XX Julio 2017

Parada frente al ventanal de mi apartamento observando la cuidad que brilla y parece nunca dormir, pienso en cómo llegué a este momento. Siempre la miré así. Dese lejos, a través de un cristal. Siempre inalcanzable. O al menos así se sentía. A veces tengo que mirar nuestras fotografías una y otra vez para convencerme de que esto es real.

Quién iba a pensar que ese viaje a París para promocionar cierta marca, cambiaría mi vida por completo. Quién diría que nuestros caminos se juntarían a tal punto de enredarse y convertirse en uno.

Es extraño, porque la primera vez que la vi me pareció una chica linda. Pero realmente no llamó mucho mi atención, supongo que era demasiado joven como para darme cuenta de que mi corazón dio un pequeño brinco cuando la vi. Sentí como cuando bajas la escalera y te saltas un escalón. Aunque en ese momento estaba demasiado ocupada con lograr mi debut, como para percatarme de lo que sentí. Por supuesto, esto no pasó desapercibido los próximos años, pero el hecho de que ella debutara mucho antes que yo y las pocas posibilidades de encontrarnos, llevaron a esos sentimientos a esconderse en un profundo lugar de mi corazón.

Y ahora cuando lo pienso y miro hacia atrás, me doy cuenta de que han pasado tantas cosas en tan poco tiempo, que a veces necesito detenerme y ver que todo es real y que no estoy en una clase de fantasía después de lo que pasó.

Jamás creí que alguien me salvaría, mucho menos ella. Jamás creí que alguien aceptaría mi pasado y lo abrazaría con tanto amor, que podría curar todas mis heridas. Jamás creí que la sola existencia de una persona podría hacerme sentir tan feliz. Mi pasado aun sigue atormentándome, mis miedos no dejan que pueda concentrarme completamente en ella. Pero cada vez es más fácil dormir sin que las pesadillas que me persiguen desde niña me quiten el sueño.

Estoy tan concentrada en mis pensamientos que ni siquiera noto que alguien camina hacia a mí y me abraza por la espalda. Debe haber despertado y notado que no estaba a su lado. Supongo que a pesar de haber pasado tantos meses aun se sigue preocupando de que pueda haber otra estupidez. Siento que apoya sus labios en mi hombro derecho.

"¿No puedes dormir?"

"No realmente. Te veías muy cansada, y no quería molestarte. Así que solo me levanté por un vaso de leche."

“¿Y el vaso de leche?

“lo olvide”

“¿Aun siguen las pesadillas?”

“Realmente no recuerdo que fue. Solo sé que no fue agradable”

“¿Has tomados las pastillas?”

“No quiero ser un zombie ahora que estas aquí. Las tomare cuando te vayas.”

"¿En Que pensabas?"

Me pregunta con voz de sueño mientras toma mi mano y me guía hacia el sillón que está frente al ventanal. Me siento, mientras la rodeó con mis brazos y la manta con la que me cubría. Apoyo mi barbilla en su hombro y puedo sentir cómo se comienza a dormir otra vez.

"Deberías ir a la cama. Has tenido grabaciones casi todas las noches. Debes descansar"

"No quiero"

Me responde con la más tierna y casi susurrante voz, asumo que tiene los ojos cerrados.

"¿En qué pensabas?"

Suspiro mientras la imagen de la cuidad de noche y la calidez de su cuerpo junto al mío me llevan a un nivel surrealista. Esta clase de momentos son en los que me pregunto si todo esto es real. Ella me da un pequeño gruñido para que le conteste. Siempre tan impaciente.

"Pensaba en esto. Tú y yo. Aquí. Juntas. Pensaba en sí esto realmente está pasando. Y cuánto durará"

"Se supone que deberías estar pensado a donde llevarme a comer mañana"

No puedo evitar reír ante su respuesta. Estas cosas son las que hacen que me enamore más y más de ella.

"¿Aún estás segura de esto?"

Ella levanta su mirada, me mira con una ceja levantada, como si hubiera dicho que vi una vaca volar.

"cinco meses. Cinco meses juntas ¿y aún sigues preguntando eso?"

"Es solo que no quiero que un día te levantes y te des cuenta de que estas cometiendo un terrible error..."

No puedo evitar bajar la voz y de paso también mi mirada.

"No quisiera que algún día me veas solo como una equivocación"

"Amber mírame. Amber"

Levanto la mirada y me encuentro con la de ella. Me encuentro con esos ojos llenos de misterios, con esa mirada profunda capaz de absorber mi alma, tal y como lo haría un hoyo negro. Una mirada intensa, pero que se suaviza una vez que nota mi inseguridad. Pone sus manos en mi rostro, el contraste de sus cálidas manos en mi frio rostro me da calofríos, quiero creer que es eso y no que mi cuerpo reaccionando cada vez que me toca.

"No sé lo que pasará en el futuro. No sé si lleguemos a cumplir un año o dos o tres. Ni siquiera sé qué haremos mañana. Pero lo que sí sé, es que esto que siento aquí, es real. Sé que cada vez que te veo o escucho tu voz, no puedo evitar sonreír. Sé que no me importó dejar al chico con el que estuve casi dos años, porque no podía dejar de pensar en ti. Y si, tal vez esto termine y nos rompa el corazón. Pero créeme que jamás, jamás voy a pensar en ti como un error. Jamás me voy a arrepentir de todo este tiempo juntas. ¿Entendido.?"

Dios. Como puede verse tan Segura y convencida a pesar de estar usando ese pijama de conejitos blancos y rosados. Y justo aquí es cuando me doy cuenta de cuan perdidamente enamorada estoy de ella. Al ver que no le respondo aprieta mi cara y me obliga a contestarle.

"¿Entendido?"

"Entendido."

"Ahora vamos a la cama porque me estoy congelando aquí."

Cuando se pone de pie no puedo evitar sonreír una vez más por su adorable pijama. Ella se voltea y al ver que aún no me he puesto de pie extiende su mano. Al pararme ignoro su gesto, la tomó por la cintura, la elevo y la hago girar en el aire. Cuando la bajo y me dispongo a caminar hacia la habitación ella me abraza fuertemente. Nos quedamos así unos instantes, sintiendo la presencia y la necesidad de la otra. A veces es difícil alejarme de ella. Es como si una fuerza magnética nos uniera. Hay veces en que simplemente no podemos dejar de tocarnos y sentirnos.

"Creí que querías dormir"

"Cállate"

Sonrío al escucharla murmurar, la levanto una vez más y la cargo llevándola a la habitación. Mientras nos acomodamos me doy cuenta de cuán cansada estaba. Su presencia siempre logra relajarme, por alguna razón Jung Soojung es capaz de conquistarme no solo a mí, sino también a los demonios que no me dejan dormir. Me pregunto si mis demonios también están enamorados de ella, o solo esperan el momento exacto para atacarnos y destruirnos.

"¿Estás segura de que tu mamá no se molestará porque pasas la noche aquí?"

"Te dije que mis padres me abandonaron y acompañaron a mi hermana en su primer concierto en Taiwán. Volverán mañana en la noche. Así que tendrás que atenderme hasta que vuelvan"

“¿La palabra correcta no debería ser `acompañarte´ y no `atenderte´?”

“Es lo mismo”

"De verdad a veces puedes ser muy malcriada. Supongo que entonces tendré que `cuidar´ bien de la abandonada princesa"

"Más te vale. Y ahora déjame dormir, porque mañana no quiero tener la cara hinchada por tu culpa"

No pude evitar pensar lo tierna y adorable que puede ser Soojung cuando se siente en confianza. Cuando no la conoces bien, parece una chica distante y apática. Incluso podrías pensar que nunca está de acuerdo con nada y que odia estar con las personas. Pero si insistes un poco y te ganas su confianza se convierte en la chica más conversadora y adorable del mundo. Es imposible no caer en sus encantos y perdonarle absolutamente todo.

Cuando ya sentí que su respiración se calmó, me acomode mejor junto a ella Cerré los ojos mientras acariciaba su cabello, mientras pienso a donde debería llevarla mañana. Tal vez a una galería, creo que hay una exposición de un nuevo artista cerca de un restaurant de comida italiana.

"Te amo"

No estoy segura de si fue un sueño pero ese susurro fue lo último que escuche antes de cerrar los ojos y sentir que me perdía en la canción de cuna que es su voz. Esta vez Soojung no solo calmo los demonios, sino que también los hizo dormir.