capitulo 6

simplemente ( taeny)

Taeyeon

 

 

—Damas y caballeros—dijo el Decano de Ciencias Políticas al micrófono—, Por favor démosle la bienvenida a nuestra última galardonada de la noche, taeyeon Kim.

 

El aplauso fue ensordecedor a medida que me acercaba al escenario para aceptar mi premio, una placa plateada con la inscripción “Estudiante del año” en el centro.

 

Esta noche se celebraba la ceremonia post-graduación para los mejores estudiantes de la carrera.

 

Por alguna razón, el cuerpo administrativo decidió que sería una gran idea realizarla días después que las demás ceremonias.

 

También pensaron que sería muy inteligente celebrarla en el tejado de un famoso hotel, para que así aquellos que estuviéramos aburridos hasta la médula pudiéramos fácilmente apreciar la playa tras nosotros y fingir que poníamos atención.

 

—Muchas gracias a todos por venir y rendir homenaje a nuestros veinte mejores estudiantes de nuestro departamento—continuó el Decano—Además, queremos hacerles saber que cada uno de los galardonados de esta noche han obtenido un 177 o más del máximo de 180 en la Prueba de Admisión a la Escuela de Leyes.

 

Más aplausos.

 

Miré mi reloj.

 

—Por favor, ahora sírvanse de nuestra mesa de postres antes de dejar la sala, y asegúrense de mantenerse en contacto con nosotros una vez que comiencen sus exitosas carreras de Leyes.

 

Cuando comenzó otra ronda de aplausos, me paré y fui hacia la mesa de postres para despedirme de algunos de los pocos compañeros de clase con los que hablé durante mi pregrado.

 

—Vaya, pero si no es otra que la mismísima taeyeon Kim…—dijo un hombre canoso que se paró frente a mi bloqueando mi camino—Qué transición más interesante la que usted realizó, ¿no?

 

—¿Disculpe?

 

—De súper estrella atleta a súper estrella académica—sonrió mientras miraba mi pierna derecha—Fue una verdadera lástima lo de tu lesión. Estoy seguro que nuestro equipo hubiera logrado algo si nunca te hubieras lesionado. Imagínate…

 

Cerré mis puños, de alguna manera agradeciendo que estuviera vistiendo un vestido ceñido; la tela era un obstáculo a la hora de querer pegarle a alguien.

 

El hombre ni siquiera esperaba una respuesta verbal.

 

Sencillamente seguía con su perorata, confirmando lo que seguramente era la opinión de todos los patéticos fanáticos del campus.

 

—¿No crees que debiste haber visitado otro doctor y tener una segunda opinión? El doctor al que fuiste no era el mejor. La Universidad, de hecho, se ofreció para enviarte a Nueva York a revisarte. También ofrecieron pagar tu rehabilitación, ¿no?

 

—Sí, así fue.

 

—Es decir, no me malinterpretes. Estar en el listado del Decano cada semestre y obtener un 177 o más en tu prueba de admisión a la Escuela de Leyes…

 

—Obtuve un 180.

 

—Correcto—se aclaró la garganta—Bueno, eso es impresionante, hija, pero podrías haber llegado muy lejos. Michael Jordan jugó una de las finales para campeonato con gripe. Diablos, Willis Reed, uno de los mejores centrales de todos los tiempos, jugó una vez con el tobillo roto. Roto. Muchos jugadores han vuelto a jugar tras recuperarse de una lesión como la tuya, así que no puedo entender por qué no lo volviste a intentar.

 

—¿Ya terminó?—mantuve mis puños bajos.

 

—¿Qué dijeron tus padres sobre tu decisión?—continuó—¿Alguna vez les preguntaste sobre esto? Estoy seguro que tu papá nunca hubiera…

 

—Púdrase—lo callé—Usted no sabe ni mierda de mí, y me importa una mierda si no entiende una decisión que tomé sobre mí vida. Viva la suya propia.

 

—Sólo estoy diciendo…

 

—No va a seguir diciendo nada más si no se calla—dije apretando mi mirada—No deje que el vestido lo engañe.

 

Me miró totalmente sorprendido.

 

—Y para que conste—dije, dando un paso hacia atrás poniendo distancia entre nosotros—, Michael Jordan ya era un bendito jugador profesional cuando jugó esa final con gripe, yo no lo era. Si, Willis Reed fue uno de los mejores centrales de la historia, pero decidió retirarse porque vivió lesionado, ¿no?

 

No dijo nada, sólo me miraba, por lo que me alejé.

 

No me molesté en hablar con ninguno de mis compañeros o detenerme en la mesa de postres.

 

Necesitaba irme a casa para estar con las personas con las que realmente quería estar.

 

Me subí a mi auto y subí todo el volumen del radio, intentando olvidar a ese idiota y sus estúpidas opiniones pero nada parecía funcionar.

 

Todo empezó a pasar frente a mis ojos como una película muda, cuadro tras cuadro.

 

Hace cinco años, no tenía que preocuparme pensando en tomar la prueba de admisión a la Escuela de Leyes o escoger una carrera académica; estaba siendo seleccionada como una de las mejores reclutadas del nivel de escuela secundaria del país.

 

Yo era “el fenómeno inesperado” y “el increíble talento” que había comenzado a jugar baloncesto durante mi primer año de la escuela preparatoria.

 

Desde fuera, me veía totalmente apasionada por el deporte.

 

Hablé con entrenadores de universidades de todo el país, llevé a mí ya talentoso equipo al campeonato estatal durante mi último año, pero la verdad era que sólo usaba la atención para desviar mi dolor.

 

Un dolor que escondía muy bien.

 

Invertía horas extras cada día en mis entrenamientos porque no quería pensar en nada, no porque quisiera mejorar mi juego.

 

Fingía estar desesperanzada o desilusionada cuando perdíamos un juego o perdía un tiro crítico, pero realmente me importaba un carajo.

 

De hecho me sentí un tanto culpable al aceptar una beca completa deportiva para la Universidad de South Beach, sabiendo que realmente no quería jugar, y la atención que recibía de los medios alcanzó un punto máximo durante mi primer año.

 

Aun así, tras cuatro juegos en la temporada, me rompí mi ligamento cruzado anterior y mi mecanismo de defensa fue arrancado de mí en cuestión de segundos.

 

La atención mediática que fue repentina y abrupta cuando empecé, pareció llegar a una parada abrupta.

 

Si, el doctor me dijo que tras una rehabilitación exhaustiva podría volver a jugar, que podría tomar seis a ocho meses en sanar y estar bien de nuevo, pero pedí que me escribiera un diagnóstico que decía: “debería abstenerse de jugar a nivel competitivo de nuevo”.

 

No soportaba la idea de vivir como una estrella atlética un solo día más.

 

Me vi obligado a buscar un nuevo mecanismo de defensa.

 

Dado que no tenía ningún familiar al cual llamar, sólo los recuerdos podían revivirlos de vez en cuando, me apoyé en mis amigos.

 

Sólo mis amigos.

 

Tenía a jessica, mi amiga más cercana, después de Tiffany claro está, actual compañera de vivienda, una total obsesiva con el estilo de vida de fraternidad, quien siempre tenía una excusa para cualquier cosa.

 

A mi antigua compañero de equipo Sooyoung, quien pronto se volvería una jugadora profesional, y que aún me conseguía entradas para todos los juegos del equipo cuando jugaban en nuestra universidad.

 

Y por supuesto, estaba Tiffany, quien me soportó a través de todo el asunto, nunca me dejó leer lo que los periódicos decían sobre el “diagnóstico cuestionable”, siempre a mi lado cuando todos los demás me abandonaron; era mi mejor amiga, la única persona con la cual siempre podría contar sin importar la situación.

 

Y, por alguna extraña razón, era la única persona que se hallaba en mi cocina cuando finalmente llegué casa de la ceremonia de premiación.

 

—¿Querías tener una fiesta de graduación con sólo cuatro personas?—me preguntó cuando entré—Sabes que podrías haber convocado fácilmente a más de cien personas, y eso sólo si cuento a tus adorables fanáticas femeninas.

 

—Te mata que sea tan ualmente atractiva, ¿no?

 

—Me mata que de hecho puedas describirte a ti misma como “ualmente atractiva” sin reírte de lo ridículo que suenas.

 

Sonreí.

 

—¿Te gustaría más si fuera modesta?

 

—Me gustarías más si fueras honesta—se rio, mientras que jessica y Sooyoung se nos unieron, discutiendo sobre baloncesto como siempre.

 

— ¿Hablabas en serio cuando decías que sólo nos ibas a invitar a nosotras tres?—preguntó Marley, mirando alrededor— ¿Ninguna otra chica excepto nosotras y Tiffany?

 

—¿Hay algún problema con eso?—pregunté.

 

—No—jessica se encogió de hombros, colocando una bolsa en el mostrador—Tras haber estado en diez fiestas esta semana que estaban demasiado llenas, creo que preferiría mil veces pasar el tiempo con un grupo pequeño esta noche. Bueno, menos con Tiffany. Estoy de acuerdo con Marley en ese punto. Siempre es mejor cuando ella no está acá, y como yo también vivo acá, voto porque se vaya.

 

Tiffany le mostró su dedo medio.

 

—Recogí un pastel para ti, San—dijo jessica sacando un paquete de seis cervezas de una bolsa y entregándomelas—Concluí que necesitábamos uno para hacer de esta una celebración oficial. Además, tengo nuevo alcohol que necesito utilizar para mezclas luego. Yo y algunos de mis hermanas de fraternidad queremos copiar un experimento que vimos en YouTube.

 

—Por supuesto que lo quieren—abrí la tapa de la caja de la torta, negando con mi cabeza mientras leía el mensaje en glaseado azul—“¿Felicitaciones, es un niño?”

 

—Se les habían acabado las de graduación—se encogió de hombros—Eso es mejor que nada, ¿no? ¿O debí conseguir uno que dijera “Felicitaciones, es una niña”?

 

Jessica y Sooyoung soltaron en carcajadas, y no pude evitar reírme también.

 

Recogí mi propio paquete de seis cervezas y les indiqué que me siguieran fuera, más allá de la puerta del patio trasero hacia la playa.

 

Este iba a ser nuestro último verano juntas antes de separarnos para perseguir nuestros sueños, y sólo quería agarrarme a la vida sin preocupaciones por un tiempo más.

 

Una vida en la que podía salirme con la mía siendo un poco irresponsable y todo era perdonado con sólo una rodada de ojos y una palmada en la muñeca de la policía universitaria.

 

Una vida en la que gastar horas y horas en una cafetería con mis amigos hablando de nada era la norma y no la excepción, y una vida donde la playa nunca se encontraba más allá de unas cuantas cuadras.

 

Sin embargo, mientras que Tiffany se sentaba a mi lado en la arena y comenzaba a pelear con jessica como siempre, me di cuenta que ya había algo que se sentía diferente acerca de este verano.

 

Pero no podía decir exactamente qué era, aún…

 

 

 

 

 

Días Más Tarde…

 

 

Cerré la puerta de mi habitación con seguro y volví a leer el obituario de mi papá por lo que sentí la millonésima vez, deteniéndome en las palabras: “Él deja una hija a la que amó más que a nada, una ex-esposa (una mujer que siempre consideró su mejor amiga) y una prometida...”.

 

La “mujer a la que siempre consideró su mejor amiga” era la parte que siempre llamaba mi atención.

 

Él desapareció en algún lugar entre el to y séptimo grado, entre una de mis fiestas de cumpleaños y el inicio de la pubertad.

 

No hubo ninguna notificación formal, ninguna conversación formal sobre el por qué nos dejaba; mi mamá y yo nos despertamos descansados una mañana tras nuestras vacaciones anuales familiares, y nos dimos cuenta que todas sus cosas habían desaparecido.

 

La próxima vez que lo vimos, se encontraba en la TV, dirigiendo un caso de divorcio de celebridades enorme.

 

La siguiente vez que lo vimos después de eso fue en los periódicos; acababa de ganar una de las mayores demandas colectivas en el país.

 

Y la última vez que lo vimos fue en su funeral; su nueva novia, mucho más joven, estuvo bebiendo y perdió el control del volante.

 

En su beneficio, le dio a mi mamá todo lo que pensaba que quería en el divorcio, pensión alimenticia, manutención de menores, tiempos compartidos, y dos casas vacacionales que compraron juntos.

 

Enviaba tarjetas de cumpleaños y festividades como un reloj y de vez en cuando nos envió boletos aéreos para visitarlo; boletos aéreos nunca canjeados.

 

Por mí, llamaba una vez a la semana, siempre cumpliendo con su lista normal de preguntas:“¿Cómo estás esta semana, hija? ¿Cómo van tus calificaciones? Tu mamá dice que te uniste a un equipo de baloncesto de la liga de verano. ¿Cómo va eso? ¿Cómo está Tiffany? ¿Sigue siendo tu mejor amiga?”

 

Un día, alrededor del séptimo grado y cansada de su mierda, le corté la lista de preguntas y le pregunté:

 

 

Flashback

 

 

—¿Por qué nos dejaste?

 

—¿Cómo, hija?

 

—Dije...—mi voz no vaciló—¿Por qué nos dejaste?

 

No hubo ninguna respuesta inmediata, sólo silencio.

 

Después de varios minutos, consideré colgar, pero luego comenzó a hablar.

 

—No era feliz. Sólo nos llevábamos bien por tu beneficio... Se suponía que íbamos a estar juntos hasta que entraras a la escuela secundaria, pero sinceramente... no pude hacerlo, y también se lo dije a ella... Debí ser más claro y decirle que sencillamente ya no sentía lo mismo que antes, y supongo que esa era la razón por la que deberíamos ser “sólo amigos”.

 

—Esa es la mierda más estúpida que jamás haya oído...

 

—Cuida tu boca—respondió, su tono ahora glacial—Me pediste que fuera honesto, así que estoy siendo putamente honesto...—suspiró y se detuvo una vez más—Nunca tuve la oportunidad de conocer a alguien nuevo o saber quién era yo más allá de tu mamá. Ese es el problema. Nos conformamos el uno con el otro y nosotros, a su vez, nos sofocamos el uno al otro.

 

—¿La estás culpando a ella por irte?

 

—Nos estoy culpando a los dos—dijo—No hay ninguna manera en que un hombre y una mujer puedan permanecer enamorados desde su niñez hasta los cuarenta y más allá. No es realista.

 

—Entonces, ¿engañarla con tu secretaria era la solución?

 

Silencio.

 

— ¿Cómo está la escuela?—cambió el tema por completo— ¿Tiffany? ¿Todavía tiene esos frenillos?

 

 

Fin Flashback

 

 

Y ese fue el último esfuerzo que hice intentando salvar nuestra relación.

 

Por lo cual me sorprendió bastante saber que me incluyó en su testamento.

 

Además de un fondo para la universidad, un fondo fiduciario, y algunas de sus carteras de inversión, me dejó un condominio a la orilla de la playa.

 

Juré nunca usarlo cuando me lo entregaron, y hasta contacté al agente de bienes raíces para ponerlo en venta.

 

Pero cuando me enteré que se hallaba cerca de la Universidad de South Beach, cambié de idea y me mudé al final de mi segundo año.

 

Fue mi refugio altamente necesitado de la agitada vida en el campus y las fiestas en la playa, razón por la cual nunca invité a más de tres personas a la vez.

 

Era esa la razón por la cual me aterraba la idea de hacer una fiesta aquí, pero jessica estaba lentamente guiándome hacia la idea de hacer una este verano.

 

Incluso me rogó tener una reunión de negocios respecto al final de mi celebración de graduación privada el otro día.

 

Suspirando, doblé el obituario de mi papá y lo volví a guardar en la parte trasera del cajón de mi escritorio.

 

Salí de mi habitación y me dirigí a la cocina donde jessica y cinco de sus hermanas de fraternidad se encontraban sentados en el bar.

 

—¿Todas están vestidas formal?—miré a todas.

 

—Esta es una reunión de negocios, ¿no es así?—jessica sacó una carpeta.

 

—Eres mi compañera de cuarto.

 

—Y por eso, estoy eternamente agradecida—dijo—Y creo que, según mi mejor opinión, nos hemos llevado bastante bien todo este tiempo en su mayor parte. ¿Verdad? Nunca he pagado tarde el alquiler.

 

—No hay alquiler.

 

—Pero si lo hubiera, nunca me hubiera retrasado con él.

 

Rodé los ojos y saqué una cerveza.

 

Esto iba tomar un buen tiempo.

 

—También creo—dijo, continuando—, Que he tomado un gran cuidado del patio trasero sin que tengas que preguntar. También me he asegurado de que la nevera siempre esté bien abastecida con agua y batidos de proteínas cada vez que se nos acaban y me aseguro de que mi compañía nunca se quede demasiado tiempo. Así que, con todo eso sobre la mesa, necesito que me des tres buenas razones por las que no nos dejas organizar la fiesta acá.

 

—Te puedo dar diez.

 

—Estoy escuchando.

 

—Uno, tenemos vecinos en ambos lados, vecinos que realmente no aprecian las fiestas ruidosas y que han amenazado con anterioridad en llamar a la policía.

 

—Ya hemos hablado con ellos—sonrió—Se irán durante el fin de semana que celebremos la fiesta.

 

—Si celebran la fiesta—repliqué—Dos, no quiero mis cosas destrozadas por desconocidos borrachos.

 

—Tenemos la intención de alquilar un U-Haul durante la noche para guardar todos tus muebles y televisores dentro. Vamos a poner todo de nuevo justo al día siguiente.

 

—Tres, no sabes cómo contar. La semana pasada me dijiste que pensabas en invitar unas cincuenta personas, pero vi el evento “secreto” en Facebook esta mañana y dice que trescientas personas vendrán.

 

—Trescientos setenta y cinco—la chica junto tosió.

 

—Sí, así que...—tomé un largo trago de mi cerveza—Ni por el carajo.

 

—Vamos, tae. Enana...—jessica se puso de pie—No es como si no tuvieras el espacio, y no es como si todo el mundo fuera a estar en el interior de todos modos. Tenemos ideas para mantener a la mitad de las personas dentro y fuera.

 

—Es un no.

 

—No puedes decirme que no estás un poquito interesado en la idea de piscinas de gelatina y toboganes. O, ¿qué tal el concurso de camisetas mojadas en tu propio patio trasero? Esta podría ser la última fiesta increíble que alguna vez tengamos en nuestra juventud. Debemos proteger nuestra juventud con recuerdos como estos, así cuando estemos casados, con hijos que no podemos soportar, por lo menos podremos decir: “Oye, hubo una vez en la que de hecho amaba mi vida”, ¿sabes?

 

—¿Alguna vez piensas antes de hablar o sólo dejas que todo salga al azar?

 

—Un poco de ambos, en realidad—dijo sonriendo—No me obligues a rogarte.

 

—¿Por qué no puedes hacer la fiesta en la casa de su fraternidad?

 

—Sí... Sobre eso...—se aclaró la garganta—Tras ciertos hechos ocurridos el pasado semestre, Epsilon Chi tiene prohibido celebrar cualquier tipo de fiestas en el campus durante los próximos cinco años.

 

—Entonces, ¿honestamente crees que esa mierda me da confianza para que lo hagas aquí?

 

—No, pero creo que si hacemos todo lo que dijimos que íbamos a hacer hace unos minutos y adicionalmente te ofrecemos ochocientos dólares, vas a estar de acuerdo.

 

—Tienes toda la razón—arrojé mi botella de cerveza en la basura—Trato hecho.

 

Rodó los ojos y se soltó el pelo, mientras que sus hermanas de fraternidad chocaban las palmas unas con otras.

 

—Está bien, ya que tenemos como dos semanas para organizar todo, ¿te importaría ayudarnos este fin de semana? Tenemos que hacer varios viajes para recoger las antorchas, un poco de hierba, y tenemos que empezar a llenar la bodega de gelatina y alcohol. Se requieren cuatro personas para juntar las piezas de las antorchas. Supuestamente son frágiles... y más o menos necesitamos recogerlas dentro de pocos días... Así que, a menos que nos quieras ayudar con la manejada...

 

—Yo no. Tiff puede conducir.

 

— ¿Tiff?—jessica abrió sus ojos— ¿Tiffany, Tiff?

 

— ¿Hay alguna otra Britt que conozcamos las dos?—la miré—Sí, esa Tiff.

 

—Amiga, nunca me has dejado manejar tu auto.

 

—¿Y tú punto es?

 

—Tiff no vive contigo.

 

—Y tú vives conmigo. Ahora que hemos establecido quien vive con quien, ¿hemos terminado aquí?

 

—Mi punto es, ¿por qué Tiffany puede manejar tu auto cuando yo, tu segunda mejor amiga, mejor amiga desde tercer año de la escuela secundaria, tiene que rogarte porque me dejes organizar una maldita fiesta casera... en una casa que ambas prácticamente compartimos nada más y nada menos?

 

Negué con la cabeza.

 

Una vez al mes, como un reloj, jessica sacaba a relucir algo sobre Tiffany.

 

Al igual que una niña, siempre preguntaba por qué Tiffany y ella.

 

— ¿No me vas a responder?—jessica negó con la cabeza—Y, ¿en serio tienes que preguntar por qué todo el mundo que viene por acá piensa que ustedes dos están follando?

 

—En primer lugar—dije molesto—, Me importa un comino lo que piensen los demás. Incluso si estuviéramos follando, cosa que no hacemos, no sería asunto de nadie. En segundo lugar, mi auto es manual, y yo estaría más que feliz de dejarte manejarlo si supieras cómo conducir uno, pero no lo haces. ¿O no?

 

—Ah, sí...—trató de salvar su cara—Es verdad. Se me olvidó... Tiff definitivamente puede manejar mañana. No tengo problemas con esto para nada. Me alegro de que pudiéramos tener esta discusión.

 

—Igualmente. Quiero los ochocientos dólares la semana antes de la fiesta—me despedí de ella y sus amigas, y volví a mi habitación.

 

Abrí las cortinas y miré hacia el océano, a las personas que tomaban un paseo tardío por la playa.

 

Recordando que supuestamente debía llamar a Casey, la amiga de Tiffany, por o después saqué mi teléfono y vi un mensaje de la misma Tiffany.

 

 

¡Prepárate para comer cuervo! Este chico. Siwon (¡Te dije que había una chispa!) Me va a llevar al cine esta noche. ¡Toma eso!

 

 

Se supone que tienes que tener o con él, Tiff. No ir a una cita. (No como cuervo)

 

 

Sí, bueno... Algunos de nosotros, la gente NORMAL, prefiere llegar a conocer a alguien primero ¡antes de tener o! Lo siento si no estamos moviéndonos tan rápido como tú y Casey.

 

 

Casey y yo no hemos tenido o todavía.

 

 

¿Problemas consiguiendo que te excites?

 

 

Problemas consiguiendo atravesar el puente durante la hora pico.

 

 

Bueno, estoy segura de que mañana vas a tener éxito. ¿Reunión por gofres después de mi cita? ¿Diez y pico?

 

 

Once y pico.

 

 

Perfecto. Nos vemos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!

Comments

You must be logged in to comment
saine1993
#1
Chapter 41: obvio que que si tienes que haber segunda parte me muero por leer más quierooo más 7-7
Skyth06
#2
Chapter 41: Siii segunda parte xfa !!!
L_ight_ #3
Chapter 39: Lo leí todo en dos días! Es increíble!!!
Me duele mucho ver a Tae sufrir, entiendo que fue su culpa por mentirle antes de irse pero lo entiendo, yo he hecho lo mismo, no te sientes capaz de decirle todo el miedo que tienes para no interrumpir sus sueños.
Espero esto se arregle pronto, espero actualices pronto.
Saludos.
Skyth06
#4
Chapter 39: Ya te extrañaba buen cap
Nic0l31108 #5
Chapter 36: Actualizar por favor esta buena la historia
Skyth06
#6
Chapter 36: Se prendió este fic
saramarmota #7
Chapter 36: maldicion¡¡¡¡¡ porque sospecho... que la carta es que tae va para donde tiff
saramarmota #8
Chapter 32: haaa por diosssssss esta superrrrrrrrrrrrr
Leyla_quiroz #9
Chapter 32: aaaa me encantaaa
roguecr #10
Chapter 32: Tae la dejo ir para q cumpla su sueño