B+ (positivo)
DON'T LEAVE...ME"DON'T LEAVE...ME."
Capítulo 8.
—Señor Jeon, es una chica quien lo llama, es sobre su hija...
El hombre le arrebató el teléfono fastidiado y un tanto inquieto. —Ya voy, ya vooy...¿Si diga?
— ¡Tiene que venir de inmediato, por favor, Boram está muy mal!
—¿QUÉÉ? Eunjung cálmate, qué sucedió? — decía un padre confuso.
En ese momento fue interrumpido por su manager quien le señalaba una pantalla en dónde las noticias de las 10 comenzaban con sus titulares, el hombre quedó paralizado, mientras la amiga de su hija le contaba con un nudo en la garganta lo que había sucedido.
—No puede ser...— decía casi sin voz y con un rostro pálido.
—Jeon, ¿estás bien?— preguntó su representante.
—Mi hija...— musitó con la mirada perdida mientras despegaba el teléfono de su oído.
—¡Mierda!— gritó el representante mientras tomaba el celular entre sus manos temblorosas— B...Bueno, habla Sanghoon, ¿qué sucedió?
Eunjung sólo pudo decir entre sollozos que Boram estaba siendo internada en el hospital, en ese momento la mano derecha del padre de Boram tomó las riendas del asunto y condujo al artista al lugar en dónde atendían a su hija.
~~~~~~~~~~
—¡Necesito que alguien de su familia o allegados donen sangre, ha perdido mucha y está por entrar en parada! Por favor, ¡preparen el quirófano para intervenir de inmediato!
Al entrar a urgencias, los médicos de guardia controlaron el estado en el que iba la chica, aquella estaba perdiendo la vida.
—¡Familiares de Jeon Boram!— salió una enfermera.
Eunjung se paró de inmediato de la banca de la sala de espera, con la boca seca mientras intentaba mantenerse en pie.
—¡Soy su amiga! Su padre viene en camino. ¡Dígame qué pasa!— decía con los ojos perdidos y las manos sudorosas.
— Se requiere que algún familiar o conocido de la paciente Jeon Boram acuda al banco de sangre, ha perdido mucha y requiere de esta para poder estabilizarse.
—¿Eeeh? Sisi, ¿de qué tipo?— decía una pelinegra nerviosa y taquicárdica.
— B+ (positivo) por favor. Urge señorita, con permiso.
La enfermera se alejó y dejó a una chica más alterada de lo que estaba. Sus manos temblorosas teclearon una llamada.
— H...Hyomin, necesito que llegues ya, estoy volviéndome loca...— se escuchó una pausa. —Carajo, estoy a punto de vomitar...Necesitamos un donador y yo no puedo por los malditos tatuajes y tampoco se que tipo soy...
—Estoy por llegar, el Uber en el que vengo tomó una ruta y resultó que no fue muy ingenioso en realidad, ¡estoy tan nerviosa como tú y quiero salir corriendo del estúpido coche para llegar corriendo! Así que por favor sólo sé un poco paciente. No recuerdo mi tipo de sangre, pero espero pueda servir...
— Está bien, solo, esperaré. Voy a colgar. — Terminó la llamada y volteó a ver el reloj, cada segundo que pasaba era clave.
Se paraba y se sentaba, caminaba hacia la ventana y luego miraba a las demás personas que estaban en la sala de espera. Tic- toc, el reloj marcaba el tiempo.
~~~~~~~~~~
—¡Hija!— Decían unos padres cautelosos extendiendo los brazos y con esperanza a ser correspondidos.
Desde la puerta y con gafas oscuras una chica seria los veía sin expresión y con dos o tres maletas en las manos.
—¿Qué hacen aquí?— preguntó mientras pasaba de largo y bajaba las escaleras hacia la calle.
—Jiyeon, por favor, venimos por ti...—suplicó su madre al ver la indiferencia con que respondía.
—Madre — la interrumpió.—Ustedes sólo vinieron para asegurarse que no me desviara, yo me sé el camino a ese lugar al que llaman casa. Y si no les importa prefiero irme sola para evitarles la pena de que los vean conmigo...de lo contrario la carrera política de mi padre estaría perdida. ¿No es así?
El padre de esta estaba a punto de hablar cuando la misma lo interrumpió.
—Padre, ten la seguridad que estaré ahí, incluso pueden seguirme si desean. Hasta luego.
Jiyeon colocó su equipaje en el maletero del taxi y después subió, sin siquiera voltear a verlos.
Sus padres sólo se quedaron inmóviles mirando la escena.
Desde que tenía seis años, antes de entrar a la escuela elemental, esta chica comenzó a tener episodios extraños de comportamiento, lo que conduciría a sus padres a tomar medidas médicas en el país e incluso en el extranjero, sin embargo, conforme pasaba el tiempo, ellos no tenían idea del trasfondo que todo aquello tenía, en un esfuerzo por ayudarla, estaban arruinando su vida.
Por la ventanilla del auto, el cielo se tornaba de un tono azul oscuro, estaba a punto de anochecer, la chica miró y pudo divisar su casa, pronto llegó hasta ella, al bajar, el chofer le ayudó con su equipaje y ella le agradeció el servicio.
—¡Señorita Park! — decía una mujer emocionada mientras corría a la puerta a abrir. —Me alegra que esté aquí. — le extendió un abrazo y ella con mucha familiaridad lo tomó.
— Gracias Mar-ria. Creo que tú eres lo único bueno de estar aquí. — Le dedicó una sonrisa de lado.
— Te ves un poco pálida, cansada y hasta más delgada, yo llevo tus maletas, encárgate sólo de tu bolso.— Arrastraba las manijas mientras se encaminaban a la entrada de la casa.
María, o Mar- ria como se escuchaba en Coreano, era una mujer de origen coreano-mexicano, quien desde muy joven comenzó a trabajar con la familia Park, ella estaba a cargo de Jiyeon la mayoría del tiempo desde que sus padres se involucraron en asuntos políticos, prácticamente ella asumió el papel de una madre para la pequeña, no podía soportar verla inmersa en la soledad y la falta de comprensión, y el cariño era mutuo, Jiyeon encontró apoyo incondicional de una persona que no era de su familia. Gracias a ella su mundo era un poco mejor.
—Mar-ria, subiré a mi habitación, por favor avísame cuando esté la cena. Mis padres tampoco tardan en llegar.
La chica de pelo castaño subió unas cuantas escaleras que daban a la planta en dónde se encontraba su habitación, justo como la había dejado e impecable, como su nana acostumbraba a hacerlo cada vez que regresaba del internado. Giró la manija y entró, estaba oscuro, dejó su bolso en un pequeño sofá al lado del ventanal y al frente, donde se hallaba un sofá de dos espacios sintió esa presencia.
No tenía un atisbo de temor o inquietud, ella se limitó a servir un vaso de agua que María había puesto en la mesa de centro de la pequeña sala y bebió.
— Parece ser, que esta vez regresaste más pronto de lo que esperaba. Dijo la voz en la habitación que a penas se iluminaba con rayos de luna.
Jiyeon dejó el vaso en la mesa.
—Así como tú, yo tengo la intención de acabar con esto de una vez.
Una risa soltó aquella voz que le hablaba.
—Entonces, podré comenzar con el plan.
~~~~~~~~~~~~~~~~
Heeeey, y pues con este capítulo acabamos la presentación de casi todos los personajes, en lo personal, este personaje de Jiyeon tiene una estructura complicada, pero conforme avance la comprenderán al igual que yo, espero hayan disfrutado y pues...gracias por leer. Los tkm. 😉😘
LizieSaRe
Comments