Whoa, no son a quienes esperaba ver aquí —dije en voz alta para  anunciar mi presencia. Tiffany y Jessica no notaron que  no  estaban  solas  en  el  cementerio.  Pero  después, Tiffany parecía tener las manos ocupadas con una Jessica muy borracha—. ¿Y bebiendo? —Deslicé mi mirada de la botella de vino a Tiffany.

—Ella quería venir aquí. Me imaginé que necesitaba un poco de valor para afrontarlo. —El borde irritado en su voz, del cual me había acostumbrado recientemente, no estaba. Ella sonaba… cansada.

Sé la causa de todo el dolor, había observado sus días desde la muerte de Yuri sintiendo un gran peso en mi pecho. Ahora, ella parecía estar en su punto límite. —Puedo entenderlo —contesté.

Jessica se acomodó y dio unas palmaditas en el sitio a su lado en el banco frente a la tumba de Yuri. —Ven y siéntate —Me ordenó con un insulto.

Tomé el asiento ofrecido. —Toma, está bueno —Jessica empujó la botella a mi pecho. Sí, ya bebió demasiado.

—Claro —Si bebía un poco tal vez me ayudaría a hacerle frente a lo que iba a hacer. El tiempo se agotaba. Si no conseguía la atención de Tiffany esta noche, era muy posible que mi padre tomara otra alma… alguien cercano a ella. No podía dejar que eso ocurriera.

—Perdón por haber huido hoy y… po habete deado allí —Jessica se disculpó por el episodio que había presenciado más temprano. Tiffany no respondió. En cambio, apartó sus manos de Jessica y tomó la botella de vino de mi mano.

—Has alcanzado tu límite, Jessica. Un poco más y mañana me odiarás —dijo Tiffany cuando empujó el corcho en la botella y la dejó en el suelo junto a sus pies.

—Me  preocupe  por  ti,  pero  vi  a  Tiffany  contigo  —Le  respondí  a Jessica.

—Sssssí. Do zabría ge hacer zin ella —balbuceó Jessica.

—Ella es muy especial —Estuve de acuerdo y me incliné hacia adelante para encontrarme con la mirada de Tiffany.

Jessica asintió con la cabeza y empezó a apoyar su cabeza en el hombro de Tiffany, pero falló y se cayó. Me agaché y tiré de ella hacia arriba y Tiffany hizo lo mismo. Nuestras manos rozaron y sentí una caliente sacudida del breve contacto.

—Vale, creo que es hora de que volvamos a casa —Anunció Tiffany poniéndose de pie—. Vamos. Vamos a la cama.

—Te ayudaré a llevarla al coche —Me ofrecí.

Jessica cayó sobre sus rodillas y se rió a carcajadas.

—Sí, gracias —murmuró Tiffany.

Estaba más que positivo por la repentina disposición de Tiffany a aceptar mi ayuda y tenía que ver con el hecho de que Jessica estuviera más que un poco fuera-de-control. Me agaché y la tomé por debajo de los brazos. Una vez que la tenía de pie, envolví mi brazo alrededor de su cintura mientras ella comenzó a balancearse y reír. —Tranquila, chica — Traté de sonar alentador. Era culpa de mi padre que estuviera así después de todo.

—Dranquila chica —Imitó riendo Jessica—. Adiós, Yuri, de guiero musho —dijo en voz alta mientras la llevaba de vuelta por el camino hacia el estacionamiento. Las almas que vagaban en el cementerio me podían sentir. Ellos sabían que los veía tal como sabían que Tiffany también. Esquivé a los que se interponían en nuestro camino. —De guiero musho —Jessica comenzó a cantar. Tan pronto como llegué al coche de Tiffany, abrí la puerta del lado del pasajero y dejé a Jessica en el asiento. Luego, sin preguntar, abrí la puerta trasera y me subí adentro. No quería darle la oportunidad a Tiffany de bajarme. Esta noche teníamos que hablar. Ella necesitaba saber. Si no le explicaba las cosas otra alma que ella amaba se perdería para siempre. No podía dejar que eso pasara.

Tiffany abrió la puerta trasera contraria y metió la cabeza mirándome como si hubiera perdido la cabeza. — ¿Qué crees que estás haciendo? — susurró.

—Me estoy asegurando de que lleguen a casa a salvo. —Le contesté con una sonrisa que esperaba fuera tranquilizadora.

—Oh, no, no lo vas a hacer. ¡Sal fuera! —Casi gritó.

—No seas tan mala, Tiffany —Intervino Jessica desde el frente.

Pude ver la incertidumbre en el ceño fruncido de Tiffany. Finalmente, ella rodó los ojos y dio un portazo. Luego abrió la puerta del lado del conductor y se subió. La escuché murmurar—: Lo que sea —Antes de que cerrara la puerta. Supongo que era una buena medida. En caso de que extrañara el hecho de que ella había cerrado la puerta primero.

—Quédate despierta. No seré capaz de llevarte dentro si estás desmayada. No queremos que tu padre salga y te encuentre de esta manera. —dijo Tiffany a Jessica en una suave reprimenda.

Jessica logró despertar algo de la chica de ojos caídos que había estado quedándose dormida.

—Así está mejor, mantén esos ojos abiertos —Le alentó Tiffany bajando la ventana—. El aire frío te ayudará y si empiezas a marearte, por favor, asómate por la ventana y vomita.

— ¿De quién fue la idea de emborracharla? —pregunté ya sabiendo la respuesta.

—Deeee Tiffaaanyyy, eees tan listaaa. —Respondió Jessica con una risita cuando era obvio que Tiffany me ignoraba.

— ¿Podemos hacerlo ooootra vez ma…mañana? —preguntó Jessica.

—No. Créeme, el dolor de cabeza que vas a tener mañana me dará la razón. Esto ha sido cosa de una sola vez. —respondió Tiffany.

Cuando  Tiffany  sacó  a  Jessica  del  coche,  rápidamente  abrí  mi puerta y comencé a recibir a Jessica fuera del coche. Ella no iba a poder hacer ese camino y las escaleras sin mi ayuda.

Una vez que llegamos a la puerta, la madre de Jessica abrió la puerta y Tiffany dio un paso hacia delante y le entregó la botella de vino casi vacía.

—Ella quería ir a ver la tumba de Yuri esta noche. Cogí esto porque pensé que lo iba a necesitar. Lo siento...

La madre de Jessica levantó la mano para detener cualquier explicación adicional. —No, está bien. Entiendo. Esto no es peor que las pastillas que le he estado dando —Podía ver la preocupación y el miedo en los ojos de su madre y me recordó una vez más cuán importante era que Tiffany supiera. Todo. Esta noche.

—Solo vete a casa, Tiffany. Tu madre ya me ha llamado buscándote. Su  avión  llegó  hace  una  hora.  Cuidaré de  Jessica  esta  noche.  —Le informó la madre de Jessica.

Después de que se cerró la puerta, me volví a mirar a Tiffany—:

Parece que sólo somos tú y yo.