En el instituto corrían la voz de una nueva fiesta que se realizaría en esa semana, y la idea de invitar a MinJi a ir con él se hacía cada vez más atractiva. La última vez le había rechazado, pero estaba seguro de que no lo haría nuevamente.

La vio recostada sobre su casillero, para luego abrirlo sonriente. Se veía más hermosa que de costumbre ahora que llevaba su cabello suelto y los ojos pequeños por la forma en que reía. Decidió acercarse confiado a ella, a un paso que no revelara su ansiedad por tenerle cerca.

-Hola, MinJi -le sonrió-

-Hola LuHan -respondió modesta-

-Estás preciosa-

Suspiró luego de pronunciar aquellas suaves palabras, a lo que ella se sonrojó. Era un color tan rojo que llegaba a ser alarmante.

Ahí iban sus pensamientos de nuevo, casi desnudándola con la mente. Se reincorporó inmediatamente y con mucha naturalidad.

-¿irás a la fiesta el viernes por la noche, MinJi?

-¿Hay una fiesta?

Ella, siempre tan despistada e ingenua. Él asintió riendo por esas características tan propias que a él le encantaban.

-Bueno, no lo sé -continuó- Quizá MinSeok me lleve.

-¿Te importaría si te invito? -le miró insinuante-

-Para no sentir que tengo alguna obligación contigo, prefiero ir con mi hermano -rio inocente- Pero nos veremos ahí ¿verdad?

-¿Te cansarás de rechazarme algún día, MinJi? -hizo pucheros-

-Es más divertido de lo que piensas, LuHannie

Se alejó con un alegre 'nos vemos en clases' mientras él se quedaba con la mirada perdida en la forma en que movía su cuerpo y su largo cabello al caminar. Ya poco le faltaba para babear por ello, pero fue detenido por el hecho de que Irene, una de las chicas más lindas y populares del instituto, se acercaba a hacer exactamente la misma pregunta qué él le formuló a MinJi.

-¿Cuándo tendrás dignidad, LuHan? ¿Por qué estás tan obsesionado con ella? –el otro se alejaba a una velocidad media haciendo caso omiso a las palabras de Irene-

YiFan tomaba, con mucha atención, los apuntes de la clase ese día cuando fue distraído. Había oído el rumor de que LuHan había invitado a MinJi a una fiesta y ella le había rechazado otra vez. Ladeó una sonrisa mientras proseguía en lo suyo.

-¿por qué le insiste tanto?

-ella es tan fea...

Oía varios comentarios similares a estos y de un calibre un poco mayor con respecto a MinJi.

Era por ello que no tenía amigas, todas las chicas del salón le envidiaban por tener a LuHan comiendo de la palma de su mano sin hacer mucho esfuerzo.

En cuanto a amistades, los únicos en quienes confiaba eran, según ella había dicho, su hermano MinSeok y él, que a pesar de conocerle hace poco se había vuelto alguien de mucho valor para ella. Además, contaba con una amiga que asistía ya a la universidad, por lo que no lo veía frecuentemente ni tenía noticias de ella, pero decía que la calidad de su relación no menguaba por el hecho de no tratarse constantemente. Decía que la gente la había traicionado alguna vez, y por ello sus amigos serían bien elegidos y, por lo tanto, contados con los dedos de una mano.

También le había comentado sobre LuHan y su relación con ella. MinJi reía constantemente con él y le consideraba como una buena persona, pero no podía considerarlo algo más que su amigo. Ella ignoraba los comentarios negativos tomando atención en clases, pero justo en ese momento volteó a verle, muy sonriente.

-¿Irás a la fiesta, YiFan?

-No lo creo, MinJi –dijo extrañado- Tú sabes que no me gustan las fiestas...

-A mí tampoco, pero podría hacerme de un buen camarada si vas.

Volteó inmediatamente y volvió a tomar apuntes, pero él se quedó pensante con respecto a ello.

¿Valdría la pena ir?

Jamás le habían gustado las masas de gente, ni las fiestas. En MinJi había encontrado alguien que comprendía su punto de vista y que pensaba exactamente lo mismo, pero quizá era un buen momento para darle una oportunidad a éstas “cosas sociales”. Además, podría acompañar a MinJi mientras MinSeok anduviera revoloteando por ahí con sus amigos; él llevaba a su hermana con las mejores intenciones del mundo, pero su círculo social no era algo en el que MinJi encajara, precisamente.

Luego de que el profesor se fuese, le dijo a MinJi que lo pensaría. Ella le rogó bastante para que no le dejase sola, porque creía que MinSeok le obligaría a ir para hacerse de más amigos de una vez. Él sólo se alejó riéndole y anunciando que le llamaría esa misma noche, más que nada para pasar un buen rato escuchándose mutuamente.

Mientras daba aquellos alargados pasos, puso sus manos en sus bolsillos, encontrando en uno de ellos el papel doblado de MinJi con aquel dulce dibujo. No pudo evitar sonreír al verlo nuevamente; notablemente, sus sentimientos habían cambiado mucho desde la primera vez que lo vio hace varias semanas, cuando no le había hecho sentir mucho. Ahora, en cambio, ver aquel dibujo era un motivo más para sonreír.

Quizá ya era hora de decir lo que sentía, o quizá debía guardar sus sentimientos y llevarlos con él a China.

LuHan detuvo el paso en frente del salón de ciencias, donde sabía encontraría a BaekHyun rodeado de buena compañía. Tocó la puerta un par de veces para que se le invitara a pasar, y así sucedió. En cuanto le vio entrar, el otro abrió los ojos un tanto sorprendido e invitó a sus acompañantes a dejar el salón para tener privacidad.

-Hyung,  debes estar aquí por una buena razón -le invitó a introducirle en la razón de su visita luego de darle un gran abrazo-

-Necesito algo que...

-¿Droga, no es verdad?

BaekHyun era el mayor de los traficantes en el instituto. No importaba lo que pidieras, ya que aún si era esa droga más inútil, él la tenía. Ambos eran entrañables amigos desde que se conocieron. La verdad, el menor lo conocía y, si se encontraba allí, debía ser por una razón muy importante. El otro no sabía cómo explicarle a su amigo lo que necesitaba por lo que, luego de darle muchas vueltas al tema, logró dar con lo que necesitaba.

-No estoy seguro de el nombre de esto, pero...

-¿me estás dando algo que no tienes ni la menor idea de qué es? ¿Es enserio?

-Eh, lamento que mi memoria falle a veces. La tuya también lo haría si tuvieras la mitad de mercancía que tengo, así que no me juzgues -tomó un frasco y se lo entregó- Sólo una pequeña cantidad en un trago es suficiente. No está comprobado el que deje a la persona en un estado de inconsciencia… sé que debería, pero no es algo seguro, por alguna extraña razón depende de la persona que sea…

-Oh, no es problema, en realidad quiero que esté conciente.

-Sin embargo –retomó la palabra- sí es seguro que pierda gran parte de la movilidad de su cuerpo por un periodo relativamente largo de tiempo, algo así como 6 a 8 horas. Reitero, una pequeña cantidad, posiblemente una cápsula disuelta en algún vaso. Podría ser fatal si te pasas de mis indicaciones. Es extraño que alguien lo busque, eres el primero en mucho tiempo que lo ha hecho, seguramente por lo inútil que es comparado a otras drogas.  A todo esto ¿para qué has venido a pedírmelo? Si se puede saber, claro.

LuHan le miró con aparente inocencia desde su lugar y le dedicó una brillante sonrisa. Se acercó al otro mientras sacudía el pequeño frasco y le explicó, con detalle, el plan que tenía en mente.

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¡Muchas gracias por leer! ^^ Espero que puedan dejarme sus críticas constructivas en los comentarios, aunque el simple hecho de leer es ya como un regalo.
-Sí, "LuHannie es antagonista de nuevo". Lo siento, LuHan, sabes que te amo(?) <3-