Un cosquilleo en el estómago y un corazón acelerado acompañaban la rutina matutina de Seulgi. Al tomar su desayuno, al bañarse, al vestirse, al maquillarse, mientras peinaba su cabello; la actriz con la emblemática mirada felina que había conquistado a las cámaras de televisión y espectadores se repetía a sí misma que se encontraba lista para afrontar el día.

Este mantra se vio engrandecido cuando, al salir de su departamento, observó una pequeña nota por fuera de la puerta que leía “Seulgi, creo en ti. ¡Hwaiting!” con la presentable caligrafía de Wendy. Seulgi sonrió al leerla y arrancándola de la puerta, la exprimió dentro de su puño como si quisiera sacarle hasta la última gota de ánimo y aliento que su vecina había impregnado en ella. Dio media vuelta para dirigirse a la salida de su edificio, guardó la nota en su bolso como si se tratara de un amuleto de la suerte y con un suspiro; tomó la misma ruta de todos los días hacia su trabajo.

Seulgi llegó a las oficinas de trabajo 15 minutos antes y se sentía complacida con su puntualidad. Se paseó por fuera de la sala de reuniones y observó la gran mesa en la que en unos minutos tomaría lugar la lectura del guion. Comenzó a imaginar a su equipo de trabajo sentados alrededor de la mesa, aquellos quienes habían cuidado de ella y la habían acogido como la nueva integrante. Notó que no había ningún señalamiento que indicara el nombre de cada integrante del equipo frente a los asientos. Dedujo que cada uno escogería el lugar que tomaría y esto le generó un poco de ansiedad. ¿En dónde debería sentarse? ¿Qué lugar tomaría Joohyun? ¿Debería sentarse cerca de ella? ¿Si no lo hacía, parecería raro? Ahora que lo pensaba, le era imposible recordar con certeza el lugar que había ocupado en la última lectura a la que había asistido. Seulgi recapituló en un pestañeo su historia laboral dentro del proyecto y no se olvidó de resaltar aquellos recuerdos en los que la imagen de Joohyun brillaba.

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Aún antes de su llegada a Seúl, Seulgi tenía planeado cada paso que tomaría para poder ver su sueño convertirse en realidad. Una vez instalada en su nuevo departamento, lo primero que hizo no fue desempacar, si no acudir a la compañía de entretenimiento que sabía le daría un fuerte empujón de inicio y que ayudaría a que se nueva carrera como actriz diera inicio. Y fue así, fue en empujón duró y se atreve a decir que doloroso. La mano que le había prometido un despegue exitoso lo hizo bajo la condición de que no perdiera el equilibrio, pues si caía, no habría nadie quien la ayudara a reincorporarse. Así, Seulgi tuvo que mantenerse fuerte y enfocada durante el despegue. Fue un duro arranque que hizo que todo su cuerpo se sacudiera, se encontraba temerosa y confundida pues no podía enfocar ni reconocer nada a su alrededor, se veía condenada a mirar hacia enfrente e intentar no caer. Le parecía que todo avanzaba demasiado rápido a su alrededor, estaba mareada, a menudo se cuestionaba si en realidad estaba avanzando o era solo una ilusión. Una reconfortante ilusión que ella misma había creado para evadir su inminente caída. Pero estaba equivocada. Eventualmente, Seulgi encontró el balance y equilibrio para no caer y mantenerse en pie. Se sentía segura y con espalada erguida pudo por fin tomarse un respiro, al mirar a su alrededor se dio cuenta de que se encontraba avanzando. Lo había logrado. La pequeña pueblerina había sido capaz de dar sus primeros pasos y ahora se disponía a correr hasta que los pulmones le explotaran.

Cuando a Seulgi la contactó su compañía para discutir los detalles sobre el nuevo proyecto en puerta, aún antes de escuchar la propuesta, su mente ya estaba decidida. La serie de televisión era una de las de mayor rating del momento, el papel que se le ofrecía era uno bastante destacado considerando la posición novata de la actriz, el equipo de producción era de temerse pues los respaldaba una serie de trabajos premiados por la crítica y, por si fuera poco, tendría la oportunidad de trabajar con actores consolidados y de renombre. Esta fue una noticia que tanto Seulgi como Wendy celebraron.

Lo que más emocionaba a Seulgi era ser parte de la misma producción en la que, a quien los medios apodaron como “La Princesa de Hielo” Bae Joohyun, participaba. Seulgi era una fiel seguidora de su trabajo y se atrevía a decir que gran parte de sus obras la inspiraron y fortalecieron en sus días difíciles.  Así que, teniendo en cuanto lo antes mencionado, el rechazar la propuesta de oro estaba fuera de cuestión.

Seulgi amaba su trabajo, era demandante y le exigía tanto como daba de vuelta. Era una relación equilibrada. A pesar de su notoria brevedad en escena durante los primeros episodios, la audiencia reaccionó maravillada con su presencia. Las cualidades y técnicas de Seulgi frente a la cámara eran seductoras, tenía el poder de convencimiento y los medios de comunicación no titubearon en preguntarse quién era esta nueva actriz que los había tomado a todos por sorpresa. De repente estaba en boca de todos, era el tema del momento. Tenía una pequeña pero fiel base de fanáticos de su trabajo y a menudo se le reconocía en la calle. Fue después y gracias a este recibimiento que más horas de trabajo se agregaron a su agenda y los cheques aparecían con más dígitos en sus líneas. Para su gran sorpresa, el papel que había desempeñado con tanta elocuencia y pasión llegó a ser reajustado después de semanas de discusión del equipo, brindándole así el nuevo papel coestelar de la famosa serie. Para Seulgi, esto significaba una sola cosa, compartir escena con la famosa Bae Joohyun. Y de nueva cuenta, este fue otro festejo que no pasó desapercibido ni por Wendy ni por la novata que se abría paso entre las cámaras.

Se le advirtió que esta oportunidad sería una oportunidad piloto, sería una prueba de un par de episodios para medir la reacción de la audiencia. Aun así, Seulgi estaba emocionada y la advertencia sólo le daba más razones para mantener el ánimo y dar su mayor esfuerzo para no caer del peldaño en el que se le había puesto. Compartir escena con Joohyun significaba para ella poder tener a un mentor, los días en los que estudiaba desde fuera de la burbuja la forma en que Joohyun desempeñaba su trabajo, se habían terminado. Saber que ahora podría palparlo y vivirlo en primer plano, alimentaba su deseo de aferrarse a ello.

Pero había algo que le preocupaba. Observar a Joohyun durante todo este tiempo le había dado una superficial idea de cómo era trabajar con ella. Seulgi había notado que cuando Joohyun se sentía insegura o surgían dudas sobre su desempeño frente a la cámara, prefería recurrir a sus superiores, frecuentemente al director de escena. Incluso en asunto más íntimos sobre la actuación que no le incumbían únicamente a ella, como el dialogar sobre la atmósfera que ella y su compañero en escena debían crear; Joohyun prefería ignorar a quien tenía enfrente y recurría a alguien más. Ensayaba entre descansos dentro de su remolque y no se le veía hasta que se le llamaba en escena. Regresaba siempre segura de sí misma y con una actuación impecable. Se despedía generalmente de todos con una reverencia y desaparecía.

Era cierto que Joohyun era un tanto distante y que sólo se le veía hablar con las personas que consideraba necesario y este comportamiento o, mejor dicho, personalidad, le preocupaba a Seulgi. La única conversación que había tenido con Joohyun había tomado lugar el día en el que tuvo que presentarse individualmente con el equipo. Y siendo honestos, intercambiar nombres y darse los buenos días no podía ser considerado una conversación. Además, culpaba a sus nervios por no dejar que la pequeña introducción llegara a más de dos líneas. Siendo Joohyun una persona a la que Seulgi consideraba como un modelo a seguir en cuanto a actuación se trataba, la acobardaba.

Pensó muchas veces en preguntar a los demás actores cómo era el trabajar con ella, pedir consejo sobre como acercarse. Pensó también muchas veces en acercarse directamente a la actriz, pero sin tener realmente nada en común, abandonó la idea. Además, ¿no sería molesta su presencia? Seulgi meditó sobre este asunto muchos días, más de los que le gustaría admitir. Concluyó que preguntar a su alrededor sobre Joohyun sería descortés e inmaduro. Que, si necesitaba algo, acudiría a la fuente. Eso era algo que un adulto normal haría. Seulgi se acercaría a Joohyun.

Sin embargo y pese a la fuerte decisión de la joven actriz, las semanas transcurrieron y aún no era capaz de dirigirle la palabra a Joohyun. El aura de la veterana la intimidaba. La intimidaba al punto de dar media vuelta cuando la veía a la distancia y cuando potencialmente podía cruzarse en su camino. Al punto de ensayar por minutos las palabras a decir sin ser siquiera capaz de acercarse a ella. Hubo una vez en la que Seulgi estuvo a punto de iniciar conversación cuando por asares del destino, al abrir la puerta de entrada, se toparon cara a cara. Los ojos de Seulgi se abrieron de golpe y las piernas no le funcionaron, haciendo que se plantara firmemente obstruyendo el paso de la mayor. Joohyun, por el contrario, la miró a los ojos y la saludó con una apenas notoria sonrisa para así escurrirse por un espacio entre Seulgi y la puerta y escapar del edificio. El corazón de Seulgi se aceleró por muchas razones. El abrir la puerta y encontrase con el bello rostro de la actriz había sido un golpe duro para ella, sintió haberlo recibido justo en la nariz cuando percibió el dulce aroma de la mayor y su cuerpo se erizó al pensar en la cercanía de ambas. Pero la razón principal era que su mente le gritaba no dejar escapar la oportunidad de hablarle y su garganta parecía estar cerrada. La adrenalina del momento le hizo un favor a Seulgi que no olvidaría cobrarle. Tragó duro y comenzó lo que sería la primera palada de tierra sobre la tumba de su imagen frente a Joohyun.

- ¡Bu-bu-buenas tardes, se- señorita Joohyun!

Seulgi se olvidó de ajustar el tono de su voz y saludó con un grito. Y no solo eso, de pronto se encontraba tartamudeando. Sentía la mandíbula rígida. - ¡¿Señorita Joohyun?! ¡¿Qué clase de saludo es ese?! – pensó entre pánico.

- ¿Ya-ya… ya se va? - ¡Idiota, claro que ya se va! Acabas de sostenerle la puerta para que saliera del edificio – Seulgi se daba una tunda de golpes mentalmente.

Le pareció que Joohyun ignoraría sus torpes palabras por un momento, porque los pasos de la mayor no se detuvieron y continuaba alejándose de ella. Sin embargo, después de lo que le pareció una eternidad, Joohyun giró levemente su cabeza para poder mirarla por el rabillo del ojo. Seulgi se heló.

- Mmm – Joohyun zumbó suavemente y extendió su mano en señal de despedida para así devolver su cabeza y continuar con su caminata.

Seulgi se quedó un par de segundos parada torpemente aún sosteniendo la puerta del edificio pensando en lo patética que había sido, en cómo había fallado en atrapar la atención de Joohyun. O en como tal vez la había atrapado, pero no bajo las circunstancias que esperaba ni bajo el efecto deseado. La reacción de Joohyun le había parecido como aquel escenario en el que uno se encuentra caminando a prisa y le parece tropezarse con algo en el suelo, mira brevemente y con disgusto hacia abajo para asegurarse que no era nada, y continúa su camino. Seulgi era esa cosa intangible y molesta con la que Joohyun había tropezado. Fue ese momento en el que decidió dejar de intentar cambiar aquello que no tenía remedio.

Desafortunadamente, el conteo regresivo para que comenzaran las grabaciones en las que compartía escena con Joohyun, había terminado. Seulgi se encontraba emocionada y halagada, pero en el fondo un tanto desanimada. No era así como había imaginado que sería.

Seulgi no fue diferente a otro actor que cruzara plató con la veterana. Esta era una escena que Seulgi ya había visto una y otra vez desfilar frente a sus ojos, a diferencia que ahora no la miraba a la distancia, la actuaba. La palpaba y sentía, había entrado a la burbuja. Cuando el director las llamó a escena, ambas se saludaros, lanzaron sus líneas a la otra, Joohyun revisó con sus superiores su trabajo. Hizo una reverencia para despedirse y desapareció de la vista de la menor. Seulgi fue felicitada por su trabajo como coestrella, pero en el fondo se sentía disconforme con como todo se había dado.

Así fue como la relación laboral con Joohyun había comenzado. Aprendió a trabajar con esta disconformidad, aprendió a estudiar la actuación de Joohyun a una distancia acortada. Conforme la disconformidad crecía dentro de ella, la idea de volver intimar con su compañera se clavaba más en su cabeza, pero ¿era algo realmente necesario? Después de todo, Seulgi había aprendido mucho con mirarla a la distancia y creía que al observar su trabajo en primer plano aprendía un poco más. Tampoco necesitaba “crear” una química con Joohyun, pues había visto desfilar actores y actrices frente a ella y en cada actuación, en cada escena, la atractiva chispa que solo Joohyun sabía hacer brillar se encendía, dando así un momento significativo a la escena.

De este modo, Seulgi dejó que los nervios, el temor y la intimidación que su modelo a seguir le generaban ganaran. Y se engañó a sí misma pensando que era mejor dejar las cosas como estaban, se convenció de que las piezas del Tetris caerían automáticamente en su lugar para así encajar a la perfección.

Seulgi claramente nunca había jugado Tetris.

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- ¡Vaya, que puntual! ¿Lista para hoy?

Escuchó una voz a sus espaladas y cuando se volteó, tuvo que alzar un poco la mirada pues se encontraba a desnivel frente a la persona que le hablaba. Notó que la amplia sonrisa de la chica que la había sacado de su trance era contagiosa.

- ¡Ah! Buenos días, Sooyoung – Seulgi sonrió e hizo una pequeña reverencia, pero se olvidó de responder la pregunta y sin saberlo, le devolvió la misma - ¿Lista para hoy?

- Seulgi, ¿ya se te olvidó que yo soy la guionista? – soltó una risita – Estoy más que lista y espero mucho de ustedes, sobre todo espero que no me lo arruinen.

Sooyoung se acercó un poco más a Seulgi para decir estas palabras, rió con fuerza y puso su mano sobre el hombro de la actriz para transmitirle la ligereza y jugueteo de sus palabras. Sus palabras no eran elocuentes a sus acciones.

- Gracias por trabajar tan duro, daremos nuestro mayor esfuerzo.

Seulgi repitió la reverencia y respondió seriamente sintiendo ahora como las palabras de la sonriente guionista habían depositado un peso sobre sus hombros.

La tranquilidad del pasillo en el que se encontraban se vió irrumpida por un tumulto de gente que se acercaba a ellas. Seulgi, al ver esto, abrió la puerta de cristal e hizo un ademán para que Sooyoung entrara a la sala. Esta le sonrió y se adentró. Antes de hacer lo mismo, Seulgi dirigió la vista hacia las personas que se aproximaban con la intención de encontrase con aquel rostro que tanto conflicto le había causado desde el inicio de temporada, y no se vió decepcionada. A la distancia pudo distinguir la silueta de Joohyun que cada vez se hacía más grande y detallada, tragó saliva y se apresuró hacia la sala.

Echó un vistazo como si no fuera el mismo espacio que se encontraba mirando minutos atrás, se sentía apurada por elegir un lugar pues los pasos que escuchaba aproximarse se sentían cada vez más cercanos. Ubicó a Sooyoung y le pareció sensato sentarse frente a ella pues pensó que, de este modo, la guionista podría guiarle eficientemente y así podría recibir el feedback necesario para hacer un mejor trabajo. Una vez acomodada en su asiento, evitó devolver la mirada hacia la puerta y se percató de los papeles frente a ella, tomó el guion y comenzó a hojearlo como si le fuera ajeno, bloqueando el recuerdo de la impresión que había tenido al leerlo por primera vez. Escuchó como la sala se llenaba con el equipo de trabajo y antes de que lo notara, la sesión había dado inicio. Seulgi levantó la mirada obligada por los modales que se le habían inculcado desde pequeña al escuchar la voz del director.

- Buenos días, equipo. Espero que todos estén tan emocionados como yo. Hoy comenzaremos con la lectura del guion de esta segunda temporada que no hubiera sido posible de ver la luz si no fuera por el gran trabajo de cada uno de ustedes, así que, por favor, me gustaría escuchar fuertes aplausos.

El equipo de trabajo comenzó a aplaudir fervientemente mientras el director nombraba brevemente a los miembros del equipo a pesar del sonoro ruido que inundaba la sala. Cuando llegó el momento de mencionar a los guionistas, Seulgi dirigió su vista hacia enfrente y vió como una orgullosa y un tanto apenada Sooyoung se enderezaba de su asiento para hacer una reverencia y le motivó para aplaudir con más fuerza. La mirada de Seulgi que estaba adherida a la guionista, bajó al mismo ritmo en el que el cuerpo de la más alta descendía para acomodar su silla y retomar su asiento. Fue así como notó a la persona que ocupaba el lugar a lado de Sooyoung.

- … y nuestros actores que han cumplido a la perfección las expectativas. Nuestra joven Kang Seulgi.

Aún sin poder procesar la imagen que tenía frente a ella, Seulgi se levantó de su asiento automáticamente al escuchar su nombre. En el proceso, pateó la silla torpemente, lo que hizo que su cuerpo perdiera un poco el equilibrio, pero esto no fue motivo suficiente para interrumpir el contacto visual entre ambas actrices. Joohyun la miraba fijamente y Seulgi sentía que los ojos de la mayor podían inspeccionarle hasta el pensamiento. Para Seulgi, en la sala el ruido había desaparecido. Estaba enfocada únicamente en Joohyun. El momento era épico.

Cuando Joohyun vió a Seulgi completamente incorporada de su asiento, le lanzó una ligera y honesta sonrisa e inclinó un poco la cabeza hacia su dirección, lo que la novata interpretó como señal de reconocimiento por su trabajo. De pronto, Seulgi sintió un golpe de alegría que la noqueaba, pensó en cada decisión que había tomado y cada acción que había realizado, en cada paso que dió y que la había conducido hasta donde estaba ahora. Pensó en su familia y en Wendy. Se dejó perder en los ojos de Joohyun, eran gentiles y expresivos. Se sintió la persona más afortunada del mundo y se permitió absorber el momento, pensando en la imagen frente a ella como un premio. En su rostro se dibujó una sonrisa que iba de oreja a oreja. Joohyun realmente era hermosa, era hermosa y era la mejor actriz del momento; del momento y de la década. La mejor actriz con la que Seulgi haya podido compartir plató y su presencia lo inundaba todo, se apoderaba de la menor y demandaba ser apreciada. Los ojos de Seulgi se movían como un terremoto sobre el rostro de Joohyun. Partieron de su sincera mirada hasta su pequeña y perfilada nariz, después hacia su largo y estilizado cabello y ahora hacia una de sus lindas orejas que sostenía un mechón. Los ojos de Seulgi no se olvidaron de pasar también por el fino y expuesto cuello de su compañera apenas adornado por una delgada gargantilla, observó sus aparentemente suaves mejillas y su boca. Fue ahí, en ese punto, donde la mirada de Seulgi detuvo su camino. Los labios de Joohyun eran de color rojo esa mañana, tenían un toque aterciopelado, se les veía carnosos y curvados. Suavemente separados, dejaban asomar una hilera de perlas blancas que pronto fue cubierta por una de las pequeñas y pálidas manos de la actriz a quien ya no le quedaba centímetro de piel que Seulgi no hubiera recorrido. Esta obstrucción se ganó un ceño fruncido por parte de la más joven.

El ruido regresó a la sala y Seulgi pestañeó despertando de su trance. Pero el ruido era muy distinto al de los aplausos. Eran las risas de sus compañeros.

- ¡Hey, sin ponerse roja, Seulgi! – Sooyoung le gritó mientras reía y le hacía señales con la mano para que regresara a su asiento.

Decir que Seulgi estaba apenada era poco, sentía que la cara le ardía y al no tener forma de ocultarlo, hizo una reverencia de 90° grados que hizo que casi se golpeara la cara contra la mesa que tenía frente a ella. Se mantuvo así unos segundos, tiempo que suplicó fuera suficiente para que el color de su rosto regresara a ser el de costumbre.

- Gracias a todos – dijo con un tono sin vida aclarando su garganta y con la mirada gacha mientras retomaba su asiento.

Seulgi no tuvo valor para alzar la mirada. De escuchar únicamente un zumbido, ahora pasaba a escuchar la poderosa voz de Sooyoung quien comenzaba con un pequeño discurso, indicándole a todos tomar la página seleccionada por ella para iniciar la lectura. Dudó estar lista después de lo que había sucedido. No podía dejar de pensar en la breve sonrisa de Joohyun y el pequeño reconocimiento que le había hecho. Era un trato que nunca había recibido de ella. Era mínimo, pero le parecía significativo. Seulgi se prometió demostrar a todos que estaba a la altura del trabajo. Dirigió una mirada a Sooyoung antes de localizar la página en el libreto y esta, como respuesta, la miró sin expresión alguna durante un segundo para después dibujar una notoria sonrisa maliciosa. Seulgi quiso deslizar la mirada hacia el asiento contiguo de la guionista, pero le fue imposible. Se rindió y parpadeó pesadamente regresando su vista al contenido entre sus manos. En definitiva, el aura de Bae Joohyun era intimidante.