-¡Antes de irnos tenemos que pasar por el Parque de los Ciervos de Oz! Intenté entrar anoche, pero estaba cerrado-Chanyeol volvía a ser el de siempre, saltando emocionado alrededor de sus compañeros-. ¡Oh, y el Arco del Mago, tenéis que verlo, es una pasada!

-Bueno, supongo que podemos hacer algo de turismo, y de paso pasamos por el salón de belleza de ayer para darle las gracias a la propietaria-propuso LuHan.

-Si vais a hacer turismo deberíais ver también la estación del tren y las Fuentes de Ozma, merece la pena-les sugirió la doncella que les retiraba el desayuno.

-¿Quién es Ozma?-inquirió el espantapájaros.

-¿Qué…?-la doncella parecía conmocionada-¿¡Que quién es Ozma!? ¿Cómo puedes no saber quién es Ozma? Es como si no supieras sumar.

-¿Qué es sumar?

Tao y LuHan rieron mientras la doncella los miraba ligeramente ofendida, y Chanyeol seguía con la cabeza inclinada en gesto de desconcierto.

-Ozma fue la última reina de Oz-explicó SeHun- antes de la llegada del Mago.

-Bueno, realmente todas las reinas de Oz se llamaban Ozma, u Oz, si era chico-añadió la doncella-. Si queréis puedo daros un tour por la ciudad y hablaros sobre la historia de Oz, es un tema apasionante.

-¡Claro! Será genial aprender más sobre este mundo-se emocionó LuHan.

-¿Pero no tienes que trabajar?-cuestionó el león con recelo.

-No hay problema, le pediré a una amiga que me sustituya hoy. ¿Os parece que nos veamos en media hora en las escaleras de entrada?-sin esperar respuesta, la muchacha ya estaba corriendo hacia la cocina, empujando el carro con los restos del desayuno- ¡Prepararé provisiones para el viaje!

-¡Espera!-llamó LuHan- No nos has dicho tu nombre.

La chica se detuvo en la puerta de servicio y les dedicó una sonrisa.

-Podéis llamarme Minnie.

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La chica los recogió donde habían quedado con un vestido morado mucho más voluminoso que el verde de doncella con el que la habían conocido y los llevó hacia el norte, hacia las Fuentes de Ozma.

-Es lo que más cerca está-les dijo.

Les habló sobre la historia de Oz, aunque a LuHan (de cuyo brazo se había colgado Minnie) le pareció más bien mitología. Contó cómo un día Lurlina, reina de las hadas, decidió sobrevolar el mundo con su comitiva, y al ver el inhóspito desierto que se extendía bajo ella derramó una lágrima. De esa lágrima nacieron ríos y lagos, bosques y pantanos, y la vida comenzó.

 -Pero no podía dejar a su suerte el reino de ensueño que acababa de crear-relató-, así que le encomendó el reinado a su hija Ozma, y llamó al lugar “Oz” en su honor, para que supiera que, aunque ya no pudiera volver al reino de las hadas, siempre tendría un hogar-se detuvo al girar la esquina del palacio y señaló algo a la izquierda-. Las Fuentes de Ozma simbolizan la creación de Oz y el nombramiento de la primera Ozma como soberana absoluta de Oz.

Los turistas admiraron las fuentes maravillados. Decenas de estatuas de hadas sobresalían del agua alrededor de la que debía representar a la primera Ozma, que quedaba por encima de las demás, fuera del alcance del agua que las empapaba. Grabado en el borde de la fuente se apreciaba un relieve en el que se veía a Lurlina derramar una lágrima, que subía hacia la fuente y se fusionaba con el agua.

-Es precioso…-susurró el humano.

Bajaron por la Alameda Real y se desviaron hacia la plaza de San Baekhyun (“Oh no, llamaron al Brujo como al santo.” Respondió Minnie riendo cuando le preguntaron si Baekhyun el Bueno era santo), para darle las gracias una vez más a la mujer del Aestheticum, como la chica les explicó que se llamaba el lugar.

Se entretuvieron más tiempo del planeado en el Parque de los Ciervos, ya que estos parecían haberle cogido cariño a Tao y no le dejaban marcharse. Pasaron bajo el Arco del Mago, que representaba la llegada del hechicero al reino y al gobierno.

-Llegó volando desde otro mundo-les contó la doncella-, colgando de un extraño huevo de tela flotante-LuHan reconoció el grabado de un globo estático en la parte superior del monumento-. En aquel tiempo la última Ozma, la Biliosa, había muerto por un extraño incidente con matarratas. Su hijo el príncipe Oz era casi un recién nacido, así que su padre hizo las veces de regente. Hasta que el Mago llegó-señaló cada imagen del Arco que correspondía a lo que contaba-. Mató al regente y el pequeño Oz desapareció. Hay quien dice que se oculta tras una cascada como San WuFan, y que resurgirá en la hora más oscura de Oz para salvarnos a todos.

-Hace 20 años de aquello, Oz está muerto y enterrado o pudriéndose en Sudescaleras-replicó SeHun.

-Sí, esa es la versión más extendida-admitió Minnie riendo-. Y tampoco es como si alguien fuera a meterse a la cárcel de Sudescaleras para sacarlo.

-¡Eso es horrible!-se escandalizó el humano.

-Bueno, Pastorius no era demasiado querido, acabar con él fue casi un acto heroico. Supongo que por eso no se sabe nada de Oz, matar a un bebé ya no estaría tan bien visto.

LuHan asintió, no muy convencido, y siguió caminando.

-Calle arriba está el Terminus, la Estación de Tren de Ciudad Esmeralda-continuó explicando la chica.

De repente Byul dio un ladrido y comenzó a correr hacia una calle a mano izquierda.

-¡Oh no, por ahí no!-exclamó la doncella, soltando el brazo de LuHan y atrapando a la perrita- Esa es la calle que va a la Plaza de las Meretrices, no podemos pasar por ahí.

-¿Qué es una meretriz? Suena a pájaro. ¿Son pájaros que comen perros?-inquirió el espantapájaros.

Los compañeros se miraron entre ellos, pero ninguno respondió. Dio igual cuantas veces y de cuantas maneras diferentes lo preguntara, los otros solo desviaban la mirada y cambiaban de tema.

-Si vais a Kiamo Ko tendréis que salir por la Puerta Oeste.

-No es un nombre muy original-comentó Tao en tono despectivo. No le gustaba la chica, era demasiado amable, demasiado inocente, demasiado bonita.

-Cierto, nunca me había parado a pensarlo-respondió la muchacha sin hacer caso del tono-. Aunque es un nombre más digno que el de la Ratonera Munchkin, por la que entrasteis. Y más exacto que la Puerta de Shiz, que realmente va a todo Gillikin-terminó con una risita.

Definitivamente, demasiado amable.