Chanyeol pensó que sería otra noche en la que no dormiría. Luego de salir del mundo de EXO, se encontraba demasiado exaltado y con muchos pensamientos como para acostarse. Se sentó frente a la computadora y revisó una y otra vez el video dejado por Lay; ya se lo sabía de memoria.

Lo pausó y suspiró mientras cerraba los ojos y se apoyaba en la silla. La memoria de lo que había sucedido hacía dos años no dejaba de atormentarlo. Recordaba que era una noche fría; había llovido mucho y las calles se encontraban llenas de charcos. Junmyeon los había convocado a su remolque; Chanyeol se había quejado por tener que salir, pero igualmente se había puesto en marcha.

La verdad es que hacía varias semanas que Chanyeol asistía a las reuniones de grupo cada vez con menos ganas. El mundo virtual de EXO estaba comenzando a dejar de representar lo que significaba para él; cada vez más y más personas se adentraban en su universo, competiciones y ligas de campeonato estaban formándose, haciendo que su finalidad se distorsionara. Aun así, el hecho de ser algo tan importante para él y sus amigos hacía que continuara participando.

La reunión de esa noche no había terminado bien. Hacía unos días Jongdae había expresado su interés por participar en una competición en equipo, cosa de la que Chanyeol no estaba muy de acuerdo. El resto del grupo estaba dividido, pero nadie se oponía tanto como él. En esa reunión, revisando su personaje, Chanyeol había descubierto que alguien se había entrometido con su cuenta para anotarlo en la competición en contra de su voluntad. Los demás notaron que sus cuentas también habían sido alteradas.

Ante la cuestión, Jongdae había admitido que él, junto con la ayuda de Minseok, era quien lo había hecho. Quería comenzar a participar de los campeonatos y competiciones, y pensaba que así se unirían los demás. El grupo no estuvo muy contento con la manera en que lo había hecho, pero discutirían su participación ya que parecía ser algo que Jongdae realmente quería.

Chanyeol no lo había tomado tan bien. Sumado a como se sentía ya en relación a EXO, el acto de Jongdae había sido la gota que había rebalsado el vaso. Se enfureció de tal manera que se había puesto de pie, se habían gritado como nunca, Chanyeol los había llamado “egoístas” e “ignorantes” a todos, se había girado y había desaparecido dando un portazo para no volver a hablar con nadie más.

Recordaba la situación con remordimiento; aunque seguía sin estar de acuerdo con lo que había hecho Jongdae y con las competiciones en EXO, el ignorar durante semanas las llamadas y mensajes de los demás, incluso de quienes no tenían la culpa, había sido infantil y estúpido. Podría haberles simplemente dicho que no estaba más interesado, en vez de haber roto las relaciones como lo había hecho. El no aclarar las cosas y hacerlo como correspondía lo carcomía por dentro cada vez que pensaba en lo que había sucedido.

El sonido de su móvil lo despertó de su ensoñación. Revisó rápidamente la hora y luego de comprobar que aún no era la una de la madrugada, abrió el mensaje que había recibido. Se sorprendió al leer el remitente.

Baekhyun - ¿Podemos hablar?

Parpadeó un par de veces para asegurarse de no estar dormido. Sintió el corazón en la garganta.

Chanyeol – Sí, claro. ¿Cuándo?

Baekhyun - ¿Puede ser ahora?

El otro chico contestaba con rapidez. Chanyeol se sobresaltó; no sabía qué responder. Las cosas entre ellos aún estaban extrañas, ¿de qué querría hablar Baekhyun? Estaba a punto de comenzar a teclear cuando escuchó unos golpes en la puerta. Chanyeol se levantó tan rápido que casi tumbó la silla y el celular estuvo cerca de salir volando.

Baekhyun – Estoy afuera.

-Demonios. – Susurró Chanyeol. Dejó el teléfono en el escritorio y se apresuró a abrir, pero se detuvo de pronto cuando se encontró frente a la puerta. Se limpió el sudor de las manos en el pantalón antes de quitar el cerrojo y abrir de una vez.

La pequeña figura de Baekhyun se encontraba allí, recortada por la luz de la luna. Le sonrió tímidamente, esperando una reacción por parte del otro. Chanyeol se quedó plasmado unos segundos más de lo normal mientras lo observaba con la boca abierta. Cuando se dio cuenta carraspeó y se quitó del medio.

-Entra. – Logró decir con un poco de dificultad.

Baekhyun avanzó con paso decidido pero tranquilo; Chanyeol tuvo que mantener sus emociones firmes cuando éste le pasó por enfrente. Cerró la puerta y se giró rápidamente, solo para ver que su invitado le echaba un vistazo al recinto.

-Qué vacías tienes las paredes. – Dijo Baekhyun; haciendo que a Chanyeol se le cayera el alma a los pies por escuchar su voz.

-…S-Sí. Ven, pasa. – Intentando cambiar la conversación, se dirigió hacia su habitación y volvió a sentarse frente a la computadora, intentando parecer ocupado. - ¿De qué querías hablar?

Baekhyun caminó detrás de él. Buscó dónde sentarse pero no había más sillas en la habitación y el colchón del suelo le pareció muy bajito. Decidió quedarse allí e ir directamente al grano.

-Chanyeol… -Parecía como si le costara largar las palabras. – Sé que todos están evitando hablar del tema, pero yo no puedo hacer lo mismo.

El aludido intentó desviar la mirada, centrándola en el suelo o en la vacía pantalla del ordenador.

-Entiendo que tuvieras razones para no continuar en el grupo, pero no entiendo por qué me dejaste a mí.

Allí estaba. El tema que tanto temía Chanyeol, el que no podía terminar de descifrar en su corazón y en su mente, el que intentaba evitar a toda costa.

-No podía continuar con todo eso. – Logró responder fríamente.

-¿Con lo nuestro? – Baekhyun contestó rápidamente con tristeza en la voz.

-No, Baek...

El chico bajó la mirada y cerró los puños.

-No sé qué pretendía conseguir con esta visita. Lo siento, me iré.

Se giró listo para desaparecer, pero Chanyeol se puso rápidamente de pie y lo tomó del brazo.

-Espera.

Baekhyun hizo un movimiento brusco y se zafó del agarre, aun evitando su mirada.

-Sólo quería aclarar la situación. Pensé que así podría al fin comprenderlo y seguir adelante. –Una pequeña lágrima comenzó a caer por su mejilla. – Pensé que lo nuestro era especial para ti, pero si lograste dejarlo tan rápido y olvidarme de esa manera, parece que estaba equivocado.

Avanzó con paso decidido hacia la salida. Chanyeol estaba hecho un desastre; si no decía nada y dejaba que su estúpido sistema nervioso ganara, Baekhyun desaparecería y seguramente esta vez sería para siempre.

-Lo siento.

Baekhyun se detuvo ante esas palabras, pero no dijo nada. Pasaron unos segundos en silencio, en los cuales Chanyeol se debatió otra vez consigo mismo.

-No tengo excusas, fui un estúpido. – Algo en la voz de Chanyeol hizo que Baekhyun se sorprendiera. -¿Quieres saber la verdad? ¿A eso has venido?

El tono de Chanyeol sobresaltó a Baekhyun de tal manera que este al fin se giró con los ojos bien abiertos.

-Estoy enfurecido. Conmigo mismo. – Chanyeol comenzó a levantar la voz; escondió el rostro entre las palmas unos segundos. – Fui un imbécil. Era una situación tonta, lo que hice no era necesario. – Al fin lo miró a los ojos. – Irme de esa manera.

Baekhyun se sorprendió al escuchar la declaración de Chanyeol. Comenzó a acercársele despacio, casi sin hacer ruido.

-Durante dos años he sentido remordimiento hacia la manera en la que los traté. En especial a ti. –Chanyeol se sentía libre, como si se estuviera quitando un gran peso de encima, liberando su alma. –Tenía tanto miedo de volver a verte, pensé que…

De pronto las palabras se ahogaron en su garganta. Baekhyun se encontraba frente a él, apoyando suavemente una palma en su rostro. Durante unos silenciosos segundos, Chanyeol al fin pudo observar todo lo que quiso de los brillantes ojos de Baekhyun; ya no tenía que esquivarlos.

El mayor levantó un poco los pies para llegar cómodamente y apoyó sus labios en los de Chanyeol. Aunque sorprendido, éste le respondió casi al instante, cerrando los ojos y dejando que los sentimientos lo invadieran. Añoranza, tranquilidad, melancolía… amor.

Separaron sus labios, pero se mantuvieron firmes en sus posiciones.

-¿No… No me odias? – Logró preguntar Chanyeol.            

-Park Chanyeol… Eres un tonto. – Baekhyun sonrió. – Pero nunca podría odiarte.

El aludido devolvió el gesto y volvieron a besarse.