Hacía círculos sobre la espalda de la rubia con el dedo índice mientras se colocaba los zapatos silenciosamente, sólo se distinguían sus respiraciones y suaves suspiros de resignación. 

- ¿Podrías quedarte esta vez?- dijo.

- Shhh, que pueden escucharnos - le respondió a la castaña en un susurro. "¿Pero qué era lo que acabábamos de hacer?" Se preguntaba la rubia mientras miraba sus manos, la habitación desordenada, la luz apagada. Y se echó a llorar. 

- ¿Qri? ¿Qué pasa? - se levantó Hyomin de la cama estrechando sus brazos alrededor de la cintura de la líder, la mayor sabía que Hyomin entendía. 

-No pasa nada - contestó con voz apagada, la castaña sabía que claramente le pasaba algo a su novia.

- Tranquila amor, Vamos, respira - susurraba al oído de la mayor con su característica voz suave. - Pero no dejes que esto termine, ¿sí? No quiero quedarme sola. Vamos, cántame algo - propuso besándola el hombro con cariño.

Suspiró y musitó algo que había escrito para ella días atrás, los escalofríos recorriéndole la espalda pero aún así dándose la libertad de sonreír. Algún día esto se acabaría, algún día dejarían de esconderse pensaba la rubia, pero en estos momentos eran sólo una.