- ¿Desea algo más señora Lee?-

- señorita, Jung, soy señorita Lee!- exclamó Jihyun algo molesta

-lo siento señorita Lee!!-

- no necesito nada más, vete y cierra la puerta por favor- soltó Jihyun dejando caer su pluma sobre el escritorio mientras el último mechón de cabello negro de Chaeyeon se perdía al cerrar la puerta- debería hacer que se corte el cabello- pensó en voz alta la mujer rubia

Jihyun se recostó en su diván mientras analizaba todo lo que aún le faltaba hacer, debía hablar con los directores de piso y con los asistentes generales para coordinar los últimos cambios en la escenografía que había hecho el jefe de iluminación, odiaba ser ella quien tuviera que arreglar esos problemas pero con la ausencia de Eunjung no confiaba en nadie más. Chaeyeon era muy inexperta aún y las demás personas nos eran una opción, no le tenían mucho cariño y posiblemente solo buscarían equivocarse aproposito para perjudicarla, sin Eunjung las cosas se tornaban algo molestas.

La mujer tomo su móvil y abrió el chat, Eunjung no estaba en línea pero poco le importaba. Sabía que se encontraba en una cita con la menor de las Park y aunque lo negará y mantuviera su cabeza en frío, le molestaba más de lo que debería. 
En Jihyun había algo que se llama vanidad y no se molestaba en esconderla, era consciente de que una mujer hermosa como ella podía tener a cualquier hombre o mujer que quisiera y haber elegido a Eunjung había sido algo más por vanidad que por amor a la menor.

Si lo pensaba así cualquier persona podría decir que no quería a su casi prometida pero la verdad era que si la quería, a su modo la quería. 
Años atrás en el momento en que vio a una tierna joven de dieciséis años entrar la estación de televisión completamente desorientada , con el cabello oscuro , corto como varón y una gorra de hip-hop sobre la cabeza , algo en ella llamo su atención.

Dejo de lado a su asistente de ese entonces y se acercó a Eunjung haciendo sonar sus tacos stilettos color crema.

-¿Buscas a alguien?- pregunto Jihyun haciendo que la joven se exaltase un poco.

- n...no,no, bueno en realidad quería saber dónde puedo dejar mí currículum- dijo Eunjung algo intimidada al ver las ropas y la presencia de esa mujer que no debía tener más de tres o dos años más que ella.

- dámelo a mi- sonrió Jihyun estirando su mano a lo que la menor la miro con desconfianza- cierto, no me he presentado, soy Lee Jihyun, productora del canal - dijo mostrando su gafete , cosa que rara vez llevaba puesta pero para su suerte ese día había decidido ponerselo- y ¿Tú eres?-

-Ham Eunjung!- Eun hizo una reverencia - vengo a pedir trabajo de lo que sea necesario- dijo con rapidez aún estando inclinada.

- ¿Estan aquí tu número y tú direccion?- pregunto Jihyun observando el currículum que le había casi quitado de la mano a la joven.

-si señorita-

-bien, luego te llamaré. Vete, que tengo mejores cosas que hacer.-

Eunjung abrió los ojos sorprendida por el trato de la mayor y la observó alejarse haciendo sonar sus tacones.

Esa misma noche recibió la primera de docenas de rosas rojas que Lee Jihyun le mandaría.

Haciendo retrospectiva Jihyun entendía muy bien el porqué de su comportamiento en ese tiempo, se había casi obsecionado con Eunjung y había hecho que la contratasen como asistente junior solo para verla, luego descubrió que la niña tenía potencial y que realmente necesitaba el trabajo ya que estaba sola en el mundo. Entonces Jihyun mastico la idea por unos días de que ella podía lograr ser el mundo entero de Eunjung , de que la menor fuese completamente dependiente de ella y lo más revelador de todo, quería que así fuera, quería ser la dueña, ama y señora de Ham Eunjung. 
La sola idea la llenaba de éxtasis y lo logro, Eunjung se enamoró de ella al tiempo, la observaba con admiración y amor. Dos cosas que ella nunca había tenido de parte de nadie, ni de su familia. 
Eunjung le había dado todo aquello de lo que ella carecía y a cambio ella había hecho lo mismo con Eun, ¿Cuál era el problema entonces? Que algo dentro suyo le decía que si no jugaba bien sus cartas podría perderla y todo a manos de una niña.

Su mejor amiga y la única ,Park Soyeon , le había dicho más de una vez que debía casarse con un hombre antes de que alguien pensara cosas equivocadas sobre su amistad con Eunjung, es que casi tenía treinta años y a su edad las personas podrían comenzar a sospechar. Además de ese modo le daría un heredero a su padre y todos los problemas que tenían entre ellos se solucionarían. Pero la sola idea de tocar a un hombre le desagradaba, no podía evitarlo, nunca le habían gustado y nunca lo harían. Se había acostado una o dos veces con su primo en la adolescencia para terminar de definir que esa anatomia dura y latente la asqueaba de forma natural. 
Así que siempre desestimaba los consejos de Soyeon, no estaba tan preocupada por las apariencias como ella, siempre que pudiera mantener a Eunjung puertas para dentro todo estaría bien. Pero ahora ya no podía, estaba obligando a Eun a que saliera y se expusiera frente a una de las idols más amadas de toda Corea del Sur. Le estaba entregando en bandeja a Jiyeon la única cosa a la que aún  podía llamar familia. Era demasiado y todo por un deseo voraz de la junta directiva de aumentar el rating.

Los nervios iban a estallarle, estar celosa nunca había sido lo suyo. No podía estar celosa, no correspondía, Eunjung la amaba y sabía que si había algo que la menor quería era el puesto de productora, no sería tan idiota e imprudente de arriesgar eso por un simple revolcón con la idol. No lo haria. 

La puerta chirrio al abrirse. 

- ¿puedo pasar?- pregunto Eunjung entrando y cerrando la puerta tras si. 

- ya has entrado- dijo Jihyun alzando los hombros.

Eunjung se rio tapandose la boca con la mano. 

- pareces cansada cariño ¿estas bien?- se coloco detras de ella y comenzo a pasar sus manos a modo de masaje por el cuello de Jihyun

- me haces falta aquí en el trabajo- reconoció Jihyun dejándose hacer.

- extrañó estar aquí contigo Ji- se cernio un poco más sobre ella. - mí reina Qri- comenzó a pasar sus manos por la clavícula y luego por dónde comenzaba el pecho de la mayor. Entonces Jihyun sintió algo que la desagrado por completo y la desquicio, arrugando la nariz lo soltó con asco y reproche.

- ¿Qué te sucede Eun? ¿La niña no te alcanza?- 

Eunjung se separó rápidamente.

- No digas esas cosas mal intencionadas Jihyun, sabes qué ella no me interesa.

-¿ ah no? pareces un gato que ha engañado a su dueño y quiere frotarse en sus piernas para tapar el olor del otro humano. - dijo la rubia girandose hacía Eunjung.

- yo no te he engañado Jihyun! Salí con ella porqué me lo pediste, ¿No es mí trabajo acaso? ¿No es lo que esperas de mí?-

- yo espero que no tengas el perfume de otra mujer al volver a casa al verme no puedes oler a otra ¿Lo entiendes? - Jihyun se puso de pie y la tomó por la muñeca- me duele mucho la cabeza Eunjung, vete solo estorbas con todo el trabajo que tengo por delante.

- si no quieres que huela a mí trabajo entonces deberías quitarme tú misma ese aroma- soltó Eunjung conteniendo las lágrimas que amenazaban en sus ojos. Otra vez su maldita debilidad frente a la mayor, otra vez una palabra de ella podía destruir todo su estado de ánimo. Quería que ella la respetará pero quizás ya era demasiado tarde para ello, al menos podía jugar con la ualidad y la vanidad de su prometida.

- Eun...no me provoques -

- no te animas a hacermelo aquí mismo , en la empresa de tu padre-  se había pasado, sabía que lo había hecho y no pudo aguantar más, comenzó a llorar

- cállate - ordeno Jihyun al tiempo que iba hasta la puerta y hechaba el seguro- ven, te quitaré ese aroma horrible que tienes. - la tomo entre sus brazos y aunque al principio la menor se resistió un poco termino cediendo, necesitaba sentirse un poco amada.