-¡Ten! –me dijo KyuHyun con su gran sonrisa mientras ponía en mi mano una pequeña llave.
-Llévala a un lindo lugar, pero recuerda que debes estar en la estación de televisión antes de las 6 de la tarde.
Instantáneamente giré en busca del auto al cual le pertenecía esta llave, presione el botón de la alarma y para mi sorpresa era el auto de mis sueños; un pequeño mini Cooper de color azul.
-Es todo tuyo –dijo KyuHyun. -Un detalle de todos nosotros.
-¿A quienes te refieres con todos? –dije intentando conectar palabras después de esta gran sorpresa.

-A tu familia, directivos y idols de la SM.
No pude resistir tal emoción y lo abrace. -¡Mucha gracias! –le dije rindiéndole una reverencia.

Pase unos minutos en la entrada del complejo campestre, de repente un escalofrío recorrió mi cuerpo, en ese preciso instante sabía que ella estaba cerca, dirigí mi mirada a lo alto de las escaleras; ahí estaba ella, tan perfecta y hermosa como siempre, teniendo la misma sensación de cuando la vi por primera vez.
Ella traía un lindo vestido rosa claro el cual llegaba hasta su media pierna, un moño rojo en su cabello rubio y una hermosa sonrisa.
-Como logro amar su sonrisa. –susurre para mi mismo.
-¡Hola! –logro decirme con algo de timidez en su mirada. -¿Has estado esperando mucho?
-No, acabo de salir. –dije sosteniendo su mano. -¿Estas lista?, es hora de nuestra primera cita. –Abrí la puerta del auto y la invite a tomar asiento.
-¿De donde sacaste este auto? –me pregunto un poco asombrada.
-Es mi primer regalo por la SM. –sonreí.
Ella me sonrió tímidamente y de repente beso mi mejilla, sentí que lentamente todo dentro de mí se lograba derretir, como si miles de fuegos artificiales estallaran por doquier. Instintivamente la mire, ella tenía sus mejillas rojas como un tomate, eso la hacía ver más hermosa, más perfecta.
Salimos del complejo y tomamos la carretera para llegar rápidamente a Seoul, el tiempo era corto y aun no empezaba nuestra primera cita oficial.
-Oye, ¡Me encantas! –le susurre mientras ella miraba por la ventana.
-Oye, ¡Tu me encantas mas! –me afirmó mientras me pellizcaba mi mejilla.
Cada día me enamoro mas de esta mujer, aun no puedo creer como los sueños pueden volverse una gran y bella realidad.
-Detente en aquel mirador. –me dijo ella mientras señalaba una zona desde la cual se lograba ver una gran parte de Seoul. -Quiero tomarme una foto contigo y que todos sepan que estamos juntos.
Sonreí y lentamente detuve el auto, salí de el rápidamente y corrí a abrir su puerta, nos tomamos de las manos y caminamos hasta aquel lindo mirador.
-¿Estas feliz? –me pregunto mientras acariciaba una de mis manos.
-Ahora que estas a mi lado soy la persona más feliz del mundo. –respondí.
Lleve mis manos a su hermoso rostro y la acaricie sus mejillas mientras inclinaba mi cuerpo hacia ella con una sola dirección posible… sus labios; ella dejó que sus ojos se cerrarán, yo la imite, lentamente nuestra respiración se mezcló en una sola, mi corazón latía tan fuerte que en cualquier momento saldría de mi pecho, mis labios poco a poco se posaron sobre los suyos, dándole un lento y tierno beso. En ese momento sentí estar en la nube más alta, me sentí indestructible, quizás fue un beso largo o uno corto, no lo sabré nunca, el tiempo no existía en aquel instante, lo único que importaba era esto, nuestro primer beso.
Nuestras frentes seguían conectadas, no quería abrir los ojos aun.
-Stiven…
-¡STIVEN!...

-¡STIVEN VAS A LLEGAR TARDE A CLASE! –grito mi madre.
Desperté de golpe, estaba en mi cama aun en mi ciudad, sin conocerla a ella aun, unas inmensas ganas de llorar se apoderaron de mí y me daba rabia con mi propia vida de saber que todo ese hermoso sueño era solo eso, un sueño.
Me senté en mi cama aun adormilado, queriendo volver a mi mundo de ensueño donde puedo tenerla y besarla.
Ese mismo día tome la decisión que haría hasta lo imposible por conocerla, ese día fue mi nuevo comienzo