Toma 1

Entre Líneas

Afortunadamente para cuando llegaron, una música de suave compás envolvía el lugar, por lo que la gente presente se rehusaba a comenzar a bailar y en cambio, permanecían en sus respectivos lugares conversando con sus acompañantes o con las nuevas caras que habían conocido en el transcurso de la noche. Aun así, teniendo a su favor esta relativa calma, Sooyoung y Joohyun se tomaron de la mano para no perder a la otra y abrirse paso a través del atiborrado lugar.

La construcción era de dos pisos, el espacio estaba muy poco iluminado y el olor a alcohol se hacía presente desde el momento que se ponía un pie dentro. Ya que la segunda planta era la menos abarrotada, ambas mujeres subieron las escaleras que se encontraban bastante lejanas de la puerta de entrada y entre codazos y pisotones, buscaron con la mirada a un mesero o bien, un lugar despejado cerca de la barra para poder ordenar sus bebidas.

Sooyoung se sintió aliviada de que, a pesar de que el lugar estaba lleno de gente, se podía sentir una suave y fría brisa proveniente del aire acondicionado. Se tomó su tiempo para disfrutar de ese golpe de frescura que recorría su cuerpo y se centraba en su cálido rostro. Se gradeció y se alabó a sí misma por habérsele ocurrido entrar a aquel sitio.

Miró detenidamente a su alrededor; la mayoría de los presentes se encontraban en sus veintes y eran bien parecidos, un lugar digno de su presencia y la de su acompañante, pensó. Notó en las manos de aquellas personas pequeños vasos y botellas de cerveza de diferentes marcas, había animadores que recorrían el lugar, soplaban silbatos o cornetas de aire que hacían sonar con el afán de alentar a los de su alrededor a gritar y llevarse las bebidas alcohólicas a sus bocas. Tal vez el lugar les aguantaría la noche, o tal vez decidirían salir en busca de un nuevo ambiente.

Un mesero las abordó por sorpresa, sacando a Sooyoung de su hilo de pensamientos y una vez que ocuparon una mesa, la escritora se dejó desplomar en el primer asiento que encontró a su alcance, se palmeaba con el dorso de su mano la cara y echaba hacia atrás algunas tiras de cabello que se habían adherido a ella. Sentía que palmear su cara haría que se refrescara un poco más y los golpecitos también harían que la presencia del alcohol en su organismo se evaporara con mayor facilidad. En pocas palabras, la escritora se preparaba para la larga noche que les esperaba.

Joohyun, aún de pie a su lado, observó sus acciones y se burló de ella abiertamente con una sonrisa amplia y torcida.

La actriz sacaría a Sooyoung del pequeño oasis en el que se encontraba y que se había fabricado para ella misma pues ahora, frente a las dos mujeres, un nuevo mesero depositaba una bandeja de fruta fresca y picada, agua y una justa cantidad de cervezas. Una vez que el mozo se alejó de su mesa, la actriz tomo las dos cervezas que se encontraban sudorosas frente a ellas y que, graciosamente, hacían juego con Sooyoung. Juguetonamente apartó de un tirón la mano de la escritora que aún secaba discretamente la humedad en su frente y colocó la cerveza en ella. Sooyoung se enderezó y recargó los codos sobre la mesa con una pose de derrota. Era cierto, era una abuela en sus veintes y no se creía que la señora con la que compartía mesa se viera tan vital y fresca como si recién hubiera salido de la ducha. Joohyun chocó su botella con fuerza contra la de Sooyoung.

- ¡Hey! – la acción la había sorprendido y la fuerza de la actriz fue suficiente para hacer que medio cuerpo de la escritora colgara de la mesa.

- ¡Por mi jovial abuela! – Sooyoung le regresó el choque a la actriz con la misma fuerza que lo había recibido, pero al contrario de la escritora, el golpe no movió a Joohyun ni un centímetro. Lo único que ocasionó fue que la escritora se ganara otro empujón que, de nueva cuenta, casi la manda al piso.

Joohyun se empinó la botella con una mirada de picardía, como si le jurara a la escritora que le haría pagar por aquel comentario y, al saber cómo beber, o al menos eso era lo que ella creía, se terminó la bebida en cuestión de minutos. Varios factores habían desencadenado esta acción en Joohyun.

  1. Después de una bochornosa caminata, necesitaba hidratarse.
  2. El comentario de Sooyoung era uno que no podía perdonar ni pasar por alto.
  3. La mirada de Sooyoung le había parecido como aquella que le invitaba a tomar un reto aquella noche, y al ser competitiva por naturaleza, estaba segura de que la más joven perdería.
  4. La música finalmente había cambiado su ritmo.

Joohyun la sentía golpetear contra su pecho como si se tratara de una reanimación con desfibrilador. La sentía golpear también contra sus oídos y eventualmente la melodía se abrió paso para que el contagioso ritmo se quedara clavado en su cabeza. La atmósfera del lugar cambió completamente. Del tranquilo transe que invitaba a platicar con el prójimo no quedaba nada. Ahora eran los cuerpos los que quería ser escuchados. El de Joohyun no podía ser la excepción.

Comenzó con un sutil vaivén de caderas con los pies bien plantados a un lado de su compañera. Cerró los ojos y sus manos comenzaron a formar unos movimientos de oleaje que iban al compás de su menear. Su cabeza se movía de izquierda a derecha y por momentos la echaba hacia atrás para que su cabello que ondeaba no bloqueara su rostro. Cuando abrió los ojos hizo automáticamente contacto visual con Sooyoung quien al parecer la miraba desde que su baile había comenzado. Mantuvo la mirada y se acercó aún más a ella con el mismo sutil y suave meneo de caderas mientras echaba su cabello hacia atrás. Le sonrió y estiró la mano para invitarla a levantarse de su asiento.

Sooyoung no pudo esconder el efecto de la visión frente a ella. Era cierto que con el paso del tiempo y el diario contacto, la escritora se había acostumbrado a la belleza natural de la actriz, pero verla en ese nuevo ámbito, con esa presencia despampanante y con esa técnica incitadora, la habían tomado por sorpresa y fue este descubrimiento de un nuevo lado de Joohyun que desconocía el que hizo que se sonrojara notoriamente, incluso bajo las luces estroboscópicas. Le fue imposible suprimir una risa tímida que se le había escapado, se recompuso para aceptar la mano de Joohyun tratando de imitar la misma elegancia y finura con la que la mayor le había ofrecido la suya.

Joohyun se alegró de que la fatigada escritora no hubiera declinado su invitación y una vez que estrecharon sus manos, la actriz la empujó hacia ella para posar ahora ambos brazos sobre los hombros de la menor.

Como era de esperarse, después de pocos minutos docenas de ojos se deleitaban con el acto de ambas mujeres. Era una escena irresistible de mirar, algunos presentes se habían olvidado por completo de sus acompañantes y enfocaban su atención en los dos cuerpos estilizados y curvilíneos que se movían al compás de la música. Algunos miraban abiertamente, otros discretamente. Algunos otros codeaban al de alado para invitarlo a presenciar aquel deleite visual.

Y es que no era para menos, Joohyun, siendo de estatura menor, se había acomodado cerca del cuerpo de Sooyoung y la encaraba con sus brazos relajados sobre los hombros de la escritora. Las manos de Sooyoung, por el contrario, se encontraban a un nivel mucho más bajo que el de los hombros de Joohyun; justamente en sus caderas. Al comienzo del baile, la escritora aún movida e intimidada por la belleza de la actriz, había actuado de forma torpe y nerviosa, haciendo que sus brazos se balancearan muy cercanamente de los costados de Joohyun, dibujando la silueta de esta. La actriz, al sentirse dentro del espacio en el que Sooyoung las había encapsulado, la habría tomado por los hombros y acercado más hacia ella, creando así la escena presente. Sintiendo esa nueva comodidad y cercanía, Sooyoung no lo pensé dos veces, y sus manos se posaron automáticamente en las pequeñas caderas de la actriz que no paraban de menearse de un lado hacia el otro. Este movimiento, hizo que, de alguna forma, Sooyoung sintiera la música de una forma más vibrante. Era como si cada nota y acorde fueran dictados por las caderas de la actriz. Era el cuerpo de Joohyun el que la escritora seguía. Una sensación electrizante le recorría el cuerpo, el alcohol hacía que no parara de sonreír; ¿O era la pequeña mujer frente a ella? Sintió en su pecho el vibrar del bajo, podía oler una mezcla de alcohol y el perfume de lavanda de Joohyun, sintió en sus brazos también el roce del suave y cosquilleante cabello de su compañera de baile, quien ahora se acercaba más y más a ella. Sus cuerpos chocaron y el trance en el que se encontraban llegó a su fin.

Al abrir sus ojos sus miradas conectaron automáticamente como ya lo habían hecho más de una vez aquella noche y de nueva cuenta, se sonrieron abiertamente. Sooyoung llamó el nombre de la actriz entre risas, pero ésta sólo le respondió el llamado con una sonrisa aún más amplia. La escritora se preguntaba si la bebida había traicionado tan pronto a su acompañante. 

A través de pequeñas rendijas se asomaban unos ojos cristalinos y una mirada un tanto desorbitada, parecía también que sus ojos se habían achicado o tal vez el cambio de luces los lastimaba y hacía que Joohyun apretara los párpados. A menudo se asomaba una lengua para mojar los labios y cada vez que Sooyoung atrapaba a Joohyun haciéndolo, la mayor le sonreía cubriéndose la boca con una de sus pequeñas manos. Sentía el peso de los brazos de la actriz y le parecía que, si decidía apartarse de ella sin aviso, la actriz quedaría tumbada en el suelo. Sooyoung llamó nuevamente el nombre de quien estaba frente a ella, pero recibió una vez más una mirada torpe y una sonrisa suelta como respuesta. Sooyoung abrazó fuertemente a Joohyun sin saber por qué. La apretó duro contra ella, sus brazos se deslizaron por su cintura y la cara de Joohyun se vió bien acomodada en el cuello de la más alta.

Por un momento ambas dejaron de moverse y permanecieron abrazadas entre la gente. Sooyoung sintió que los labios de Joohyun se movían rozando su cuello.

- Joohyun, no puedo creer que ya estás ebria.

- Estoy acalorada – respondió la mayor sin intenciones de separarse de la actriz.

- Ay, esta señora que sonsaca a bailar y no aguanta ni tres canciones.

- ¡Hey! – exclamó Joohyun contra el cuello de Sooyoung, aún no parecían venirle las ganas de abandonar su lugar.

- Ven, yo también me siento un tanto acalorada. Vamos a sentarnos un rato a beber.

Sooyoung apartó cuidadosamente a Joohyun de su cuerpo y le acomodó un brazo para que rodeara su cintura. Un largo brazo de la escritora tomó a Joohyun por la espalda y la apretó contra ella, caminaron unos cuantos pasos hacia su mesa cadera con cadera.  Ambas se dejaron caer en sus asientos y comenzaron una nueva ronda de tragos. Esta vez fue Sooyoung quien escogió las bebidas y optó por algo insípido y refrescante, dos vasos de agua se veían ahora frente a las dos bellezas.

- No pienso terminarme todo esto sola, Joohyun – la escritora hacía un ademán con sus manos señalando las botellas restantes de cerveza ¿Por qué ordenaste tanto si no sabes tolerar el alcohol?

La lengua de la escritora rodaba pesadamente en su boca y antes de pronunciar palabra, tuvo que formular uno por uno los enunciados en su mente para poder expresarse propiamente y no perder el hilo de ideas y más importante aún, para no ganarse un remarque burlón por parte de la mayor.

Joohyun la miraba ahora con unos ojos aún cristalinos pero suaves. La actriz no podía parar de sonreír, aunque no era una sonrisa abierta. El humor de la noche y el alcohol hacían que la comisura de su boca se elevara levemente hacia un costado, siendo apenas visible a simple vista. Se conocía y sabía exactamente las etapas en las que el alcohol se hacía notar en su cuerpo. Se consideró en etapa 2. Una etapa en la que no puede parar de sonreír, en la que se siente acalorada, en la que la persona que la mantiene acompañada es lo más preciado para ella; una etapa en la que le gusta inhalar profundamente y suspirar para sentir como el alcohol sale evaporado por su nariz, para calcular cuantas botellas más la llevarán a la siguiente etapa de embriaguez.

- No puedo creer que te haya tomado 10 minutos decirme eso.

Sooyoung abrió los ojos llenos de sorpresa y soltó una carcajada. La actriz la conocía mejor de lo que pensaba.

- ¡Te estaba dando tiempo para respirar! Y decías que era yo la que terminaría desmayada en la pista de baile…

Ante esto Joohyun no tuvo nada que decir. Pensó en el abrazo que compartieron durante su baile y concluyó que 4 botellas más la llevarían a la siguiente etapa.

- Necesito refrescarme – dijo mientras se levantaba de su asiento y acomodaba su ropa, dio el último trago a su vaso.

- ¿Necesitas que te acompañe?

Sooyoung estaba a punto de levantarse de su asiento, pero Joohyun la detuvo posando una mano sobre su hombro meneando su cabeza en forma de negación. Minutos después de la fuga de la actriz, la menor notó unos ojos insistentes que la observaban.

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Se acomodó el cabello pasando sus manos entre sus mechones y se acercó al espejo del tocador para revisar su maquillaje. Sus cejas naturalmente rectas, sus ojos apenas delineados y sus labios de un pálido tono rosa que hacía juego con su piel de porcelana lucían exactamente igual a como los había visto por última vez antes de salir de su departamento. Lo único que lucía notoriamente diferente eran sus mejillas que ahora se veían coloradas y resaltaban la estructura de sus pómulos. Pensó instintivamente en rociar con agua su rostro, pero le tomó menos de un segundo deducir que no era la mejor de las ideas, así como tampoco lo había sido desaparecer por más tiempo de lo que tenía planeado y hacer preocupar a Sooyoung.

Al abrirse nuevamente paso para llegar a su mesa destino, notó a lo lejos una Sooyoung que se meneaba en su asiento con el ritmo de la música pero que también giraba su cabeza de un lado a otro buscando a la persona en calidad de desaparecida. Al observar esta conducta, Joohyun aceleró el paso apartando de su camino a las personas que bailaban y aprovechaban la noche para divertirse.

- Bailas muy bien.

Una voz grave y un tanto rasposa rozó la oreja de Joohyun, lo que hizo que naturalmente apartara su cabeza de aquel ruido que la había alarmado, como si se tratara de un mosquito que hubiese zumbado fuertemente contra su oreja. Aunque consiente estaba de que no se trataba de un mosquito, sintió naturalmente la necesidad de lanzar un manotazo para apartar aquel molesto ruido, pero su lado racional contuvo aquella acción. Contrario a sus deseos, continuó su caminata como si nada hubiese ocurrido, esto con la intención de calmar pronto la notoria ansiedad de su compañera.

- Tu amiga también baila muy bien.

Apretó el puño pues sintió esta vez que su instinto era más fuerte que la razón y en cualquier momento el manotazo se encontraría con aquel molesto e insistente mosquito, listo para aniquilarlo. Y esta molestia que crecía en ella, aquel instinto, al contrario de lo que una persona ajena a la actriz creería, no se debía a la presencia del alcohol en su cuerpo.

Joohyun había perdido con el paso del tiempo, con las experiencias vividas y los aprendizajes ganados, aquellos “modales” con los que había crecido en su pequeño pueblo y con su conservadora familia. Al comienzo de sus veintes, después de instalarse en la capital, se había visto forzada a reevaluarlos.  

Hace un par de años, pensaría que su belleza le causaba problemas, que se le acosaba e irrespetaba debido a ella. Que debía declinar gentilmente propuestas que le incomodaban para evitar causar molestias. Los años en una industria bien conocida por valorar y utilizar en gran medida a las personas por sus atributos visuales, habían hecho que Joohyun abriera los ojos de un golpetazo, aprendiendo así a crecer cómodamente en su piel. Y esto, en cierta medida, se lo debía también a su acompañante. Una joven mujer cuyo nivel de confianza y seguridad rebosaban los parámetros de sanidad.

- ¡Oye, te estoy hablando! ¡Te invito unos tragos, invita a tu amiga!

Continuando con su plan, la molesta voz se escuchaba ahora más lejana y los pasos que le pisaban los talones no le seguían más. Una vez llegó a la mesa, se colocó detrás de Sooyoung y estiró un brazo para alcanzar una cerveza. La escritora se volteó con una mirada consternada y barrió con la mirada a su previamente desaparecida compañera.

- Debí haberte acompañado – Sooyoung notó como el ceño de la actriz se arrugó y prosiguió - ¡Han tocado canciones tan buenas y no tengo con quién bailar!

Joohyun había tomado ahora asiento y le daba profundos tragos a su cerveza. Su mirada se enfocó en la mesa, pues le parecía que había menos botellas de las que recordaba se encontraban antes de irse.  Regresó la mirada a Sooyoung. La escritora con botella en mano, los ojos cerrados y su cabeza que no paraba de moverse, hacían que resaltara su personalidad burbujeante. Se le veía más relajada ahora que minutos antes cuando la observaba a la distancia. Tal vez por su regreso, tal vez por el alcohol.

-¿Y por eso te tomaste la libertad de arrasar con las bebidas?

- No tenía nada más que hacer – la menor hizo un puchero.

- Dudo que nadie te haya invitado a bailar.

- Me invitaron… pero yo sólo bailo con mi Joohyun.

Sin previo aviso, la burbujeante Sooyoung se lanzó hacia la actriz para sostenerla en un fuerte abrazo, lo que ocasionó que Joohyun derramara su bebida y sus reflejos de gato espantadizo las salvaran de una fuerte caída. La actriz no tuvo más que devolverle el abrazo con el único propósito de evitar el embarazoso evento de terminar acostadas y con el cuerpo adolorido en el piso pegajoso del lugar.

- ¡Aish, te embriagaste tan rápido! No me fui por mucho…

La actriz sintió que le tronó el cuello pues un repentino empujón la mandó fuera de su asiento, esta vez sus reflejos no funcionaron y lo único que pudo hacer fue apretar los ojos y abrir las palmas de las manos en forma de rendición, de aceptación ante el doloroso choque contra el piso para el que su cuerpo no estaba preparado. Pero fue lo contrario, unos familiares brazos la envolvieron nuevamente y la escena que había deslumbrado a muchos, se repitió.

- ¡Joohyun, bailemos!

Una implorante y llena de jovial diversión escritora la agarraba por los hombros y se los meneaba para hacer sacudir su cuerpo al ritmo de la música. Esta vez le fue imposible a Joohyun no reír. Mientras su cuerpo acompañaba el mismo ritmo que el de la escritora, en su mente pasaba el pícaro pensamiento de ponerse al corriente con el nivel de alcohol para emparejar el de Sooyoung. No podía dejarla sola en esta noche.

Antes de exiliarse de su entorno, notó los mismos ojos obsesivos que parecían no despegarse de su espalda.

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- ¡La fila es tan larga!

- ¡Pero la música es tan buena y llegamos a buena hora! Si nos salimos de la fila ahora más tarde será imposible entrar.

Seulgi tenía el brazo entrelazado con el de Wendy y lo jaloneaba en modo de imploración. Para ese entonces en el que la joven actriz se atrevió a quejarse sobre la fila había transcurrido casi una hora de espera. Lo que la achacaba no era realmente la espera, no eran sus pies, no era el aburrimiento, ni siquiera el calor; era algo más grande que su ser. Había permanecido callada con el ánimo de no molestar a la impaciente de su vecina y romper el encanto de la noche de festejo, pero un ser superior a Seulgi le aconsejaba que hiciera su voz escuchar. Era una voz familiar, una voz que siempre había estado con ella, una voz que le decía que estaba bien hacer cumplir sus necesidades. Una voz que no provenía de su mente, ni de su corazón. Provenía de sus entrañas que se retorcían, provenía de su estómago.

- Pero tengo hambre…

- ¡¿Otra vez?!

Wendy frunció el ceño y miró con indignación a la chica que se colgaba de su brazo, de quien no recibió respuesta alguna, claramente indignada también por la respuesta de la locutora. Wendy decidió retomar la plática después de un fuerte suspiro, esto con el afán de matar el tiempo.

- Si hubiéramos salido más temprano ya estaríamos adentro.

- ¡Exacto! Pero me obligaste a tomarme todo el alcohol que compraste – Seulgi volvió a jalonear el brazo de Wendy. La voz de la joven actriz estaba llena de fastidio.

- ¡¡¡ PORQUE TE COMISTE LAS ÚLTIMAS REBANADAS DE PIZZA QUE ME TOCABAN!!! ¡¿Cómo tienes el valor para quejarte de tener hambre?! – Wendy lanzó su respuesta a todo pulmón.

- Porque me obligaste a caminar hasta aquí. – Seulgi bajó la mirada y habló en un tono más quieto, pero que aún asomaba el fastidio en su voz.

- Tienes una respuesta para todo, ¿no?

Sin percatarse de su alrededor y envueltas en su discusión, las personas que pasaban por el lugar y aquellas que se encontraban junto a ellas volteaban por momentos a mirarlas pues el escándalo de sus voces ruidosas se podía comparar al del recinto al que esperaban entrar.

La noche para Wendy y Seulgi había transcurrido lenta y calmada, habían sido capaces de terminarse las bebidas y comida que la buena vecina había conseguido para ambas mientras escuchaban sus canciones favoritas. Además de ser de la misma edad, cuando se trataba de comida y música compartían gustos similares. Ambas compartían también el gusto por permanecer en sus hogares, eran personas hogareñas. Lo más lejos que les gustaba salir era para visitar a la otra que vivía en el departamento contiguo. La única razón por la que esa noche habían salido de casa era por el festejo de Wendy, durante otro día o fin de semana corriente, ambas habrían pedido un domicilio y bebido, tal vez con mesura, dentro del departamento.

Los tirones de Seulgi no cesaban, pedían a Wendy que la liberara de esa condena. La locutora lanzó otro pesado suspiro y desenlazó su brazo del de Seulgi.

- Si no regresas en menos de 15 minutos entro sin ti.

Para cuando Wendy volteó, Seulgi se había apartado de su lado y se encontraba a una distancia considerada para que escuchara su voz.

- ¡Voy por unas brochetas de pollo! – Seulgi ondeaba su mano despidiéndose de su amiga y desapareciendo a la distancia.

- ¡Con cuidado! – gritó Wendy un tanto preocupada al recordar todo lo que había hecho que Seulgi bebiera.

Su preocupación desapareció repentinamente. “¿Unas?” pensó después de unos segundos, pero para cuando regresó la mirada, Seulgi ya no se encontraba en su campo de visión.

Como era de esperarse, la fila avanzaba dolorosamente lento. Pensó en que tal vez había sido una mala idea haber ido caminando, estaba más preocupada por su estamina que por la de su amiga, y si hubieran tomado transporte público, tal vez se hubieran ahorrado unos cuentos minutos en la infernal fila. Pero el escuchar la música del lugar le alzaba los ánimos. Se preguntaba que tan lleno podría estar el recinto al ser de dos pisos y, sobre todo, al estar climatizado, pues era lo que muchos jóvenes buscaban en aquella noche calurosa; sin mencionar la popularidad que lo caracterizaba.

Perdida en sus pensamientos al azar, se vió sorprendida cuando el cadenero le llamaba para poder entrar. Tuvo poco tiempo para debatir entre entrar sola o salirse sin más remedio de la fila para esperar por la osita glotona a la que tenía por amiga. Pensó en inventarse una excusa o hacer plática para ganar tiempo, pensó también en pedir que la fila se recorriera y le guardaran el lugar a ella y a su acompañante, pero todas esas opciones le parecieron ridículas. Acorralada a tomar una decisión pronta, volteó la cabeza hacia atrás entre rezos y maldiciones por encontrar a Seulgi. Al parecer, sus plegarias fueron respondidas y se alegró de la imagen que se dibujó frente a ella. Seulgi corría con dirección al reciento y con una brocheta a medio comer en mano, podía ver también como la mandíbula de su amiga se movía tan rápido que, en ocasiones, se cubría la boca para evitar escupir la comida. Apretó los ojos para visualizarla mejor y notó como la joven actriz era atacada por una repentina tos al atragantarse con el pollo que devoraba con presura.

- ¡Apúrate! – Wendy llamó a Seulgi abanicando la mano con fervor.

Para cuando regresó la cabeza hacia la entrada del recinto e informar al cadenero el número de personas que entrarían, notó lo que le pareció un grupo de amigos que salían apresurados y acalorados del lugar. Sonrió al sentir telepáticamente la presencia de su amiga que se acercaba. Sin embargo, uno de ellos, un joven robusto y notoriamente intoxicado, se había atrevido a jalonear a una de las chicas haciendo que cayera fuertemente con sus rodillas directamente al pavimento, justo frente a los pies de Wendy, lo que hizo que la sonrisa se le borrara abruptamente de su rostro. El instinto de la locutora hizo que se arrodillara para auxiliar a la joven quien se quejaba dolorosa y que trataba de incorporarse con dificultad. Pero su intento de ayuda fracasó, pues en un abrir y cerrar de ojos, sintió como un fuerte empujón la mandaba de espaldas.

Seulgi, a la distancia, miraba la escena y le pedí a sus piernas más fuerzas para alcanzar a su amiga quien evidentemente necesitaba su ayuda. Las brochetas de pollo fueron las terceras en caer aquella noche sobre el pavimento.

 

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Thank you!
Jossosan
Para todos los que siguen está historia; no la he dejado en el olvido.
Me mudé lejos de casa, me encuentro comenzando desde cero y me ha sido difícil continuar escribiendo dadas las circunstancias.a Sin aembargo, la historia sigue en pie. Gracias a los que continúan esperando

Comments

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irnbaebae21 #1
Chapter 9: Esperare con respeto tu regreso uwu
Itaenylove
#2
Chapter 9: tengo esperanzas de q pronto vas a actualizar (^^)
de todas formas voy a esperar xd
AChriad #3
Chapter 9: te sigo esperando:(
ItaNyanG #4
Te sigo esperando.
Munusuo #5
Chapter 9: La historia va muy bien, eres muy buena escribiendo, gracias por actualizar, estaré esperando por más ?
Skyth06
#6
Chapter 9: OMG me encanta!!
Skyth06
#7
Chapter 8: Felicidades por lo de tu tesis!! Y excelente cap
A_readerg #8
Chapter 7: No suelo comentar pero de verdad me gusta la historia y tu forma de escribir...Esperando tu proximo update.
Skyth06
#9
Chapter 7: Quedó muy bueno
Kimdubu02
#10
Cant wait for the english version!