『Cap í tulo X』

You're beautiful

Maniobró un poco con la llave de la casa ya puesta en la cerradura de la puerta. Tenía un terrible dolor de cabeza y se sentía débil. A duras penas empujó la puerta para que pudiera entrar de una vez a su hogar, pero el escenario que estaba viendo en ese momento era impactante, su hermana estaba ahí, luciendo agonizante.

 

-MinSeok –dijo con voz débil- Ayúdame…

 

No supo de dónde sacó fuerzas en ese momento, pero tomó a la MinJi que estaba recostada en el sofá y la llevó en sus brazos, corriendo hasta el hospital. Fue atendida de inmediato en urgencias.

 

-¿Sabes qué pudo causar en ella esta taquicardia?

 

La voz del doctor sonaba seria. Y era obvio, era apenas una joven ya con problemas al corazón, o eso era lo que le hacía pensar su dolor. Luego de preguntarle sobre sus antecedentes médicos, se dirigió a él para darle una reprimenda.

 

 

-No estoy seguro –se mordió el labio-

-Es un medicamento ilícito mezclado con alcohol. Este medicamento es un sedante; pierdes voluntad sobre el cuerpo mientras estas plenamente consciente de lo que pasa a tu alrededor. Debió consumir esto en cantidades desmedidas, lo que habría causado este dolor en su pecho. La venta de este producto está prohibida hoy en día. Se utilizaba hace años, pero debido a que utilizarlo sería una crueldad, dejó de circular. Aunque, al parecer, no del todo. –el otro hizo silencio- ¿Lo sabías, verdad? Sabías que tu hermana había consumido algo así.

-Juro que no fue mi culpa...

-Tomaré eso como un sí, y eso no es todo, joven –el otro alzó la vista hasta encontrarse con la del doctor- La señorita sufrió una agresión anoche, le entregaremos informes más detallados en cuanto podamos.

 

El otro frunció el ceño, mientras por su mente pasaban rápido las imágenes de la noche anterior.

Ahora todo era claro para él.

 

 

-Eres un imbécil, LuHan –escuchó una voz tras sí mientras caminaba a través del largo pasillo del instituto- Yo confiaba en tí

-¿Tienes algo más que decir? –detuvo el paso en seco, pero aún dándole la espalda a MinSeok-

 

 

No aguantaba más, no podía contener la rabia que tenía dentro. No toleraba el hecho de que hubiera traicionado su confianza y hubiera dañado lo que más quería. En ese momento no le importó cuántos centímetros más alto fuera LuHan, porque se abalanzó sobre él sin darle chance de defenderse.

 

Fue una pelea de una duración promedio y en torno a la cual un gran número de estudiantes se había agrupado, aunque LuHan había salido notablemente más golpeado que MinSeok. La pelea sólo fue detenida por varios inspectores del establecimiento que dieron a MinSeok un escarmiento por su agresivo comportamiento.

 

-A la oficina de la directora, MinSeok –ordenó uno de ellos-

-Pensé que eras mi amigo –dijo en voz baja pero tajante mientras pasaba al lado de LuHan-

 

 

 

 

 

¿Qué debía hacer? No sólo la escena de él y MinJi en la fiesta de aquel día seguía reproduciéndose una y otra vez en su mente, sino también el grito que escuchó esa noche, el cual nunca pudo cerciorarse si era el de la menor. Había mirado el reloj a la mitad de la noche; las 4:30 am y no había podido concebir el sueño dado a aquel recuerdo.

No dejaba de pensar en ella, en su imagen de niña llorando luego de propinar el golpe a su padre, o en su mano ensangrentada luego de haberlo hecho.

No podía dejar de pensar que le había hecho daño. Alguna vez se dijo a sí mismo que si le hacía daño no se lo perdonaría, y así era.

Finalmente había ido al instituto aun cuando no había dormido nada.

 

 

-¿Qué debería hacer? –repitió para sí-

 

Se escucharon los susurros de las compañeras que solían cuchichear y hablar de todos, y solía ignorarlas, hasta que dijeron algo imposible de ignorar, al menos para él.

 

-Dicen que MinJi se acostó con LuHan el día de la fiesta.

-Vaya, qué sorpresa. Sabía que detrás de su aparente inocencia había algo escondido.

 

“Ese idiota”.

El lápiz que sostenía en su mano había sido hecho pedazos luego de escuchar aquello. Sentía su rostro arder, y no de vergüenza, sino de rabia. 

“¿Estás bien?” decía el mensaje que había decidido enviar al teléfono celular de MinJi. Era la quinceava vez que le enviaba un mensaje con esa pregunta y no recibía respuesta.

¿Y si ya era hora de dejar de esconderse, de enfrentar las cosas como una persona madura, e ir a buscarla?

Parecía que un nudo se había hecho en su estómago por los nervios al pensarlo.

 

 

 

 

 

 

 

Pasaron algunos días a partir de la pelea que hubo entre LuHan y MinSeok. El último aún tenía algunos moretones debido a que el otro intentó golpearlo, pero era lo que menos le importaba en ese momento.

 

Se sentía devastado.

Había intentado hablar con MinJi innumerables veces luego de salir del hospital, pero ella se negaba. Permanecía en silencio y mantenía la mirada perdida mientras lágrimas surgían de sus ojos. Comía a ratos, y sólo cuando su madre se encontraba en casa para exigirle. También las cortinas de su habitación, que era el lugar donde pasaba el tiempo desde que aquel todo aquello ocurrió, se mantenían cerradas, sin dejar paso a la luz exterior.

Las palabras no pueden expresar cuánto deseaba golpear a LuHan hasta las últimas consecuencias para, de alguna manera, poder quitarse este dolor que sentía en lo más profundo de sí.

Su, en ese entonces, amigo, lo drogó probando los efectos del fármaco en él, luego lo utilizó en MinJi sólo por motivos egoístas, porque LuHan no amaba a MinJi ni nunca lo haría; sólo quería sentir qué sería tenerla en su cama alguna vez.

Él, su hermano mayor, había estado ahí. Él había sentido desde el comienzo de su amistad el deseo que sentía por su hermana, e incluso impulsaba a la menor a salir con su amigo. Él sabía que LuHan estaba tramando algo, él pudo haber detenido todo aquello.

Pero ya era demasiado tarde y no había nada más qué hacer.

Él sostenía una taza de café entre sus manos, culpándose a sí mismo de lo que había pasado con su hermana, cuando fue sacado de sus pensamientos por el insistente sonido que provenía desde el exterior de la casa, tocando la puerta. Él no dudó en atender al llamado, y la abrió.

 

-GaEul –dijo casi sin voz, mientras la contemplaba desde el marco de la puerta-

-MinSeok –ladeó una sonrisa- ¿puedo pasar?

-Por supuesto

 

Trató de lucir relajado, pero su nerviosismo se notaba en cada acción que llevaba a cabo. Ella sólo reía ante sus tiernas torpezas, mientras las mejillas de él se teñían de un carmesí cada vez más fuerte.

Tras una miraba que expresaba confusión por parte de ella, él le dijo todo lo que sabía que había pasado esa noche tras sacar las deducciones; MinJi había sufrido agresión ual la noche anterior y LuHan había estado con ella. Era obvio quién era el responsable de abusar de su hermana. Pero GaEul no había quedado satisfecha con ello, y decidió ir a la habitación de MinJi. Tocó la puerta, y tras no recibir respuesta, decidió entrar de igual manera. Se encontró con un cuarto oscuro, un piso cubierto de bolas hechas de papel, y alguien arrullada bajo las frazadas de la cama.

 

 

-MinJi –dijo con voz suave-

-¿GaEul? – Dijo temerosa, y estuvo a punto de salir de su escondite, pero se arrepintió- No me veas, GaEul, soy un asco.

-MinJi, vamos. Sal de ahí.

-… ¿sabes algo de lo que pasó?

-No mucho –bufó- Y estoy aquí para que me aclares las cosas. –Hubo un largo silencio- Tu madre me dijo que viniera, que me necesitabas.

-Así es –dijo con voz quebrada-

 

 

 

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¡Gracias por leer! Críticas constructivas serán bien recibidas. Que tengan una linda semana :)

 

 

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Comments

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MimiXD #1
Chapter 2: Waaaaaaa!!!!! Ok ok esta historia me encanta y me intriga muchoooo!!! Sigue adelante autora-nim ya tienes una fiel fan!!! ^O^^O^^O^^O^