Mentiras
My complicated love 2
~POV Minzy~
Esto era más que una simple impresión, comenzaba a asustarme. Me resultaba imposible creer que había alguien tan parecida a mí. Mis piernas estaban temblorosas y poco a poco empezaron a debilitarse, mi cuerpo perdió toda su fuerza, todo empezó a tornarse obscuro hasta que sentí como caí al suelo. No sé cuánto tiempo permanecí inconsciente, estaba recostada en un suave lugar, lentamente fui abriendo los ojos para mirar los alrededores. Había una chica, su cabello era liso, negro y largo, tenía un flequillo que era acomodado a un lado pero, no era ella…
Sus ojos eran rasgados y de un tono obscuro “¿Estás bien?” Preguntaba ella. Me senté sobre el sofá y asentí afirmativamente “¿Eres Minzy, cierto?” Indagó “S-Sí…” Conteste confusa
¿Acaso lo de hace rato solo había sido una ilusión? Pensé dentro de mí
-Soy Nakamura Haru… Tu tutora… pero será mejor que hables primero con ella… - La chica señaló atrás hacia donde enseguida dirigí la mirada
Ahí estaba ella, ese extraño espejismo, que hizo que mis nervios se alteraran. Haru salió de la habitación dejándonos con un ambiente extraño, ella me seguía mirando con cierto escepticismo, era obvio que ella también estaba sorprendida.
-Esto no está pasando… Solo eres producto de mi imaginación - La chica actuaba extraño ante la situación
-¿Q-Quién eres tú? - Pregunté un poco temerosa
-Mi nombre es Claudia Johnson - Contestó ella con excelente pronunciación coreana
-¿Hablas español? - Cuestioné en dicho idioma
Claudia me miró con desconcierto pues parecía no entender lo que estaba diciendo. Sus gestos eran incluso similares a los míos ¿Que era esto? Era casi imposible de creer.
-Y tú ¿Quién eres? - Preguntó
-¿Y-Yo...? M-Mi nombre es Minzy...
Cuando dije mi nombre ella me miro con sorpresa, sus ojos se abrieron por completo y me analizó visualmente.
-Pero como es posible esto... - Dijo Claudia - Como es posible que seamos tan... ¿iguales?
Yo también estaba curiosa por saber la respuesta.
-¿T-Tu… Eres real? ¿P-Por qué estás aquí…? - Cuestionó
-M-Mi padre me trajo hace un año a vivir aquí - Expliqué - Y claro que soy muy real - Mire disgustada
Ella me miró un poco apenada ante la respuesta y bajo ligeramente la mirada.
-¿Y… Tus padres… están…? - Preguntaba tímidamente
-M-Mi madre… e-ella… murió… - Dije un poco melancólica
-¿Murió? - Lo decía en un tono incrédulo
Me tarde un poco en entender su tono hasta que…
-Acaso piensas… - No terminé la frase ya que la mire fijamente
¿Podría ser eso? ¿Podría ser esa la conexión que había entre nosotras? Mi mamá murió cuando yo apenas tenía 5 años, a esa edad yo no podía entender lo que ocurría. ¿Y sí mi padre me engaño para tratar de protegerme? Y en realidad mi madre me abandono llevándose a mi hermana... Era una posibilidad...
-Tengo que irme... - Debía averiguar la verdad sobre mi madre
-Espera a dónde vas - Claudia me detenía
-Voy a descubrir la verdad...
-P-Pero como...
-Enfrentare a mi padre... Tú deberías hacer lo mismo con nuestra madre
Fue lo último que dije antes de salir corriendo de aquel lugar para ir en busca de mi padre.
Un sentimiento de desilusión me invadió. No podía creer que mi mamá me hubiese abandonado, papá siempre me había descrito a mi madre como la mujer perfecta... ¿Y el abuelo? ¿Era realmente mi abuelo? O también formaba parte de esta gran mentira...
Llegué hasta el enorme edificio donde mi padre trabajaba. Pregunté desesperadamente a la secretaría "Lo siento... El señor Ontiveros está en una importante reunión..." Me importó poco la dichosa reunión, como pude burle a la secretaría y entre a la sala de juntas, ahí estaba mi padre con un par de hombres japoneses.
-M-Minzy ¿Qué haces aquí? - Estaba sorprendido con mi abrupta interrupción
-¿Por qué no me lo dijiste? - Dije con un par de lágrimas en los ojos
-¿Decirte? Decirte ¿qué?
Los hombres se levantaron e hicieron una ligera reverencia a manera de despedida y enseguida se retiraron de la sala.
-Minzy, esas personas son importantes inversionistas ¿Por qué entras de esa manera? - Mi padre reclamó un poco molesto
-¡Por qué no me lo dijiste! - Grité interrumpiendo sus reclamos
-¿Decirte? ¿De qué hablas?
-¡DE ELLA! ¡Por qué no me dijiste lo de mi hermana!
El lugar se quedaba en completo silencio. El rostro de mi padre se paralizo y se tornó pálido. Sus labios se movían pero no salía algún sonido de ellos.
-E-Ella… - Apenas pudo articular palabras - ¿C-Cómo sabes de ella?
Tenía la mínima esperanza de que mi hipótesis fuera falsa pero la respuesta de mi padre no era alentadora.
-¿Cómo sabes de ella? - Me sujeto del hombro y preguntó mirándome fijo a los ojos
Los claros ojos de mi padre eran tan similares a los de ella que provocaron dolor en mi corazón.
-¿Dónde está? - Preguntaba desesperadamente - ¿La has visto?
Aparte la mirada ya que mis ojos se llenaron de lágrimas.
-Es cierto… Eso significa que mi madre me abandonó ¿verdad?
-M-Minzy… - Tomo nuevamente mis hombros haciendo que volteara a verlo - ¿Qué estás diciendo?
-¡ELLA ME ABANDONO! - Grité alterada
-Montserrat, tranquilízate… - Decía tratándome de sentar en la silla - Así no sucedieron las cosas
-Entonces ¿Cómo? - Levanté la voz quitando sus manos de mis hombros
Su mirada denotó tristeza, tomó un largo suspiró y se colocó a un lado de mí.
-Es cierto tienes una hermana…
Escuchar la confirmación de la noticia provocaba un hueco en mi estomago que me dejaba en shock.
-Ella es tu melliza, C-Claudia…
Ahora todo empezaba a coincidir y derramé aun más lágrimas.
-Cuando ustedes tenían 2 años, su madre las llevó al parque. Yo trabajaba en Taiwán. Cuando regresaban a casa intentaron secuestrarlas… Desafortunadamente tu madre solo pudo salvarte a ti - Nunca había visto a mi padre tan adolorido - Y… Se llevaron a tu pequeña hermana…
-¡Y por qué no la buscaron! ¿Por qué no hicieron nada? - Recriminé
-Lo hicimos… Buscamos por lago tiempo… pero no pudimos encontrarla… Los investigadores dijeron que probablemente se la llevaron al extranjero y que sería imposible encontrarla… Tu madre sufrió mucho… - Los ojos de mi padre no paraban de llorar - Ella se sentía culpable…
Mi padre guardo un amargo silencio.
-¿Qué paso con ella…? ¿Se enfermo? - Pregunté
Entre sollozos él movió la cabeza en forma negativa.
-Era su cumpleaños número 5, yo regresaba a la ciudad cuando te encontré sola en la sala… sola con el pastel de cumpleaños…
Vagamente recordaba ese día.
-Ella tuvo una sobredosis de clonazepam…
-¿S-S-Sobr-e-do-si-s? - Tartamudee - ¿Q-Quieres decir que ella… que ella… se suicido…?
Entre lágrimas mi padre asintió mientras se desplomaba lentamente sobre el escritorio.
Era una impresión bastante fuerte, saber que mi madre había atentado contra su vida… Todo esto era demasiado para mi, mi corazón no podía soportarlo, toda mi vida había sido una mentira.
~POV Claudia~
Todo parecía ser tan irreal, no podía crees que esa chica tuviera gran perecido a mí. Además del parecido había coincidencia más... Aquella vez, cuando conocía a Chunji él me llamó "Minzy". Ahora todo parecía tener sentido. La razón por la que el pelirrojo chico me miraba de esa extraña manera era porque yo le recordaba a su novia ¿muerta?...
Se aclaraban algunas cosas pero surgían más dudas ¿Cual era la conexión entre nosotras? ¿Cuál era la razón del parecido?
-¿Murió? - Pregunte incrédula
Ella se quedaba pensando por breves instantes y enseguida volteo a verme “Acaso piensas…” Entendía a lo que me refería.
"Deberías hacer lo mismo con nuestra madre" Eran las últimas palabras del extraño espejismo. Enseguida salió Haru para preguntar sobre lo sucedido. No expliqué nada ya que ni siquiera yo entendía lo que estaba pasando
"¿Preguntar a nuestra madre...?" Fueron palabras que estuvieron presentes en mi cabeza por largo rato hasta que lo decidí. Tomé mi maleta y metí lo necesario para un viaje de emergencia a Londres. Arreglé un vuelo en la madrugada. Haru estaba preocupada por mi repentino regreso pero necesitaba hablar con mis padres para saber la verdad. Después de mucha insistencia, acepte que fuera conmigo. Empaco y ambas fuimos al aeropuerto.
Abordamos el avión y a nuestra llegada a Londres Haru se hospedo en un pequeño hotel cerca de mi casa. Yo no perdí más tiempo y me dirigí a casa. Entre desesperadamente, pero parecía estar vacía, solo encontré a Nani Gracce.
-¿C-Claudia? ¿Eres tú? - Preguntaba nani al verme entrar
-Nani ¿Dónde están mis padres? - Estaba impaciente
-Ellos regresan en unas horas, pero ¿Qué ocurre? ¿Por qué regresaste? ¿Te paso algo? - Cuestionaba preocupada
Voltee a verla fijamente al recordar que ella llevaba mucho tiempo trabajando con esta familia, ella debía saber la verdad sobre mi origen.
-N-Nana… Tú lo sabes… Sabes la verdad… ¿cierto?
-¿Verdad? ¿De qué me hablas? - Titubeaba
-Sabes la verdad sobre… mi h-hermana…
La mujer se quedaba callada mientras que evitó el contacto visual
-N-No… Yo no sé de qué me hablas - Era notable su nerviosismo
-¡Tú lo sabes! - Tome fuertemente su hombro y la agité un par de veces
-¿Qué está ocurriendo aquí? - La puerta se abrió
Eran mis padres que entraban a la casa.
-Claudia ¿Qué estás haciendo aquí? - Mi ¿madre? Preguntaba sorprendida
Gire y me coloque frente a ellos.
-¡Por qué no me lo dijeron! ¡Por qué no me dijeron la verdad! - Recriminé
-¿De qué estás hablando? - Mi padre trataba de tranquilizarme tomándome del hombro
Aleje sus brazos de mí y mire fijamente a ambos.
-U-Ustedes… - La voz se me entrecortaba al hablar - Ustedes son… ¿mis verdaderos padres? - Titubee un poco al preguntar
Ante la pregunta mis padres se sorprendieron y la habitación se quedaba completamente silenciosa.
-C-Claro que lo somos… ¿De dónde sacas eso…? - Mi padre minimizaba el asunto
Me exasperaba que me mintieran de esa vil manera. Trague en seco y me aguanté las lágrimas.
-¿Por qué lo preguntas? - Mi madre se acercó
-¡La he visto! ¡He hablado con ella! ¡LA ENCONTRÉ! - Grité haciéndola a un lado
Ambos me miraron con confusión.
-¡A MI HERMANA!
-¿Hermana? - Habló mi padre - Tu único hermano es Matt… Debes estar confundida… -
En serio que yo no podía entender su afán de ocultarme la verdad. No pude evitarlo más y lagrimas corrieron por mis mejillas.
-Es cierto… - Dijo mi madre haciendo que dirigiera la mirada hacia ella - Es cierto…
-N-No… no puedes… - Mi padre le tomó el brazo interrumpiéndola - No serías capaz
-A llegado la hora de que lo sepa - Soltó su brazo y se acercó para tomarme de la mano - C-Claudia… N-Nosotros… - Hizo una breve pausa para tomar aire - N-Nosotros… no somos tus padres biológicos…
“~No somos tus padres biológicos~” Fueron palabras que sonaron una y otra vez en mi mente. Era una enorme impresión, en mi estomago se formo un enorme hueco y sentí como mis piernas perdieron toda su fuerza haciendo que me derrumbara en el suelo. Un fuerte dolor invadió mi pecho y las lágrimas fueron imparables.
Ella se arrodilló frente a mí y levantó lentamente mi rostro. Sus manos limpiaron mis mejillas y poco a poco dirigí la mirada hacia ella. Sus ojos estaban entristecidos y en ellos había un par de lágrimas.
-Pero te amamos como si fueras nuestra… - Su voz se quebró ligeramente
-¿Y mis padres…? ¿Por qué me abandonaron? ¿Por qué me alejaron de mi hermana? - Dije alejando su mano de mi rostro
Con dificultad me fui poniendo de pie.
-De ellos… no sabemos nada…
Comenzó a narrar la historia de aquel día en que me había encontrado.
Estaba un poco confusa, por un lado me sentía conmovida por ellos, habían cuidado de mi a pesar de no ser su hija biológica y de cierto modo entendía que me hubiesen ocultado la verdad.
Ella había dicho que su madre había muerto y que su padre la había llevado a Corea…
Abracé con fuerza a mis padres y les agradecí por cuidarme.
-P-Pero ¿te irás…? - Preguntó mi madre en un triste tono
Asentí tímidamente.
Quizás era una locura, pero yo quería encontrarme con mi verdadera familia, quería saber la razón por la que me habían abandonado.
-Q-Quiero enfrentar la verdad… - Dije
-P-Pero ya nos tienes a nosotros… - Mi padre me detenía - No tienes que hacer eso…
-Déjala ir… - Mi madre libero mi brazo - Te apoyaremos y estaremos junto a ti como siempre lo hemos hecho - Decía ella con una cálida sonrisa
Las palabras me provocaron más lágrimas y volví a abrazar.
Subí a mi habitación y llamé a Haru para que programara el vuelo de regreso. Mientras recorría mi habitación, muchos recuerdos llenaron mi cabeza.
“¿En serio quiero saber la verdad…?”
Me pregunté por largo rato hasta que recibí la llamada de Haru para avisarme que el vuelo salía por la noche. Mi maleta seguía intacta así que baje para despedirme de mis padres.
-¿Segura que quieres hacer esto? - Mi papá preguntó un poco entristecido
Asentí un poco indecisa.
-Entiendo… Siempre contaras con nosotros… Nunca lo olvides ¿de acuerdo? - Él me abrazó con fuerza
Mamá se unió al abrazo “Para nosotros siempre serás nuestra hija…” Susurraba.
Era una decisión difícil “abandonar” por así decirlo, a mis padres, las personas que cuidaron de mi mejor que nadie pero yo debía conocer a mi verdadero padre y a mi hermana…
Salí con el ánimo muy disminuido, un taxi en el que se encontraba Haru me esperaba en la entrada, lo abordé y volví a mirar la casa, en donde se encontraban todos mis recuerdos…
Al llegar al aeropuerto abordamos inmediatamente el avión, estaba exhausta, tanto físicamente como emocionalmente que durante el vuelo me quede completamente dormida. No desperté hasta que Haru movió mi hombro para avisarme que ya habíamos llegado.
Al bajar del avión “Quiero ir al baño…” Le dije a la chica de cabello negro, ella asintió “Yo iré por nuestro equipaje…”
Fuimos en direcciones contrarias. Llegué al lugar y rocié un poco de agua sobre mi rostro y me miré detenidamente frente al espejo “Tal vez no quiero saber la verdad…” Estaba temerosa por saber la verdad. Bajé la mirada y un par de lágrimas llenaron mis ojos. Escuché entrar a alguien, volví a mirar el espejo, mis ojos se abrieron por completo al ver que había un chico parado detrás de mí. Giré y mire la puerta, tan distraída andaba que no me daba cuenta de que entraba al baño de hombres. Rápidamente limpié mis ojos, di una pequeña reverencia a manera de disculpa y corrí hacia la puerta.
Él sujeto mi brazo y me detuvo, giró ligeramente y se quitó las gafas que traía puestas. Nuestras miradas se cruzaron por unos instantes “No llores…” Era lo que me decían sus rasgados ojos cafés, me perdí por un momento en lo profundo de sus pupilas mientras que un suave pañuelo rozó mis mejillas “¿Estas bien…?” Preguntaba aquel desconocido chico.
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