Desprevenida II
Not Intended |TAENY|-No es mi estilo -Dijo Tiffany antes de doblar el papel-. De todas formas, está bien. Iré a esta entrevista a pesar de que para el resto del mundo, excluyéndote a ti, "Mayordomo" refiera a sirvientes hombres, no...-Tiffany hizo énfasis en su figura.
-Un trabajo es un trabajo, Fany -Chasqueó Jessica, cogiendo de nuevo su café y moviéndose por la silla para juntarse a Tiffany-. Podrías darte una oportunidad.
Tiffany se burló y giró sus palillos jugando con la comida. Luego dijo:-Seguro, si no les importa tener un mayordomo con coño.
(…)
Oh, dios mío, pensó Tiffany a la vez que sus ojos veían a los once hombres fuera de la dirección que Jessica le dio. A medida de casualmente hacía su camino hasta el final de la 'fila', Tiffany arregló la capucha de su ropa y se subió los pantalones (no es que sus ajustados pantalones se dejaran subir más de lo que estaban).
Cuando fue hacia el final, varios hombres (algunos de ellos chicos) se giraron para mirarle. Tiffany sonrió e hizo una reverencia como si tuviera un razonable motivo para estar ahí aparte de solicitar el mismo puesto de trabajo por el que ellas lo estaban. Echó un vistazo a lo que estaban llevando: zapatos negros, pantalones de gala, camisetas bonitas y demás. Luego, Tiffany miró lo que ella estaba llevando, ropa no muy estilosa de Jessica. La única cosa suya que llevaba eran los vaqueros. Nadie sería capaz de adivinar su antecedentes familiares por cómo lucía en esos momentos.
La fila en la que Tiffany se encontraba no tardó en disminuir. Los hombres entraban y pasaban entre cinco y diez minutos dentro de la casa antes de salir. La mayoría de ellos luciendo desilusionados e insatisfechos. Eso hizo que el resto de la cola se preocupara. Aparentemente, Tiffany había llegado muy tarde por lo que fue la última en entrar sin nadie detrás de ella.
Cuando entró en la casa, la primera cosa de la que se percató fue las vistas de la playa arenosa y el océano. Dios...Por qué mi familia no tiene una mierda como esta...Tiffany mantuvo el ceño fruncido el resto del camino mientras era dirigida a una habitación. A la vez que entraba en el cuarto, la agradable sensación que obtuvo de las vistas del océano desapareció cuando fue confrontada por una mujer quien pensó que se parecía a una interrogadora.
-Siéntate -Ordenó la mujer tras sus gafas. Tiffany se congeló por su segundo debido a su frialdad pero se recompuso rápidamente, acumulando energía suficiente para sonreírle a la puta antes de sentarse en la única silla del cuarto. Entonces la mujer extendió su mano y Tiffany no entendió qué estaba pid
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