Lo que Chanyeol llamaba “casa” constaba de una pequeña sala que a su vez era comedor y cocina, una habitación y un baño; pero al menos tenía un lugar donde refugiarse. Las blancas paredes oscurecidas por las ventanas siempre cerradas y su superficie inmaculada sin ni siquiera un reloj colgado lograban un ambiente lúgubre. Una sola mesa cuadrada se encontraba frente a la mesada de la cocina donde Chanyeol siempre dejaba las llaves, para luego quitarse el abrigo y colgarlo en una de las únicas dos sillas que existían.

Esa noche, luego de haber fracasado en concentrarse en sus encargos relacionados a su segundo trabajo, decidió acostarse temprano en el viejo colchón colocado en el suelo que le servía de cama. Se halló con la vista centrada en el cielorraso, incapaz de conciliar el sueño. Su encuentro con Jongin había hecho que viejos recuerdos rondaran su mente y no podía deshacerse de ellos.

Memorias de haber bailado tontamente con Jongdae, completado una dura misión con Junmyeon y festejado luego, inventado tontos raps con Sehun, hackeado un programa junto con Minseok, charlas a la madrugada con Kyungsoo, gastarle bromas a los demás con Jongin, reir junto con Yixing… entrelazar los dedos con Baekhyun.

Se giró de costado de modo que quedó enfrentando la pared, intentando deshacerse de la frustración que sentía. Volver a ver a esas personas lo llenaba de ansiedad y no sabía cómo manejar los sentimientos de su corazón. Alargó la mano hacia la pared, apoyándola y estirando los dedos, solo para ir doblándolos despacio otra vez creando un puño.

Intentó cerrar los ojos y dormir, pero los recuerdos seguían allí, convirtiendo luego las risas en gritos y portazos.

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Chanyeol se encontró frente a la puerta del remolque de Junmyeon a las siete de la tarde del día siguiente. Ese era el “lugar de siempre” del que había hablado Jongin; al menos así era hacía dos años atrás.

Su corazón palpitaba ruidosamente en su pecho, las manos le sudaban y los pies se le habían pegado al suelo. Observó el hogar del líder del grupo, pensando que estaba exactamente igual que la última vez que lo había visto. El remolque de Junmyeon era considerado uno de los más grandes con respecto a sus vecinos, pero no por eso podía ser llamado “mejor”. Tenía una sala con viejos pero mullidos sillones, un pequeño baño y una habitación donde solo entraba la cama; parecía que estos últimos habían cedido espacio para la sala. Pero era acogedor, y por eso mismo solía ser su cuartel de reuniones.

De a poco Chanyeol fue moviendo los pies, intentando convencer a su cerebro de que todo estaba bien, y a su corazón de que se calmara y dejara de intentar escapar de su pecho. Cuando llegó a la puerta logró escuchar serias voces, lo que hizo que quisiera dar un giro de ciento ochenta grados e irse corriendo. Pero esta vez su cerebro tomó el control, hizo que levantara el brazo y golpeara un par de veces. Las voces se callaron al unísono; pudo oír pasos, y después de unos segundos la puerta se abrió dejando que la amarillenta luz de adentro se proyectara hacia el oscuro césped.

Ahí en el umbral se encontraba Kim Junmyeon, alias “Suho” en EXO, tal y como lo recordaba Chanyeol. El líder le dedicó una pequeña sonrisa.

-Me alegra ver que decidiste venir.- Le dijo, sonando sincero. Las palabras se ahogaron en la garganta de Chanyeol. -Ven, entra. - Dicho esto, Junmyeon se hizo a un lado y dejó espacio suficiente para que el otro muchacho pasara.

Con pasos inseguros, Chanyeol subió los pequeños escalones del remolque y se adentró. Allí estaban los demás, la fuente de la ansiedad y temor que le habían quitado el sueño. Todos los ojos se encontraban fijos en él, mientras que las bocas se mantenían en silencio. Chanyeol echó una rápida mirada, incapaz de mantener la vista más de dos segundos en cada rostro, para luego desviar los ojos hacia el suelo y mover los pies a la silla más cercana que tenía, justo a la derecha de Sehun.

-Es bueno verte.- Le dijo el más joven del grupo, acompañado de una pequeña sonrisa tímida. Él había sido uno de los que había perdido la amistad de Chanyeol solo por simbiosis, sin haber estado directamente involucrado. El mayor le devolvió la sonrisa y le dedicó un pequeño gesto con la cabeza. Parecía que había quedado mudo.

-Bien, solo falta que lleguen Jongdae y Minseok. No deberían tardar.- La voz de Junmyeon le despejó la cabeza, pero hizo que su corazón diera un vuelco. Luego del altercado con Chanyeol, Minseok y Jongdae también se habían alejado del grupo, pero no habían cortado los lazos como el primero. Hacían buen equipo, complementándose entre ambos, y de vez en cuando se veían con los demás. Volver a encontrarse con Jongdae le generaba muchísima ansiedad; solían ser muy buenos amigos, inseparables en ciertos momentos, pero la discusión había arruinado la relación.

Se escucharon unos fuertes golpes en la puerta, lo que hizo que el dueño del remolque fuera a atender. Saludó con afecto a los dos muchachos que entraron, cerrando el círculo. Chanyeol se atrevió a levantar la vista y se encontró con los fríos ojos de Jongdae, quien parecía haber visto a la persona que más despreciaba en este mundo. El menor desvió la cabeza, pero su orgullo hizo que se negara a verse dolido.

Chanyeol aún dudaba de haber tomado la decisión correcta. Escuchaba cómo la charla se levantaba a su alrededor mientras los demás intentaban actuar con normalidad y no prestarle especial atención. Intentó enfocar sus pensamientos y evitar las miradas de reojo que sentía que le daban; especialmente la de Baekhyun, sentado al lado de Kyungsoo, a unos cuerpos de distancia hacia su izquierda.

-Bueno, ya que estamos todos, es hora de que les explique la situación en detalle.- Junmyeon tomó el liderazgo, poniéndose de pie frente al grupo. -Algo extraño está sucediendo en el mundo de EXO. Personas han comenzado a desaparecer, no solo en línea, sino en el mundo real también.- Se escucharon algunos murmullos. -Comenzó con un par de casos aislados que nadie había conectado a EXO, pero cada vez nos enteramos de más situaciones; casos de muertes y asesinatos, que claramente se relacionan. - Todos clavaban la vista en Junmyeon, aunque algunos susurraban con los demás; parecía que eran quienes lo habían presenciado. -Los casos más horrorosos han sido en los que se han encontrado los cuerpos de los participantes asesinados en sus casas, luego de haber acabado su sesión en EXO.

Para entonces los murmullos ya habían subido de volumen y casi opacaban la voz del líder. Los chicos comenzaron a hablar entre ellos, dando detalles y preguntándole a Junmyeon más datos.

-Espera un segundo. - Jongdae habló desde su asiento con el ceño fruncido, mirando al líder. -He escuchado de ciertos casos sospechosos e hipótesis, pero nadie ha asegurado que se relacionara con EXO.

-Tienes razón.- Las voces volvieron a callarse, siendo la de Junmyeon la prominente. -Eso es porque intentan ocultarlo; ya sea el gobierno, los encargados de EXO, la compañía, no lo sé. Pero claramente se relacionan una vez que repasas los hechos. Intentan evitar una ola de pánico en la sociedad, pero aun así la cantidad de jugadores ha disminuido terriblemente.

Alguien comentó apoyando la última afirmación y diciendo que se veían muchos menos jugadores últimamente. Las voces volvieron a levantarse; compañeros hablando entre sí uno arriba del otro.

-Disculpen… - La voz de Chanyeol hizo que todos se callaran y fijaran sus ojos en él. Éste intentó tragar el nudo de su garganta. -Aunque todo esto sea cierto, y personas estén desapareciendo o muriendo… ¿En qué se relaciona con ustedes? - Había dudado en utilizar “ustedes” y “nosotros”, pero viendo que hacía dos años que él mismo no entraba a EXO, pensó que era mejor así. Pasaron varios segundos en los que nadie respondió.

-Chanyeol… - Kyungsoo rompió el hielo, haciendo que el aludido tuviera que evitar la mirada de Baekhyun para centrarla en su antiguo compañero. -¿Acaso no has notado que falta uno de nosotros?

Por primera vez desde que había llegado, Chanyeol se animó a recorrer e inspeccionar con más detalle a los invitados. Aun intentando no pasar demasiado tiempo sobre cada rostro, los observó con cuidado y los repasó mentalmente de tramo a tramo.

Ahí es cuando notó que, ciertamente, había ocho personas, y no nueve como solían ser.

-Yixing… - Contestó Chanyeol.

-Sí, Yixing. - Junmyeon suspiró y bajó la mirada. - Hace dos días que no puedo contactarme con él, y es la razón por la que los he llamado.