El sol de la mañana se mostraba brillante en el cielo, calentando todo a su alcance y haciendo que los chicos se cubrieran de sudor en su carrera contra el tiempo. Junmyeon llevaba la delantera, seguido de los otros seis amigos detrás. El galpón no se encontraba cerca, pero a ese paso no tardarían demasiado en llegar.

Continuaron con su camino a pesar de la falta de aire, los pulmones a punto de colapsar y las piernas agotadas. Las personas con las que se cruzaron los miraron extrañados pero a ellos no les importó. Habían hecho todo lo posible por encontrar a Yixing y seguirían haciéndolo hasta dar con su paradero. El camino los llevaba hasta allí y ahí es a donde se dirigirían.

Cuando al fin doblaron la última esquina y divisaron el viejo galpón, Junmyeon se detuvo apoyando las manos en las rodillas y respirando agitadamente. Los demás fueron llegando detrás de él y también intentaron recuperar las fuerzas.

Hacía muchos años los amigos habían utilizado ese galpón abandonado como centro de operaciones, antes de que Junmyeon dejara a sus padres para irse a vivir al remolque que ahora les servía de guarida. Tenían muy buenos recuerdos de ese lugar, pero nunca habían regresado porque no les había sido necesario. Hasta ahora.

Kyungsoo fue el primero que recobró energías y se apresuró hacia la puerta corrediza, intentando moverla pero sin lograrlo. Sehun lo siguió, acercándose por el costado y subiéndose a unas cajas apiladas en el suelo para luego meter la mano por una pequeña ventana con el vidrio roto.

-Inténtalo ahora. – Le dijo a Kyungsoo, quien recordó que cuando trababan la puerta del lado de adentro, se podía alcanzar una pequeña manija por la ventana que conectaba con la traba.

Efectivamente, la puerta abrió. Los amigos se apresuraron a acercarse y se quedaron de pie en la entrada mientras sus ojos se acostumbraban al cambio de luz. Aún con las piernas cansadas y respirando agitadamente, se negaron a mantenerse quietos cuando observaron una figura dentro del galpón.

El cuerpo de Yixing yacía apoyado contra viejas cajas llenas de polvo, sentado con la cabeza caída hacia un costado, las piernas y los brazos desparramados hacia los lados. Cerca de él podía verse un visor de realidad virtual y una laptop sin batería.

-¡YIXING!

Junmyeon corrió hacia el cuerpo, seguido de los demás un segundo después. Se agachó sin saber realmente cómo actuar, estirando las manos pero sin animarse a tocarlo. Jongdae le tomó el pulso apoyándole los dedos en el cuello y luego comenzó a revisarlo. Un gran charco de sangre se esparcía por debajo de Yixing, proveniente de una profunda herida en un costado.

-Ayúdenme. – Dijo Jongdae tranquilamente, haciendo que los chicos comenzaran a actuar rápidamente. Chanyeol y Jongin se acercaron y lo ayudaron a mover el cuerpo del lugar para acostarlo en el suelo a unos metros. – Y ayúdenlo a él.

Minseok se apresuró a levantar a Junmyeon, quien parecía haberse quedado congelado en el lugar. No reaccionaba y mantenía los brazos duros. Se lo llevó hacia donde habían movido a Yixing, pero lo mantuvo lejos mientras le hablaba despacio. Sehun se acercó a Jongdae, Chanyeol y Jongin para ayudarlos, mientras que Kyungsoo sacó su teléfono del bolsillo y marcó el número de emergencias.

-¿Respira? – Le preguntó Sehun a los chicos casi en un murmullo, para que Junmyeon no pudiera oírlo.

-Sí, pero apenas. – Contestó Jongdae. – Ha estado desaparecido durante días, es un milagro que no se haya desangrado aún.

Chanyeol intentaba despejar su mente para ser racional, separando el hecho de que hacía menos de doce horas había encontrado a Baekhyun de la misma manera. Solo que Yixing parecía estar mucho peor.

-Hazle presión en el costado con esto. – Jongdae se quitó la camisa que utilizaba como saco y se la pasó a Sehun, quien obedeció enseguida. Luego comenzó a revisarle todo el cuerpo en busca de más heridas.

Chanyeol dio un vistazo alrededor; Junmyeon parecía estar mejor gracias a las palabras de Minseok, quien ahora lo abrazaba mientras el otro escondía el rostro en su pecho. Por su parte Kyungsoo continuaba hablando por teléfono con la emergencia dándole indicaciones de cómo llegar al lugar. Los ojos de Chanyeol se depositaron en el visor y la computadora abandonados en un rincón; se puso de pie y los tomó.

-Bien, la ambulancia está en camino. – Kyungsoo se acercó al grupo mientras volvía a guardar el teléfono en el bolsillo. Jongdae lo miró y asintió en respuesta. Junmyeon al fin se acercó, zafándose de los brazos de Minseok y arrodillándose al lado de Yixing.

-Yixing… por favor. – Le tomó una mano. – Aguanta.

Jongdae le indicó a Sehun que continuara haciendo presión en la herida y se puso de pie para dirigirse hacia Chanyeol, quien estaba revisando el equipo de su antiguo compañero.

-¿Encontraste algo? – Le preguntó.

-Nada, está muerto. – Chanyeol dejó escapar un suspiro. – Pero lo llevaré, será de gran ayuda una vez que pueda meterme en el sistema.

Jongdae asintió y echó un vistazo hacia los demás. Bajó la vista luego de unos segundos de silencio y se observó las manos manchadas de sangre. Había actuado sin darle tregua a sus sentimientos y estaban comenzando a alcanzarlo.

Por suerte el sonido de sirenas acercándose hizo que volviera a tomar las riendas del lugar, apresurándose en salir hacia la calle y haciéndole señas a la ambulancia. Sin dudas, luego de verlo manchado de sangre, los paramédicos detuvieron el vehículo y aceleraron el paso con maletines y una camilla para adentrarse en el galpón. Los amigos se alejaron para darles espacio, a excepción de Sehun quien no dejó de hacer presión hasta que uno de los paramédicos tomó su lugar.

Los profesionales trabajaron en silencio, solo dando órdenes cuando era necesario. Subieron a Yixing a una camilla, lo amarraron para el viaje y lo cargaron en la ambulancia. Cuando preguntaron si alguno lo acompañaría hasta el hospital, Junmyeon se apresuró a decir que él iría y se subió junto con los paramédicos en la parte de atrás. Las puertas se cerraron y el vehículo arrancó dejando un rastro de polvo detrás mientras se alejaba.

Los seis que quedaron los vieron desaparecer con una mezcla de alivio e impaciencia. Parecía que todo había sido un sueño; habían logrado su cometido luego de días de no pensar en nada más, de hacer caso omiso a sentimientos y viejas riñas. La situación los había obligado a remover el pasado de una manera en la que no lo habían hecho en años, habían vuelto a formar relaciones y a arreglar otras.

Chanyeol se quedó observando el camino por el que había desaparecido la ambulancia con el equipo de Yixing bajo el brazo. Jongdae se le acercó y le dio un pequeño empujón con el codo.

-Buen trabajo. – Le dijo, haciendo que Chanyeol parpadeara y lo mirara.

-Tú no te quedas atrás. – Señaló el galpón con la barbilla. – La manera en la que te moviste allí dentro merece un premio.

Jongdae sonrió y bajó la vista hacia el suelo.

-Lo encontramos. – Murmuró.

-Lo encontramos. – Repitió Chanyeol.

Kyungsoo, Sehun, Minseok y Jongin se les acercaron en silencio, reviviendo la escena que habían presenciado hacía unos minutos a la vez que repasaban los días anteriores y su carrera para salvar a Yixing. Luego de un rato en el que ninguno dijo nada, la melodía del celular de Chanyeol los despertó. Éste lo sacó del bolsillo y leyó la pantalla.

-Baekhyun. - Antes de contestar se dirigió hacia los demás. – Descansen un rato. Les avisaré en cuanto tenga novedades sobre el equipo.

Los chicos asintieron y relajaron los músculos. Se dispersaron listos para regresar a sus hogares, mientras Chanyeol apretaba el botón para contestar la llamada y se alejaba con paso firme.

-Baek… lo tenemos. – Fue lo primero que dijo con una sonrisa en los labios.