takoyaki 3/4
A simple life [Spanish]
Doojoon y Yoseob se miraron, les miraron y se volvieron a mirar. Y en su código secreto de miradas debieron decidir que lo mejor sería no preguntar y sentarse a tomar algo con ellos. Y eso hicieron.
El resto de la tarde paso de manera tranquila, hablaron y comieron como si nada hubiera pasado, hasta que llegó el momento de la despedida de Kikwang. Tenía que volver a su hotel porque la grabación comenzaría de nuevo muy temprano.
- Sorry Kiki~ - Dijo con pena Yoseob mientras le sujetaba las manos – me olvidé que madrugabas...
- No problem~ - Decía mientras sonreía y soltaba las manos – vosotros pasadlo bien – le guiñó un ojo al rubito y sus mejillas se tintaron de rojo.
Cuando se giró para irse se encontró de frente con su “cita por un día” y su sonrisa se esfumó. Sus hombros se tensaron y su boca se abrió pero no articuló palabra alguna.
- ¿Tanto miedo doy? – Preguntó acercando su cara a la suya haciéndole cerrar la boca de forma inmediata, y cubrirla con ambas manos al instante, para después negar tímidamente con la cabeza. Sus mejillas también empezaron a cambiar de color como las de su amigo.
Le retiró las manos con cuidado y el rosa pasó a rojo. Estaba muy mono... tanto que le dieron ganas de comprobar si podía ver un tono más en su piel. Sin soltarle las manos acercó sus labios a los suyos pero no llegó a tocarlos. Podía sentir su respiración acelerada en su piel. También notó como cerraba sus ojos con cuidado y su cara adquiría otro nuevo toque de color. Sí, podía.
Después de la comprobación sonrió, se separó y le golpeó la frente con los dedos. Como era de esperar abrió los ojos y se llevó la mano a la zona del golpe y empezó a frotarla.
- BO BO – Dijo sin emitir sonido y le sacó la lengua. Empezó a reírse con fuerza ganándose por supuesto una mirada de odio profundo de parte del pequeño cangrejito.
Poco después le rozó el brazo al pasar deprisa por su lado para irse corriendo a buscar un metro, un taxi o algo que le alejase de allí lo más pronto posible. Juraría que le vio llorando. Otra vez...
- ¡Hyung! Pasadlo bien y tened cuidado con lo que hacéis~ - Gritó mientras se despedía de la pareja, a la que había dejado con la boca abierta, y salía corriendo tras ese bobo que le hacía no ser él mismo.
Le vio doblar la esquina pero antes de que pudiera levantar la mano para pedir un taxi se abalanzó sobre él y le atrapó entre sus brazos. Pecho contra espalda. Fue entonces cuando se dio cuenta de lo frágil y vulnerable que era. Sintió otra vez ese pinchazo en el pecho.
Kikwang estaba tenso, asustado y respiraba con dificultad pero no intentaba escapar ni deshacerse del abrazo. Poco a poco fue recuperando la calma y relajando los músculos. Parecía que había dejado de llorar.
- Eres demasiado sensible ¿Lo sabes verdad? – Dijo sin soltarle.
- Y tú un imbécil... – Contestó sin mirarle.
Cuando parecía que había pasado una eternidad y pensaba que no saldría corriendo de nuevo le soltó y esperó a que se diese la vuelta. No lo hizo y eso le puso nervioso. ¿Seguiría enfadado?
- Llévame al hotel – Demandó con voz queda aún mirando la carretera.
- Claro... – Empezó a decir mientras le obligaba a darse la vuelta – Pero sólo si dejas de llorar – Le acarició la parte superior de las mejillas con ambas manos para asegurarse que no quedaba ninguna lágrima. Notó como su piel se calentaba y volvía a sonrojarse. ¿Por qué no podía dejar de pensar que era precioso y adorable?
Al estar sujetándole la cara veía como Kikwang le miraba pero él no podía evitar fijarse en sus labios temblorosos, notaba cómo se los mordía por dentro de manera nerviosa y eso le estaba tentando demasiado. Quería volver a sentir esos labios carnosos sobre los suyos y fundirse en su boca. Quería sentir sus manos jugando con su pelo como habían hecho horas antes. Quería oler su colonia y sentir de nuevo las cosquillas que le producían sus pestañas cuando rozaban su piel. Quería abrazarle y sentirle entre sus brazos...
Cuando se dio cuenta de lo que realmente quería retiró las manos de su cara y fue a buscar un taxi, se estaba haciendo tarde y no estaba familiarizado con el metro de Osaka. Por suerte no tardaron mucho en dar con uno que fuera capaz de llevarles sin demasiados problemas por aquellas calles sin nombres.
El trayecto en realidad no duró demasiado pero al no intercambiar palabras se les hizo más largo de lo que esperaban. Kikwang no apartó la vista del cristal y sus manos estuvieron cruzadas en todo momento. Fueron varias las veces que intentó hablarle pero cuando abría su boca no sabía qué decir. Estaba completamente perdido. Jamás le había pasado eso. Ninguno de los chicos con los que había estado aquellos años había producido ese efecto en él. Si quería besarles, les besaba. Si quería gritarles que se perdieran lo hacía sin remordimiento alguno. Si quería pasar una noche con ellos y no volver a verles no le preocupaba lo más mínimo. ¿Por qué con él no podía? ¿Por qué el pensar en pasar sólo una noche con él le parecía mal? ¿Por qué si le gritaba se sentía culpable? ¿Por qué no había sido capaz de volver a besarle? ¿Por qué no se acababa ya ese viaje?
Dejó de pensar cuando notó como una puerta se abría. Habían llegado al hotel en el que estaba alojado con el resto del equipo. Al lugar donde se despedirían hasta a saber cuándo. Porque algo le decía que aunque fuera tarde se volverían a ver.
Al bajar del taxi lo que vio no le gustó. Kikwang no estaba solo y lo que era peor, estaba riéndose y hablando animosamente con otro chico. Otro chico que no paraba de tocarle. El brazo, los hombros, el pelo... Cerró la puerta con fuerza, lo que sobresaltó a la pareja.
- Vaya, vaya, vaya... Parece que nuestro Kiki no ha perdido el tiempo... – Canturreó el desconocido mientras pasaba su brazo por sus hombros.
- ¿Eh? – Kikwang tenía su cara de no estar enterándose de nada y movía la cabeza de uno a otro.
- El que parece que ha perdido el tiempo soy yo... Buenas noches Kikwang – Dijo con una mezcla de enfado y tristeza mientras se daba la vuelta y se alejaba.
- ¿Eh? – Repitió de nuevo, pero esta vez pareció darse cuenta de la situación y se separó rápidamente del otro chico – Dong... ¡Dongwoon! – Gritó mientras salía tras él.
- Vaya, vaya, vaya... – Volvió a repetir el desconocido viendo como se alejaban.
- ¡Dongwoon! – Volvió a gritar para que se detuviera – Dongwoon... por favor... – Se detuvo viendo que no iba a conseguir nada. Sus ojos empezaron a humedecerse y su visión comenzó a nublarse.
- Te dije que dejaras de llorar – Decía mientras se acercaba al que había empezado a llorar más fuerte - ¡Ey! – Volvió a sujetarle la cara mientras trataba de parar las lágrimas que corrían por sus mejillas – Para... Para o...
Y paró. Paró en cuanto notó como unos labios le besaban apasionadamente y le dejaban sin respiración. Iba a empezar a cogerle el gusto a los besos con sabor a sal.
TBC.
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