-Si me dices que no, me alejare, de lo contrario me temo que te besare.

 

Se inclinó un poco más, las palabras estaban atoradas en mi garganta, mi mente estaba nublada, mi corazón y mis sentidos trabajan al cien por ciento.

 

Ella, ella estaba a punto de besarme

 

Y yo quería que lo hiciera.

 

Me miro directamente a los ojos, podía ver ese cambio en sus pupilas y en su respiración, su mirada era como un imán que atraía y evitaba cualquier intento de que yo la apartara. Coloco su mano izquierda detrás de mi nuca y acaricio lentamente mi cabello.

 

Jamás había estado tan cautivada en toda mi vida y emocionada por tan solo un pequeño movimientos.

 

Toco mi boca con su dedo, recorría mis labios acariciándolos con delicadeza trazando un recorrido imaginario que encendía cada uno de mis sentidos, seria esta misma fricción se sentiría si fueran sus labios los que hiciera tal recorrido, ¿se sentiría igual de bien? Mi boca se entreabrió liberando un poco el aire que mi nariz no podía procesar, un leve cosquilleo estaba en mi garganta, esto era definitivamente algo nuevo

 

A cada toque se acercaba más y más, las piernas me temblaban bajo las sabanas, su respiración agitada cerca de mí y su dedo en la comisura de mis labios me enloquecían. Cerré mis ojos disfrutando la sensación que se concentraba mayormente en mi vientre y fue ahí, ahí donde nuestros labios colisionaron como una tibia caricia que retenía tras de si algo mucho más fuerte.

 

Era un toque de sus labios contra los míos y se sentía como si en realidad tocara cada una de las fibras de mi cuerpo, eran solo sus labios pero incluso podía tocar mi alma. Y fueron eso segundos cuando todo comenzó a cobrar sentido; como si de pronto todo encajara en mi vida.

 

Ella comenzó a mover sus labios despacio, como si se tratase de algo tan delicioso y se tuviera que disfrutar lentamente, con timidez movía mis labios contra los suyos. Su mano en mi nuca me animaba a mover más mis labios de una forma menos pudorosa, como debía ser un beso real.

 

Con una última caricia se sus labios se apartó de mi boca y era incapaz de procesar lo que acaba de pasar.

Abrí mis ojos y me encontré cara a cara con Taeyeon, mis mejillas estaba comenzaron a quemarme.

 

-Entonces creo que tengo una oportunidad –dijo compartiendo conmigo una sonrisa y se marchó dando una leve caricia en mi mejilla como despedida.

 

Creo que será imposible que duerma después de esto. Mi corazón palpitaba muy, muy rápido y aun podía sentir lo caliente de mis mejillas. Acaricie mis labios esperando encontrar aun la sensación de los labios de Taeyeon,  pero se había ido, me había dejado tan solo con su sabor y el recuerdo.

 

Pero no solo era el beso, sino también su declaración. Ahora yo iba a ser cortejada por Taeyeon, una chica, no lo puedo creer. Es tan atemorizante como fascinante, de esa manera me he sentido desde que le conocí, pero ahora la sensación era aún más grande.   

 

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 Me desperté después de haber dormido lo que creo fueron tres horas, pero fueron esas tres horas en las que mi cuerpo había descansado mejor que los días anteriores. Estaba con más energía a pesar de haber hecho todas esas actividades y dormir poco.

 

Durante toda la mañana había cruzado miradas con Taeyeon, no quería que nadie nos descubriera así que apenas y duraban un par de segundos. Mi sonrojo era inevitable. Todas las sensaciones que ella me hacía sentir, tanto las que podía definir tanto las que no podía explicar solo podía significar una cosa,  yo estaba enamorándome de ella.

 

Podía ser tan simple como algo tan jodidamente complejo, el tan solo reconocerlo para mí misma era extraño. Por un momento tuve que detenerme y asimilar lo que había aceptado,  pero esa sensación de descanso, como si por fin hubiera dejado de huir de algo o alguien.  Algo aún más curioso era como ella pretendía cortejarme y sin siquiera haber hecho el mínimo esfuerzo yo ya estaba cayendo por ella.

 

Estaba por salir de la cabaña para ir a tomar el desayuno, cuando Jessica me llamo.

 

-Tiffany, ¿podemos hablar un momento? –lo dijo en ese tono firme que la caracterizaba en el campamento.

 

Todas salieron dejándonos solas, sino supiera que ella está de nuestro lado estaría a punto de llorar.

 

-¿Oye que les pasa a ti a Taeyeon?... No es que me guste intervenir pero lo que sea que está pasando es demasiado obvio, será mejor que se cuiden la espalda, en este lugar pareciera que hasta los arboles fuera chismosos.

 

Ni siquiera me daba oportunidad de contestarle, y seguramente estaba sonrojada por el hecho de que ella supiera que pasa algo entre Taeyeon y yo.

 

-Solo quería decirte eso, mejor vayamos al comedor. Pase lo que pase no la vayas a cagarla. Después me las arreglare con Taeyeon.

 

Entramos al comedor, la mayoría estaba comiendo muy de prisa. Jessica camino junto a mí para acercarnos y tomar nuestro plato. Nos topamos frente a Taeyeon pero no hicimos ningún contacto, era como encontrarse a un desconocido. Para mí esto era nuevo, era difícil fingir indiferencia y aún más difícil ocultar lo que en verdad sentía y quería hacer.

 

 

 

Durante todo el día intente no pensar en ese beso, durante toda la tarde intente apartarla de mi mente, todo este tiempo quise concentrarme en algo que no fuese ella, pero fue inútil. Anhelaba que la noche callera y que ella fuese otra vez a la orilla de mi cama. ¿Qué probabilidad hay de que vuelva a ocurrir lo de anoche?

 

*Prrriii*  

 

El sonido del silbato del instructor me saco de mis pensamientos y sueños. Se acercó furioso y soltando maldiciones hasta estar frente a mí.

 

-¡Vuelves hacer mal el ejercicio y te ganar una noche en el pozo!

 

No pude hacer otra cosas más que agachar la mirada y escuchar todas las maldiciones que podía decir una persona e iban dirigidas a mí. El instructor gritaba pero al mismo tiempo de su boca saltaba saliva, lo cual hacia el regaño aun peor.

 

Vamos tengo que concentrarme ahora, no puedo pasar la noche en ese horrible lugar. Es aterrador por si solo y no sé lo que les harán ahí, pero sobre todo quería estar en mi cama esta noche y ver que sucedía con ella.

 

Hice mi mejor esfuerzo aun cuando todos mis músculos dolían demasiado. Sabía que estaba haciéndolo a propósito. Durante las sesiones el instructor siempre se ensañaba con alguien y hacia hasta lo imposible para que ese alguien terminara en el pozo. No podía más; no sabía que era lo que más me motivaba, si era el miedo de quedarme ahí o el lograr llegar a pasar esta noche en  mi cama.

 

*Prrriii*  

 

-¡Todos paren!

 

Oh por favor que este tipo me arruine.

Mi cuerpo entero temblaba, en estos momentos me era difícil distinguir si era por la contracción de mis músculos o el miedo de pasar la noche en el pozo. 

 

-¡Pueden irse todos!

 

Sin esperar a que el instructor tuviera la oportunidad detenerme, hui lo más rápido que mis piernas me permitieron, no fue la gran cosa pero llegue a la cabaña y eso es lo que cuenta.

 

Las chicas no tardaron en entrar quejándose de los dolores en sus piernas y manos. Era el dolor habitual de todos los días, lo único rescatable de hoy es que no tengo cubierto mi cabello de lodo o lo que creo es materia fecal.

 

Tome mis cosas para darme un baño, lo tenía bien merecido. Esta parte del día se había convertido en unas de mis favoritas.

 

-Creo que voy a morir, necesito que esta mierda del instructor se termine –dijo Hyoyeon entrando al cuarto de baño.

 

-Solo tienes que aguantar hasta mañana- dijo Min

 

-Y estoy agradecida por eso –contesto Hyoyeon entrando a la ducha.

 

-¿Cómo que hasta mañana? –les pregunte

 

-Sí, el instructor solo viene unos días, la siguientes días continuaremos con los estúpidos talleres –me explico Min

 

-Son estúpidos, pero prefiero eso a no poder sentir mi cuerpo todo el tiempo que hacemos los ejercicios.

 

Esta ducha se convirtió en el mejor, ¡solo un día más! Y todo esta mierda se terminara, espero nunca volver a ver a ese hijo de p**a en mi vida. Si esta la sensación de confort después de escuchar semejante noticia hace que mi cuerpo se sienta más relajado. Salí de la ducha y me tope otra vez con Min y Hyoyeon.

 

-Te estábamos esperando –dijo Hyoyeon apoyada en uno de los lavabos.

 

-¿Qué pasa?

 

-El viernes hay otra reunión –dijo Hyoyeon susurrando, aunque no había nadie más en la baño era mejor ser precavida –procuramos cambiar el lugar entre cada reunión, no habríamos ofrecido a llevarte…

 

-Pero extrañamente Taeyeon se ofreció a llevarte –dijo Min compartiendo una sonrisa con Hyoyeon

 

Esa sensación loca en mi pecho y estomago se volvió aún más intensa, definitivamente esta era mi noche. Ella quería ir conmigo, tan solo imaginarme caminar tomadas de la mano provocaba que algunas gotas de sudor se acumularan en mi palma.

 

-Está bien, yo iré con ella –Trate de sonar lo más natural posible, pero no soy muy buena en eso.

 

-Bueno eso era el aviso, descansa.

 

Ambas salieron del cuarto y la interacción chispeante entra las dos, término apenas cruzaron la puerta.  Salí también del cuarto de baño y todas ya estaban en su cama, algunas dormidas y otras a unos minutos de estarlo. Solo Seohyun se encontraba con un libro entre sus manos aun cuando sus ojos estaban por cerrarse.   

 

Me recosté y espere hasta que Jessica apago las luces, la obscuridad acompañado de algunos sonidos de grillos era lo único que se percibía en la habitación. Minutos después comenzaron a escucharse las respiraciones profundas, el sueño intentaba vencerme pero quería seguir esperando. Sentía que en cualquier momento ella se recostaría en la orilla de mi cama, tendríamos una pequeña conversación y ella terminaría besándome.

 

Oh como anhelaba que ella volviera a tocar mis labios con los suyos, quería que tener de nuevo esa sensación en todo mi cuerpo. Era como electricidad y una llamarada de fuego, pero no podría describirlo aunque quisiera. Solo sabía que era distinto, que amas había sentido algo igual, que quería volver a sentirlo, y estaba segura de que así se sentía el amor.  

 

 

 

 

El sonido de unas pisadas me saco de despertó, intente abrir los ojos pero la luz que entraba por las ventanas me lo hizo muy difícil… espera… luz… ¡mierda me quede dormida!

Alce mi cabeza y todas las chicas seguían dormidas. El reloj marcaba las seis, faltaba una hora para que las chicas despertaran. No podía creer que me hubiera dormido y mucho menos que me hubiera despertado.

 

-Lo siento por despertarte –dijo en un susurro

 

Taeyeon estaba al costado izquierdo de mi cama, al igual que aquella noche sus manos descansaban en la orilla de la cama.

 

-No, no has sido tú.

 

-Eres muy mala mintiendo.

 

Como es posible que ella luzca tan bien por la mañana. ¡Oh no! Debo lucir horrible en este momento.

Como un acto de reflejo me cubrí con mis frazadas hasta arriba. Mis mejillas comenzaron a calentarse ante tal vergüenza.

 

-¿Por qué te cubres? –Dijo ella jalando la frazada mientras yo me aferraba más a ella – ¿Dije algo que te hizo enfadar? –sonó más preocupada.

 

No quería decirle que me preocupaba tanto que me viera así. Aunque, bueno lo hecho, hecho esta. Me ha visto, además de que no puedo ocultarme bajo unas frazadas como niña pequeña. Después de todo yo quería verla.

Me descubrí lentamente y ella estaba bastante atenta.

 

-En serio lamento si hice o no dije algo malo, no era mi intensión.

 

-No nada de eso.

 

-¿Entonces que paso?

 

-Yo… -las palabras se atoraban en mi garganta, no podía decirle, era demasiado vergonzoso.

 

Evadí la pregunta y me puse de pie para ir directamente al baño a por lo menos lavar mi cara y dientes, quería estar más presentable. Ella me siguió de cerca hasta que las dos entramos en el cuarto de baño. Abrí la llave y al enjuagarme la cara, juro que casi se cae mi piel. El agua estaba helada, afortunadamente Taeyeon ya tenía una pequeña toalla en las manos.

 

-Creo que debí decirte que a esta hora el agua está más helada de lo normal.

 

No pude contestarle, mi boca ya estaba llena de pasta dental y lo último que quería era tener otra cosa de la cual avergonzarme.

 

-Anda, dime porque estas enojada.

 

Había terminado y ahora no había excusas para no contestarle, pero era completamente patético confesárselo. No podía, no quería se burlara de mí.

 

 

 

 

 

-Si no me lo dices te daré un beso.

 

 

 

 

No espere más, era el perfecto escape. Ademes de que había anhelado tanto esto que me acerque y toque mis labios con los suyos. Fue tan inesperado incluso para mí que fue aún más fuerte esa sacudida interna que su labios me provocaban.