si él no estaba? Ninguna. Observo la pantalla unos minutos pero decidió no contestar, cayendo en la cuenta de que no le importaba en lo más mínimo lo que el hiciera. Es decir lo quería, pero tanto o menos de lo que se quiere a una planta o a una mascota y la idea de pensar en el de ese modo no le molestaba. Suspiro y se colocó nuevamente los anteojos, dispuesta a continuar con su trabajo, ya eran pasadas las once de la noche. Era evidente que ni Jong Hyunk o ella habían reparado en la hora, sumergidos en sus mundos de trabajo o amoríos extra-matrimoniales, ¿qué hombre de familia avisa recién a las once de la noche que no ira a cenar ? ¿Y que esposa amorosa ni siquiera le pregunta a su marido si volverá a casa cuando ve que se hace tarde?.

Una vez más en el despacho resonó su risa pero esta vez algo más fuerte, no, claro que ningún hombre que fuera al menos considerado con su esposa haría tal cosa y ninguna mujer que se preocupara un poco por su marido ni se molestaría en contestar. Pero ¿qué podía hacer? Divorciarse no era una opción, no, eso ni pensarlo. Sería una deshonra para sus familias y ya demasiado tenían con sus hermanas. Dios, no quería ni imaginar lo que sería, tampoco sería bueno para la imagen de hombre exitoso y de familia que tenía Jong Hyunk. Además un divorcio implicaría división de bienes y eso no le convenía a ninguno de los dos, así que mejor dejar todo como estaba, ella ya encontraría algo que la distrajera, si quizás lo haría, si no tuviera tanto trabajo, si no fuera ese el único propósito de su vida, el trabajo.

Por segunda vez el móvil de Soyeon sonó, sacándola de sus cavilaciones observo la pantalla, esperando quizás ver otro mensaje de su esposo pero por el contrario era la nueva y descuidad secretaria.

“Sra. Park, deje café haciéndose en la cafetera antes de irme, ya debe estar frío pero si lo calienta será como si estuviera recién hecho, pero no se limite solo a café, por ello le deje una caja con comida que prepare al lado de la cafetera. Buenas noches jefa Park”

Soyeon observo el mensaje algo contrariada, ¿quién se creía esa mujer para tomarse tales confianzas? Pero aunque eso le molestara inconscientemente sonrío agradecida, necesitaba cenar algo y hasta ahora había notado que no había casi comido en todo el día. Quizás Jeon Boram no era tan despistada e inútil como pensaba.