Capítulo XIII
En SilencioDara estaciono su vieja camioneta blanca, la que había comprado con sus primeras ganancias, dentro del estacionamiento del edificio donde vivía con Bom. Apago el motor y se recostó en el espaldar de la silla, tenía que respirar, antes de explicarle a una de sus mejores amigas que la pesadilla hoy no se había acabado del todo y que por el contrario el idiota de su ex marido al parecer se lo había tragado la tierra.
Después de unos minutos, decidió que no podía evitarlo más e igualmente su estómago crujía por algo de atención “debí haber traído pizza… la pizza te hace feliz hubiese dicho Chaerin” ese pensamiento la hizo sonreír “tengo ganas de verte y abrazarte…voy a ir a buscarte, te lo prometo Chae”.
Durante el camino hacia el apartamento, Sandara había decidido llamar a Chaerin y contarle todo, había estado evitándola y mintiéndole todo este tiempo, asegurándole que todo estaba bien. A pesar de que ella no le creía. Lo sabía porque su rubia estúpida no era ni lo uno ni lo otro y siempre la miraba con desconfianza cuando se hablaban. Ahora más que nunca entendía porque su mejor amiga no le había contado nada sobre su ualidad. Dara todo este tiempo había tenido que soportar los sermones y los juzgamientos de las personas más allegadas. Muchos le dieron la espalda ante su decisión de divorciarse y no luchar por su matrimonio. Pero ella estaba decidida a encaminar su vida, costase lo que le costase… al lado de una sola persona.
La castaña llego a la puerta del apartamento de la única persona que a pesar de su indignación y consternación le dio un abrazo con sinceridad, cuando más o necesitaba. De repente Dara sintió un escalofrío de la nuca hasta los pies “que silencio, ¿habrá salido Bom?...agghhh me dijo que me iba a esperar, de pronto fue por algo de cenar”.
Al entrar al apartamento Dara noto que el escalofrío continuaba
-¿Bom? – Llamó desde el vestíbulo -¿estas dormida?
Desconfiada caminó hacía el comedor y se detuvo al ver a su amiga. En frente de ella, dándole la espalda a Dara se encontraba una persona. Bom la miró asustada.
-¿Bom? ¿Quién….? Oh!!! Que haces aquí –dijo con voz temblorosa al darse cuenta que era Dong vestido de otra forma y con el cabello rubio.
“Demonios…esto está mal”
-Vengo por mi esposa – dijo Dong con el mismo tono de voz que usaba cuando amenazaba a Dara - ¿te gusta mi nuevo color de cabello?... sé que te gusta.
-Yo no soy tu esposa, hoy firme el divorcio… y no, no te luce ese color.
-Yo no firme nada Dara…
-¿Qué te ocurre Dong?
El hombre se levantó de la mesa y Dara dio un paso atrás, de reojo observó si Bom estaba bien. Su amiga le devolvió una mirada llena de confusión y rabia. “Esta bien, ella está bien”. Lo que menos se hubiera perdonado era que algo le hubiese pasado.
Dong seguía delante de ella, estaba molesto, lo sabía. Sus ojos eran fríos, sin vida, estaba tenso y sus manos eran dos puños listos para golpear lo primero que se le atravesara. “¿Por qué se pintó el cabello?”
-Dong…- le llamó con suavidad – vete, por favor, acepta que se acabó, estar juntos no tiene…
-CALLATE!!!- gritó interrumpiendo, mientras le daba un puñetazo a la pared – NO TE HE DICHO QUE HABLES… OBEDECEME, SOY TU ESPOSO, NADA SE HA ACABADO. PODEMOS EMPEZAR DE CERO, EN OTRO LUGAR.
-CALLATE - le devolvió el grito Dara, arrepintiéndose de inmediato, pero era demasiado tarde. Su ira necesitaba salir – DONG SE ACABÓ, YO NO VOY A EMPEZAR NADA CONTIGO… ES MÁS NUNCA EMPEZO. TU ERES UNA FARSA!
-COMO TE ATREVES A HABLARME ASÍ – dijo con furia Dong dándole una cachetada
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