CAPÍTULO 3. (CORREGIDO)

Durante dos semanas las dos extraterrestres estuvieron investigando con ayuda de la información proporcionada por sus innovadoras máquinas. 

Aprendieron algunas frases de Coreano, también algo de Inglés, los días de la semana y los meses, a leer la hora, modales, costumbres y todo lo que les permitiera interactuar con las personas sin parecer extrañas.

Era viernes en la noche y Qri estaba estudiando a los animales, pues esa era su naturalidad: el conocimiento y la inteligencia.

Pensó para sí misma:

“Aquí no es tan diferente…y tampoco los individuos, sin embargo la tecnología aún es muy primitiva.”

En ese momento Soyeon entró al laboratorio interrumpiendo sus pensamientos. Entre sus brazos llevaba a la liebre que semanas antes habían encontrado.

–¡Mira! Encontré a esta criatura otra vez mientras iba por agua. Tuve que romper algo que se formó en la superficie para llenar los contenedores.

Qri giró su asiento con esa sonrisa amplia y deslumbrante dijo:

–Es un Lepus europaeus.

–¡¿Un qué?! – Preguntó la niña al no saber que significaba eso.

–Es un conejo, ese es su nombre común, es mamífero, nace de una madre, como nosotras…es muy suave. Aclaró, mientras acariciaba el lomo del animal.

–Y en cuanto a romper eso, sólo es agua en estado sólido. No te preocupes. Pasa a este estado porque la temperatura disminuyó. 

–Vaya, que cosas geniales pasan aquí…Pero ¿Cuándo iremos a explorar la Tierra? Muero por hacerlo. 

–Eres muy ansiosa. Colocó su mano izquierda sobre su cabeza. – Iremos mañana mismo. Sonrió.

–¡Uuuuh! ¿De verdad? Dio un grito y abrazó con efusión a su hermana mayor.

–Ahora tenemos que descansar, mañana será un día agotador.

–Si.

Las dos se fueron a dormir, al final conocerían todo en persona mezclándose entre humanos.

***
A la mañana siguiente la pelirroja se levantó, lo tenía todo planeado para pasar desapercibidas. 

Preparó el atuendo de las dos, pues era necesario adaptarlo a los tiempos.

Después de esto, cocinó el desayuno y justo después Soyeon entró atraída por el aroma de la comida.

–Buenos días –. Se tallaba los ojos mientras entraba descalza y despeinada al comedor.

–Está listo, siéntate. Espero estar mejorando, sé que no soy la mejor cocinera y sé que el sabor de madre jamás lo tendré, aún así, creo que no está mal.

–Muchas gracias, no es igual, pero tiene algo diferente, no me desagrada por eso me lo como, es necesario–. Hizo una reverencia.

–¡Jajajajajaja! Veo que ya estás poniendo en práctica lo aprendido.

–De eso se trata, hay que camuflarnos.

Qri se sentó enseguida y comieron rápido, sus ansias por salir al fin eran incontenibles. 

–Me iré a dar un baño para después irnos.

–Si, la ropa la he dejado en el vestidor junto con una mochila, pon la ropa ahí y el traje te lo pones.

–¿El traje? ¿No íbamos a pasar desapercibidas? 

–Caminando es algo largo, sé que tu aguantas, pero yo no, iremos volando. Al menos para salir al camino más cercano. 

–¿También con esos trajes podemos volar?

–Hay muchas cosas que se pueden hacer con él...Qri guiñó un ojo. –Vamos.

***
En poco tiempo estuvieron listas y salieron al bosque en dirección a la primera carretera que las conduciría hacia su destino.

–Paremos aquí, estamos cerca del camino. Dijo Qri mientras descendía de su vuelo discreto.

–Si. Soyeon bajó por igual.

–Hay que cambiarnos, aún no hay mucha luz y hay muchos árboles, no creo que alguien pueda vernos. Después tenemos que encontrar el bus.

–"Bus"...

–Si, según la información que obtuve, aquí se usa el transporte colectivo, y navega por caminos de asfalto para llegar a un destino.

–Ya veo, pero…¿para subir no debemos dar algo a cambio?

–Así es. Recreé los materiales con los que se hace el "dinero", con ayuda de los mismos árboles del bosque y unos cuantos metales para las monedas e hice unos cuantos wones. El diseño lo tomé prestado, sólo un rato. Jajaa. 

Soyeon hizo cara de póquer.

– ¿Dinero? ¿Así le llaman aquí?...Pero eso es ilegal ¿No?

–Mmm…si, pero no se darán cuenta, no podemos comer lo mismo por siempre. Sólo será una vez en lo que pienso cómo obtenerlo honestamente.

Cuando terminaron de cambiarse caminaron hacia donde había una parada de autobús. 

Qri miró su reloj, que en realidad era un megaordenador compactado. 

–Según esto, tenemos que tomar alguno que nos lleve al Centro de Seúl...El número...

–Mira. Señaló la niña. –¿Es ese?

–Ese es. Vamos. 

Cuando el vehículo paró dudaron un poco pero al final subieron. La mayor miró al conductor. 

La pelirroja depositó el dinero mientras miraba a dos o tes personas esparcidas, nerviosa, esperando a que no se notara que aquello era falso y así fue. Se sintió orgullosa, pues no fueron descubiertas.

Pasada la prueba de fuego ambas buscaban dos lugares cerca de las ventanas mientras analizaban discretamente a las personas, nada fuera de lo normal, ellos no notaron algo inusual, segundo objetivo cumplido.

–Esto es cómodo– dijo Soyeon mientras sentía el asiento.

–Si, jamás había viajado en algo así, es interesante. Esbozó una sonrisa enorme mientras miraba por la ventana el paisaje blanco, cubierto de nieve, aún era invierno.

Pronto llegaron al centro y bajaron del autobús. Al poner los pies y mirar a su alrededor quedaron encantadas por el paisaje urbano, que, a pesar de no ser muy desarrollado, tenía algo que lo hacía interesante y nuevo.

–Vamos Qri camina. Soyeon tiró delicadamente la mano de su mayor.

Imitando su entusiasmo ella la siguió y la guío por los lugares más destacados, hablándole de historia y curiosidades que había leído en la computadora de su laboratorio.

Cansadas y hambrientas por la caminata decidieron parar en una tienda para comprar comida y una que otra novedad.

–Entremos aquí, ¡se ve grande y hay muchas cosas!–. La mayor arrastró a Soyeon hacia dentro.

–¡Lo quiero todo!

–No podemos comprar todo, sólo cosas necesarias, recuerda que el efectivo no es legal–.Susurró.

–Es cierto. Soyeon se tapó la boca y soltó una risilla. Avanzó por toda la tienda hasta toparse con todo un estante de diferentes tipos, tamaños y formas de ramyon.

“¿Qué es esta cosa extraña?” Pensó tomando un paquete.
Al hacerlo, por accidente cayeron unos cuántos paquetes más.

Una persona que acomodaba los anaqueles le reclamó de mala gana.

–¡Oye tú! ¡Niña! Ten más cuidado, acabo de acomodar ¡Aish!–. Protestó el empleado mientras los recogía.

Ya que no estaba acostumbrada a interactuar así a la pro le pareció mal educada su forma de tratarla y no se disculpó.

–Esta niña…¿No te disculparás?

–¿Qué?

–¡Tú has tirado esto y lo menos que puedes hacer es disculparte ya que lo estoy recogiendo yo!- Reclamó el hombre. 

De pronto algo dentro de ella le empezó a hervir la sangre y perdió la razón.

–¿¡No sabe con quién está hablando usted!?

La pequeña niña empujó al empleado, haciendo que perdiera el equilibrio cayendo al suelo mientras este sentía su fuerza.

–¡¿Qué eres tú niña?! ¡Ouch!

–¡SOYEON!– se asomó la mayor al pasillo, con los brazos repletos de paquetes y sorprendida.

–¿Qué pasa?. Reaccionó mientras volteaba a verla. 

–Eso me pregunto yo…¿Señor está bien?. Estiró su brazo para ayudarlo. 

Ignorando su ayuda. Él se levantó muy enojado mirando a ambas.

–Sólo pedí una disculpa y me empujó.

Qri lanzó una mirada severa hacia su hermana.

–Discúlpeme señor, no era mi intención–. Hizo un reverencia volviendo en sí. –En verdad lo siento.

–¡Vállanse y no vuelvan!

Dejaron las cosas que habían tomado y salieron a prisa de la tienda.

–¿Qué fue lo que sucedió, te dejo un minuto y atacas a la gente?– La miró con ojos de pistola.

–No lo sé…–La pequeña posó sus manos sobre su cabeza intentando recordar. – Sólo me acuerdo que tomé una cosa, se cayeron otras y el señor me reclamó. 

–Mmm…¿y luego que más?– Cruzó los brazos.

–Dijo que me disculpara, pero después algo dentro de mi mente me hizo gritarle y empujarlo.

Qri sabía muy bien lo que estaba pasando o al menos tenía una teoría. El poder que había sido resguardado en el cuerpo de su hermana no sólo incluía su fuerza y magnitud, sino también poseía parte de su personalidad, lo que hizo que Soyeon reaccionara agresivamente sin recordar algo.

–Entiendo...–Dijo dispersa.–Vamos, encontremos otra tienda…

–Está bien…lo siento mucho.

–N… no te preocupes- dijo la pelirroja desconcertada.– Sólo no te separes de mi.

No tardaron mucho en hacer las compras. Al llegar a la caja para pagar miró un anuncio en el que se solicitaba a una persona para atender la tienda. A la pelirroja se le ocurrió que sería buena idea comenzar a trabajar en ese 
pequeño lugar pues no quería ser descubierta por falsificar dinero.

–Disculpe…

–¿Si señorita?– Contestó el joven cajero mientras pasaba las cosas.

–¿Aún buscan empleado para trabajar aquí?

El cajero se detuvo y alzó la mirada. Se quedó petrificado pues no había visto bien a la extraterrestre, su belleza era inmensa.

–S…Si…¡Claro!

Ella le sonrió.

–¿Crees que podría trabajar aquí? Lo necesito.– Le entregó el dinero tratando de distraerlo con la plática para que fuera menos evidente su pequeña estafa.

El joven miró su facha, sin duda no parecía alguien que necesitara ese trabajo, pero él necesitaba ayuda y decidió contratarla.

–¡Por supuesto!– Sonrió.

–¡Te lo agradezco mucho!– Se inclinó –¿Cuándo puedo empezar?

–Mmm…Es fin de semana…¿Te parece el lunes? Así podrás empezar desde inicio de semana–. Le dio las bolsas.

–¡Es perfecto! ¿A qué hora tengo que venir?

–A las 9:00 ¿está bien?

–Hecho, muchas gracias–recibió el cambio.

Cuando salieron de ahí Soyeon soltó una carcajada ante lo que acababa de pasar. 

–¿Qué es tan gracioso?

–El chico...de la tienda...estaba cayendo por ti. Eso parecía una cita.– Volvió a reír más fuerte.

-¡Oye!– Le soltó una palmada en la espalda y luego comenzó a reírse con ella, lo cierto era que de no ser por los nervios y su entrevista express de trabajo, ella también hubiera muerto de risa por la expresión del cajero. – ¡Aah! Jajajaja, los humanos son fáciles de impresionar. 

–Lo noté, hermana. Río más bajo. Estaba emocionada por las compras, al igual que Qri por haber conseguido el trabajo que le permitiera obtener ganancias honestas.

–Regresemos a la nave Soyeon. No tarda en anochecer.

–Por favor, muero por comer esto y descasar.

Buscaron el transporte de regreso, el día que habían pasado tuvo más buenas cosas que malas. La preocupación por el descubrimiento de Qri no se disipó pero sabía que se podía controlar, su hermana aún era menor y faltaba mucho camino que recorrer.