Los viajeros estaban sentados alrededor de una hoguera, encendida aprovechando las llamas que habían estado a punto de consumir a Chanyeol, aunque este no pareciera ser consciente de ello, ya que seguía intentando meter la mano en el fuego, ganándose un par de golpes de LuHan.

-¿Crees que ha sido el Brujo?-preguntó el chico de paja, tratando de distraer al más bajo.

-Bueno, de una forma u otra provoqué la muerte de su hermano, puede que busque venganza.

-¡Pero no es culpa tuya! Tú no controlas el viento ¿no?-terminó dudando.

-No, no controlo el viento.-respondió entre risitas.

-¿De qué brujo habláis?-cuestionó SeHun inesperadamente (ya que, desde que lo habían conocido, no había hablado si no era para responder a alguna pregunta).

Chanyeol, emocionado ante el repentino interés del chico de metal, se apresuró a responder.

-Un tornado trajo la casa de LuHan (con él y Byul dentro) de otro mundo y la soltó sobre la del Malvado Brujo del Este. Entonces Baekhyun el Bueno le dijo a LuHan que, si quería volver a casa, tendría que pedírselo al Mago de Oz, que vive en Ciudad Esmeralda, siguiendo el Camino de Baldosas Amarillas.

-¿No debería ser yo el que lo contara?-preguntó el chico con la ceja alzada, sin percatarse de la mirada fija de SeHun.

-¿El Brujo ha muerto?

-Y bien muerto, mira, ahora es LuHan el que lleva sus zapatos de cristal-respondió Chanyeol, tratando de recuperar la atención perdida-. Pero por eso el señor granjero nos dijo que igual el hermano mayor del Brujo, que también es brujo, el Malvado Brujo del Oeste, intentará vengarse, o recuperar los zapatos, o algo así.

-He oído hablar de él, dicen que es tan verde que, si se mete en el bosque, serías incapaz de verle.

Los tres se quedaron en silencio, inspeccionando la oscuridad del bosque a su alrededor que, iluminado por las llamas de la hoguera, devolvía una imagen tétrica. El viento silbaba, las ramas se agitaban, los búhos ululaban…

-¿Qué ha sido eso?-preguntó el espantapájaros asustado.

-Solo una rama que se ha partido.

-¿Y por qué se ha partido?

-Algo la habrá pisado…-respondió LuHan, poniéndose en pie con cautela.

Los otros dos siguieron su ejemplo, colocándose en círculo, con la hoguera en el centro y el bosque rodeándolos. Un crujido volvió a oírse en la oscuridad. Un gruñido amenazante llenó el lugar, provocando un escalofrío en ellos.

-¿Quién anda ahí?-SeHun dio un paso adelante; al estar hecho de hojalata era el que menos tenía que temer.

El bosque respondió con una risa maliciosa, que heló la sangre a los viajeros (aunque, estrictamente hablando, solo uno de ellos tuviera sangre), ¿sería el Brujo quien los acechaba entre las sombras? ¿O alguna hambrienta criatura tal vez? Algo brilló en la oscuridad, sin que los chicos se percataran, y, con un rugido atronador, un enorme león negro se lanzó hacia ellos (despertando a la pequeña Byul, que se había dormido sobre un mullido montón de hojas).

Chanyeol y SeHun  cayeron sobre sus traseros, peligrosamente cerca del fuego, y LuHan se apresuró a esconderse entre los árboles, buscando algo con lo que defenderse, mientras la perrita miraba fijamente al Animal.

-¡Largaos de aquí!-rugió la criatura, mostrando sus colmillos.

-¡Ah, ya nos vamos, nos vamos, pero no nos hagas daño, por favor, no nos comas!-gritó el espantapájaros aterrorizado, cubriéndose la cara con las manos.

-¿Me tienes miedo, monigote?-dijo el gran león con voz amenazante-¿Y tú qué? Pareces a punto de soltar las sardinas.-continuó con sorna dirigiéndose a SeHun.

-¡Apártate de ellos!-LuHan salió del bosque por detrás del león, le golpeó en la cabeza con una gruesa rama lanzándolo contra una roca, quedando así el felino convertido en una oscura y gimoteante bola de pelo.

-No me pegues más, por favor, por favor, seré bueno…-lloriqueó, abrazándose las piernas, ahora extrañamente humanas.

-¡No eres más que un abusón! ¡Cobarde! Metiéndote con los que son más débiles que tú.-acusó LuHan con la rama en alto.

-Yo, yo, no quería, pero es que, es aquí donde duermo-lloriqueo, señalando el rincón en el que Byul se había echado y seguía mirándole-, y tenía miedo de que me quitarais la casa, y no tengo nada más que mi casa, y tampoco es gran cosa, pero, pero…

-Vale, vale, tranquilízate, no te voy a pegar más, pero sólo si prometes portarte bien y dejas de llorar.

-Yo no lloro…-se quejó el felino, asomando el rostro por encima de sus brazos.

El león ya no parecía un león. Seguía teniendo la frondosa melena negra y las orejas redondeadas sobre la cabeza, pero su llorosa mirada oscura era muy humana, y el rostro bañado en lágrimas era el de un joven que, a juzgar por las bolsas bajo sus ojos, no dormía lo suficiente.

-Sí que lloras.-respondió LuHan picándole.- ¿Y bien? ¿Lo prometes?-inquirió, extendiendo el meñique.

El felino se quedó mirando la mano extendida, desconfiado, su experiencia con humanos hasta el momento no había sido muy buena. Pero la sonrisa del chico y su dulce mirada le dijeron que podía confiar en él y, por una vez, decidió arriesgarse. Alargó la garra y enganchó el meñique con la uña correspondiente, sonriendo.

-Lo prometo.

•~•~•~•~•~•~•~•

-¿Y porque vives en el bosque?

Una vez echas las presentaciones los cuatro se sentaron alrededor del fuego, y Chanyeol comenzó su interrogatorio de rigor dirigido al león, que dijo llamarse Tao.

-A los humanos no les gustan mucho los leones.

-¿Por qué no?

-Porque les dan miedo.-respondió el felino apesadumbrado, desviando la mirada.

-¿Tú les dabas miedo? Pero si eres un gatito adorable.-se burló LuHan, rascando al felino detrás de una de las orejas, provocando un ronroneo y una sonrisa.

-¿Y te gusta vivir en el bosque?

-No me gusta, pero prefiero esto que vivir en la ciudad, con todas esas personas que parecía que iban a pegarme en cualquier momento, era horrible. Todos me miraban, y no podía concentrarme, ni hacer nada bien, esto es muuuuuuuuuucho mejor.-concluyó el león sonriente, inclinando la cabeza para que LuHan pudiera rascarle mejor.

Chanyeol, observando la interacción, decidió tratar de imitarlos, rascando detrás de la oreja al chico de hojalata, ganándose una mirada de hielo por parte de éste.

-Tu problema es que eres un cobarde. En cuanto te asustas te bloqueas y huyes, y así no avanzas, ¡hasta SeHun paralizado como una estatua avanzaba más que tú!-regañó LuHan, dándole un suave tirón de pelo al león.

-¿Cómo va a avanzar más una estatua?-inquirió Chanyeol desconcertado.

-Avanzar como persona, SeHun al menos cambió y decidió volver a moverse, ¿verdad?-preguntó al chico de metal con una sonrisa dulce.

-No necesito avanzar para nada, estoy bien como estoy.-se enfurruñó Tao, haciéndose una bola.

-¿Viviendo sólo en un claro del bosque? ¿Aterrorizando a los viajeros de los que tú estás aún más asustado?

-A veces salen corriendo tan rápido que se dejan todo, hasta el fuego encendido, y la comida, y entonces puedo comer caliente…-relató el león con aire soñador y la mirada perdida en sus recuerdos.

-¿Por qué no te vienes con nosotros?-preguntó entonces LuHan-Vamos a ver al Mago de Oz; Chanyeol quiere pedirle un cerebro, y SeHun se hace el duro, pero va a pedirle un corazón, ¿por qué no le pides que te de coraje?

-¿El Mago? No quiero ver al Mago, no le gustan los Animales, seguro que si entro en su palacio no vuelvo a salir.

-No seas tonto, Baekhyun el Bueno fue quien le dijo a LuHan que fuera a ver al Mago, no le mandaría a verle si fuera una mala persona.-replicó Chanyeol.

-Fue el Mago el que le dio el título de “el Bueno”, ¿cómo va a decir algo contra él?-dijo SeHun, por primera vez desde que había empezado la conversación.

-El Mago es la única esperanza que tengo para volver a casa, así que seguiré con el plan.-concluyó LuHan con mirada decidida.

Tao se quedó mirando al chico por encima de sus rodillas dobladas, mientras Chanyeol seguía buscando el punto detrás de las orejas de SeHun que le hiciera ronronear como un gatito (sin ningún resultado).

-Está bien, iré.

De repente, separarse de aquellos extraños (y de uno de ellos en particular) le asustó más que la idea de encontrarse con el poderoso Mago. Y quien sabía, tal vez el Mago sí que le diera coraje.