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—Déjame entender bien, ¡¿me has cambiado por un chico?!

La voz indignante de Sophia me hace reír levemente, había echado de menos su voz en los últimos días al igual que a su hechizante y excéntrica personalidad, además que mi espíritu demandaba un poco de tiempo de calidad con mi mejor amiga y, a decir verdad, es justo lo que necesito para cerrar con broche de oro mi día. Me acomodo los auriculares y enfoco mi vista en la pantalla de mi celular, el rostro bronceado y maquillado de Sophia ocupa toda la pantalla.

—Por supuesto que no —contesto con una leve sonrisa—, jamás cambiaría a mi chica favorita por un chico.

Sus labios se contraen en una adorable mueca.

—Eso sí que no me lo trago, Hwang —farfulla molesta—, ambas sabemos que babearías por una sonrisa bonita estampada en un cuerpo de dios griego.

En cuanto Sophia termina de decir eso ambas nos echamos a reír, siento mi estómago doler y muerdo mi labio para contener la risa que parecía no cesar.

—Buena esa, Danvers —limpio una lágrima que salió de mi ojo derecho con la mano—, sí que me hiciste reír.

Mi mejor amiga pasa una mano por su cabello y me muestra una ladina sonrisa.

—Lo siento, por un momento creí que te habías vuelto recta al estar en Corea —sus ojos brillosos me miran con diversión—, aunque algo me dice que hay algo que aún no me cuentas.

Frunzo el ceño en confusión.

—¿De qué hablas? —cuestiono con calma sentándome en la cama—, te he contado todo.

Ella niega divertida, aunque sus ojos parecen brillar llenos de curiosidad.

—Por supuesto que no, Stephy, te conozco de toda la vida y sé que no me hablarías en pleno almuerzo al menos que haya ocurrido algo importante —abro la boca para refutar aquello, pero ella levanta una mano frente a la pantalla haciéndome callar—. Y también sé que te hubieras esperado a nuestras llamadas tardías, y matutinas para ti, para contarme tu desastroso día o lo mucho que me extrañas. Así que, cariño, suelta la sopa.

Sonrió levemente, una de las razones por la cual mi amistad con Sophia ha durado tantos años es por el simple hecho de que llegamos a entendernos muy bien; desde el jardín de niños nos conocemos y ambas hemos aprendido los gustos y disgustos de la otra, inclusive llegamos a estar tan sincronizadas que nuestros periodos caían los mismos días. Era algo perturbarte y adorable al mismo tiempo. Sin embargo, era el tipo de cosas que me hacían sentir que Sophia era mi persona favorita en el mundo.

Inclusive miraba a la misma dirección en que yo lo hacía.

—¿Cómo es que me conoces tanto?

Ella me sonríe orgullosamente.

—Porque te conozco desde que estábamos en pañales, chérie —su acento francés le da un toque exótico a su voz—, soy capaz de leerte como a la palma de mi mano. Así que cuéntame que ha sucedido, que me muero de curiosidad.

Muerdo mi labio nerviosamente, en ese instante mi mente se embriaga en el recuerdo de aquellos hipnóticos y profundos orbes oscuros. Las sensaciones se sienten tras frescas que tengo que recargarme en el cabezal de mi cama.

—Hoy vi a una chica —digo en un susurro.

Sophia abre los ojos con un poco de sorpresa.

—Okay, ¿y qué tenía esa chica?

—No lo sé —confieso un tanto aturdida—, pero sentí algo extraño que me ha mantenido pensado en ella todo el día y el problema es que no debo pensar en ella. Joon dijo que es peligrosa, además que…

—Estás en Corea —a completa Sophia con seriedad.

—¡Exacto! —echo la cabeza hacia atrás y suelto un suspiro—. No sé si pueda seguir manteniendo esto en secreto, Sophi, todo era más fácil e L.A.

—Bueno, chérie, la diferencia cultural entre Corea y E.E.U.U. es muy grande —miro a la pantalla y veo los ojos comprensivos de mi mejor amiga—, pero verás que todo saldrá bien.

Sonrío.

—Recuérdame que sucedió la última vez que dijiste eso.

Ella se echa a reír y me lanza una mirada totalmente asesina.

—¡Que cruel eres! —grita indignada—. No fue mi culpa que te cayeras.

—Tú me hiciste subir a ese toro mecánico —acuso entre risas— y gracias a eso recibí unos puntos en mi rodilla.

—Es que eres made in China, saliste algo defectuosa.

Me suelto a reír como loca ante aquello, escucho de inmediato la risa potente de Sophia al otro lado de la línea. En definitiva, necesitaba esto.

—Racista.

Sophia se calma un poco y me mira fijamente.

—Sólo contigo, Hwang —su rostro se torna serio—. Retomando el tema inicial, sólo te puedo decir que no te guardes nada, Stephanie, eres hermosa tal y como eres. No tienes que fingir.

Vuelvo a soltar un largo suspiro y miro con resignación a mi amiga.

—¿Y qué otra cosa puedo hacer?

—Bueno, puedes…

—¡Fanny! —aquel chillido me hace sonreír de inmediato—. Estúpida rubia, ¿por qué no me dijiste que estabas hablas con Fanny?

La pantalla se mueve haciendo desaparecer a Sophia de la pantalla y mostrando a mi hermosa amiga de cabello chino y pelirrojo.

—¡Megan!

Megan de inmediato sonrie con aquella sonrisa de comercial y me lanza un beso a través de la pantalla.

—¡Oh, cariño! No sabes cuánto te echamos de menos —sus ojos parecen mirar detrás de la pantalla y comienza hacer señas—, ¡Karen, Fanny está en línea!

De inmediato la pantalla vuelve a moverse para enfocarse en el rostro de Sophia.

—¡Es mi teléfono! —vocifera molesta—. Fanny está hablando conmigo, esperen su turno.

—¡Pero yo también quiero hablar con ella! —rio ante el repentino cambio de pantalla—. ¡Stephy!

Karen aparece en pantalla con su larga melena azabache y sus hermosos ojos color azules, no puedo evitar sentir un extraño burbujeo en mi interior al ver aquellos lindos orbes fijos en mí con entusiasmo.

—Hola, Karen —saludo con una sonrisa.

—¡No sabes cómo te extraño, Stephy! —confiesa con voz melosa—. No te debiste haber ido.

—Lo sé…

—¡Déjenme hablar con mi mejor amiga! —la voz de Sophia se hace notar con molestia—. Ustedes pueden hablar otro día con ella.

—No seas envidiosa —dice Megan.

—Concuerdo con Megan, tú tienes a Stephanie siempre para ti —los ojos de Karen me miran acusadores— y eso no es justo.

Justo iba a decir algo cuando la campana suena indicando de que es hora de que ellas regresen a clases, siento un vacío en mi estómago de inmediato, aun quería seguir hablando con ellas.

—Lo que no es justo es que no me dejen terminar de hablar con mi mejor amiga —el rostro de Sophia aparece junto al de Karen y Megan—. Creo que tendremos que dejar nuestra charla para más tarde.

—Creo que si —concuerdo mirando con tristeza a mis amigas—. Suerte en clases chicas.

Los ojos de Karen me miran con tristeza, pero con una chispa de anhelo en ellos.

—Ten dulces sueños, Stephy —dice Karen con una pequeña sonrisa—. Y no estés triste, en vacacines estaremos todas juntas como siempre, así que sólo resiste unos meses más.

—Porque vas a regresar, ¿verdad?

La pregunta de Megan me seca la boca de inmediato y los planes de mi padre retumban en mi cabeza provocándome vértigo. Tenía que mentirle a mis mejores amigas.

—Por supuesto que si —respondo con calma—, no me perdería nuestro ritual navideño.

Karen y Megan sonríen aliviadas, sin embargo, Sophia me mira con aparente estupefacción, sabía muy bien que mi respuesta era una vil mentira.

—Bien, entonces hablamos luego, Stephy.

—Adios chicas —m