POV Externo

─ ¿Pero qué diablos acaba de pasar?─ Pronunció Suho incrédulo a lo que sus ojos proyectaban. Aradya sangraba fluidamente por la nariz donde lo seguían varias heridas producidas por la acomulación de tanto poder. Grovert a varios metros enfrente de ella, se encontraba estirado en el suelo arenoso, lleno de heridas que también no tenían la intención de dejar de emitir sangre por ellas.

La reina, se encontraba tan sorprendido como los lobos o incluso más. Sus ojos estaban abierto como platos y no paraba de mirar hacia su nieta, ni siquiera pestañeaba. ─ Reina eso era...─ masculló su acompañante mientras intentaba ocultar su cara de sorpresa. ─ Sí, lo fue.─ dijo la reina casi sin respirar. ─ No me puedo creer que esa pequeña mocosa malcriada acabe de hacer el ‘Herion’*, ni siquiera su madre pudo cuando tenía su edad…─ finalizó la reina mientras volvía su mirada a la nieta que en algún momento quiso matar.

    ─¡Aradya!─ se escuchó de repente la voz de Baekhyun y Ary, que seguía intentando mantenerse de pie, miró hacia donde se encontraban los lobos mostrando una de sus mejores sonrisas para tranquilizarlos. Segundos más tarde volvió la mirada hacia el cuerpo destrozado de Grovert que seguía respirando pero no parecía que fuera a levantarse, así que con un último suspiro cayó con su propio peso sobre sus rodillas en el suelo y empezó a sentir que le faltaba el aire. “Ya puedo descansar, todo ha acabado” pensó la mestiza mirando al suelo aguantando su peso con las manos desgarradas por culpa de ese último ataque.

Gran error por su parte bajar la guardia.

Antes de que ninguno pudiese darse cuenta, Grovert se había puesto de pié con las pocas fuerzas que le quedaban y lo apostó todo a un último ataque. Su orgullo había sido herido al igual que su cuerpo y por ningún motivo iba a permitir que lo derrotara una simple medio humana.

Cuando Aradya se percató de eso, el cuerpo de Grovert estaba encima de ella y no tuvo tiempo a responder al ataque. Miró sorprendida su cuerpo donde, ahora tenía un gran agujero y en este, la cola del lagarto atravesándolo desde el estómago hasta sobresalir por la zona baja de la espalda. ─ No permitiré que alguien como tú me derrote.─ balbuceó el monstruo en la oreja de la mestiza con la respiración agitada, al igual que ella. ─ Game over, yo gano.─ finalizó con una sonrisa torcida.

Ahora que sabía que todo había acabado y, que pensaba que había ganado intentó sacar su cola, con la que había atravesado a la mestiza de su cuerpo para así mostrar el gran hueco que le había hecho, pero el movimiento que hizo la medio bruja lo dejó sin aire. ─ Eso te crees tú, lagarto.─ pronunció la contraria mientras agarraba fuertemente la cola del monstruo y lo apretaba contra su cuerpo, impidiendo que este se pudiera liberar. ─ Gano yo. Espero que siempre recuerdes que te ganó una simple humana.─ sonrió después de esas palabras y Grovert gritó fuerte de rabia.
    Ahora en vez de un cuerpo humano parecía una silueta de arcilla blanca que se enroscaba en la cola de Grovert para no dejarlo escapar.

    ─ ¿Que mierda es esto?─. grito el lagarto mientras intentaba con todas sus fuerzas liberarse, pero siempre en vano.

    Todos estaban igual de sorprendidos que Grovert pero había algo que no cuadraba… Si esa no era Aradya, sí solo era una copia de su cuerpo ¿Donde había estado la real todo este tiempo?