Capitulo 4

En un rascacielos, en uno de los pisos más altos se encuentra Lee Soo Hyuk, de pie frente a la enorme pared de vidrio, observando la ciudad, con su celular en la mano cerca de su oreja, hablando por este con su secretario YoonWoo.
—el robo fue un éxito—le confirma a su presidente.
—perfecto, ahora desaparece a cada uno de ellos.—Soo Hyuk se gira para confirmar que nadie esté cerca de él—No quiero testigos—termina la llamada. Guarda su celular; uno de sus secretarios se acerca a él indicándole que es momento de entrar a la conferencia, asiente caminando a su lado, cada paso muestra su elegancia, su mirada profunda enamorada a cualquier chica, su cabello perfectamente peinado da seguridad a los empresarios. Entra al salón de conferencias ante los intensos reflectores, sonríe con ligereza, sube los escalones hasta colocarse frente al micrófono, en la pantalla va apareciendo una presentación del nuevo antivirus que revolucionara la tecnología.—100% confiable, bloqueara todas las amenazas, protegiendo sus computadoras, sus móviles, nuestra vida está en una computadora. Con este antivirus están a salvo de virus y hackers—los empresarios, diputados y altos funcionarios han sido convencidos, Soo Hyuk termina su conferencia recibiéndome miles de aplausos, Soo Hyuk los observa, sonriendo de lado. Su plan está siendo un éxito, si ellos adquieren este antivirus, SooHyuk será capaz de hackear toda su información, secretos, listas de fraude, de dinero mal usado, ahora estamos en un mundo donde el dinero no da poder sino la información. Dinero e información, la mejor combinación. Soo Hyuk agradece a todos, aun lo siguen ovacionando.

Yoon Woo se ha cambiado de ropa, usa unos pantalones de mezclilla negros, playera negra, chamarra negra, debajo de esta lleva dos armas, una de cada lado. Se pone una gorra negra y también un cubrebocas negro, solo sus ojos están descubiertos aunque la sombra de la gorra evita que se vean bien. Sonríe con ternura comenzando a caminar, con pasos cortos va a cierta distancia de dos de los participantes del robo, esos dos van platicando lo que harán con el dinero, van emocionados viendo su sobre lleno de dinero.
—con esto me voy a poner una borrachera que jamás olvidare—comentaba uno saboreando ya el soju entre sus labios.
—mejor vamos a un casino, apostemos esto, te aseguro que lo duplicaremos—sugiere el otro emocionado.
—yo tengo una mejor idea—habla Yoon Woo justo a un metro de distancia de ellos, ambos se giran para ver de quien proviene esa voz—morirse—en un segundo lleva sus manos al interior de la chaqueta sacando ambas pistolas, una en cada mano, disparándoles directo en la frente sin titubear. Ambos hombres caen de espalda al piso, con los ojos abiertos, debajo de su cabeza escurre la sangre. Yoon Woo se acerca a ellos, tomando el dinero de ambos.—Fue un placer—sonríe amablemente guardándose el dinero. Caminando, alejándose de ellos.

Soo Hyuk después de la conferencia se reúne con el dueño de una de las empresas más importantes en tecnología, están en una sala de justas completamente vacía, únicamente están el presidente de esa compañía y él, Soo Hyuk sonríe mirando como el señor firma la sesión de acciones al menor. El señor voltea a verlo de reojo, odiando por caer en su chantaje, no tiene idea como sus sucios manejos con los políticos salió a la luz, sin ánimos termina de firmar la sucesión.
—es un placer hacer negocios con usted—sonríe Soo Hyuk con descaro sin perder la elegancia.

Yoon Woo va siguiendo a su presa, con ambas manos en los bolsillos de la chaqueta, caminando cerca de la orilla mientras el otro va caminando en medio de la acera, continua su camino hasta llegar a la estación del metro, va entre la gente, Yoon Woo lo sigue con discreción, acomodando su gorra hacia abajo, cubriéndose el rostro. Empieza a sonar la alarma avisando que el convoy está llegando, la gente comienza a acercarse, entre la multitud Yoon Woo se coloca detrás de su presa. Las personas se amontonan, el convoy se detiene abriendo sus puertas justo frente a ellos, en un segundo, con una pistola silenciadora, le dispara en la nuca, la bala le atraviesa el cuello. Yoon Woo se aleja segundos antes que el cuerpo toque el piso, con los ojos abiertos boca abajo, todos gritan aterrorizados, las personas salen corriendo asustadas, junto con ellas huye Yoon Woo.

CheonDung está aún en el banco Central, hacen pruebas dactilares, todo tipo de investigaciones pero nada revela ni una pista, la frustración invade a todos, si tan solo tuvieran una imagen, podrían buscar a los culpables. Esta vez están seguros que se trata de un gran equipo y que deben ser poderosos. Al personal y al gerente que entregaron el dinero los llevaron a la comisaria, están en calidad de detenidos. Choi Daniel los mira a distancia, sonriendo con ironía, lo absurdo de todo esto es que no hay delito que perseguir, no es un robo ante la ley, es solo fraude. Los encargados del banco entregaron el dinero, no fueron amenazados ni forzados así que esto no es considerado robo. ¿Qué pasara con los pobres trabajadores? Serán juzgados por fraude.

Soo Hyuk termina de cerrar sus negocios, ahora su empresa se volverá más importante al unirse a la empresa mayor en tecnología. Con una sonrisa de satisfacción sube a su auto, le pide a su chofer llevarlo a las afueras de Seúl, a su casa de campo. Mientras él va en camino, también lo hace el camión que transporta los televisores y las cajas llenas de dinero, en el interior de una, en un fajo de dinero, entre los billetes, una pequeñas luz continua parpadeando. El chofer del camión comienza a sentirse agotado, con bastante sueño, necesita despejarse así que en el primer paradero que ve, se estaciona, baja del camión y entra a comprar un café, aprovecha para pasar al baño, mojar su rostro para despertar.

Yoon Woo continua en casería, uno a uno fue atrapándolos, algunos disparaba por la espalda, con otros se daba la libertad de jugar con ellos, acorralarlos, mentirles que los dejaría vivir, les contaba hasta tres para que corrieran y escaparan pero al decir “uno” les disparaba sin siquiera pensarlo. A otro lo encerró en su propio auto, no podía salir, estaba desesperado ya que un gas comenzaba a invadir el interior, Yoo Woo cubre el auto con gasolina, sonríe alejándose, enciende un cerillo, aventándolo hacia atrás, asegurándose que toque el cofre, provocando estallar el auto con la persona en su interior. Se divirtió jugando, eliminando uno a uno, dependiendo la muerte era los puntos que, según él, iba ganando, ahora solo le quedan dos. Yoon Woo continua caminando, los perdió de vista cuando subieron al autobús pero eso no le preocupa, sin que JongHyun se diera cuenta, le puso un localizador entre la ropa, “no hay problema”, se repite una y otra vez, sacando su celular, abriendo el GPS, el puntito rojo es JongHyun y Woobin, moviéndose lentamente. Yoon Woo sonríe, comenzando su camino hacia ellos, el puntito azul en la pantalla es Yoon Woo, para ellos debe dejar volar su imaginación, asesinarlos de una manera original pero sabe bien que si se tarda las cosas se pueden complicar, sabe que son listos, pero eso no evitara su trágico destino.

El chofer del camino sale del paradero, subiéndose al camión, enciende el motor, la radio se cambió de estación solita, el chofer la regresa a la estación de radio que sonaba antes de hacer la parada. Comienza a conducir, saliendo del estacionamiento, incorporándose a la autopista. En otra autopista, el auto de SooHyun va a alta velocidad, acercándose al punto de encuentro.

CheonDung está agotado, siente que su cuerpo no da para más, ha sido un día difícil, tan complicado, y lo peor de todo es que ese beso lo sigue distrayendo, evitando que  se concentre. Siente enojo porque no hay ni una prueba del robo, como si eso jamás hubiera sucedido en el banco. CheonDung se detiene en el centro del banco, girando lentamente observando cualquier punto ciego, o algo que pueda darle una pista, observa cada centímetro del banco, sus ojos se agrandan al recordar ese chico con el que choco aquel día en el banco, justamente en ese lugar donde está de pie, recuerda haber tomado los lentes.
—esos antejos eran pesados—susurra para él mismo, recordando el rostro del chico, abre los ojos sorprendido, encontrando parecido entre él y quien lo beso en las escaleras. Al de la escalera quizás no estaba seguro pero al del banco podía recordar su rostro sin problema.

Soo Hyuk se va acercando cada vez más al punto de encuentro, llega a la casa de campo, entrando por la puerta principal, continua su camino hasta situarse justamente frente a la puerta de la casa, baja del auto, acomodándose su saco, caminando cada vez más rápido sin perder la elegancia, entrando a la casa, directo al despacho, se sirve una copa de vino, recargándose en el escritorio. De su bolsillo extrae su celular, marcándole a Yoon Woo. Quien ha llegado al edificio donde viven Woobin y JongHyun, en ese lugar el puntito rojo se quedó sin moverse, Yoon Woo prepara su arma, siente su celular vibrar, enseguida revisa, leyendo en la pantalla que se trata de su presidente, no lo hizo esperar y respondió.
—¿terminaste?—cuestiona Soo Hyuk bebiendo de su copa.
—solo me falta un par y termino señor.—habla en voz baja para no ser descubierto.
—perfecto. Aquí te espero.—Respondió Soo Hyuk justo cuando uno de sus trabajadores entran a su despacho, cuelga, guardando el celular en su bolsillo.
—el camión llegó, señor.—Soo Hyuk sonríe asintiendo, camina saliendo del despacho, detrás de él su trabajador, continua con pasos cortos, sale de la casa dirigiéndose a la parte trasera de esta, donde justo ahora se está estacionando el camión. Soo Hyuk observa con detalle la hazaña del chofer para estacionarse, apaga los motores, bajándose del camión. Soo Hyuk únicamente lo observa, el chofer abre las puertas de la enorme caja. El presidente se acerca a mirar el interior, sonríe viéndolo lleno de cajas de televisores.
—bajen la mercancía—ordena alejándose, mirando a sus empleados bajar una a una las cajas, Soo Hyuk se acerca a una de ellas, abriéndola con cuidado, se ven los fajos de billetes, lleva la mano al interior de la caja tomando un fajo, lo saca, ante la luz artificial se da cuenta que no es dinero, es periódico recortado. Se queda en shock observándolo, suspira aventándolo contra el piso, toma la caja volteándola boca abajo, dejando caer los supuestos fajos de billetes pero son solo periódico cortado. Desesperado camina entre las cajas, abriendo una por una descubriendo que todas, absolutamente todas están rellenas de papel, suspira furioso.—¡¡¡aaahhh!!!—grita lleno de frustración.—¿Dónde está mi dinero?—le grita al chofer, él solo mira lo que hay en el piso, negando enseguida, comenzando a sudar frio.
—nooo… no lo… sé—tartamudea ante la mirada asesina de su jefe.—Yo solo…
—eres un inepto—grita llevando su mano a uno de sus guardaespaldas, tomándole la pistola de su cintura, jala el gatillo, apunta al chofer y en un parpadeo le dispara directo al corazón.—Juro que los voy a matar—grita con fuerza pateando una de las cajas. Observa todo el piso lleno de trozos de periódico. La gran cantidad de dinero, el motín, ¡es falso!

Yoon Woon esta justamente a lado de la puerta del departamento, en el interior se escucha el televisor y unas risas, las voces de Woobin y JongHyun son fuertes, disfrutando de la película, bromeando entre ellos. Yoon Woo le coloca el silenciador a la pistola, se pone frente a la puerta, disparándole a la manija. La puerta se abre enseguida, Yoon Woo entra al departamento apuntando con la pistola sin temor alguno, pero baja el armar al ver la televisión encendida junto con una grabadora de voz, donde salen la absurda conversación entre Woobin y Jong Hyun, y justo al lado de esta grabadora se encuentra el localizador que Yoon Woo coloco en el bolsillo de JongHyun, aprovechando cuando este lo beso sin descaro. El menor lleva hacia atrás su cabeza, el beso, ese delicioso beso, todo… fue un plan y cayó como un idiota.

Mientras tanto, en un terreno abandonado está estacionado el camión real, con las puertas traseras abiertas de par en par, Woobin y JongHyun han bajado todas las cajas, colocando a parte los televisores. Woobin sonríe sosteniendo un par de fajos de dinero.
—Eres un genio JongHyun—se ríe fascinado por todo el dinero que tienen a su alrededor.
—te dije, es el golpe perfecto—sonríe JongHyun guardando el dinero en una maleta, están rodeados de maletas, donde están guardando todo el dinero.

¿Y cómo llego el dinero a sus manos? Todo fue planeado desde un inicio, Soo Hyuk se encargó de los supuestos policías y de conseguir el camino, la idea de los televisores fue de Woobin. Observaron el plan, lo sabían desde antes de contratar, así que contrataron dos camines idénticos tanto por fuera como por dentro, sabían lo que harían con el dinero y las cajas así que durante días estuvieron llenándolas con pedazos de periódicos. Tenían el camión listo antes de reunirse con los demás en las afueras de Seúl. JongHyun y Woobin hicieron el robo como lo habían planeado, era cierto, no esperaban la presencia de un espía, solo debía desviar su atención, JongHyun lo hizo besándolo, no le molesto aquel beso, en cierto punto lo miraba tan inocente que se sintió culpable, pero al momento de subir al autobús sabía que eran observados, y sintió en su bolsillo un pequeño objeto, lo saco descubriendo así el localizador. Necesitaba tener distraído a Yoon Woo así que llevaron el detector a su departamento, dejando la televisión encendida al igual que en una grabadora, una de sus tontas conversaciones. Antes de que el chofer se subiera al camión, Woobin le ofreció una botella de agua, en esa agua había un relajante disuelto. El camión salió de ese lugar después de ser llenado con el dinero y lo televisores. El chofer continúa su camino, bebiendo el agua, después de un tiempo comenzó a sentirse cansado, con sueño, sus ojos se le cerraban así que se detuvo en un paradero. Todo ese tiempo Woobin y JongHyun seguían al localizador que dejaron entre los billetes. Se dieron cuenta que por fin el camión se detuvo, rápidamente JongHyun bajo del camión falso, corriendo a abrir el real, tenían la misma llave, todo fue tan fácil, se subió en este, encendiéndolo y moviéndolo de lugar, dejando el espacio para que Woobin estacione el camión falso. Después Woobin corrió por las cosas personales del chofer, dejando todo tal cual estaba en el otro. Se llevaron con ellos el motín, conducen a las cercanías de Seúl, deteniéndose en un terreno grande, con una pequeña casa en el centro. Estacionaron el auto dentro de la casa, comenzaron a sacar el dinero, pasándolo a maletas.

Terminaron de llenar las maletas, JongHyun camina hasta un librero, mueve un libro y se abre una puerta en el piso, dejando ver unas escaleras que llevan al fondo, ambos comenzaron a bajar, es un piso lujoso que abarca todo el terreno, claro está debajo de la humilde casita, meten el dinero en la caja fuerte, acomodan todo y salen de nuevo, cerrando todo bien. Están emocionados, no dejan de repetir que son ricos, ambos se suben al camión, en la parte de atrás metieron sus motocicletas. Conducen hasta llegar al rio Han. Se bajan del camión, se encargan de bajar sus motocicletas, Woobin toma un tabique del piso, JongHyun enciente el camión, se baja de este cuando Woobin se acerca, dejan el tabique sobre el acelerador, el camión enseguida se va directo al rio Han, cayendo en el agua, hundiéndose lentamente.

Al día siguiente, apenas va saliendo CheonDung del banco, sus ojos se le cierran por el cansancio, no hay pruebas que demuestren a los falsos policías. Suspira con pesadez saliendo del lugar, se estira, baja sus brazos al tener su mirada fina al edificio de enfrente, un pequeño negocio, con una videocámara afuera, CheonDung con solo mirar la zona está seguro que el radar de esa cámara abarca la entrada del banco.
—consígueme una orden, ahí está nuestra evidencia—le dice a uno de sus compañeros. Una hora después llego el jefe Choi Daniel, con la orden en manos, el encargado del negocio les entrego las grabaciones de ese día, encienden la pantalla, mirando las escenas ese día, se ve llegar a la camioneta de valores falsa, bajar los policías, no se les ve la cara, pero al momento de salir se ven a la perfección.
—los tenemos—grita Choi Daniel, Thunder esta impactado, reconoció a Woobin, ahora todo encaja para él.