La casa en sí tenía siete habitaciones, pero según lo que Tiffany descubrió más tarde, sólo cuatro estaban ocupadas. Se esperaba un montón de sirvientes al mando, pero tal y como vio, las únicas personas trabajando en la casa eran la cocinera, la jardinera, Kim Taeyeon y ella misma.
Yoona era la cocinera. Tenía unos ojos bonitos y un cuerpo delgado que podría sacar el corazón de un hombre afuera. Incluso Tiffany tenía que admitir que si Yoona no fuera tan maternal, se enamoraría de ella. Seohyun era jardinera, aunque "chica flor" habría sido un nombre mejor porque prácticamente todo lo que hacía era cortar los setos y regar las plantas.

Al final resultó que la mujer que le hizo la entrevista no vivía en la casa. Ella, aparentemente, era la abuela de Kim Taeyeon, una muy protectora, pensó Tiffany. Casi se sintió avergonzada de su entrevista. Casi. Añadiendo a la continua revelación de cosas, Tiffany descubrió que Kim Taeyeon era la única Kim viviendo en la casa. Así que, realmente, Tiffany era más bien una criada personal que de la familia.

Tres días pasaron antes de que las tres de ellas (Yoona, Seohyun y Tiffany) estuvieran ocupadas limpiando y quitando el polvo de la casa súper bien. Yoona había recibido la noticia de que Kim Taeyeon iba a volver a su casa, a lo que Tiffany pensó que sería un incordio porque realmente le hubiera gustado conocer a las otras dos. Se limitó a encogerse de hombros al darse cuenta de que algún día su nueva empresaria tendría que volver a casa de sabe Dios dónde.
De todas las horas a las que podía haber vuelto a casa, la cabrona decidió volver a las una de la mañana. Tiffany, por supuesto, estaba durmiendo y a pesar de que Seohyun le insistiera en levantarse para saludar a la chica, Tiffany, ya demasiado cómoda con Seohyun, abofeteó su mano y le dijo que volviera a o