- ¡Despierta Despierta! - saltaba la castaña sobre su novia.

- ¿Qué sucede? - funfurruñaba la rubia mientras tallaba sus ojos despertando y sintiendo el peso de Hyomin sobre ella.

- Te he traído el desayuno a la cama - sonreía mientras retiraba un mechón de cabello detrás de la oreja de Qri.

-Si, veo que lo has hecho - la rubia abrazaba por la cintura a Hyomin y le robó un beso en los labios provocando que las mejillas de la menor soltaran un leve color carmesí.

- No me refiero a mi - soltaba apenada mientras señalaba en la mesita de noche una bandeja con hot cakes y jugo de naranja- sino a eso.

- Huele muy bien - mencionó la mayor mientras hechaba una mirada al menú.

- Espero que sepa mejor de lo que se ve - sostuvo uno de los hotcakes descubriendo que en algunas partes estaban quemados.

Qri soltó una carcajada y Hyomin la siguió. Estaban felices de que luego de tantos días de duro trabajo porfin pudieran estar un momento a solas. 

- Yo opino que han de saber deliciosos ¿Quieres comprobarlo?- la rubia ofreció un pedazo del panqueque a la castaña.

Hyomin dio una mordida al hotcake para probarlos mientras la mirada expectante de Qri la ponía un poco nerviosa.

- Sabe un poc... - sus palabras fueron interrumpidas por los labios de su novia. Qri la atrapó en un beso del tipo que te dejan sin aire de lo tan apasionados que son. Hyomin estaba impactada luego de corresponderle. Abrió sus ojos como platos y pudo sentir como sus mejillas empezaban a arder.

- Lo sabía, saben deliciosos - relamió sus labios y sonrió de manera complice a la menor, esa risa que sólo ella conocía. Hyomin avergonzada abrazó a la rubia y comenzó a hacerle cosquillas, llenando de risas, besos y carcajadas el área.

Nada mejor que empezar el día con un excelente desayuno.