Dedicado a la preciosa Gara, que hoy cumple añitos <3

Wicked

El cielo apenas empezaba a clarear sobre las montañas en las que se asentaba el palacio de Kiamo Ko, pero Kai ya subía las escaleras que conducían a la torre del brujo, con el desayuno caliente en la bandeja.

Llamó a la puerta y entró sin esperar respuesta, dejando la bandeja sobre la mesilla de noche.

-Se avecina tormenta.-dijo una voz grave a sus espaldas, sobresaltándolo.

La silueta del brujo oscurecía el horizonte, con la capa negra ondeando a su espalda, la mirada fija en el cielo sobre las cimas más altas de los Grandes Kells y las manos, de un verde imposible, apoyadas sobre la baranda del balcón. El brujo casi nunca hablaba, y menos aún sin motivo, así que, cuando Kai se hubo repuesto de la sorpresa, el hechicero ya había desaparecido en su estudio.

El joven se asomó al que una vez fuera el balcón de sus padres y oteó el horizonte, en busca de alguna señal de la tormenta mencionada. El cielo estaba despejado, una suave brisa agitaba sus oscuros cabellos, y el sol brillaba cada vez con más intensidad. A sus pies, el pueblo sobre el que una vez había reinado su familia despertaba, y más allá, si miraba en la dirección correcta y se fijaba con mucha atención, podía distinguir el brillo verdoso de Ciudad Esmeralda.

El cielo de todo Oz parecía haber amanecido de buen humor.

“Y el Malvado Brujo del Oeste se ocupará de remediarlo.” pensó el joven príncipe.