VII

El frio trae consigo una sensación diferente, mucho más relajada, su cuerpo se siente lento, pesado, congelado por la apatía que tiene en conjunto con el clima. De la nieve solo recuerda esos días en que salía completamente solo al jardín, con la idea de encontrarse con ese niño con el rostro de becerro.

Solo tiene que levantar la mirada para volver a verlo, pero de ese recuerdo queda muy poco, el hocico pequeño y rozado que se asomaba apenas por entre la nieve, cubierto de pelaje castaño y una línea blanca entre los ojos, ahora todo eso ha sido cambiado por el negro, brillante, espeso y pesado pelaje que lo cubre nuevamente.

El tiene permiso de poner la mano sobre el rostro de Kai  y acariciar la  línea blanca que ha desaparecido también, pero el lugar queda, el arco suave y que da cobijo a sus dedos para que acaricie la zona como más le plazca.

Entre ellos las palabras han dejado de intentar fluir, luego de casi 7 años Do Kyungsoo finalmente maneja el mismo idioma que Kai y no tienen que esperar a que la experta mano del minotauro termine cartas y oraciones.

En esos años aprendieron que el tiempo es preciado.

-“¿Cómo es la escuela?”…-

Kyungsoo está entre los brazo de Kai, cada día parecen aumentar su volumen, los músculos se han acentuado mucho por el ejercicio no intencional que Kai se ve forzado a hacer, cargar con su propio cuerpo y medidas puede ser muy cansado para brazos delgado y suaves….

-“Aburrida….”-

¿Qué podía decirle el de ese tema?? Aún encontraba la compañía de otros seres humanos insustancial y poco beneficiosa. Podía vivir sin ellos y era relajante saber que ellos podrían vivir sin el. No necesitaban nada del otro… y así estaba bien.

-“si… ¿pero como es por dentro? ¿Tienes amigos?? Solo he visto películas y he leído algunos libros sobre la escuela pero no puedo imaginármela, es como leer un cuento, puedo hacerme una idea pero no puedo relacionar mi vida con la de los personajes….”-

-“Tienes 14 años… “- volteó a verlo, solo debía levantar el rostro para enfocar el pelaje oscuro que no podía verlo a el.- “¿Por qué no piensas en tonterías como todos los demás??”-

Kai movió a Kyungsoo un poco hacia el frente, para poder bajar el rostro y mirarlo a la cara.- “¿Tu qué pensabas a los 14 años?”-

Kyungsoo abrió los ojos un poco, asimilando esa pregunta. ¿Qué pensaba el hace dos años?

-“En la escuela pensaba en la escuela, en las clases y en lo que tenía que hacer, en cuando se va a terminar para volver a mi casa. Cuando llegaba….”- piensa en sus padres, en la tarea….-“pensaba en verte”…-

Podría haber dicho eso de una manera que reflejara la pena que sentía, como taparse el rostro o reírse de si mismo. Pero nada de eso nació de él. Kai lo miró a la cara, bajando la suya todo lo que le fue posible para poder enfocarlo. No hizo ningún gesto, no tuvo ninguna reacción, solo lo miró.

-“¿Qué piensas de mi, hyung?”-

¿En ese momento?, que es extraño que le diga Hyung.

-“No lo se…. Nunca… he pensado nada en especial de ti….” – no recuerda haber juzgado nada de lo que Kai hiciera en su vida, ni intentar buscar un motivo a su comportamiento. Debido a lo que  Kai “es”, prácticamente todo lo que viven es un descubrimiento.- “solo…. Me dedico a estar contigo…eres interesante”.-

Y dicho eso, volvió a acomodarse entre sus brazos, para amoldarse de nuevo al calor que la distancia le arrebató.

Kai no responde nada a eso, pero pasa los brazos alrededor de su torax para que Kyungsoo pueda ver sus manos frente a el.

-“Haz crecido mucho, hyung….En un año me llegarás a la rodilla…”-

Basta un golpe al hombro del minotauro para que le pare a sus intenciones. No debe burlarse de la estatura de Do Kyungsoo si no quiere enfrentarse a una pelea falsa donde terminará ganando porque sabe en que dirección jalar esos cuernos para que haga lo que Kyungsoo dice.

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Las peleas fingidas tienen un riesgo de convertirse en peleas de verdad, una línea que se cruza sin intención, es invisible, muy delgada, como el hilo de una telaraña. Y todo depende de la intensidad de un solo golpe…

Cuando sucede, Do Kyungsoo y Kai no se dicen nada, no tienen que usar las palabras para entender que tienen ganas de golpearse unos a otros para quemar una cantidad impresionante de energías que los ataca a ambos.

Son una botella llena de gaseosa que ha sido agitada muchas veces, tiemblan ante la expectativa de liberarse y estallar. La energía que trae consigo la explosión de hormonas y un cuerpo que cambia y está ansioso de conocer sus propios límites.

Kyungsoo puede escapar fácilmente de los ataques de Kai, puede esquivarlo y huir entre los huecos de sus brazos, Kai es lento, no puede enfocarlo y necesita al menos unos segundos antes de poder lanzarle un golpe, pero cuando lo hace, el impacto resulta contundente.

Forja en el cuerpo del minotauro un poste para golpear, sus nudillos salen disparados al frente, dejando atrás esa piel blanca y lechosa de sus manos que los ocultaban celosamente. Cada zona esponjosa y frágil que antes poseía se compacta y endurece. Incluso su espalda da un pequeño salto hacia los lados, volviéndose ancha y perfilada.

Puede ver las venas en sus manos para su cumpleaños número 17 y está fascinado por la fuerza que puede imprimir con ellas.

Ese mismo día recibe su primer golpe en la cara, cuando el minotauro logra la distancia suficiente (sus brazos finalmente alcanzaron ese largo)  para golpearlo directamente en el pómulo sin tener que retirarse un par de centímetros más para verlo con claridad.

Y es glorioso.

El sonido se distorsiona hasta que solo hay un pitido, parecido a acercar un micrófono a una bocina, el calor se dispersa a través de la carne rota y sangrante, empieza a palpitar y esta cae, una sensación ardiente que moja sus labios y oído cuando está en el suelo.

No sabe si va a desmayarse pero necesita cerrar los ojos y tomar aire.

Antes de hacerlo puede ver a Kai…

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Los señores Do han dejado de preguntar como se hace esas heridas, porque Kyungsoo no dice nada y ellos no tienen formas de presionarlo para que diga la verdad.

Es porque hasta ese momento nunca les ha mentido. Y esta vez tampoco están seguros de si eso sea una mentira, solo se niega a decir nada. Como un voto de silencio que ni siquiera los gritos más altos o las amenazas de dejar de ver a Kai definitivamente pueden doblegar.

Se sienten impotentes.

Y la casa se ha llenado de un sentimiento de pesadez e incomodidad. Por primera vez desconfían de su hijo y saben que deben vigilarlo más de cerca.

Pero existen las responsabilidades y entonces no pueden mantener los ojos en el nuevamente. Ni aunque las heridas se curen y salgan nuevas, ni aunque a veces llegue con una sonrisa de satisfacción mientras cierra la puerta principal de la casa o durante la cena, donde no para de mandar mensajes.

Ellos lo miran en silencio y esperan a que Kyungsoo decida hablar con ellos.

Siempre hay un tiempo para eso, Kyungsoo se asegura de seguir en buenos términos con sus padres ya que no los odia ni mucho menos, los ama. Pero entre ellos no existe la amistad, sino una convención sin palabras del lazo consanguíneo que mantienen.

Algo dentro de Kyungsoo le dice a los señores Do que es mejor así, es mejor no entender demasiado de su hijo, porque el es un buen chico, es un chico práctico, y estar metido en  algo de lo que no podrá salir o ser acosado en la escuela sin buscar una forma de librarse no es el estilo de Do Kyungsoo, lo conocen lo suficiente para saber eso.

Y están en lo correcto,

Pueden no entender a su hijo en un nivel más profundo, pero pueden predecir sus acciones y están seguros que de haber algo que Kyungsoo no pueda manejar, acudirá a ellos.

Son sus padres, después de todo.

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El camino de regreso a casa ha sido el mismo por los últimos 9 años, desde que tenía ocho años y sabía tomar el autobús, apretar el botón cuando dijeran el nombre de su calle y bajar pagándole al conductor con el cambio correcto que su madre preparaba en una bolsita aparte.

Ha crecido mucho, ya no necesita la bolsita y dentro de poco tampoco el autobús porque aprenderá a manejar con el único propósito de venir los fines de semana cuando empiece la Universidad. Aún falta para eso, pero Kyungsoo no es alguien que haga preparativos de último minuto.

Solo tiene que caminar dos calles a partir de la parada de autobuses donde se baja.

Es un camino simple, pero debe pasar frente al edificio de departamentos donde vive Kai.

Las ventanas no reflejan nada y los lugares de estacionamiento frente a el nunca tienen carros, excepto ese día.

Hay una camioneta negra y de vidrios polarizados, dos personas fuera de ella, apoyados sobre el capote mientras observan sus  celulares sin prestar mucha atención al entorno. Al menos eso parece, pero Kyungsoo sabe que lo miran y que están esperando a que se valla, que siga su camino, mejor dicho.

La puerta abierta de la camioneta le permite ver quien está adentro, hay un hombre que mira al piso, con las manos al frente, sosteniendo un rosario muy largo hecho de madera y varias cuentas.

Kyungsoo no es una persona religiosa aunque sus padres se hacen llamar cristianos. Nunca ha creído en la existencia del cielo o del infierno y en la salvación del alma o el perdón de los pecados. Para el, las personas son todas irrelevantes… no hay ningún cielo esperando por ellos, no hay tampoco infierno para castigarlos, simplemente no hay nada.

Sin embargo, la imagen del hombre le roba el aliento unos instantes, aunque intenta caminar no puede.

Es un ángel.

Un par de alas sirven de soporte para su espalda, están contraídas pero Kyungsoo puede ver las plumas blancas, la poca luz del día, la abertura de la puerta no le deja ver mucho más y quiere acercarse.

Pero en ese instante el hombre gira el rostro hacia el con ojos blancos y aparentemente ciegos.

-Chanyeol, cierra la puerta…--

El ángel no lo hace, pero “mira” al hombre que le habló, alguien que salió del edificio y camina hacia el auto, en un traje de tela oscura. El hombre observa a Kyungsoo y le sonríe, casi lo saluda pero entonces el ángel abre los labios.

-Yixing hyung, te tardaste…-

Hay una risita de parte del aludido.

Y a partir  de ahí Kyungsoo no puede escuchar más de su plática. “Yixing Hyung” se sube al auto y con el las otras dos personas que estaban a los costados. El auto enciende de nuevo y se pierde por una calle angosta y cercana. No sabe si lo miran pero Kyungsoo no puede evitar observar el vidrio trasero, intentando ver al menos un poco de esas alas otra vez.

No tiene caso, la calle es muy pequeña y ellos tienen prisa.

Así que rodea finalmente el edificio y por primera vez encuentra la puerta gris abierta.

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Kai se considera a si mismo como algo que existe. Alguien que posee ciertas cualidades que lo vuelven humano y ciertas cualidades que lo vuelven un toro, sin estar realmente en ninguna de las dos categorías.

Ha leído del tema por varios años, pero el material que puede conseguir no le explica el porque de su nacimiento. Porque no fue un toro completo o un humano completo, porque la genética de su nacimiento decidió que sería algo entre la evolución y el retroceso.

Comprende que no puede hacer nada para cambiar lo que es, es lo que es, aunque no sepa bien que es. Simplemente lo es.

Y sería sencillo si solo ser fuera su problema.

El ser está rodeado de otros y necesita de ellos para sobrevivir, porque no hay muchos como el. Alrededor del mundo tal vez unos 30, y todos ellos escondidos para poder vivir. Sus nacimientos son interrumpidos desde las primeras semanas porque conlleva riesgos letales para la salud de la madre, pero incluso esto se cubre con otros motivos, muerte del feto en el vientre, enfermedades congénitas, deformaciones, etc.

Ninguna familia quiere aceptar que en ella está “eso”, el gen que los vuelve mitad bestias.

Ningún científico entiende porque, y aunque lo entendieran, solo buscarían una cura. Si es que ser como Kai es una enfermedad, el no lo sabe.

Pero si sabe que su nacimiento trajo cosas malas, cosas que el nunca quiso que pasaran, pero están ahí quiera o no o se esfuerce para que no sucedan. Es un mundo que se desbarata entre sus dedos sin que el pueda hacer otra cosa además de observar como todo lo que ama eventualmente se va, simplemente no regresa junto a el.

No puede hablar por tener una vida como la de otras personas, su vida nunca fue común…no puede extrañar algo que nunca tuvo.

Pero puede hablar por su padre.

Que no volverá.

Nunca. 

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Zazie - Je suis un Homme