CAPÍTULO 4. (CORREGIDO)

–Soyeon, es tarde, debemos descansar.

La menor aún curoseaba con los canales de la señal de televisión que llegaba al salón de la nave, esta se proyectaba en gran tamaño y también en gran definición, con ayuda de un artefacto pequeño que en su planeta utilizaban sin necesidad de alguna pantalla extra. Los programas eran variados y algunos les permitía entender mejor todo lo que pasaba a su alrededor.

–¡Ay! ¿Tan pronto?

–Es que estoy cansada.– Decía mientras recargaba su cabeza sobre su mano izquierda.

Soyeon hizo una expresión de decepción, pero también estaba agotada y quería descansar.

–Si, vamos, aún así, me aturde un poco esto, es...raro.

Apagó el aparato y se levantó del sofá. Miró a Qri con intención de decir algo pero no se atrevió.

Qri la conocía muy bien y sabía que algo sucedía. 

–¿Quieres decirme algo?

Soyeon dudó un poco pero al fin contestó. 

–Sólo quería disculparme por como me porté con el señor de la tienda...

—¡Oh! Eso...no te preocupes, estás acostumbrada al respeto y él sólo tuvo un mal día– Sonrió y se levantó.

Se dirigieron hacia sus habitaciones, sin embargo el sentimiento de unión era mucho y ambas necesitaban permanecer juntas, más que nunca. 

–¿Puedo dormir contigo?– dijo la menor avergonzada.

Qri volteó asombrada ante su petición y sabía que no estaba pasando por un buen momento y ella también se sentía sola.

Sonrió.

–Sabes que si...– rodeó su cuello con su brazo derecho y se encaminaron a la habitación de Qri.

La pelirroja tenía una duda, estaba inquieta y quería saber a qué limite la maldad de Taeyang le afectaba.

–Soyeon...

–¿Si?

–Aun tengo tiempo antes de comenzar a trabajar...¿Qué te parece si probamos tus nuevas habilidades adquiridas mañana?– Guiñó.

–Aaaah. Si, mañana empezaré, pero a cambio tienes que dejarme usar ese traje increíble– señaló a la mayor. 

–Sabía que dirías eso, era una sorpresa, pero si, úsalo.

Después de eso cayeron rendidas sobre una especie de cama, hecha con bordes iluminados, una superficie de ensueño que se adaptaba a la forma de sus cuerpos sin necesidad de apoyar la cabeza, a diferencia de los humanos tampoco usaban mantas para cubrirse pues por si sola regulaba la temperatura.

***

La luz del Sol invernal caía sobre la cara de Soyeon. Despertó lentamente, y frente a ella permanecía la liebre que había llevado a la nave. Durmiendo al igual que ellas, con una respiración tranquila. Posó su mano sobre ella para sentir su suavidad y su calor.

–Buenos días – le dedicó una sonrisa soñolienta.

Se levantó despacio para no despertar a su acompañante y se alistó para comenzar su entrenamiento. Preparó el desayuno para ella y Qri y también alimentó a su pequeño conejo. 

–Veo que estás lista para entrenar.

Qri camino hacia la mesa y se colocó frente a su hermana menor quien tomaba un último bocado.

–Mi padre decía que el tiempo es valioso y le hago caso.

La hermosa extraterrestre esbozó una sonrisa enorme mostrando su comprensión.

–Sólo termino y empezamos ¿Está bien?– tomó un sorbo de agua.– ¡"Makioskis"!* ¿Sabes como hacerlos? Huele delicioso, pero no tenías que hacerlo, estaba a punto de despertar.– jaló la silla hacia afuera y se sentó –Ahora veo que nuestra madre no perdió el tiempo cuando cocinábamos juntas. Comenzó a comer.

*Según yo inventé la palabra de este platillo, en el universo de estas extraterrestres se puede asemejar a una especie de pan hecho con semillas del Planeta Hwasung con relleno de cualquier fruto, cubiertos con jarabe de hojas dulces de un árbol propio de ese planeta por igual. Ya sé me la vuelo pero me gusta hacer esto.* (xD)

–No pienso darte más carga Qri, ya bastante haces con cuidar que no mate a alguien. Y si, madre siempre aprovechó los momentos juntas.– Dijo apagada.

La expresión de Soyeon se tornó triste y nostálgica, el cambio y la ausencia hacían que se sintiera sola, aun así sabía que Qri siempre estaría a su lado y tenía un propósito: Cuidar del único planeta con vida en esa galaxia.

–No digas eso Soyeon, no es para nada así, eres mi hermana,  no una carga, eres mi familia...Te adoro. Tengo el deseo de protegerte y sé que también lo haces conmigo, es mutuo.

Soyeon la miró con ojos llorosos y un impulso de abrazar a la pelirroja la inundó.

–Te quiero, hermana. Dijo entre sollozos, se separó de ella y se secó las lágrimas con determinación. –Gracias Kyul. 

Cuando la vida es corta los momentos tienen que aprovecharse al máximo, lo único que tendremos al final será la felicidad y satisfacción que el recuerdo nos deja.

–He terminado.– Qri colocó la servilleta sobre la mesa y se levantó. 

Enseguida un artefacto voló a velocidad de caminata hasta la mesa, Qri y Soyeon colocaron los utensilios y este aparato los introdujo para después retirarse.

–¿Entrenaré en la nave?

–Si, no es seguro afuera, debo diseñar varios proyectos para no llamar la atención... De hecho debo camuflajear la nave, así estamos muy expuestas.

–¡Oh! Entiendo... 

Llegaron hasta una especie de estadio techado en dónde se hallaban varios objetos, contaba con distintas armas potentes y obstáculos dignos de un ser con fuerzas extraordinarias. A un lado de la entrada. Justo a la mitad del recinto se encontraba un gran mirador, desde donde se podía ver todo a través de un material parecido al cristal, pues este era mucho más resistente, que ni la misma Soyeon lo había podido impactar. También había varios controles y micrófonos con apuntadores que se ajustaban en las orejas por donde los observadores podían hablar.

–Es hora, estaré observando desde aquí. Qri sonrío. –Entra.

La pequeña Soyeon se ajustó bien el traje y abrió la puerta.

—Hace algo de tiempo que no entreno, aún así espero haber conservado mi condición. Debo seguir preparándome o si no terminaré hechando todo a perder otra vez. – Dijo con un atisbo de culpa.

Esas fueron sus palabras al entrar a una especie de elevador que la llevaría hasta la parte baja. Tenía razón, Taeyang no tendría piedad cuando la hallara y tenía que estar bien preparada, más que en el primer encuentro, ya que lo único que hizo fue retrasar un poco a su enemigo hurtar una parte de lo que poseía y huir.

Qri comenzó a hablar, esperando por lo que fuera a pasar.

–¿Me escuchas?

–Si.

–Muy bien...Empezaremos desarrollando el mantenerte arriba, hablo de volar...si lo quieres entender así. Dentro de tu código genético tienes esa habilidad que aún no haz intentado y tienes que aprender a hacerlo, Taeyang puede y seguro que con su ayuda también te emparejará.

–¿Cómo lo hago?

–Solo tienes que entrenar y se dará solo, esa es mi teoría.

En ese momento Qri activo las armas inferiores y estás dispararon rápidamente bajo Soyeon tomándola por sorpresa.

A pesar de eso su velocidad fué superior, esquivó todos los disparos letales, pero no todo se acabó ahí, pues seguido de eso, las armas laterales atacaron junto con las de abajo. Tampoco fue un reto para ella pues se apoyó en las pequeñas islas que flotaban aleatoriamente por todo el estadio subiendo hasta que nada la alcanzó dando marometas y saltos grandes.

Se detuvo por un momento en una de las islas y logró decir:

–¡No me avisaste!

–Pensé que estabas lista.– Respondió Qri con un tono de disculpa. 

–No importa...–dijo pensativa.

En ese instante cerca de ocho rivales aparecían uno por uno a su alrededor. Estos eran creados a partir de energía que tomaba forma de una persona, con una fuerza que no daba batalla a Soyeon pero que le era de utilidad para desarrollar sus habilidades en combate. 

–Esta vez los contrincantes pueden volar, te recomiendo que los imites. Pero no con el traje...También les agregué lo más que pude de energía para sus ataques.–Le advirtió.

–¿Por qué no hiciste uno grande de estos para que se enfrentara con ese Taeyang?

Soyeon miró a su alrededor.

–Ellos son fácilmente destruidos, sólo son energía que se gasta con cada uno de tus ataques y desaparecen, no piensan. Tú...eres un ser vivo, que tiene algo más que sólo energía y puedes desarrollar más fuerza aún. Hice muchos intentos y tú fuiste el exitoso, vives, piensas y sientes.

La pequeña Soyeon dió un suspiro resignado.
–Bien.

Enseguida uno de los rivales comenzó a atacar y se desplazó hasta la niña, ella fácilmente lo esquivó y le clavó un codazo en la espalda haciéndolo desaparecer, seguido de eso dos más la emboscaron, ella saltó a una isla más arriba y disparó de ambas manos su energía haciéndolos explotar.

Mientras eso sucedía Qri observaba con atención, sabía que algo había cambiado pues no solía atacar con tanta violencia. Algo dentro de ella no era igual.

Soyeon siguió con el enfrentamiento, continúó subiendo y tras ella iban los demás. 
Al llegar al punto más alto los observó a todos alrededor, se dirigió en saltos rápidos hacia uno, le dio una patada en el costado izquierdo que lo aturdió y antes de que cayera lo tomó de un pie y como si fuera un bulto cualquiera lo lanzó al más cercano destruyéndolos a ambos.

Todo lo hizo sin decir una palabra alguna, solo daba gritos y gruñía.

A los últimos tres los eliminó con golpes secos, sin parar hasta que por fin desaparecieron. 

Terminó jadeante y con gotas de sudor apenas visibles descendiendo en saltos hasta estar en el suelo.

–Soyeon....

–¿Qué?–Interrumpió dispersa y agresiva.

–¿Puedes seguir?

–Si, eso era calentamiento.–Contestó arrogante.

–Muy bien ahora necesito que vueles no que saltes. Desapareceré las islas.

Poco a poco iban desapareciendo y el espacio se quedó vacío, sólo permanecían las armas.

–¡No sé hacerlo!

–Tú puedes, necesitas estar al límite, discúlpame por lo que haré.

Qri apretó varios botones y como si fuera un ejército al menos 50 sujetos aparecieron rodeando a Soyeon.

–¿Qué...es una broma? Ni los soldados en Hwasung me atacaban en cuadrilla–. Soyeon recorrió el espacio con su mirada. Su expresión era de molestia. Inconscientemente sus puños apretaban con mucha fuerza. – Qri...

El nombre de la pelirroja en seguida quedó ensordecido por el estruendo de las armas del área superior, todas disparaban ráfagas al mismo tiempo. Por primera vez, sentía estar al límite, ni el mismo Taeyang aquél día la había puesto así antes.

Como le fue posible evadió los ataques, pero no estaba a salvo, los otros individuos se acercaban.

Sin poder hacer algo y evitarlo recibió varios golpes y disparos que provenían de arriba. Entre todo ese ruido Soyeon llegó al límite, una especie de furia como la de la vez en la tienda, la invadió, recorrió cada parte de su cuerpo haciendo que se convirtiera en otra persona totalmente diferente. 

Como por arte de magia y a velocidad impresionante alrededor de ella se formó un gran campo de energía que desplazó a todos sus rivales de un sólo golpe y al mismo tiempo logró volar en manera de escape hacia arriba, justo a la altura del mirador, volteó rápidamente con mirada severa hacia Qri.

Un aura que contorneaba su persona color naranja la iluminaba suavemente, en sus ojos se podía ver la misma luz apenas naciendo.

–¡Soyeon, calmate!– La pelirroja gritó con desesperación llevantandose de su asiento. 

Sin embargo no escuchó sus palabras, la desesperación que había sentido combinada con la maldad que poseía ese poder no le permitieron reaccionar ante su petición.

Fue directamente hasta Qri, irrumpió destruyendo a pedazos el material que jamás había logrado romper, fué todo tan rápido que ló único que pudo hacer la mayor fue gritar cuando la tomó del brazo y la arrojó contra el muro del otro extremo de la habitación dejándola inconsciente. Su impacto fue seco y cayó al suelo de la misma forma.

La pelirroja estaba preparada para algo así, como en años atrás el dispositivo se dirigió a la pierna de Soyeon clavándose en esta para despojarla de ese mismo poder maligno, debilitándose al punto de terminar igual que Qri: Inconsciente.

Hola lectores, espero les guste este capitulo tanto como a mi. Gracias por seguir leyendo :3