V

Toma más de un par de semanas y un gran berrinche venido de sangre adolescente, para que Oh Sehun disfrute del privilegio de las dos horas mensuales.

Y Kyungsoo no puede creer lo asqueado que se siente, ni que por primera vez en su vida entiende el peso de la palabra y no tiene miedo de utilizarla aunque no por eso le da voz, solo lo piensa.

Está naturalmente asqueado de la respuesta de sus padres y la madre de Sehun.

Se encuentra en el marco de la puerta trasera, la que da a la cocina y que conoce muy bien. Afuera está Kai, aún de la mano de su padre.

Puede notar la mirada de desconfianza del hombre que se posa en Sehun, tras el y acompañado de las palabras de una madre preocupada de que alguna “bacteria mala” se le pase a su hijo a través del enorme condón hecho de tela e impermeables, guantes y botas que Sehun porta.

Hay una ignorancia casi dolorosa que le aprieta los intestinos pero, al igual que Kim Jongin, Kyunsoo no dice nada, se mantiene estoico e impasible, dejando las cosas pasar tras el con toda la calma que es capaz de fingir.

Pero el asco aumenta y no siente que vaya a detenerse si esa mujer no se calla.

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Kai miró a su padre pidiéndole una explicación en silencio. La figura de Sehun es sin dudas alta, pero no le influye temor al joven Kai, de hecho, su presencia le causa una ligera incomodidad en la boca del estómago, de repente ya no está tan seguro de atravesar la cerca y encontrarse con Kyungsoo.

Ese día Kai quiere mostrarle algo especial que solo Kyungsoo hyung puede escuchar.

-Kai… debo irme, pero pórtate bien. ¿De acuerdo?.- su padre llamó su atención inclinándose a su altura, apenas unos centímetros porque el joven minos crecía a pasos agigantados año con año.- no les des problemas a los Sr. Do ni a la señora Oh, “recuerda lo que te dije”…-

Sus manos bajaron cuando dio su última advertencia, besó la línea blanca entre los ojos de Kai y se despidió a la distancia de los otros adultos antes de dar media vuelta y regresar a su departamento por la puerta gris.

Kai entró al jardín lentamente, quedándose parado sin hacer ningún movimiento luego de cruzar la barda, sostenía un libro enorme con dibujos hechos por el mismo y una botella de agua.

El estudio, la lectura de libros y navegación por internet era algo que guardaban para los días en que los padres de Kyungsoo  no lo vieran. ¿Por qué?... porque el joven minotauro esta cansado de escucharlos reír a sus espaldas cuando le muestra un libro con letras, está cansado de fingir que no escucha sus preguntas y sobre todo, está cansado de hacerle creer a Kyungsoo que es cierto que no las escucha.

Su oído es muy bueno.

-¡Kai!....-

Kyungsoo se acercó a el  y puso una mano en su hombro, ya no usaba el impermeable sellado con cinta adhesiva a sus manos y cuello, solo un par de guantes color verde para lavar trastes. Kai los odia pero es mejor que ver Kyungsoo envuelto en un paquete enorme donde se cocina en verano y se congela en invierno.

-“hoy…. Traer…mi vecino…Sehun…ignorarlo intenta…”-

Kai torció un poco el rostro para ver a Sehun, aún en sus preparativos.- “está bien…”-

Tomó la mano de Kyungsoo y lo llevó a la parte más alejada del jardín, donde aun eran visibles pero los Sres. Do no podían escucharlos. Se sentó junto con el de ojos grandes y redondos y le pasó el libro.

-“Lo terminé hoy…”-

Kyungsoo abrió la libreta, adentro había 100 hojas blancas, 30 de ellas usadas para bosquejos hechos con carboncillos, todos con una línea en medio, delgada y blanca.

-Serían mejores si dibujaras otra cosa que no fuera mi casa…-

Y lo decía muy en serio, 20 de 30 hojas era una cantidad exagerada, las otras 10 eran retratos del Sr. Kim y de vez en cuando caricaturas que Kai copiaba de la televisión.

-“Mis modelos son limitados, es tu casa o mi papá...”- Kai bufó, haciendo un sonido profundo con la garganta y sacándole risas a Kyungsoo.-

-Cuando haces eso pareces una caricatura…- se quedó en silencio observando a Kai acomodar las hojas de tal forma que no se mancharan unas con otras.- Y yo que?? ¿No existo??... ¿Por qué no me dibujas a mi?..-

Kai se detuvo por unos segundos, luego redujo la velocidad con que acomodaba todo hasta que los dibujos quedaron en orden por 3ra vez.

-“Tu estás muy feo, Hyung….”- replicó Kai, con un rostro muy muy serio…-

Kyungsoo se empezó a reír pero levantó el pequeño puño para golpear en el hombro al minotauro, ¿¿el?? ¿¿feo??!!! ¿Cómo osaba decir eso??!! Kai también reía de una forma extraña pero ya se había acostumbrado, solo provocó que la suya aumentara.

-“Y tienes ojos de búho!!”…- se quejaba por los golpes pero no dejaba de decirle cosas, Kyungsoo se levantó para echarse encima de el y agarrarlo del nacimiento de los cuernos para zarandearlo un poco de lado a lado.-

-Insolente!, ¿Qué diría tu padre de escuchar estas cosas??.-

-“No le digas!!!”-

-Ahh, ahora si te preocupa, no??-

Kai seguía sin poder dejar de reír, Kyungsoo era adorable, sobre todo cuando intentaba verse imponente o agresivo, aumentaba el volumen de sus mejillas como una pequeña ardilla con el ceño fruncido.

-Di que lo sientes!!!...-

-“no, nunca… “-

Apretó los cuerno y jaló su cabeza hacia tras hasta que Kai se quejó del dolor, una técnica infalible para que hiciera lo que Kyungsoo dijera.

-“Yaa!!! Está bien…”

Kyungsoo lo soltó al instante, con una sonrisa de satisfacción.

-Lo sabía…-

Kai se quedó en el suelo, con Kyungsoo encima de el, sentado en el arco de su espalda mientras recuperaba la respiración y se le bajaba el calor por reírse, su temperatura corporal aumentaba muchísimo con las emociones fuertes.

-“bájate…pesas!...”

Kyungsoo lo iba a hacer, pero un par de manos lo mantuvieron en su lugar.

-Espera, Hyung, yo también!!...- Sehun se acomodó tras Kyungsoo y con fuerza mantuvo al mayor en su lugar mientras miraba atrás y adelante, con la misma nota emocionada en la voz que tenía desde que le habían dicho que si.- Wow… woow…. Es increíble, de verdad tiene cabeza de toro…¿Crees que nos pueda llevar a algún lado??...-

Se inclinó sobre Kyungsoo para tocar uno de los cuernos de Kai y su cabeza, sobre sus ojos y el pelo de la espalda que se reducía centímetro a centímetro hasta que la espalda baja era lampiña.

-Wow… ¡Haz que se mueva, Hyung!!! Solo tengo unos minutos…- miró hacia tras para ver a su madre, ella estaba de pie con la madre de Kyungsoo detrás, sentada y con una mano sobre la de ella, diciendo algo que no alcanzaba  a escuchar, pero tenía una sonrisa en el rostro.-

Puso el mentón en el hombro de Kyungso.- ¿Por qué conmigo no se mueve?? ¿Cómo le hago?...-

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Existen factores a tomar en cuenta cuando una relación se vuelve tan estrecha y privada como la que tienen Kai y Kyungsoo. Algunos son contraproducentes, como cuando llega un foráneo y se inyecta sin prevención en su círculo hermético. A veces el cambio puede ser tan dramático que los participantes no encuentran forma de reaccionar.

Y eso le sucedió a Kyungsoo cuando se encontró atrapado entre los brazos de Sehun y el cuerpo de Kai, no porque fuera parte de un abrazo o estuviera a mitad de un juego. Sino porque el pequeño Oh jalaba la cabeza de KAi hacia arriba, preguntando un par de veces si así era como Kyungsoo hizo.

-no… no, déjalo, suéltalo!!! ¡Estás lastimándolo!!!-

-Assh… ¿Cómo sabes, hyung?? Ni siquiera puede hablar…- insistió Sehun, jalando aun más a Kai.

Para ese momento respirar se volvió imposible, el cuello ardía y el esternón amenazaba con romperse, eso sentía el minotauro a causa del dolor en el pecho.

 El peso de su cabeza lo mataría…

-¡Sehun, detente!!! ¡¡DETENTE!!!-

¿Por qué demonios había crecido tanto??! Kyungsoo no podía moverlo  por más que se retorcía para zafarse de entre sus brazos.

Fue cuando Kai reaccionó.

La madre de Sehun gritó  y el padre de Kyungsoo corrió hacia ellos.

Sehun estaba de espaldas, sobándose la cabeza y Kyungsoo estaba junto a el, de costado. Nada le dolía, no había pasado nada serio.

Eso intentó creer cuando vio el rostro de Kai, expelía humo y su pecho estaba rojo y  lleno de tierra y hojas secas.

-“¡NO SOY UN ANIMAL!!”- las manos se movieron erráticas pero nítidas para Kyungsoo.- “¡Nunca….nunca….!” –

Algo más iba a decir pero el Sr. Do lo interrumpió cuando se acercó a SEhun y encontró un rastro de sangre bajando por el cuello de su camisa.

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Eventualmente las cosas se calmaron, pero no volvieron a ser las mismas.

Para alivio de Kyungsoo, Sehun volvió a casa  y no regreso en varias semanas, se le revocó el permiso y por lo que supo, también se fueron sus deseos de ver a Kai.

Pero por otro lado, y “por seguridad”, también el tenía prohibido ver al minotauro por algunos meses. Mientras el señor Kim lo ayudaba a calmar su temperamento.

Así que Kyungsoo volvió a estar recluido en su habitación, mirando por la ventana hacia el jardín y al edificio donde vivía Kai.

Toda esa situación era más que absurda, caía en los límites de la estupidez.

Porque Kyungsoo no tenía por qué soportar eso, no tenía por qué bajar la cabeza y moverla solo para asentir, para decir que aceptaba y entendía que Kai y el no podían verse en esos días.

Todo era abrumador, como un calor muy cerca de su pecho, algo ardiente, penetrante, que quema la carne sin llegar a ella. Estaba cerca de el y amenazaba con tocarlo, Kyungsoo no sabía como reaccionar cuando lo hiciera pero intentaba mantener la calma.

Esta siempre le dio todo lo que quiso, incluso cuando la utilizaba para esconder la violencia de su opinión.

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El encierro le ayudó a refrescar su mente un poco, más así no su cuerpo.

Eran las 4:30 de la mañana, 13 de julio, y se preparaba para bajar otra vez para encontrarse con Kai.

Llevaba una mochila con unas pocas cosas, de tela para no cargarla en la espalda, el calor era tan fuerte que incluso eso le dejaría la ropa manchada de sudor.

Se puso una camisa sin mangas, un short negro y caminó de nueva cuenta, siendo especialmente cuidadoso en no dejar ni un rastro de sonido.

Cuando estuvo fuera se sorprendió de no encontrar al joven minotauro. Kai nunca faltaba a sus juntas, y si lo hacía no era por su culpa, sino por la de Kyungsoo, a veces había exámenes, debía dormir y otras solo estaba enfermo e imposibilitado de levantarse de cama.

Hasta donde recordaba Kai nunca lo había dejado así, solo y sin respuestas; plantado.

Siguió caminando, cruzó la reja y tocó a la puerta, nadie abrió, tomó la perilla y la giró pero esta resbaló en sus manos al segundo intento.

Estaba cerrada.

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-Esta muy afectado por lo que pasó…- comentó el Sr. Kim, sentado junto a Kyungsoo, tres semanas después de su primer intento fallido por entrar a la casa de Kai.- no quiere verte…no por ahora.-

El Sr. Kim bajó las manos hasta la mesa y tomó de nueva cuenta de su taza de café, era la primera vez que podían hablar sin sus padres de por medio, ellos estaban en la sala, revisando viejas fotos de ellos cuando eran jóvenes.

-¿Por lo que pasó?...- se atrevió a preguntar.- Sehun no va a regresar…- sin Sehun las cosas estarían bien otra vez, si tan solo Kai le dejara decírselo.-

-No es solo por eso…- el adulto miró la taza y su reflejo sobre la superficie oscura pero brillante. Lo que quería decir de alguna manera no podía decirlo, no encontraba las palabras para hacerle ver a Kyungsoo la naturaleza de la problemática. Gran parte de ello era que ni siquiera el Sr. Kim podía entender por completo a su hijo.- pero… necesita tiempo…- suspiró.- si pudiera explicártelo, lo haría Kyungsoo pero ni siquiera así estaría seguro de que entenderías… Kai se guarda muchas cosas y no es que no quiera sacarlas, más bien…no sabe como... Yo supongo…- tomó aire, una bocanada grande que apretó sus pulmones contra el esternón.- que lo que pasó con Sehun y contigo le recordó…- miró a Kyungsoo a los ojos, con los suyos cansados y caídos, tranquilizadores.- lo que es…-

Y ante la cara del joven, el Sr. Kim tuvo que decir algo que en verdad no quería.

-..un animal…- 

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Frou Frou.- Let go